Esto lo he leido en uno de los foros de la armada española, y es muy bueno, espero que os guste.
Pd: Aprovecho para presentaros el escudo de mi sub, el U-172, que me ha hecho muy amablemente Brush.
Carta dirigida a la Compañía de Seguros por el capitán 
de un buque extraordinariamente desgraciado 
Muy Sr. mío: 
Escribo esta carta a Vd. con pena y premura. Pena porque cierta 
incomprensión haya originado los hechos que relato, y premura para 
que Vd. pueda recibir esta carta antes de que se forme opiniones 
preconcebidas derivadas de las noticias de la prensa mundial, pues 
estoy seguro de que ésta tenderá a sobredramatizar el asunto. 
Acababa de embarcar el Práctico y el Alumno de Náutica volvía 
de cambiar la bandera G por la H y, siendo su primer viaje, tenía 
ciertas dificultades en enrollar la bandera G. Por lo tanto, procedí 
a enseñarle. Al haber finalizado, le dije «Let go» (márchate). 
El caballerete, aunque voluntarioso, no es muy listo, y necesitó 
que le repitiera la orden en alta voz. 
En este momento el Primer Oficial salía de la Derrota, 
donde había marcado en la carta la situación del barco, y, 
pensando que mi orden se refería a las anclas, repitió por 
megafonía «Let go!» al Segundo Oficial que estaba en el castillo 
de proa. El ancla de babor, que había sido preparada pero no 
apeada, fue fondeada rápidamente. El efecto de fondear el ancla 
desde el escobén mientras en barco navegaba toda avante a régimen 
de maniobra, fue excesivo para la acción del freno del molinete y 
toda la cadena de babor salió largada por el escobén. Me temo que 
los daños en la caja de cadenas pueda ser considerable. 
El efecto de frenado del ancla de babor, naturalmente provocó 
que mi buque girase bruscamente en esa dirección, derecho hacia 
un puente giratorio que sobrevuela un tributario del río cuyo 
curso íbamos remontando. 
El operador del puente giratorio demostró gran presencia de ánimo, 
abriendo el puente para que pasara mi barco. Desgraciadamente, 
no se acordó de parar el tráfico rodado, siendo el resultado que el 
puente se abrió parcialmente, depositando un Volkswagen, dos 
ciclistas y un remolque con un trailer para ganado en mi castillo de proa. 
Mi tripulación está ahora reconociendo el contenido del trailer que, 
por el sonido, yo diría que son cerdos. En sus esfuerzos por parar la 
arrancada del barco, el Segundo Oficial fondeó el ancla de estribor; 
demasiado tarde para ser de uso práctico, ya que cayó sobre la cabina 
de control del operador del puente giratorio. 
Después de haber sido fondeada el ancla de babor y el barco caer 
a esa banda rápidamente, marqué «Atrás toda», repicando el telégrafo 
de máquinas dos veces para ordenar las máximas revoluciones atrás. 
Me informaron de la Sala de Máquinas que la temperatura del 
agua era de treinta y dos grados y me preguntaron si es que estaba 
loco o qué. Mi respuesta no añade nada constructivo a este informe. 
Hasta ahora he limitado mi informe a las actividades del extremo 
proel del barco. A popa estaban teniendo sus propios problemas. 
En el momento de ser fondeada el ancla de babor, el Tercer Oficial 
estaba supervisando la maniobra de amarre del cabo de remolque del 
remolcador de popa, y lo estaba arriando a la cubierta el remolcador. 
El efecto súbito de frenada del ancla de babor causó que 
el remolcador se metiera debajo del escudo de popa, justo en 
el momento en que yo repicaba en el telégrafo de máquinas 
«Atrás toda» y la hélice cumplía la orden. La pronta acción del 
Tercer Oficial, que ya había hecho firme el remolque a bordo, 
demoró el hundimiento del remolcador por algunos minutos, 
permitiendo por tanto que la tripulación lo abandonase con seguridad. 
Es raro, pero en el preciso momento de fondear el ancla de babor, 
hubo un corte de electricidad en tierra. El hecho de que estuviéramos 
cruzando en ese momento una «zona de cables submarinos» 
marcada en la carta, puede sugerir que quizá podríamos haber 
tocado algo en el lecho del río. Desde luego es una suerte que 
los cables de alta tensión derribados por el palo de proa no tuvieran 
tensión eléctrica, posiblemente por haber sido reemplazados por los 
cables submarinos, pero debido al oscurecimiento total de tierra 
no sabemos dónde cayó la torre. 
Nunca dejan de extrañarme las acciones y el comportamiento 
de los extranjeros durante los momentos de pequeñas crisis. 
El Práctico, por ejemplo, está en este momento arrinconado en un 
rincón de mi despacho, alternativamente acusándose y llorando 
después de haber ingerido una botella de ginebra en un tiempo que 
es digno de figurar en el «Guinness book of records». 
El Patrón del remolcador, por otro lado, reaccionó violentamente y 
hubo de ser reducido por la fuerza por el mayordomo, que lo ha 
encerrado esposado en el hospital de a bordo, donde está 
diciendo que hará cosas imposibles con mi persona y con mi barco. 
Incluyo los nombres y direcciones de los conductores y de las 
compañías de seguros de los vehículos, que el Segundo Oficial 
tomó después de evacuar precipitadamente el castillo de proa. 
Estos datos le permitirán a Vd. reclamar los daños que ellos causaron 
al barandillado y barraganetes en la zona de la bodega del 1. 
Cierro este informe preliminar porque encuentro muy difícil 
concentrarme con el sonido de las sirenas de la Policía y con sus 
luces de destellos. 
Es triste pensar que si el Alumno de Náutica se hubiera dado 
cuenta de que de noche no es necesario enarbolar la bandera 
de Práctico, nada esto hubiera sucedido. 
Atentamente. Londres,15 de enero de 1957 
EL CAPITAN
            
			
									
						
							Un poco de humor
Moderador: MODERACION

 
  
 
   
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