Si vais a nuestra página de inicio en la sección de Reportajes y dentro del título "Para los que no volvieron a puerto", encontrareis este foto en la que aparece Sophie con sus compañeros.

La película narra, de forma magistral, los cuatro últimos días de estos muchachos, detenidos el 18 de abril de 1943 por arrojar panfletos antinazis en la Universidad de Munich, y tras intensos interrogatorios por la Gestapo, juzgados en una parodia de juicio y ese mismo día el 22 de febrero cruelmente ejecutados en la guillotina.
La película es de 2005 y esta dirigida por Marc Rothermund e interpreteda en el papel de Sophie Scholl por la joven actriz alemana Julia Jentsch.
Ha sido galardonada, entre otros premios con dos Osos de Plata en la Berlinale, Mejor Película Europea de 2005, nominada al Oscar a la mejor película de habla extranjera etc.
Desde mi punto de vista es uno de esos filmes que no te dejan levantarte de la butaca.
La pélícula está basada en una gran labor de investigación realizada en los archivos secretos de la antigua DDR, que han completado lo que se sabía sobre lo que sucedió en esos últimos cuatro días, así como entrevistas personales con supervivientes de aquellos días
Alejada de los maniqueismos al uso, se presenta al inspector Mohr de la Gestapo como un funcionario eficaz. educado, a veces, incluso, parece humano. Victima del trauma del Tratado de Versalles, se aleja del estereotipo de nazi brutal y cruel, al que nos tiene acostumbrados el cine y personifica perfectamente la teoria de "La banalidad del Mal" de Hannah Arendt.
Mención aparte merece la figura del Juez Freisler, auténtica rata de alcantarilla que tras ser capturado por los rusos en la Primera Guerra Mundial, se hizo convencido comunista para luego ser un ferviente nazi. Hasta el propio Hitler lo despreciaba.
Personalmente, no conocía a fondo el tema e investigando en Internet he encontrado mucho material al respecto.
Si os interesa el tema basta con escribir "la Rosa Blanca" en el buscador y de ahí se van encontrando cosas.
Para terminar me gustaría ilustrar el presente artículo con la foto de la tumba de Sophie, su hermano Hans y su compañero Christoph Probst.

Saludos a todos.