Varo, devuelveme mis legiones... (un poco de Historia)

Espacio dedicado a aquellos comandantes que gusten de escribir y leer relatos sobre submarinos y aventuras marineras.

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Backman
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Varo, devuelveme mis legiones... (un poco de Historia)

Solo para amantes de la Historia. :wink:

Fuente: Wikipedia.

Sé que es un tochote. Imprimioslo y leedlo tranquilamente.

Batalla del bosque de Teutoburgo

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Fecha: 9 de septiembre del año 9 ddC
Lugar: Bosque de Teutoburgo
Resultado: Victoria germana y fin de la expansión romana más allá del Rin

Combatientes:
Tribus germanas (Cherusci, Marsi, Chatti, y Bructeri)
Imperio Romano

Mandos:
Arminio Publio (Germania), Quintilio Varo (Roma)

Fuerzas:
Germania: Desconocidas. Probablemente entre 15.000 y 20.000.
Roma: Tres legiones, tres alas de caballería y 6 cohortes auxiliares. Probablemente unos 20.000.

Bajas:
Desconocidas. Quizá unos 15.000 hombres

También llamada Batalla de la selva de Teutoburgo o Desastre de Varo, la Batalla del bosque de Teutoburgo fue un encuentro armado que tuvo lugar en otoño del año 9 entre la tribu germánica de los queruscos, acaudillados por Arminio, y tres legiones romanas (la Legión XVII, la XVIII y la XIX) comandadas por Publio Quintilio Varo, gobernador de la provincia Germania Magna, que se extendía hasta el Elba.

Ante las equivocadas acciones cometidas por Varo, que carecía de la experiencia y el temple necesarios, Arminio puso en pie de guerra un ejército de germanos de número desconocido, atrayendo al ejército romano al bosque de Teutoburgo, una zona de complicada orografía en la que se extendía el bosque, en el cual permanecían apostados los queruscos aguardando el paso de la columna militar romana. La batalla se saldó así con una catastrófica derrota de los romanos y con el suicidio del propio Varo.

Tras esta derrota, la frontera del Imperio Romano retrocedió hasta el Rin. El Imperio Romano renunció a conquistar lo que luego se dio en denominar Germania Magna o Germania Libera, a pesar de que se produjeron varios intentos.

Preámbulo
Todo comenzó en el 9 adC cuando el gobernador romano de Germania, Publio Quintilio Varo (Publius Quinctilius Varus), que se había casado con la sobrina nieta del emperador Augusto y que probablemente fue nombrado para el cargo precisamente por eso, estableció los campamentos de verano de sus tres legiones (la XVII, XVIII y la XIX , de unos 5.000 hombres cada una) en territorio querusco. Dos legiones fueron dejadas tras el río Rin. Sus propios cuarteles avanzados estaban en la orilla occidental del río Weser (probablemente cerca de la actual ciudad de Minden).

Antecedentes
Según parece, Varo intentó la política que Julio César había usado antes con los galos, esto es, hacerse muy amigo de los jefes de algunas tribus, para usarlas contra las otras; así, trabó particular relación con los queruscos (tribu que ocupaba la zona en torno a la moderna ciudad de Hannover), incluido un destacado joven de ella, Arminio, de 25 años. Debido a su poca experiencia en el trato con las tribus germánicas, Varo no se daba cuenta de que Arminio le veía como un invasor y conspiraba contra él con los jefes de otros grupos germanos: marsios, chatti y brúcteros. Algunos de los jefes trataron de prevenirle, pero Varo prestó más atención a Arminio y los queruscos, llegando a conceder a los conspiradores destacamentos de legionarios, bajo la excusa de que los necesitaban para guarnecer ciertos puestos y escoltar los convoyes de suministro para el ejército romano.

Cuando acabó el verano y llegó el momento de levantar los cuarteles de verano para trasladarse hacia el Rin para pasar el invierno, los germanos convencieron a Varo de que cambiara de ruta. Él había proyectado regresar a su campamento de invierno en Vetera por la calzada militar. Sin embargo, un falso informe acerca de un levantamiento local le indujo a dar un rodeo hacia el noroeste a través de una dificultosa región boscosa. Los conspiradores vieron salir al principal ejército de su campamento de verano junto al Weser. Al despedirse de Varo, le pidieron permiso para irse a unir a sus tribus con el fin de poder enviar hombres que ayudaran a sofocar la revuelta que ellos habían inventado. Varo se lo concedió.

