Quiero agradecer especialmente al Capitan Epinephelus su colaboracion en el primer report escrito en forma de novela a dos manos. Sin ella este intento experimental nunca hubiera sido posible. Espero sinceramente que os guste a todos.
Freetown, un dia cualquiera del nefasto 1944
Se han producido muchos cambios en la tripulación desde el ultimo crucero. Evidentemente a quien más echo a faltar es a Lektu, al que en breve le darán su propio submarino que se merece sobradamente. El segundo ingeniero es muy joven, tal vez demasiado, pero mi nuevo primer oficial, Schwartz, viene promocionado del U130 de Kals, y eso son inmejorables referencias. Gran parte de su tripulación fue reasignada cuando obtuvo el mando de la Segunda Flotilla el año pasado. El muy bribón consiguió mucho mas que nosotros en Fedala, hundiendo 3 transportes y aliviando así su picor de cuello con la cruz de caballero. De todas formas aun conservo a mi primer ingeniero, mi radiotelegrafista que ha sido ascendido a Oberfunkmaat y al risueño Ludwig en las maquinas. Salvo algún mosses barbilampiño y los dos de practicas de siempre, el resto de las caras son familiares.
Avanzamos a 5 nudos, con el snort activo, al traqueteante ritmo de los diesel hacia un claro contacto en los hidrófonos. Creo que nunca me acostumbrare a los cambios de presión que se producen aquí adentro cuando se cierra la admisión de aire a causa del oleaje, pero este es nuestro mejor seguro de vida. En estos momentos es un verdadero suicidio asomar la vela a superficie, no digamos ya la cubierta.
Sonne va dando las marcaciones de los barcos pequeños que evolucionan en torno a los grandes y lentos transportes. Finalmente anuncia una distancia aproximada a uno de ellos de 5000 metros.
-Joch, vamos por debajo de la capa, a ver si tenemos suerte y podemos colarnos sigilosamente.
Por unos instantes el sonido de las olas denota que la vela ha salido a la superficie. Mi primero se encoge un poco al tiempo que me lanza una mirada inquieta: el radar enemigo! Al ingeniero jefe le ha faltado tiempo para plantarse ante el árbol de navidad donde un chico palidece petrificado. Es muy joven, no aparenta ni los 16 años. Sus mejillas rosadas denotan que viene del campo y tal vez eso le salva de la rápida ira de Joch. Cuando acaba de manipular las válvulas le dice muy lentamente: ‘que no vuelva a suceder! Esta vez lo dejamos así, la próxima me encargo de que salgas en el cuaderno para un consejo de guerra. Pon el alma en lo que haces por que nos va la piel a todos’. Maldita sea, son demasiado jóvenes.
Luego me comenta en privado con una mueca de preocupación
-Mi ‘nuevo’ no tiene ni idea, es un desastre
-Aprenderá? Contesto mirándole a los ojos
-Tendremos tiempo de enseñarle, señor?
-No me jodas Joch! Me doy cuenta de que es la primera vez que le hablo así estando de crucero.
-Haremos todo lo posible, señor. Esboza una sonrisa y se va con una mueca bastante divertida. Tampoco nos queda mas remedio.
Navegamos expectantes a velocidad silenciosa pero tal y como esperaba no conseguimos despistar al destructor, que se acerca por estribor con los propulsores a moderadas revoluciones. Cuando nos gana las hélices ordeno poner los motores a 165 vueltas. Un submarino a 1 nudo es como un pato en una bañera.
No tardan en producirse los primeros ataques con cargas, que esquivamos con suerte esta vez, mientras conseguimos aproximarnos a unos 3500m del mercante de cabeza. No obstante hemos tenido que ganar profundidad y nos encontramos a 150m. Así que decido probar un hz viceversico. Es arriesgado tan abajo, pero hemos practicado esta maniobra hasta la saciedad. Los oficiales se ponen en marcha rápidamente y las ordenes fluyen por todos los compartimientos.
-Proa abajo 25, popa arriba 15, hélices a 60 revoluciones.
El submarino va ganando ángulo mientras pierde velocidad. Oímos claramente los propulsores del destructor acercarse peligrosamente. Cuando parece que están casi encima Joch ordena atrás toda; no vamos ya a mucho mas de un par de nudos. El ángulo supera los 20 grados y la nave continua descendiendo peligrosamente. No ganamos suficiente velocidad y el ingeniero desaparece por la escotilla estanca hacia los motores. Por encima del zumbido oigo su voz increpar a nuestro Dieselmaat Ludwig:
-Maldición, Lud, que coño estas haciendo! Quiero estos motores a 295 revoluciones ya! Ni una menos!
