Hace dos días que recibimos el mensaje, el almirante Döenitz se rinde y nos ordena abandonar las armas. Salimos a superficie la noche del segundo día después de la derrota, todavía tenemos un torpedo en la popa, pensaba, deberíamos deshacernos de él, el segundo había terminado de chequear las provisiones y el combustible, todo estaba en perfectas condiciones y nos quedaba el 60% del diesel. Mientras estaba ensimismado mirando al océano llegó un mensaje nuevo, era un mensaje inglés, decía que habían detectado algo en nuestro cuadrante, cuando vi que el rumbo coincidía con el nuestro no le di mayor importancia, la guerra había terminado ya, éramos un barco sin país que se dirigía a ¿casa? ya habíamos arbolado la bandera negra y todas las antenas y el esnorquel estaban levantadas para que nos viesen bien y se fijasen que no queríamos pasar desapercibidos. Los tres gemelos ya no dispararían más contra los pájaros de la RAF. Recuerdo que el oficial de radio trasteaba con la emisora de AM civil que llevábamos abordo, -is a long way Tipperery,...- saqué un cigarrillo y comentaba con el segundo la posibilidad de ir a Wilemshaven, agotando el diesel, por lo menos no ahorraríamos la repatriación y estaríamos juntos hasta el final de todo. Una vez en Casa ya sería más fácil que si desembarcásemos en España por ejemplo. Mientras esa discusión tomaba forma y contemplábamos la posibilidad de tener que ocultarnos, el radio empezó a gritar, contacto de señales de radar, son dos aviones, -nos han detectado y vienen directos-, no le di mayor importancia, seguramente querrían certificar que no nos sumergíamos, localizarnos y mandar un barco para capturarnos. Los vi hacer las maniobras de aproximación, se pusieron en línea y entonces, cuando estaban apenas a 8.000 metros, con el sol de fondo asomando en el alba los vi como dos depredadores que venían a por su presa. Seguramente esos pilotos querían tener algo que contar a sus nietos,... bien amigo yo quiero conocer a los míos.
-¡Ceñir al flanco todo a estribor!- -¡Artilleros a cubierta!- dos catalina, maniobraban para corregir el rumbo de bombardeo, tenían que reducir la velocidad, los dos gemelos de popa ya estaban operativos, el del puente siempre había dado problemas, el oficial de puente a mi lado no esperó a mi señal, sabía perfectamente cuando la daría y se anticipó, como un amigo que termina la frase de otro, pero más sorprendente aún fue que los artilleros hiciesen lo mismo. Los dos gemelos empezaron a escupir fuego con una coordinación y un ritmo que me hizo olvidar por unos momentos que habíamos perdido la guerra –¡Todo a babor!- uno de los Catalinas soltó las bombas, pero el que estaba más retrasado comenzó a arder y a desviarse. La metralla y el agua golpearon el puente, los artilleros ignorando esto giraron rápidamente los gemelos para dispara, para simplemente ver como el gemelo del puente comenzaba a escupir y hacia explotar al cuarto impacto al otro catalina. Como tantas otras veces, cuando no te puedes sumergir lo mejor es ser el mejor cazando patos. Los catalina habían notificado su hallazgo, lo mejor era rendirse a la evidencia, nos capturarían y además nos juzgarían por criminales, habíamos derribado dos aviones en tiempo de paz. A quien creerían a unos Tomis o a nosotros. Contacto por radar, barco navegando en paralelo a larga distancia, es muy grande señor. No lo llegué a pensar detenida mente, simplemente no habíamos recibido nunca el mensaje de fin de hostilidades y el ataque de los catalina le daba fuerza a nuestra coartada. -Señores, si los ingleses quieren alargar la guerra al U-777 no será su tripulación quien se lo niegue.- el día estaba dando sus primeras luces y nuestro último objetivo de la guerra estaba al oeste de nuestra posición, nos acercamos a toda máquina hasta el punto donde habíamos pensado atacarlo, colocamos la popa perpendicular a la línea de curso del carguero o que demonios fuese, porque para asegurar la pieza habíamos evitado acercarnos demasiado y no habíamos tenido contacto visual, estábamos a unos 450 metros de por donde pasaría, calculamos el tiro, la velocidad, quitamos lo seguros de la espoleta y desactivamos el sistema de horma acústica para utilizar el torpedo sin guía. -Arriba periscopio,... dios mío es un T3. segundo ¿que demonios hacemos, a la sala de máquinas o a los depósitos de carga?-.