Orden del ejército romano
Aunque es imposible reconstruir el curso exacto del ataque, quizá podemos aumentar un poco nuestra comprensión si tenemos en cuenta el orden de marcha típico del ejército romano, como lo describe Flavio Josefo en sus Guerras judías (3.116-126).

Arqueros y auxiliares, que actuaban como exploradores.
La vanguardia: una legión (cerca de 5000 hombres) apoyados por 120 jinetes.
Pioneros, que mejoraban la calle y al final del día construían el campamento.
La primera parte del tren: los bártulos del general y de los oficiales.
El general y su guardia de corps.
La caballería de las siguientes dos legiones (240 jinetes).
La segunda parte del tren: mulas con la artillería.
Los suboficiales y los portaestandartes ("águilas").
La fuerza principal: dos legiones (cerca de 10.000 hombres).
La tercera parte del tren: el equipaje de los soldados.
La retaguardia: tropa mixta.

Estrategia y ataque de los germanos
Reconstrucción de las fortificaciones y parapetos levantados por los romanos durante la batalla.La estrategia era clara: atraer a las legiones a un terreno en el que no estaban acostumbradas a luchar, acabar con el mayor número de hombres e impedimenta en el primer ataque y luego desgastar a los restantes en continuas escaramuzas.

La columna romana avanzaba muy lentamente debido a la cantidad demasiado grande de hombres, sirvientes y bagajes y, posiblemente, derribando árboles y haciendo senderos y caminos sobre los pantanos, cuando se desencadenó el ataque mediante una lluvia de dardos.

Se desconoce cómo se produjo este primer ataque exactamente porque no ha quedado ninguna fuente escrita que confirme lo ocurrido (excepto las referencias de Tácito en sus "Anales"). Los hallazgos arqueológicos en Kalkriese parecen señalar un primer ataque, quizá contra el destacamento del legado, pero, según Tácito (en su libro anterior), parece ser que Varo no murió ese día.

No sabemos qué ocurrió tras el primer ataque que, aunque debió haber sido una gran sorpresa, no pudo ser de la contundencia necesaria para derrotar a tres legiones compuestas de profesionales que no podían ser derrotados de un solo golpe, ni siquiera cuando estaban siendo atacados en terreno difícil. Lo más lógico es que intentaran reagruparse y salir a terreno llano, donde los romanos eran práctimanete imbatibles. Esto era posible, ya que las legiones tenían establecido un sistema de llamadas y mensajes mediante trompas y trompetas de bronce y/o plata, manejadas por una clase especial de legionarios (los "Buccinatores"). Pero lo que ocurrió tras ese primer ataque por sorpresa es más terreno de la elucubración que de la Historia.

Posiblemente los germanos fueron minando las legiones mediante ataques rápidos de caballería (de la que los romanos carecían en gran medida) y emboscadas en lugares propicios, dejando un reguero de muertos por todo el camino de lo que ya era una retirada de las tropas.

Según parece se logró mantener la disciplina lo suficiente para plantar un campamento en terrenos elevados para pasar la noche. Carretas e impedimenta fueron quemadas (como mandaba el "reglamento") o abandonadas y a la mañana siguiente se reanudó la marcha.

Ante la más que probable ineptitud de Varo para hacer frente al desastre, el jefe de la caballería romana perdió la calma y se escapó con su regimiento, con la esperanza de alcanzar el Rin. Varo fue herido y se dio cuenta de lo que le harían los germanos si lo capturaban con vida. Para evitar tal destino, se suicidó. Algunos miembros del estado mayor siguieron su ejemplo. Los dos legados que quedaron al mando no sobrevivieron mucho. Uno de ellos ofreció equivocadamente una capitulación, que se convirtió en matanza, y el otro cayó luchando cuando los germanos entraron en el campamento.