-Lo intento, parece que algo ha trabado el eje...
Demasiados parches y remiendos rápidos. El estado de los submarinos que se hacen a la mar en este momento es lamentable. El pobre U100, particularmente, es una verdadera ruina.
Se suceden unos momentos de angustia en los que intento consolarme pensando en que el sonarista adversario se debe estar volviendo loco. Hemos sobrepasado los 180 metros cuando el zumbido sube de tono y con él, el submarino comienza su ascensión. Al pasar la aguja por los 80 metros abrimos las ventilaciones y soplamos el tanque principal. El submarino sale propulsado por popa hacia la superficie rápidamente... tal vez demasiado.
Mientras subo a la vela seguido por Schwartz oigo a Joch con voz preocupada
-cerrad ventilaciones, proa arriba 15 popa abajo 20, inundad 1 y 3... madita sea, he dicho inundad 1 y 3!!! Avante toda, rápido! Pero que pasa con esos tanques!!!
Mientras, oteo por el recién izado periscopio en espera de que rompa la superficie. Mi primero ha ordenado abrir las compuertas de proa y los torpedos están listos.
Lo primero que veo es al destructor enemigo delante nuestro, ha quedado descolocado con la maniobra; mas atrás las siluetas de los mercantes con sus largos penachos de humo se recortan en la oscuridad.
-Objetivo a 900m, marcación 5, rumbo 90, velocidad... unos 7 nudos (no tengo tiempo de calcularla, doy los datos a ojo según lo veo desfilar ante las marcas), regulad el 1 a 4 metros (es un G7a, no me fío de los TV cuando el escolta va tan despacio), carrera rápida...
Una explosión sacude la nave, nos están disparando! El submarino ha salido a superficie a pesar de los esfuerzos del ingeniero, que grita a todo pulmón la orden de inundar el principal mientras empuja a los chicos hacia la sala de torpedos. No queda tiempo, es un lanzamiento prácticamente directo: Fuego el 1! Otro impacto cercano, el submarino empieza a sumergirse pero la andanada ha producido algún daño en el casco. Ordeno bajar el periscopio y dejamos nuestro puesto de ataque en la vela, cerrando la escotilla por si acaso. Todos esperamos un nuevo impacto, este de lleno, pero no se produce. El siguiente sonido es gloria para nuestros oídos: el torpedo ha partido en dos a nuestro oponente. Todos gritamos de jubilo, incluso Joch, que dirige un lacónico ‘luego hablaremos de esto’ a los responsables del desastre para lanzar acto seguido un ‘Ahoy!’ con todas sus fuerzas.
Un mensaje interceptado por nuestro B-Dients confirmo el hundimiento del reincorporado ‘as’ aliado Japu, tras una larga ausencia en el frente. No pude menos que sonreírme, en recuerdo de tantos caídos en la larga operación Merten2 bajo sus carga o su quilla... que me lo digan a mi!
-A periscopio, rápido, los mercantes están ahí mismo, no desperdiciemos nuestra oportunidad!
El submarino asciende de nuevo entre los lamentos del ingeniero por la gran cantidad de aire comprimido desperdiciado. Ahora si, en el periscopio se muestran claramente los panzudos mercantes. El primero es un petrolero sobre el que fijamos objetivo con tranquilidad, pues no se distingue ningún escolta a la vista.
Desgraciadamente nos enteraremos al regresar a Lorient que el otro destructor esta en ese momento lanzando una certera serie de cargas de profundidad que acabaran con el submarino de nuestro camarada Bruno. Otro compañero mas que no regresa. Ya son tantos!
Los torpedos salen de los tubos con su característico sonido en busca de un blanco que no han de fallar. Dos para el petrolero que estalla y se convierte en una gran bola de fuego, desparramando por el agua su carga incendiada. Otro para el mercante que lo sigue. Tenemos tiempo de girar para rematarlo con el tubo de popa antes de ganar una profundidad segura. Luego comienzan los pings del destructor que, finalizada su macabra tarea, vuelve sobre nosotros buscando venganza.
Permanecemos varias horas esquivando sus ataques, con el miedo apretando salvajemente nuestras gargantas mientras la nave se balancea brutalmente por las explosiones. Una de ellas nos envía bastantes metros mas abajo y el ingeniero tiene que esmerarse para mantener el trimado de la nave. Varios remaches y válvulas saltan, pero seguimos vivos. Estamos a mas de 200 m.
