Como consecuencia del impacto, el Submarino C3 se hundió de inmediato con la mayoría de su tripulación, quedando solamente tres supervivientes. Después del hundimiento los servicios de inteligencia manipularon la información para hacer creer que el Submarino C3 se había cambiado de bando. Los familiares de la tripulación estuvieron durante muchos años sin saber el destino de sus seres queridos.
En 1.997, un pescador deportivo, observó que en una zona determinada emergían del mar burbujas de Gas-oil. Investigando la zona se pudo identificar positivamente que procedían del casco hundido del Submarino C3. Desde entonces los familiares de la tripulación intentan poner a flote el casco hundido y recuperar los restos. Tienen apoyo financiero para pagar los gastos. Lo que falta es el permiso del Ministerio de Defensa de España que se niega a aprobar que el Submarino C3 salga a flote.
![Imagen](http://i13.photobucket.com/albums/a268/orcuan/memoriam_c3.jpg)