Maniobras de los supervivientes
Los soldados romanos sobrevivientes tuvieron que maniobrar en una franja de tierra de 220 metros de ancho, pero la parte norte estaba fuera del alcance de las flechas germanas. Los legionarios deben de haber comprendido que no podían seguir hacia el noroeste, sino que habrán tomado la ruta más fácil hacia el sudoeste, a Haltern en el Lippe y Xanten en el Rin.

Cuando hicieron su maniobra, no deben haber podido destruir la posición germana en las laderas de la colina Kalkriese. Los restos arqueológicos sugieren que hubo luchas al pie de la colina. Los legionarios siguieron a lo largo de la colina, y los guerreros germánicos deben haber matado a muchísimos de ellos. El registro arqueológico sugiere que hubo luchas en el desfiladero y que los romanos fueron expulsados.

El joven oficial Casio Querea dirigió la huida de algunos legionarios, que escaparon amparados por la oscuridad de la noche, y por los cuales se conoce la historia del desastre; el resto, unos 18.000 soldados y quizá otras 2.000 personas entre esclavos y sirvientes, fueron muertos o capturados y probablemente ofrecidos como sacrificio, como era costumbre entre los pueblos germanos y celtas. Es imposible calcular las bajas que se produjeron en uno y otro campos. Las romanas debieron ser enormes, ya que las legiones estaban compuestas por unos 5.000 a 6.000 hombres, más las cohortes auxiliares. No es probable que murieran muchos civiles, dado que las legiones no viajaban con la familia (los legionarios tenían prohibido casarse) ni con personal civil (excepción hecha de esclavos y sirvientes) que sí abundaba en los campamentos de invierno y en las fortalezas, pero no en los de verano. En cuanto a las bajas germanas, hubo de haberlas, pero son absolutamente incuantificables.

La reacción de Roma
La clades variana ('la derrota de Varo') alteró al Emperador Augusto más que ninguna otra cosa en su larga vida. El historiador romano Suetonio señaló que aquél se tomó el desastre tan a pecho que «siempre celebró el aniversario como un día de profundo pesar» y «a menudo se golpeaba la cabeza contra una puerta y gritaba: "¡Varo, Varo, devuélveme mis legiones!"». Tomó medidas enérgicas y destituyó a todos los germanos y galos que había en su guardia personal y adoptó la decisión de mandar a su sobrino Germánico a rescatar las águilas de las tres legiones (objetos sagrados para los romanos) y lo envió al mando de ocho legiones, pero no con la intención de conquistar la zona, sino más bien de hallar el lugar de la batalla, dar a los muertos el destino necesario y recuperar lo posible y, sobre todo, para no dar una imagen de debilidad. Parece ser que Julio César Germánico cumplió con todo lo encomendado, en especial encontrando el sitio del desastre. La ocasión la describe Tácito en sus Anales:

No lejos estaba el bosque donde se decía que los restos de Varo y de sus legiones quedaron sin sepultura. A Germánico le vino el deseo de tributar los últimos honores a Varo y a sus soldados. Esta misma conmiseración se extendió a todo el ejército de Germánico, pensando en sus parientes y amigos, en los azares de la guerra y en el destino de los hombres... En medio del campo blanqueaban los huesos, separados o amontonados, según que habían huido o hecho frente. Junto a ellos yacían restos de armas y miembros de caballos y cabezas humanas estaban clavadas en troncos de árboles. En los bosques cercanos había bárbaros altares, junto a los cuales habían sacrificado a los tribunos y a los primeros centuriones.

Tras una expedición en la que recuperó las águilas gracias más a la diplomacia que a la guerra y que tuvo carácter propagandístico antes que militar, Germánico volvió a Roma en triunfo.


Consecuencias
Durante el resurgimiento de los nacionalismos, en especial el alemán, se dio una importancia excesiva a la batalla, cuando —especialmente en Alemania— se convirtió a Arminio y a Varo en símbolos de una eterna oposición entre los "nobles salvajes" germánicos y sus archienemigos latinos.

Sin caer en la sobreestimación, cabe decir que la batalla fue realmente importante: el Imperio romano marcó su límite por el Norte, y los emperadores romanos aceptaron que el coste de someter a esas regiones era demasiado alto para lo que podían ofrecer. Sin duda, durante los siguientes siglos, las tribus germánicas aprendieron de Roma, y Roma aprendió de ellas, y hubo intercambios comerciales y "diplomáticos". Pero las tribus de la Germania Libera permanecieronn independientes del poder romano.

