El Wilhelm Gustloff . .

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El Wilhelm Gustloff . .

Torpedeado por un submarino soviético en 1945, sextuplicó en número de víctimas al Titanic con 9.343 fallecidos

Relato de : Mª. Ramírez y S. Mata

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Historia

El hundimiento del Wilhelm Gustloff en 1945 debería haber pasado a los anales de la historia como el mayor desastre naval del siglo XX, pero no ha contado con la publicidad del Titanic. Aunque hubo algunos intentos de sacar a la luz la historia, como el libro que Heinz Schön (un superviviente) escribió en 1951, y la película "Nacht fiel über Gotenhafen" (1957) de Frank Wisbar que ganó el premio nacional de cine (otorgado por el gobierno de la RFA); ha sido el último libro del Nobel alemán Günter Grass, “Im Krebsgang”("A paso de cangrejo"), el que ha reabierto una profunda herida que, en los familiares de las víctimas del Wilhelm Gustloff, no había conseguido cicatrizar.

La historia de este pecio alemán transcurre durante el periódo bélico más sangriento de nuestra historia reciente, la Segunda Guerra Mundial.

Los alemanes habían perdido la guerra, y las tropas soviéticas se expandían por todos los territorios germánicos, por lo que, tras tres años de intensas pugnas, los soviéticos conseguían invadir Alemania.

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La botadura del Wilhem Gustloff en Hamburgo en 1937.

Los alemanes temían la entrada de los soviéticos en su territorio, por lo que la única solución que les quedaba era la de huir hacia los territorios bajo mando americano o británico, ya fuese por mar, aire o tierra.

Muchos de los alemanes que decidieron huir por mar, a bordo del malogrado Wilhelm Gustloff, vivían en la zona este de Prusia, que pertenecía a Alemania pero que tras la derrota de la Segunda Guerra Mundial, iba a pasar a manos de la Unión Soviética tal y como acordaron los aliados. El resto vivían en el territorio de Danzig que a partir de la derrota alemana pasaría a ser de Polonia. Con esto, y ante el temor de la ocupación, estos refugiados alemanes decidieron huir cruzando las frías aguas del mar Báltico. Su huida se produciría el 30 de enero de 1945, y acabó en una tragedia silenciada que superó en 6 veces más a las víctimas del mítico Titanic.


La huida truncada

En una fría noche de invierno de 1945, más de 60.000 refugiados alemanes procedentes de Danzig y el este de Prusia, se habían acercado hasta el puerto de Gotenhafen, en el golfo de Gdansk. Un crucero trasatlántico alemán, el Wilhelm Gustloff, pondría a una parte de ellos a salvo de las tropas soviéticas llevándoles a Dinamarca.

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Primer plano del coloso alemán.

El Wilhelm Gustloff, había sido creado en 1939, antes del estallido de la Guerra, y bautizado bajo el nombre de un dirigente ##### asesinado en 1936 por un estudiante de medicina judío, David Frankfurter. Este buque había sido ideado como una recreación o recompensa ociosa para que los obreros ##### pudiesen disfrutar de sus vacaciones a bordo del trasatlántico. De esto se encargaba la organización alemana “Fuerza por la Alegría” que funcionó hasta el inicio de la segunda guerra mundial.

El crucero alemán, pasó de ser utilizado como transporte de ocio, a ser uno de los cuatro barcos que se encargaban de repatriar a los alemanes que habían colaborado con la Legión Cóndor durante la Guerra Civil española en las filas de Franco. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Wilhelm Gustloff, pasó a ser alojamiento para las tripulaciones de los submarinos y, más tarde, se erigió como barco hospital que auxiliaba a los tripulantes de barcos alemanes, submarinos y como apoyo logístico durante el periodo bélico. Durante cuatro años esa fue la labor del Wilhelm Gustloff, al que algunos ya le han bautizado como el Titanic alemán.

Este buque no se caracterizaba sólo por tener una gran envergadura, unas 25 mil toneladas de peso, y una velocidad de 15 nudos, sino porque su tripulación era organizada bajo un doble mando. El Wilhelm Gustloff era por una parte un barco civil, al que gobernaba el capitán Friederich Petersen, y por otra parte un barco oficial con misiones de rescate, capitaneado por el Comandante Wilhelm Zahn.

La tarde del 22 de enero de 1945, con la invasión soviética, la tripulación del Wilhelm Gustloff, dada su gran capacidad para albergar a cientos de refugiados , hacía los preparativos para acoger y transportar a los 1.865 pasajeros que formarían su aforo total, cumpliendo así la orden del propio Hitler de que todos los navíos civiles disponibles ayudasen en la tarea de rescate. Pero el avance de las tropas soviéticas al Golfo de Gsdank desde el que partirían los refugiados, era cada vez más real por lo que la cifra de carga máxima se vio aumentada en unos 10.582 pasajeros.