Entre ataque y ataque me apoyo en el tubo del periscopio cruzando displicentemente las piernas intentando dar una imagen de tranquilidad a los chicos. Por dentro, si pudiera, rompería a llorar de miedo e impotencia... No!, no han acabado con nosotros, aun puedo hacerles mas daño. Las marcaciones de los hidrófonos parecen indicar que el convoy se ha roto tras el ataque y hay 2 mercantes a solo 5000 m. Hemos conseguido recargar 2 tubos de proa y el de popa. Pongo rumbo a ellos. La sensación de la caza nivela algo el horror de ser presa.
Veo a Schwartz acercarse a uno de los nuevos. Esta agazapado temblando con fuerza, sus crispadas manos aferran una cara completamente desfigurada; esta a punto de venirse abajo. Se coloca en cuclillas junto a el y apoya calmadamente la mano en su hombro. Luego esboza una sonrisa al tiempo que le guiña un ojo y le dice ‘saldremos de esta, te lo aseguro’ y le hace un gesto con la cabeza dirigiéndose a mi. El chico abre la boca pero no dice nada, luego me mira. Yo cuento distraídamente los remaches de la escotilla del techo al tiempo que me rasco tranquilamente la barbilla, mientras con la otra mano aprieto disimuladamente con todas mis fuerzas el cable del periscopio. Solo me falta silbar para hacer el cuadro mas cómico, pero en ese momento funciona, pues sin darse cuenta todos los veteranos me están imitando y emprenden pequeñas tareas rutinarias. Su cara vuelve a ser mas normal dentro de lo que cabe, ha conseguido recuperar el control y con el todos nos sentimos un poco mejor.
Algo me dice a mi también que esta vez nos saldremos. Miro a mi nuevo primer oficial y le lanzo una breve afirmación con la cabeza. Se ha ganado mi confianza; todos se la han ganado. Tengo la mejor tripulación del mundo.
Llueven las cargas pero ya hemos cambiado nuevamente de rumbo: rompemos el contacto. Luego agradeceré al cielo y al mar esa decisión, pues tuvimos encima nada menos que al Messina del capitan Epinephelus.
No tenemos sitio donde alojarnos en Lorient, lo han bombardeado todo. Se que en casa esta sucediendo lo mismo y temo por los míos, como todos, aun que nadie dice nada. Pero queda siempre ese ultimo rayo de esperanza... como Helga. Mírala, de las pocas cosas que han sobrevivido a los últimos bombardeos, como nosotros esta vez. Y en la barra, entre vaso y vaso de schnaps, la nostalgia y el recuerdo de un tiempo mejor.
../.
Muchos años después de la contienda recibí la siguiente carta de mi actualmente gran amigo Epinephelus para completar mi libro de memorias. La transcribo al completo:
Apreciado compañero y amigo Schepke,
Mucho después de conocerte y mucho después también de que entrases a formar parte de mi reducido grupo de amistades, supe que, obligados por nuestros respectivos mandos y dirigidos por nuestra profesionalidad como comandantes de buque, nos enfrentamos en mar abierto, en las costas africanas de Freetown.
Por aquel entonces comandaba el HMS Messina, y compartía mi arduo trabajo con el HMS Zoquete, comandado por el Capitán Japu.
Creo recordar que nuestra misión consistía en dar escolta a un convoy de 4 naves que se dirigía, como no, hacia Bristol.
Por fortuna, el paso de la guerra nos había enseñado, a fuerza de golpes, que esas aguas eran peligrosas por la presencia ocasional de U-boots alemanes.
Como en tantas otras ocasiones, Japu se posicionó en una de las amuras del convoy mientras yo lo hacía en la opuesta.
Con los mercantes llenos hasta los topes, nuestra velocidad no pasaba de los 8 nudos, lo cual era un motivo más de preocupación.
Después de tantos años, la memoria empieza a fallarme, y no tengo más remedio que consultar las anotaciones que en su día dejé escritas en la Bitácora.
Hacia las diez y cuarto de la noche y después de comunicarme la avería de uno de sus “boilers”, Japu me comunicó que había obtenido un contacto, posiblemente de un submarino. Después de consultarlo con el propio Japu y mis oficiales, decidimos abandonar nuestra posición para acercarnos a la del submarino detectado. Contra dos destructores pocas posibilidades tendría. Justo cuando había ordenado cambio de rumbo mi sonarista me comunicó que tenía otro contacto, también de submarino, a 10 millas al norte del otro.
¡¡¡No me lo podía creer, 2 submarinos alemanes acosando a un pequeño convoy de 4 barcos y en la primavera de 1944!!!
Al momento ordené retomar el rumbo. Con un rápido intercambio de palabras por la radio, acordé con el Capitán Japu que él se quedaría con el submarino de más al sur y yo con el de más al norte.
