Un saludo cordial de Kamille

VOLNTARIOS EXTRANGEROS y ESPAÑOLES EN LA WERMACHT
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Durante la Segunda Guerra Mundial la Wehrmacht incorporó a sus filas cientos de miles de voluntarios los cuales hacia el fin del conflicto sumaron más de dos millones de hombres, sin contar por supuesto los ejércitos de los países de europeos pertenecientes al Eje que peleaban bajo su propia bandera. La mayoría de esos hombres se presentaron voluntariamente, incorporándose al Heeres, Luftwaffe, Kriegsmarine, a las Fuerzas Auxiliares o a la Organización Todt. Sin embargo, muchos de esos voluntarios aceptaron la conscripción en la Wehrmacht, por una diversidad de razones circunstanciales, especialmente los que solicitaron ingresar a unidades de las Waffen-SS o del Heeres.
En Alemania, el regionalismo, con sus particularidades étnicas, culturales e idiomáticas, era muy acentuado, mucho más de lo que es ahora. Por eso, en Alemania, tal como sucede en países cuya población tiene grandes diferencias de raza, idioma, religión y cultura, las unidades de la Wehrmacht se formaban agrupando a los conscriptos según sus regiones. Por tanto, la incorporación de extranjeros en la Wehrmacht con mayor razón, si se incorporaban al Heeres, obligaba a la formación de unidades que sirvieron generalmente bajo mandos alemanes. En el caso de la Kriegsmarine, la Luftwaffe y las Fuerzas Auxiliares eran distribuidos en las unidades alemanas de acuerdo con las funciones que desempeñaban, tales como intendencia (traductores, oficinistas, choferes, limpieza, ayudantes etc.), o como mecánicos, cocineros, panaderos, lavanderos, artilleros, y en la Organización Todt como ingenieros, carpinteros u obreros de construcción para todas las innumerables labores que demandan gran cantidad de mano de obra.
Obviamente el Heeres (Ejército de Tierra) era la fuerza que más personal demandaba y por eso numerosos batallones y compañías contaban con voluntarios de diversos países y en algunos casos incorporaban grupos minoritarios de personas con diferentes razas, cultura, religión e incluso idioma. Cuando se trataba de unidades de combate, aunque las Waffen-SS técnicamente no pertenecían al Heeres, siendo fuerzas terrestres se las consideraba dentro de esa categoría. Muchas personas se preguntan si en Alemania había personas de raza negra que prestaron servicio y claro que sí las había, la mayoría procedentes de las antiguas colonias africanas, que Alemania perdió al finalizar la Primera Guerra Mundial, pero que eran ciudadanos alemanes y por tanto afectos al servicio militar. Siendo una minoría, eran asignados a unidades convencionales y no formando unidades autónomas por sus características étnicas, como sucedía en el ejército francés, británico o estadounidense, por ejemplo.
Inicialmente, los voluntarios conformaron unidades llamadas Legiones o eran incorporados a las Waffen-SS, pero a partir de 1943 todos pasaron a formar parte de las Waffen-SS, aparte de los voluntarios rusos y españoles. Los voluntarios europeos occidentales (en special los considerados arios-nórdicos, holandeses, belgas, noruegos y daneses) aspirantes a rangos de oficiales pasaban por la Escuela de Oficiales-SS de Bad Toelz, en Bavaria, que en 1943 se estableció como único centro de entrenamiento de oficiales para esos voluntarios.
Bad Toelz fue una escuela que fue considerada como un centro militar de primera clase. La preparación física era fundamental, supervisada por profesores que cuando menos había ganado alguna medalla olímpica u ostentaban algún record deportivo. La actividad física era acompañada de una rigurosa enseñanza académica. Nunca faltaban las veladas culturales con obras de teatro, danza y películas. Pero lo más importante era que no había ninguna diferencia, ni en la instrucción ni en el trato de los estudiantes, con los estudiantes alemanes de las demás academias militares. Como regla general, el entrenamiento en el campo se hacía con munición real y era extremadamente riguroso y exigente.
Los graduados de Bad Toelz eran oficiales con un gran nivel de preparación, tanto así, que en 1945 conformaron la 38 División-SS Nibelunga. Cuando esa división se enfrentó a las fuerzas estadounidenses, en el sur de Bavaria, sufrieron las carencias de equipo, armas y municiones, pero pudieron contener al enemigo que los aventajaba por su superioridad numérica y en equipo, aparte de la supremacía aérea. Luego de finalizada la guerra, la División Nibelunga, por ser una unidad de las Waffen-SS sufrió la satanización de los Aliados con cargos a sus oficiales por crímenes de guerra. El asesinato masivo de unidades enteras de la División Nibelunga a nivel de compañía y hasta de batallón, fue silenciado. Sólo desde hace algunos años han comenzado a aparecer testimonios de ex miembros de las Waffen-SS que han denunciado, que fueron más los efectivos de la División que murieron asesinados en los campos de prisioneros estadounidenses, que en el campo de batalla. En descargo de los Aliados sólo hay que recordar que se les inculcó la idea de que "SS" significaba "criminal" y nunca nadie les explicó que una cosa era la policía política, pertenecientes a las SS-Generales y otra cosa eran las Waffen-SS, diferencias que hasta en la actualidad todavía hay muchas personas que desconocen o simplemente no quieren aceptar.
Hubo muchos voluntarios de muchas nacionalidades, en número minoritario, que no llegaron a formar unidades, ni a nivel de compañía. Sólo los que lograban agrupar un número suficiciente de hombres para llegar a formar unidades a nivel de regimiento se les puede considerar como voluntarios representativos de un país, que por otro lado, sólo por razones logísticas necesitaban del apoyo de sus respectivos gobiernos o de sus líderes y representantes.