A los 60.000 refugiados que aguardaban en el puerto de Gotenhafen desde el 22 de enero, y de entre los cuales sólo unos miles fueron los escogidos, se les sumaron unas 400 auxiliares navales que fueron acogidas en la embarcación dado el, más que factible, peligro que correrían si se quedaban en tierra a manos de los soviéticos. Con la capacidad máxima superada con creces, la gente se aglomeraba en el interior.

Nadie esperaba que aquel total de pasajeros se incrementase siete días después, cuando la mañana del 29 de enero de 1945, llegaban al barco 73 soldados heridos gravemente, que habían sido traslados desde el frente en tren hasta el puerto. No quedaba más remedio que hacer hueco a aquellos soldados alemanes por lo que, contando con la tripulación del Wilhelm Gustloff, unos 1.100 hombres, en el barco sólo había chalecos salvavidas para un 60% del total de pasajeros, algo que determinó la gran cantidad de fallecidos tras el bombardeo soviético.

El ataque soviético

Una vez que estuvieron todos los pasajeros a bordo, el Wilhelm Gustloff fue remolcado por cuatro lanchas fuera del muelle de Gotenhafen sobre las 12:30 de la mañana del 30 de enero de 1945. Ni el comandante del crucero ni su tripulación tenían conocimiento de que el ejercito soviético iba a poner en peligro aquella operación de rescate, ya que habían movilizado a la aviación y a la flota de submarinos que se encargarían de impedir que aquellos refugiados alemanes alcanzaran las costas de Dinamarca.

Los soviéticos no tardarían en pasar a la acción, además, las condiciones climáticas del Báltico inducían a pensar que el viaje no se desarrollaría sin algún sobresalto. Hacía frío, estaba nevando y la temperatura alcanzaba los 10 grados bajo cero, el viento y las gélidas aguas del mar sobre la que se había formado hielo, impedían al trasatlántico ir a una velocidad superior a siete nudos por hora, por lo que se movía a casi la mitad de sus posibilidades.

Justo después de las 9 de la noche, cuando el Wilhelm Gustloff estaba a 13 millas de distancia de la costa de Pomerania, 3 torpedos del submarino soviético S-13, bajo las órdenes del capitán A.I. Marinesko impactaban sobre el casco del barco. El primer impacto se produjo sobre el arco del barco, justamente debajo del timón y de la línea de flotación. Un segundo torpedo impactó cerca de la piscina en donde permanecían hacinadas las cuatrocientas auxiliares navales y parte de los refugiados. Un último impacto fue el que alcanzó la sala de máquinas, poniendo fin a la vida del gran trasatlántico alemán que ya estaba agonizando. Aquel proyectil había destruido el casco del barco y toda la maquinaria.

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El comandante soviético Alexander Marinesko fue condecorado con la medalla de Héroe de la URSS el 8 de mayo de 1990, durante el mandato de Mijail Gorbachov, 45 años después de la tragedia y 25 después de su propia muerte, por abatir a un crucero repleto de refugiados y que carecía de armas de defensa militar.

Durante los minutos que duró el ataque, los miles de pasajeros que iban a bordo corrían por la cubierta en una búsqueda desesperada de salir de allí con vida. Sus miras estaban puestas en los botes salvavidas, pero no había para todos, por lo que muchos decidieron arrojarse a las heladas aguas del mar Báltico. Mientras, los mandos ya habían lanzado la señal de SOS a la costa de Stolpmunde, en Pomerania, y trataban de poner orden entre la multitud exaltada que ya empezaban a deshacerse de las mujeres embarazadas y de los heridos. El Wilhelm Gustloff ya estaba sentenciado a un final trágico, a los 50 minutos del ataque soviético, el buque insignia alemán se hundía a 42 metros de profundidad, y con él se llevaba a las profundidades del mar a 9.343 de los 10.582 pasajeros que iban a bordo. Sólo pudieron ser rescatados 1.239 gracias a la respuesta inmediata de otros barcos alemanes, como el torpedero T-36 y un barco de la flotilla que acompañaba al crucero Admiral Hipper, que habían recibido el llamamiento de auxilio.

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El submarino soviético S-13 lanzó tres mortíferos torpedos contra el Wilhelm Gustloff.

Gracias a la colaboración de estos dos barcos, y pese a que durante el transcurso del rescate el T –36 perdió a varios de los supervivientes por verse atacado por el submarino ruso, el 31 de enero de 1945 los 1.239 supervivientes del Wilhelm Gustloff llegaban al barco hospital danés Rey Olof.

El comandante soviético Alexander Marinesko fue condecorado con la medalla de Héroe de la URSS el 8 de mayo de 1990, durante el mandato de Mijail Gorbachov, 45 años después de la tragedia y 25 después de su propia muerte, por abatir a un crucero repleto de refugiados y que carecía de armas de defensa militar.

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Algunas de las victimas de la mayor tragedía conocida de la historia marítima.

Aquella tragedia no trascendió más allá de las silenciosas aguas de la zona, actualmente Polonía, donde a 42 metros de profundidad descansa el Wilhelm Gustloff .

