Los ojos grandes y negros de Andresito chispearon bajo el flequillo cuando su papa le entrego la monedita, bajo los cinco pisos todo lo rápido que a sus 6 años le permitían sus piernecitas y se encamino a una zona del barrio de San Blas en la que en medio de un barrizal se levantaban una pléyade de barracas que hacían el servicio de lo que hoy seria un centro comercial.
El señor Luis regia aquel establecimiento en cuyo cartel podía leerse “se cambian tebeos y novelas” al verle entrar se sonrió, el niño puso el duro sobre el mostrador y Don Luis se volvió hacia los estantes que habían tras él y le entrego aquel cuadernito apaisado que tenia un dibujo de un soldado americano en el margen izquierdo de la tapa en esta se podía leer Hazañas bélicas, Luis le dijo- hoy te va a gustar vienen historias de aviones y submarinos.
Corrían los últimos años de la década de los 70 y Andresito ya se había convertido en un jovencito que como todas las mañanas se dirigía al aeródromo de cuatro vientos donde trabajaba como oficial en el departamento de hélices de Aerlyper SA
Lo primero que hizo con sus primeros sueldos fue sacarse el titulo de piloto privado y posteriormente empezar las horas para el comercial de 2ª
Tengo que aclarar que en aquellos años se estaba perpetrando uno de los episodios negros de nuestra historia contra el patrimonio aeronáutico de la nación,
El ejercito del aire estaba poniendo a subasta gran parte de los aviones que consideraba obsoletos y de tan obsoletos algunos eran autenticas piezas de museo Buckers a 200.000 Ptas. Texans a 800.000pts etc .
Cuando vinieron todos aquellos americanos e ingleses se encontraron con el campo de aviación de Cuatro Vientos estaba llenos de aviones civiles que merecían la misma consideración que los militares, entre ellos había biplanos boeing (Stearman para mas señas) que después cumplir su labor como fumigadores lentamente se iban pudriendo bajo el sol y el aire de los Madriles.
Aquella mañana al llegar al aeródromo los vio pulular con aquellos aires de superioridad que les gustaba gastar
Andrés los miraba con una mezcla de desesperación y envidia y sentía su pecho inflamarse al ver lo que ocurría pero desgraciadamente esto no tenia marcha atrás y los aviones despegaban a menudo para su nuevo hogar en países extranjeros.
Don Juan Rodrigo que era su jefe le comento que frente a los hangares del del real aeroclub estaban poniendo a punto un HE-111 para llevárselo a Inglaterra.

Al chaval se le ilumino el rostro y se imagino a los mandos del aeroplano por que no de haciendo fotos desde la superficie acristalada del puesto del ametrallador de morro y Rodrigo que era un buen hombre le dijo –¿si quieres hablo con el ingles para que te dé una vuelta?

Así lo hizo y en conversaciones posteriores el ingles que venia con su mujer y un pe-queñín, le ofreció lo que para Andrés era un inmenso regalo un vuelo hasta el aeródromo de Logroño en donde repostaría y saldría para Inglaterra, que decir sino que el chico acepto de inmediato.
Pero el avión era muy antiguo y los trabajos de puesta a punto se retrasaban una y otra vez asta que un día creo recordar que era la víspera de noche vieja o noche buena cuando el británico dio la orden de partida, cuando el muchacho se lo dijo a sus padres estos no entendían que prefiriera ir a volar en aquel viejo trasto en vez de pasar la noche con ellos,
A parte no había billetes en aquellos días para volver a Madrid por lo que con todo el dolor de su corazón Andrés tuvo que disculparse con el piloto ingles y decirle que no podría ir con él.
Al día siguiente una mañana nubosa triste y fría del mes de diciembre el joven estaba junto a la pista de despegue viendo como se esfumaba la oportunidad de su vida, el HE-111 rodó a cabecera de pista se alineo y con un poderoso rugir de sus cansados motores el aparato comenzó a rodar levanto la rueda de cola poniéndose en línea de vuelo y suavemente despego sus ruedas del tren principal del suelo se elevo majestuosamente y desapareció de su vista, cabizbajo Andres se subió a su viejo SEAT 1500 y se encamino a casa.
Podemos hacernos una idea de lo que ocurría en el interior del avión, el piloto alegre por poder volver a casa y charlando animadamente con su mujer y con su hijo a los po-cos minutos confirmación de “5 millas fuera” inmediatamente después de evitar el área restringida del palacio de la Moncloa el avión puso rumbo Villalba había que pasar la sierra por una parte baja, unos minutos mas tarde estaban llegando a ella de repente entre los jirones de las nubes una pared de granito apareció frente a ellos, el piloto tiro con todas sus fuerzas de la palanca de mando pero a pesar de sus esfuerzos el impacto con la montaña era inevitable desgraciadamente no hubo supervivientes, no fue asta el día siguiente cuando Andrés se entero del accidente.

Hoy día Andrés que os tengo que desvelar soy yo tiene 52 años pero no podrá olvidar nunca que el azar el destino o como quiera que lo llameis le hizo nacer de nuevo al no subirse en aquel viejo HE-111 nunca hay que tener prisa por encontrarse con el destino llega solo
Seawolf.