¡Va por tí, flotillera!
>
EL TORO BLANCO DE ANTOÑETE (15 de mayo de 1966)
En 1966 Sánchez Mejías se decidió a apoderarle, tuvo dos tardes en San Isidro. Era el año del toro blanco de Osborne y la faena más mitificada de toda la tauromaquia del maestro.
Antes de la Feria de San Isidro en Madrid se tiene la costumbre de visitar la Venta del Batán para ver las corridas, comentarlas e ir caldeando el ambiente."La gente se enamoró del toro, e iba de boca en boca. Pronto se hizo famoso y yo no quería, por nada del mundo, que me tocara. Porque en casos como este suele pasar que el público se pone a favor de estos animales y el torero lo tiene a la contra". Pero le tocó. Su hermana Carmen le llamó y se lo dijo, ya que su marido Paco había estado en el sorteo. Al maestro no le hizo mucha gracia pero Paco Parejo pensaba que iba a ser un gran toro, puro Veragua.
"Lo primero que oí fue el murmullo de admiración del público a la salida del toro. Lo primero que vi es que salía oliendo la plaza. No sé por qué yo estaba en contra de ese toro. Tal vez porque sabía que la gente estaba enamorada de Atrevido. Recuerdo que dije para mis adentros:" Ya está aquí la vaca lechera". Salió violento y además huyendo de los capotes. Cuando fui a pararlo me embistió con genio y no pude estar a gusto con él. No me gustaba el toro. Pero empezó a cambiar en varas. Al sacarlo del primer puyazo ya embestía de otro modo. Le di tres verónicas que rematé con una media en la que me sentí ya muy acoplado. Entonces me dije: Lo voy a reventar".
"La faena de muleta la comencé con media docena de muletazos por bajo llevando largo al toro, porque estaba un poco crudito, y rematando con un multazo a dos manos. De ahí me fui a darle distancia y me la eché rápido ala izquierda. El toro venía algo andando, como queriendo gazapear y mirando un poquito. Pero ya me daba igual. Me puse en el sitio y me dije: "Me tienes que partir para queme vaya de aquí". Le aguanté la primera embestida y me hice con él. Me emborraché toreando al natural. Le daba distancia, me iba lejos, lo sacaba a los medios, le echaba la muleta adelante, le bajaba la mano, lo entendí,nos entendimos. Cuando me di cuenta ya llevaba cinco series de naturales. La gente quería más y yo no quería acabar. Nunca oí una plaza bramando de esa manera. Ese sonido de Madrid lo tengo aquí metido, en el cerebro. Me eché la muleta a la derecha. Otras tres tandas, los remates de pecho, el trincherazo, el de la firma, el pase cambiado... hasta el molinete de rodillas".
Desgraciadamente estuvo a punto de echar todo a perder todo con la espada, pinchó dos veces, dio una estocada algo atravesada y tuvo que descabellar dos veces. "Aún así me dieron una oreja y aquello era un manicomio. El presidente de la corrida me dijo al día siguiente que si hubiese matado al toro a la primera tenía muy claro que me iba a dar el rabo". Sin embargo el maestro no la considera la faena de su vida, " Ni a ese toro, ni a ninguno, le he hecho la faena que llevo en la cabeza".
El Caudillo estuvo esa tarde en la plaza, apareció sin avisar, en compañía del presidente de Nicaragua. Atrevido fue el cuarto de la tarde, por lo que no se lo tuvo que brindar al dictador; su apoderado le dijo que se lo brindase al presidente electo de Colombia. Tras la corrida pasó primero por la enfermería, porque al entrar a matar se dio un fuerte golpe en la muñeca. Estando con el doctor le avisaron que tenía que subir al palco para saludar al Caudillo. "Como no me podía poner la chaquetilla, me tapé con el capote de paseo y allá me fui. Nos dio la enhorabuena, nos regaló la pitillera de rigor, nos hicieron la foto y poco más, porque la verdad es que Franco hablaba muy poco."
>
El toro blanco de Osborne, según los cánones, era un toro de pelo ensabanao alunarado, capirote en cárdeno y botinero en negro, aunque bien podría definirse como carbonero, para no andar con tanto calificativo... pero mejor lo ves; y no pierdas ripio, que ni en cinco ferias de Abril vas a ver muletazos como éstos, porque hoy los matadores de toros no pasan por regla general de pegapases, y además clónicos.

Saludos.