Posteado por Zurdo, del Escuadron 5Js
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DISPARO DE TORPEDOS "DOWN THE THROAT" (matar recibiendo)
En un post anterior, hice mención a este peligroso y peliagudo método, desarrollado por el comandante "Mush" Morton en su famoso e inolvidable WAHOO, quizás el submarino americano mas famoso de toda la campaña del Pacifico. La traducción es complicada porque el autor escribe en “americano” que no en inglés, pero de todos modos espero que haya quedado inteligible.
La narración está hecha por su segundo, Richard O'Kane posteriormente comandante del TANG considerado el mejor submarino de toda la campaña del Pacifico u dice así:
“Rápidamente anuncié: " Destructor a la vista. ángulo 10 a proa".Hunter(oficial de derrota) indicó el rumbo y después la distancia del estadimetro utilizando los 90 pies de altura del mástil. ¿Podríamos haber sido avistados? yo creo que no, pero el Capitán no tenia opción, tenia que atacar a ese destructor o pondría al submarino en peligro de muerte. Habíamos empezado a girar hacia la izquierda cuando Patterson (operador de sonar) detectó un posible "zig" por el apagado sonido de las hélices del destructor. Opinando que estaba en lo cierto, ordené " 15 a estribor". Morton ordenó " cambie el timón" y Simonetti (timonel) invirtió nuestro giro, colocándonos en el rumbo ordenado para una trayectoria de 110. Los torpedos impactarían desde unos 20 grados a popa en su banda de estribor. Desde el segundo puesto de escucha Carter contó las revoluciones de las hélices dando una velocidad de 13 nudos según nuestras tablas. .
Todos los tubos delanteros de los torpedos estaban abiertos y fijada una profundidad de carrera de 6 pies de profundidad. Solamente hubiese deseado haber tenido más tiempo para el seguimiento. "Cuando quieras Dick" me dijo el Capitán con voz firme y confiada. “Manteniendo para marcación constante" dije y Hunter levanto el periscopio. "demora constante” "¡Marcar!" Hunter indicó el rumbo: "345"
"Ajustado" vino desde Roger tan pronto como obtuvo la marcación constante en el TDC. El punto de impacto, su popa, estaban a punto de tocar el hilo del retículo. "¡Fuego!" y Morton pulsó el botón de disparo enviando al torpedo instantáneamente con una sacudida, "zing" y una sacudida general del submarino con un cambio de presión en el mismo.
Tres “peces” fueron lanzados para impactarlo en la mitad del navío y bajo su proa todos ellos con un intervalo de 15 segundos. Buckley (oficial de torpedos) informó: “todos calientes, rectos y normales”. Pero yo pude ver el perceptible humo azul de nuestro ultimo torpedo avanzado pero no dirigiéndose al enemigo. Todos errarían el objetivo por la popa. Disparamos otro torpedo con la velocidad del destructor fijada en el TDC a 18 nudos, pero el destructor, ahora alertado, giró rápidamente justo al tiempo para evitarlo.
El destructor completó su giro de tres cuartos de círculo y después se dirigió a la todavía visible marca de las burbujas dejadas por las estelas de nuestros torpedos. Su vértice marcaba nuestra posición de disparo, y el enemigo sabría que un submarino no podría estar muy lejos.
“Ya está bien” dijo el Capitán. “mantén el periscopio arriba y vamos a dispararle a este hijo de perra justo en la garganta (down the throat)”. Durante un breve momento, me acordé de las órdenes anteriores a la guerra cubriendo situaciones como esta. A esta distancia, si el ángulo fuese 20º o menor, iríamos mas profundo y dispararíamos con marcaciones de sonar. Pero hacia solo una semana, yo había ensayado esto con el “Patterson”(destructor de practicas) excepto el disparo final. Los requerimientos eran de lo mas sencillo: Si la distancia de disparo era mayor de 1200 yardas, el destructor, viendo la estela del torpedo, tendría tiempo suficiente para alejarse de su trayectoria.
Si la distancia de disparo era menor de 700 yardas, el destructor podría impactar contra el torpedo pero este no habría tenido tiempo suficiente para armarse en su carrera. Suponiendo que el destructor avanzase a 30 nudos, atravesaría las 500 yardas de distancia de impacto en 30 segundos. Este era el tiempo total que teníamos para disparar, pero esto no seria difícil, solo nos quedaba dos torpedos.