La derrota, sin embargo, no supuso un golpe tan duro como cabía esperar para el prestigio militar de Roma, que lo recuperó en gran medida gracias a las expediciones de Germánico, pero sí constituyó un hecho luctuoso de gran magnitud, hasta tal punto que los números de las legiones derrotadas (XVII, XVIII Y XIX) jamás fueron vueltos a utilizar en toda la historia militar del Imperio romano.

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El Hermannsdenkmal, monumento levantado en memoria de Arminio (Hermann) en la parte sur del Bosque de Teutoburgo.
Última edición por Backman el 14 May 2007 14:30, editado 1 vez en total.
BACKMAN, OAW, 24ª FLOTILLA
Bill Bones
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"Varo, Varo, ¡devuélveme mis legiones!"... :(

Estas batallas antiguas son estremecedoras por la mortandad que se alcanzaba... no se salvaba ni el apuntador, vamos.
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Backman
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Bill Bones escribió:"Varo, Varo, ¡devuélveme mis legiones!"... :(

Estas batallas antiguas son estremecedoras por la mortandad que se alcanzaba... no se salvaba ni el apuntador, vamos.
En esta, nada menos que tres legiones romanas fueron completamente exterminadas. Y no eran moco de pavo las legiones romanas por aquel entonces...
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Para una legion, su aguila (Estandarte) era lo mas sagrado, preferian ser exterminados, antes que su estandarte fuera apresado por el enemigo.

Hay cantidad de hechos heroicos, sobre legionarios que hicieron lo imposible por esconderlas o salvar las del enemigo.
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Kamikaze Joe
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Hasta la invención de la ametralladora, no a habido en toda la historia un arma que haya causado más muertos que el gladius hispaniensis, el arma de las legiones, de entre 50 y 60 cms de hoja, el gladius derivaba de la falcata iberica, y estaba pensado tanto para tajar, como para clavar.

Cuando los romanos combatian en orden de batalla contra los barbaros, los legionarios usaban sus pila para frenar su carga, a una señal primero arrojaban el pilum pesado y luego el ligero.
A continuación desenvainavan el gladius que llevaban colgado sobre la cadera derecha y se ponian en posición de "guardia" el escutum embrazado en el brazo izquierdo, la pierna izquierda adelantada y la derecha retrasada, con los pies formando una L para resistir el choque, cuando se producia, el legionario aguantaba el golpe protegido por las tres capas de madera recubiertas de cuero y reforzado en los bordes con bronce, que formaban su escutum, despues con la velocidad del rayo, abrian la guardia y lanzaban el gladius hacia adelante para clavar al barbaro, que en ese momento estaria intentando sacar su espada de entre el escudo del legionario.

Saludos.
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Backman
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Kamikaze Joe escribió:Hasta la invención de la ametralladora, no a habido en toda la historia un arma que haya causado más muertos que el gladius hispaniensis, el arma de las legiones, de entre 50 y 60 cms de hoja, el gladius derivaba de la falcata iberica, y estaba pensado tanto para tajar, como para clavar.

Cuando los romanos combatian en orden de batalla contra los barbaros, los legionarios usaban sus pila para frenar su carga, a una señal primero arrojaban el pilum pesado y luego el ligero.
A continuación desenvainavan el gladius que llevaban colgado sobre la cadera derecha y se ponian en posición de "guardia" el escutum embrazado en el brazo izquierdo, la pierna izquierda adelantada y la derecha retrasada, con los pies formando una L para resistir el choque, cuando se producia, el legionario aguantaba el golpe protegido por las tres capas de madera recubiertas de cuero y reforzado en los bordes con bronce, que formaban su escutum, despues con la velocidad del rayo, abrian la guardia y lanzaban el gladius hacia adelante para clavar al barbaro, que en ese momento estaria intentando sacar su espada de entre el escudo del legionario.

Saludos.
Muy buena explicación.