-Señor, estamos muy cerca, si lleva gasolina nos volará en pedazos.
-A la sala de máquinas o la los depósitos segundo, yo lo que quiero es asegurar la pieza-.
-Entonces,... ¿va cargado? Si es así ala carga, estos últimos T3 suelen ir bastante bien en ese punto, por lo menos le causaremos un gran incendio.
-Tubo V listo,... fuego el V,... abajo periscopio,... avante toda- Escuchamos la explosión del torpedo, luego fue como si algo acelerase, me recordó los motores de los nuevos reactores y luego nos zarandeamos peligrosamente, saltaron remaches, y empezó a entrar agua,... -¡a la superficie!- salimos en medio de un infierno de gasolina ardiendo. Nos alejamos de allí para no cocernos como unos pollos. Rumbo a Wilemshaven de nuevo. No nos molestaron en el resto del trayecto, alguna alarma por señales de radar, pero atentos no esperamos a hacer contacto con nadie. Ya en las aguas poco profundas cerca de casa decidimos apurar la inmersión hasta la misma grada del puerto, así aseguraríamos una entrada triunfal única y sin problemas de abordajes. Era de noche, una de esas bonitas noches de Mayo que tanto me gustaban. El submarino estaba parado y comenzó a emerger como un monstruo que se entrega. Por el periscopio había visto a unos marineros americanos borrachos orinando en una caseta de guardia, más allá los bunkers destruidos, seguramente por nuestros camaradas antes de la captura. Los marineros corrían asustados, el submarino estaba en superficie, preparamos las cargas en las válvulas de inmersión, abrimos las escotillas y formamos en cubierta. –Muchachos, estoy orgulloso de ustedes, esto es su licencia como miembros de la kriegsmarine y como tripulación del U-777, estos últimos siete años han estado llenos de grandes triunfos y grandes fracasos, pero sobre todo de amistad y camaradería, terminemos como merecemos, desembarcando como héroes alemanes. Buena suerte a todos en su vida civil. Fui despidiendo a todos y cada uno de los tripulantes a su paso por la pasarela, cuando solo quedábamos los suboficiales activamos las cargas, 10 minutos. Un jeep se acercaba seguido de un camión. Mis tripulantes ya habían desaparecido de escena. Cruzamos tranquilamente la pasarela, nos habíamos puesto de gala para despedir al U-777, el segundo llevaba su abrigo de cuero negro hasta los pies, nos dio unos pitillos que guardaba para una ocasión especial, caminábamos hacia los soldados que se habían desplegado desde la parte de atrás del camión, gritaban en ingles y en un alemán chapurrero, quédense quietos. -Yo quieto.-, seguimos acercándonos despacio, no por provocar, si no por alejarnos un poco del submarino, no estábamos seguros de que violencia tendría la explosión.
En el jeep vi que alguien se levantaba, distinguí unas estrellas.
Era un tipo alto se acercó a nosotros y dijo:
-son ustedes los últimos en llegar, ¿sabían que eran el único submarino alemán en el mar desde hace una semana?. ¿No les notificaron el final de las hostilidades?.-
Así que le dije en mi perfecto inglés. Somos los oficiales del U-777 ahí amarrado, y solicitamos la asistencia de sus mandos con el fin de ponernos en sus manos a efectos de ser tratados como prisioneros o como considere, mientras avancé hacia él fumando, me sonrió hizo un gesto y nos subieron al camión.
Ahí terminó la guerra realmente. Con la explosión del U-777 de fondo.
En realidad el U-777 fue atacado por un avión y fue hundido sin hacer ninguna patrulla, toda la tripulación murió, fue cerca de su puerto. Por fin he terminado la Campaña.
Por cierto, como se da la orden de abandonar el barco, no lo localizo en ningun sitio.
