roberti escribió:Como se nota que habeis estado mucho tiempo en la mar , de vez en cuando parar en algun puerto.
ese comentario tuyo me ha evocado viejos recuerdos, antaño, cuando era joven, con 18 años recien cumplidos me embarqué como pasajero en un viaje por Europa, en un mercante, en el cual el padre de mi mejor amigo de entonces era el capitan, y su mujer y sus hijos lo acompañaban en los veranos y a mi, el amigo de su hijo mayor, me invitaron en dos ocasiones.
Embarcamos en Liverpool, justo el mismo día que zarpaba el barco para amberes, lástima, y digo lástima, porque mi amigo ya me había contado tiempo atrás, que había 2 puertos europeos, al menos 2 que el conocía, que cuando atracaban los barcos, muchas mujeres intentaban subirse al barco por la noche en busca de juerga gratis, pero juerga de las de verdad, en donde primero se bebía whisky que llevaban los merineros y después se fornicaba, el pensamiento de ese fornicio portuario con unos 18 años jóvenes hacían anhelar el pronto viaje que llegar´´ia en verano, y alla estabamos embarcando pero tristes por zarpar sin habernos corrido la juerga tantas veces soñada, pero todavía nos quedaba otro puerto que prometía más que el primero: Estocolmo, pero primero fuimos a amberes, despues a rotterdam, luego a hamburgo y por último llegamos por fin a estocolmo.
Teníamos un camarote muy especial, situado muy estrategicamente, mientras que el capitan tenía su camarote en el puente más alto por encima del puente de mando al que se accedía por una escalera interior, y los primeros oficiales de puente y máquinas, radio telegrafista, tenían sus camarotes en el puente de mando, pero se accedía a ellos desde el interior, nosotros dispusimos de otro más alejado con acceso por el exterior, y por encima de los puentes inferiores donde se alojaban el resto de oficiale y más abajo los marineros.
En ese camarote, teníamos una cama generosa y una litera algo mas pequeña que cambiabamos cada noche, y nuestro baño y pequeña salita, un reducto generoso propio de barcos de otra época donde primaba un cierto lujo y confort en marina mercante. Nos avituallamos de forma excelente e inteligente a nuestro criterio, varias botellas de whisky, chivas, ballantines, bombones de varios tipos, refrescos, y otras vituallas excelentes, y nos preparamos para el día D

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Y por fin llegamos a estocolmo, esa primera noche, todo preparado, ya antes habíamos confabulado con varios oficiales, los más juerguistas, los más osados, y nos habían prometido que las dos chicas más jóvenes y guapas que llegaran al barco nos las adjudicarían, no por algo, mi amigo era el hijo del capitan y eso tenía su peso.
después de cenar, nos retiramos con mil excusas, todas sospechosas, porque la madre de mi amigo, o sea la mujer del capi era muy cuca y se las sabía todas y ya se olía algo, pero bueno, nos dejaron ir a "dormir", al principio nerviosos, dando vueltas por el camarote, venga a asomarnos por el puente, mirando al puerto, a ver si llegaban las féminas, pasaban las horas, y joder! nos quedamos dormidos! nos despertamos al amanecer, casi los dos a la vez, y nos maldecimos, salimos al puente, no se veía un alma. Nos preguntabamos porque no nos habían llamado, o no habrían llegado chicas, que habría pasado?, luego mas tarde en el desayuno, vimos caras largas, la madre de mi amigo con un mosqueo de narices, y luego nos contaron...
... en la madrugada empezaron a llegar mujeres, conocían el barco de otras veces, allí siempre había whisky para tomar sin fin, buena juerga con marineros latinos, fueron subiendo y se fueron metiendo alli y alla, unas cuantas, pero el jodido contramaestre la jodió, se llevó a dos chavalas, las que debían de haber sido para nosotros, Jodido contramaestre! le odié desde aquel día, se las llevó a su camarote, y se agarró una borrachera de espanto, luego debió de montar tal bronca que despertó a todo el barco, pero lo peor es que se despertó la mujer del capi, la madre de mi amigo y viendo aquel puterío en el barco, que indecencia! montó una bronca de las buenas y las echaron a todas, y peor aún, el propio capitan tuvo que tomar cartas en el asunto, y se prohibió tajantemente un nuevo acceso esa noche y las que restaran en toda la travesía, al menos mientras estuviera su familia.
Que desesperación! nos quedamos con una depresión absoluta...
....Jodido contramaestre!