la Rebelion II -el principio-

[corkran]

EL PRINCIPIO
Aquel mundo y aquella época, antes de que todo comenzara, parecían ahora lejanos y perdidos. No hacía tanto, algo más de doce meses, puesto que ahora estaban en noviembre de 1940 y la guerra había comenzado con su fecha histórica en septiembre de 1939. Fuera quizás estuviesen en verano, ¿Qué más daba?. Nadie sabe quien fue el primero que realmente jugó una misión de esta guerra, pero él podía recordar la suya; quizás antes pudo haber otras, nadie ha podido averiguarlo, tampoco parecía muy importante en ese momento, había otras cosas mucho más prioritarias: entender qué estaba pasando ante todo, nadie tenía una idea muy clara. Saber como reaccionar, después, y en cualquier caso diseñar una estrategia que pudiera conducirles a la victoria. Pero ¿Cómo se puede vencer en una guerra en la que no se sabe contra quién se lucha, ni porqué?
Nadie, ni siquiera los mayores servicios de inteligencia de las mayores potencias habían podido elaborar una explicación convincente y por tanto, tampoco estaban claras las estrategias idóneas, ni que pasaría a continuación. Podían adaptarse a cada nuevo cambio propuesto o incluso proponer cambios que esperaban que les beneficiasen o con los que se encontrasen momentáneamente más cómodos; podían formar tripulaciones en las escuelas militares virtuales que habían surgido como las setas y que pretendían sustituir a los comandantes que habían caído en los primeros meses de lucha por exceso de confianza o por no comprender qué es lo que estaba ocurriendo; podían buscar la forma de proteger los sistemas si es que había alguna, en cualquier caso aún no la habían encontrado, o si lo habían hecho no se había divulgado ni a la población, ni a los combatientes. Y podían sobre todo luchar como perros acorralados y esperar a ver a donde llevaba todo, esperar a ver si alguien obtenía una ventaja decisiva o conseguía una pista definitiva que les permitiese entender lo que estaba pasando y por tanto comenzar a solucionarlo.
Había quien afirmaba en susurros que la cosa era más complicada de lo que parecía: sí que se conocía alguna forma de proteger los sistemas, pero se mantenía en secreto por quienes la habían descubierto para poder aplicarla a los sistemas propios y así obtener ventajas sobre las potencias competidoras para cuando la guerra hubiera terminado. Incluso y ya en el colmo de la paranoia, había quien decía que ya se conocía quienes estaban detrás de todo eso pero que, igualmente, se mantenía en secreto porque la verdad era aún más desestabilizadora que todas las imaginaciones desbordadas. Para quien tuviera una apropiada mentalidad conspiratoria eran teorías atrayentes, pero Markus personalmente no las creía y pertenecía al grupo de los que intuían que eso no era más que una forma rudimentaria de generar autoconfianza: seguro que los que mandaban no estaban tan perdidos como nosotros pobres soldados. Seguro que estábamos en buenas manos. El prefería concentrarse en luchar, en mandar su barco eficazmente y en ganar cada misión que le encomendasen. Lo demás no era tarea suya.