Además la formación usada por los romanos les permitía a los Vélites arrojar una lluvia de jabalinas y replegarse rápidamente. El sistema de relevos permitiía laaaargos combates sin que las filas romanas diesen muestras de agotamiento. En esto y sobre todo en la TREMENDA DISCIPLINA del ejército romano está la clave de sus éxito militares.
BACKMAN, OAW, 24ª FLOTILLA
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Tambien sabian adaptarse y copiar las armas y/o estrategias de los pueblos contra los que luchaban.

Los Tracios, un tipo de gladiador, venia como muestra de desprecio hacia los Tracios, uno de sus imnumerables pueblos conquistados.
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Hasta que toparon con los galos, Axterix, Obelix y cia... juas.-
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Backman
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Cpt_Morgan escribió:Hasta que toparon con los galos, Axterix, Obelix y cia... juas.-
:lol:


Vercingetorix, Morgan, vercingetorix, y creo que este no temía que el cielo se le cayese encima.

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Al final se lo zumbaron también. Julito Cesar en un alarde de estrategia militar se lo ventiló en Alesia, creo recordar, construyendo una empalizada que cercase la ciudad y otra que rodease a los asaltantes romanos y así impedir que los gabachogalos recibiesen ayuda del exterior.

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Vercingetorix y los suyos tras un largo asedio, y casi sin víveres, échó de la ciudad a las mujeres y a los niños, para que los últimos recursos estuviesen en manos de los guerreros galos, con la intención de que los romanos los acogiesen. Pero Cesar que no era tonto, no lo hizo, y los dejó morir de hambre. Tampoco los romanos podían desperdiciar los víveres. Este farol le salió mal a vercingetorix, y al final, derrotado fue llevado a Roma donde, tras cinco años de presidio, fue decapitado.

Hablo de memorieta, pero básicamente due así el final de la guerra de las Galias.
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por que se les acabó la pócima, que si no... :lol: :lol: :lol: :lol:
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KIen hablo de genocidio...???
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Novelas que hagan feferencia al tema:

Autor: Artur Balder
Título: Liberator Germaniae

Datos edición: Inédita Ediciones, Novela histórica, Barcelona, 2006, 1ª edición
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta, 15 x 23 cm, 536 págs.

Segunda novela de la Tetralogía de Teutoburgo.

"Hacer algo que jamás nadie se había atrevido siquiera a soñar. Por encima de la condición humana. Por encima de todo cansancio. Una victoria mundial. Una victoria histórica. Una herida en el pecho de Augusto, que no volviese a cerrarse jamás, y que sangrase hasta el día de su muerte. Él. Arminius. Que Roma no olvidase su nombre. Que la Historia recordase el precio de su ira. Preparado para su obra maestra: demoler los pilares del Imperio. Destrozar al enemigo odiado y conquistar una grandeza sin precio más allá del hombre. Como Alejandro, como Aníbal, como Vercingetórix... Él, la implacable determinación de un solo hombre... Alzó el puño, crispado".


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Autor: José Manuel García Torres
Título: ¡Devuélveme mis legiones!

Datos edición: Almena Ediciones, Madrid, 2006, 1ª edición
Encuadernación: Rústica con solapas, 15 x 21 cm, 240 págs.

Argumento: En el año 9 d.C. las legiones XVII, XVIII y XIX del ejército romano del Rin desaparecieron en los impenetrables bosques de Germania. Sobre aquella alfombra verde quedaron tendidos los cuerpos de cerca de 20.000 soldados de Roma, incluido el de comandante en jefe. Los responsables fueron los queruscos de Arminio, un antiguo aliado de los romanos, que condujo al ejército de Publio Quintilio Varo a una masacre como nunca antes había sufrido el Imperio Romano. El autor ha puesto sus capacidades narrativas al servicio de la historia. Los diálogos, las detalladas descripciones del terreno y la dramática narración de los combates, logran transportarnos a aquella época y a aquellas regiones para asistir en primera fila a la más importante derrota inflingida a las legiones romanas en toda su historia.

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Más informacion aquí:

http://www.bibliolimpo.com/index.php?art=LEAN0682


saludetes
VOLLE KRAFT VORAUS- Huntley-Oficial Agregado de la ODSH
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