Günter Grass ha querido airear en su última novela el tabú en el que se convirtió el hundimiento de este trasatlántico alemán, al igual que ya en su día, en 1957, la película “Nacht fiel ubre Gotenhafen” también se hizo eco de lo que aquí sucedió.

El buceo y el pillaje en el pecio

El pecio del Wilhem Gustloff está en aguas del territorio polaco, como ya se ha dicho a menos de 50 m de profundidad, y la inmersión en los restos del pecio está prohibida. Se conservan bien la proa y la popa, pero la sección central ha sido demolida.

El fotógrafo alemán Stefan Baehr publicó en 1995 un libro ("Wracktauchen in der Ostsee", erschienen 1995 im Jahr Verlag, Hamburg, ISBN 3-86132-162-9) con fotos de una expedición al pecio realizada en verano de 1992.

Durante años el olvido sirvió de tapadera al pillaje por lo que un superviviente llamado Heinz Schön, tomó parte en tres expediciones al pecio, precisamente para sensibilizar al gobierno de la entonces RFA para que calificara los restos como tumba internacional marina. Para cuando él fue, el pecio ya había sido sometido a pillaje, por lo que mandó documentación fotográfica para que el gobierno se hiciera cargo, ya que el pecio es de propiedad estatal. Efectivamente, consiguió que el gobierno protegiera a partir de entonces el pecio.

En 1984, Schön publicó otro libro, "Die Gustloff-Katastrophe-Bericht eines Überlebenden" (256 páginas, 348 fotos). En él dedica un capítulo específico al pillaje del pecio en busca de la legendaria "habitación de ámbar" (Bernsteinzimmer).

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Se trataba de una habitación construida entre 1701 y 1711 por el danés Gottfried Wolffram a instancias del rey Federico Guillermo de Prusia, que la envió en 1716 como regalo al zar Pedro el Grande. Instalada en el palacio de verano de Catalina I de Rusia, en Pushkin (a 10 km. de San Petersburgo), fue robada por los alemanes durante el cerco de Leningrado, y trasladada a Königsberg. Tras la guerra se supuso que la "cámara de ámbar" pudo ser destruida en un bombardeo aliado en enero de 1945, pero no existía certeza al respecto, y algunas teorías hablaban de que había sido embarcada en el Gustloff: esto dió pie al pillaje del pecio en su busca.

Posteriormente, la policía secreta de la RDA (Stasi), interrogando a antiguos miembros de las SS, supo con certeza que la "Bernsteinzimmer" no había sido embarcada en el Gustloff, sino transportada en camiones (aún así, su destino final sigue siendo hoy día desconocido).

El Steuben, otro pecio hundido por el S-13

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Por último, hemos de referirnos aquí a un auténtico hallazgo que dio a conocer en julio de 2002 un buceador profesional de Paderborn: el del pecio del barco "Steuben", hundido también en el Báltico por el mismo submarino ruso S-13, el 12 de febrero de 1945 (diez días después del hundimiento del Gustloff), cuando viajaba repleto de refugiados. De hecho, se trata de la cuarta mayor catástrofe en pérdida de vidas humanas como consecuencia de hundimientos de buques de refugiados alemanes (tras las del Gustloff; la del "Goya",

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fue hundido el 16 de abril de 1.945 por el submarino ruso L-3, al mando del Comandante Vladimir Konovalowen, causando 6.666 víctimas entre los refugiados que huían del avance ruso, y la del "Cap Arcona",

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destinado al transporte de prisioneros aliados y presos de los campos de concentración, que fue hundido por bombarderos británicos mientras los ##### fusilaban en pleno puerto a los prisioneros aliados que transportaban ese y otros barcos, falleciendo 4.200 prisioneros del buque. El pecio fue alejado del puerto en 1950, para descansar finalmente a una profundidad de 50 metros.

Ulrich Restemeyer, de 40 años de edad, no ha revelado la posición, pero sí la profundidad a la que se halla el Steuben: 24 metros. En el hundimiento murieron 3.608 personas. La identidad del pecio fue comprobada por Frank Döscher, experto en construcciones navales de Bad Oeynhausen: "la hélice, de más de 4,30 metros de diámetro, y el timón, de 6,90 metros de longitud, son indudablemente los del Steuben".

El barco había salido de Pillau (Prusia Oriental) el 9 de febrero con 4.000 refugiados, en su mayoría mujeres, niños y soldados heridos. El 12 de febrero fue alcanzado por dos torpedos del S-13 y se hundió en 15 minutos. Sobrevivieron 659 de sus pasajeros. Posteriormente, un tripulante del S-13 afirmaría que no habían percibido que el Steuben fuera un barco de pasajeros o un barco-hospital. Sin embargo y pese a los "errores", otros buques de transporte de refugiados, como el "Thielbek"

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hundido el 3 de mayo del 45, tampoco lograron rebasar el cerco soviético, aumentando en varios miles las personas desaparecidas en aguas del Báltico.


Un saludete
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Gracias Brushot por el relato, es sencillamente sobrecogedor la cantidad de víctimas civiles y las circunstacias de sus muertes.

Saludos
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