Es mi deseo, reproducir, en este foro , una historia original del extraordinario Comandante Kron161.. Espero que él no interprete como atrevimiento esta intervención, que, en principio, no cuenta con su consentimiento expreso.Cuento con su indulgencia.
Kron161 puso el siguiente post, el 02.05.03
En 1943, un comandante de submarinos, paseando por la Rochelle, ve una tienda de un anticuario y entra.Paseando por entre los cientos de bártulos que el viejo tendero tiene en el local, encuentra en un rincón un ratón de latón y de pronto se le ocurre la brillante idea que como pisapapeles original en la mesa de mapas quedaría muy bien, a fin de cuentas.....un submarino no es como un ratón? Entra sigiloso sin ser visto para llevarse su queso! Y huye en cuanto aparece el gato! Así que coge el ratón y se dirige al mostrador :
- Cuanto vale esto?
El viejo tendero parece rejuvenecer cuando ve la eleción del Kapitanleutnant.
- (leer con acento francés). Ahh, monsieur, el gatón cuesta sólo un fganco, pego la histoguia detgás del gatón, cuesta 200 fgancos.
El comandante le mira y pensando que el viejo francés le quiere timar le dice :
- Bah! Quien quiere la historia? Aquí tiene un franco me llevo el ratón.
Al poco rato, circulando por la acera en dirección al puerto, unas damas reparan en algo que hay a la espalda del comandante y gritan azoradas mientras se apresuran a refugiarse en un portal.
Sorprendido, el comandante mira detrás suyo y cual no es su sorpresa al ver que le siguen ceremoniosamente por la acera por lo menos una docena de grandes ratas de alcantarilla!
Sigue caminando y al rato, todos los transeuntes se apartan alarmados de su camino, vuelve a darse la vuelta y detrás suyo se han congregado cientos de ratas, algunas tan grandes como conejos. El comandante, preocupado, comienza a apretar el paso.
Cuando llega a la garita de guardia del puerto, los centinelas huyen despavoridos, y al darse la vuelta ve que literalmente decenas de miles de ratas se amontonan en la calle tras él.
Angustiado, no tarda en hacer la conexión entre el ratoncito de latón que tiene en su bolsillo y las ratas que le siguen, así que comienza a correr hacia los muelles mientras hecha fugaces vistazos hacia atrás. Millones de ratas corren tras él.
Al llegar al borde del agua, coge la rata y la lanza al puerto con todas sus fuerzas, al instante, todas las ratas comienzan a saltar al agua tras su metálico congenere e indefectiblemente se ahogan, se hunden y se van directamente al fondo.
Con el desasosiego de semejante experiencia, el Kaleu vuelve zumbando hacia la tienda.
El tendero, al verle entrar, sonrie taimadamente y le dice :
- Ah, ahoga tal ves monsieur, quiegue la histoguia.
- La historia ??. Al diablo con la historia !!! no tendrá por casualidad una figurilla de latón de un destructor aliado?
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oarso
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Técnico Superior en sistemas de refrigeración de materiales de construcción.
¿El que moja los ladrillos en las obras?
El mismo.
