La verdad es que la cosa está jodidilla. Me tragé toda la p*** ESO y no veas que pérdida de tiempo. Por cierto, en el escenario 10:
Escenario10: Disciplina escolar:
> Año 1977: Hacías una putada en clase. El profesor
te metía dos buenas hostias bien merecidas. Al llegara a casa tu padre
te arreaba otras dos.
>
> Año 2007: Haces una putada. El profesor te pide
disculpas. Tu padre te pide disculpas y te compra una moto.
Yo diría que sería así:
> Año 2007: Haces una putada. El profesor te pide
disculpas. Tu padre, al enterarse, le rompe la cara al profesor.
Como cambian los tiempos
Moderador: MODERACION
Me quedo con la "fina sutileza del Colegio Alemán", mi viejo siempre ha presentado tendencia por ser dos cosas bien delimitadas:
- Maitre de un caro restaurante de renombre.
- Profesor de la asignatura más puta que exista.
Ahora me alegro que se quedase en Ingeniero Industrial. juas.-
Un saludo, viejo, que Carlitos te quiere como siempre.
- Maitre de un caro restaurante de renombre.
- Profesor de la asignatura más puta que exista.
Ahora me alegro que se quedase en Ingeniero Industrial. juas.-
Un saludo, viejo, que Carlitos te quiere como siempre.

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- Oberbootsmann
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- Registrado: 11 May 2007 02:00
- Ubicación: Baden-Württemberg-Alemania
Pues mi viejo, hostias, las justas (poquísimas), pero una sola mirada atravesada suya, después de haber hecho algo inconveniente o la idea de haberle defraudado bastaban para querer hacer las cosas mejor.
Lo importante no son las hostias que se den ni los castigos que se pongan, sino que todo sea en buena relación al mal hecho o daño provocado y, sobre todo, SER CONSECUENTE.
La historia la conocemos: el niño te hace la putada, el padre (o la madre) le mete un castigo del copón y luego llega el otro cónyuge y le levanta el castigo sin más (que si le vamos a traumatizar, que si no estamos siendo muy duros, que si dos días sin nintendo son un putada...). Los niños de hoy en día aprenden rápido que con un poco de paciencia te puedes permitir el lujo de reírte de tus padres y de todo Cristo. De los profes ya ni hablamos.
Yo como profe no soy de la línea dura, ni mucho menos, pero cuando le meto un castigo a alguien, no se lo levanta ni Dios. Por eso prefiero a veces morderme la lengua, porque luego, no doy marcha atrás.
En todos los cuestionarios que he hecho a final de los cursos (curiosamente, cursoso muy diferentes) los alumnos siempre prefieren un profesor que inspire respeto y disciplina. No hablamos de un ogro que te va buscando las vueltas, sino de un pedagogo que es capaz de enseñarte que para todo en la vida, hace falta un código de conducta. La disciplina no es otra cosa que ese atenerse a unas reglas que todo el mundo conoce y acepta previamente.
Lo importante no son las hostias que se den ni los castigos que se pongan, sino que todo sea en buena relación al mal hecho o daño provocado y, sobre todo, SER CONSECUENTE.
La historia la conocemos: el niño te hace la putada, el padre (o la madre) le mete un castigo del copón y luego llega el otro cónyuge y le levanta el castigo sin más (que si le vamos a traumatizar, que si no estamos siendo muy duros, que si dos días sin nintendo son un putada...). Los niños de hoy en día aprenden rápido que con un poco de paciencia te puedes permitir el lujo de reírte de tus padres y de todo Cristo. De los profes ya ni hablamos.
Yo como profe no soy de la línea dura, ni mucho menos, pero cuando le meto un castigo a alguien, no se lo levanta ni Dios. Por eso prefiero a veces morderme la lengua, porque luego, no doy marcha atrás.
En todos los cuestionarios que he hecho a final de los cursos (curiosamente, cursoso muy diferentes) los alumnos siempre prefieren un profesor que inspire respeto y disciplina. No hablamos de un ogro que te va buscando las vueltas, sino de un pedagogo que es capaz de enseñarte que para todo en la vida, hace falta un código de conducta. La disciplina no es otra cosa que ese atenerse a unas reglas que todo el mundo conoce y acepta previamente.
Cuando las barbas de tus vecinos veas pelar... pon las tuyas a remojar