Las órdenes eran claras: “En caso de contacto con submarinos alemanes, manténganlos en inmersión. Ataque solamente si ve peligrar la integridad del convoy o la suya propia”
Así pues, amigo Schepke, a las 22:30 de aquel 8 de abril del 44 empezaba el combate.
Poco imaginaba en ese momento que me vería obligado a cambiar de táctica en tan solo unos minutos.
A pesar de la distancia, y en el silencio de la noche primaveral del trópico, pude oír perfectamente el tan escuchado y odiado sonido de un torpedo destrozar las entrañas de un barco.
Con mis Zeiss en las manos oteaba el horizonte, en busca de la bola de fuego que iba a hundir a uno de los mercantes, pero..... cual fue mi sorpresa al ver que lo que ardía era un pequeño barco separado de mi posición más de 5 millas.¡¡¡Era el destructor de Japu!!!
¡¡¡Maldita sea!!!
Inmediatamente di la orden de radiar un mensaje para que se enviara a la zona un barco de rescate.
Días más tarde supe que el torpedo había impactado de lleno en la sala de máquinas. Murieron dos oficiales y once marineros. Una vez más, Japu salvó la vida.....
Tan solo 5 minutos después del hundimiento de Japu, otro torpedo impacta en el Blake Morgan y lo hunde.
En esos momentos había iniciado ya mi carrera hacia el submarino que tenía debajo.
Gracias a un buen trabajo de mi equipo de sonaristas, deduje que el submarino se encontraba a unos 450 pies de profundidad (150 metros) y prácticamente parado.
Ordené preparar una primera tanda de cargas a 450 pies, 4 en el raíl de popa, 2 por estribor y 2 por babor.
Ordené velocidad de flanco y cuando creí que me encontrba encima de él le lancé las cargas. Inmediatamente ordené repetir el lanzamiento pero esta vez a 500 pies.
Los restos del submarino empezaron a aparecer por todas partes.
Ni en aquel momento, ni, por supuesto, ahora, me alegré del hundimiento del submarino.
De acuerdo, era mi trabajo, y mis órdenes muy concretas, pero acabar con la vida de medio centenar de personas que tan solo cumplían órdenes, como yo o como tú, no podía ni debía ser del agrado de nadie.
La batalla proseguía. Ordené velocidad de flanco rumbo hacia la posición de tu submarino.
Poco antes de las once una segunda explosión acaba con el Lykes city.
¡¡¡Maldigo mi suerte!!!
¡¡¡Tengo que evitar que este tío acabe con todo el convoy!!!
El resto de la historia lo conoces de sobra.
En cuanto pude localizarte conseguí, al menos, mantenerte en el fondo.
Llegaron dos de los cuatro mercantes.
Por fortuna, hoy lo sé, ambos llegamos a nuestras bases con nuestra vida y la de los nuestros bajo el brazo.
Un saludo.
Epinephelus
Lieutenant-Commander del HMS Messina
Primera novela-report a dos manos
Moderador: MODERACION
Primera novela-report a dos manos


Si te dicen que he muerto desconfia
Un buen trabajo
¡Es un estupendo relato, chicos!
Cuando leo cosas como esto, y como la 'novela por entregas' de Von Drakkar, no puedo sino recordar las clásicas pelis de guerra como destino Tokio y similares.
Hacéis que hierva la sangre.
Seguir así.
Cuando leo cosas como esto, y como la 'novela por entregas' de Von Drakkar, no puedo sino recordar las clásicas pelis de guerra como destino Tokio y similares.
Hacéis que hierva la sangre.
Seguir así.
pishas,sois mejores escritores que comandantes jejejejejeje
Que cabron que soy¡¡¡
Ahora en broma
,me ha gustado mucho el relato,pero.....eso de a 2 manos no me acaba de convencer
...me suena a sexo entre marinos
¿acierto con mis elucubraciones? ¿debo ir a la nacional con defensas traseras? Joer,comienzo a dudar de si ir o no....
PD: No veas como he vuelto,joer con el pico de la luz jejejejejeje

Que cabron que soy¡¡¡
Ahora en broma



PD: No veas como he vuelto,joer con el pico de la luz jejejejejeje
Que barbaro¡¡¡¡¡¡¡ Que genial esta,y lo habeis escrito entre los dos?? Si es que ya lo digo yo eso es como hacerse unas pajilla pero sin mariconadas (Joer FJ que no te enteras )
En serio este relato pasara a formar parte de mi archivo de lecturas interesantes.
Gracias por hacernos participes de ella.
Saludos
En serio este relato pasara a formar parte de mi archivo de lecturas interesantes.
Gracias por hacernos participes de ella.
Saludos