Vi venir al destructor mostrando la pronunciada “V” de su estela de proa y marqué el rumbo. Convirtiéndolo rápidamente en verdadero, Morton dio instantáneamente el nuevo rumbo a Simonetti. En un minuto, el destructor estuvo directamente en rumbo hacia nosotros y permaneció fijo allí. Ahora tomando las divisiones del telémetro del periscopio desde la línea del agua hasta la punta del mástil, Chan (oficial de cálculo) las convirtió en distancia continuamente. La “V” de la estela de proa del destructor había alcanzado ahora al ancla, es decir venia a “toda leche”, y su imagen llenaba toda la lente del periscopio. Cambie a baja potencia de imagen lo que tenía su ventaja : la imagen más pequeña del destructor acojonaba menos. No tenía que indicar ángulo alguno, todos eran cero y solo un rumbo ocasional cuando el hilo (del retículo) se desviaba un poco.
Cuando Chan indicó 1400 yardas, el Capitán me pasó el mando. Esto consistia en dirigir a Simonetti con un “derecha un pelo” o “izquierda un pelo” para mantener al retículo del periscopio fijo sobre la proa del destructor. Segundos mas tarde, cuando la distancia era de 1250 yardas, el Capitán me indicó: ” Cuando quieras Dick”. Dirigí a Simonetti con un “izquierda un pelo” y luego otro. El retículo estaba justo en el centro de su proa. “Fuego!” y la mitad de mi trabajo se terminó. Continuando en el periscopio, apenas sentí la sacudida del lanzamiento ni oí el “zing”. Sabiendo el tiempo, este torpedo no impactaría antes de que nuestro último torpedo fuese lanzado. Los segundos pasaron lentamente con gran tensión, ofreciendo a muchos la oportunidad de una ultima oración.
Nuestro ultimo torpedo no seria disparado hasta alcanzar la distancia mínima, cuando el delgado destructor ofreciese su máximo blanco. El enemigo venia cargando a toda mecha hacia nuestro periscopio: Chan indicaba las distancias y yo dirigía a Simonetti. Era un trago para nosotros tres; nadie más podía ayudar excepto el Capitán con su confianza. Instantáneamente, cuando el aviso de 850 llegó, vino el bienvenido aviso de Morton: “Cuando quieras, Dick”.
Dirigí dos veces a Simonetti y luego una tercera. El Capitán empezaba a impacientarse, ya que después de todo, el mando era de su total responsabilidad. El mío era puramente mecánico, hacer que este torpedo impactase. Dirigí de nuevo a Simonetti y el retículo quedo fijo en el blanco. “¡Fuego!”. Inmediatamente nos dirigimos hacia el fondo preparándonos para cargas de profundidad. La distancia de disparo había sido de 750 yardas, que era la mejor, especialmente ya que el tiempo de impacto de nuestro primer torpedo había pasado ya. Las hélices de nuestro último torpedo habían sido enmascaradas por las del destructor, que ahora rugían hacia nuestro casco. No había otro ruido, solo las hélices sonando amenazadoramente cerca. Estábamos pasando por 80 pies cuando los hombres empezaron a sujetarse a cualquier cosa, preparándose para las cargas de profundidad que vendrían.
Yo todavía confiado, escogí un sitio entre el periscopio y el TDC. La primera carga de profundidad fue fuerte, pero solo para nuestros nervios, y nos agarramos fuertemente por la serie que seguiría. Un poderoso rugido y un desgarro súbito, como si estuviésemos en medio de una tormenta de relámpagos, sacudieron al WAHOO. El gran desgarro se transformó en rotura, y cada veterano del navío conocía el sonido, el del vapor hirviente saliendo de las calderas, amplificado un millón de veces. Las calderas del destructor reventadas, estaban vomitando vapor en el océano.
“¡Hemos alcanzado al hijo de perra!” rugió al unísono todo el equipo de control de fuego, que se fue expandiendo a graves de todo el navío. Nunca hubo un cambio de estado de ánimo más rápido, desde el acojonamiento al alivio. Mientras tanto George había colocado a la nave en un ángulo suave hacia arriba anticipándose a la orden del capitán, y ayudando con la velocidad, teníamos a la nave de nuevo a profundidad de periscopio..
Allí estaba nuestro destructor, partido en dos con la sección de proa hundiéndose en el océano. Su tripulación, con sus blancos uniformes, iban subiéndose a los mástiles y en lo alto de los montajes artilleros en prevención de otro torpedo. Nuestro capitán dio prioridad a la toma de fotos del objetivo a graves del periscopio para los informes oficiales del ataque.
La proa del destructor estaba ya sumergida en el agua, y parecía estar hundiéndose o en el camino de hacerlo. El resto no iba hacer nada más en esta guerra. Seis torpedos fueron mas que suficiente, tendríamos que usar los los siete restantes para otros barcos, así es que dimos la vuelta, para continuar nuestra patrulla bien bajo del nivel de periscopio y nueve millas hacia fuera.”
Disparo "Down the throat"
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