Y como a un buen soldado que es (de los mejores) pueden mandarle a mil batallas y volver al frente al dia siguiente de terminada una misión sin haber disfrutado de Helga ni un solo rato completo. Y siempre lo hace con la sonrisa en los labios -esa sonrisa suya tan rara para que no se le caiga el puro, la chimenea, vamos-. Pero mandarle al galeno ya son palabras mayores, a ese, ¡¡ni el almirante en persona!!
Asi que para solucionar los dolores, Nodotilles a millones (como cualquier recluta, vamos que ni leer el prospecto. AntoniOOOOOOO, leches.
Bueno ya está mas tranquilo parece, en el hospital, tocando el culete a las enfermeras y puteando a cierto almirantazgo que yo conozco, haciendola pasar el puente entre camastros y pasillos y con su ausencia por las noches, mientras el pellizquea, como el dice que gritaba a sus jefes siempre fuerte y a la cara -eso si, de pensamiento

Ya no le duele (¿le habrán cambiado los nodotiles por gominolas?), pero seguro que nos echa de menos un porrón.
Antonio, un abrazo muyyyyy fuerte. Date prisaaaaaaaa.