WUWA WunderWaffen: El Proyecto Atómico Aleman, 1ª PARTE

Espacio dedicado a aquellos comandantes que gusten de escribir y leer relatos sobre submarinos y aventuras marineras.

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WUWA WunderWaffen: El Proyecto Atómico Aleman, 1ª PARTE

1.La historia oficial.
En su wagneriana caída, el tercer Reich mantiene el animo combativo de millones de alemanes con una promesa: La existencia de WuWa, la WunderWaffen, una "arma maravillosa" definitiva que cambiará para siempre el rumbo desfavorable de la guerra. Simultáneamente desde 1942 se desarrolla en Estados Unidos un esfuerzo industrial y científico sin precedentes: el llamado "proyecto Manhattan", destinado a crear la bomba atómica.
Estados Unidos sabe que Alemania tiene los técnicos, los científicos y el poder industrial necesario para abordar la fabricación de la bomba atómica, pero aparentemente desconoce el grado de desarrollo atómico del régimen nazi. La guerra transcurre, y a excepción de los ataques efectuados por los cohetes V-1 y V-2, y de los aviones a reacción Me-262, no hay rastro de las anunciadas armas definitivas alemanas.
A principios de 1945 el colapso del ejercito nazi es inminente, sus comunicaciones y suministros han quedado destruidos y en mayo el fin llega tras el suicidio de Adolfo Hitler. Un comando especial del servicio de inteligencia americano, al que se conoce como "alsos", se encarga de investigar y recopilar cualquier información referente al programa de la hipotética bomba atómica nazi.
Finalmente el comando encuentra, escondido en una gruta excavada bajo una iglesia de Haigerloch, el reactor experimental B-VIII, un tosco recipiente de agua pesada, con un par de inservibles reactores sumergidos en su interior. Samuel Gouldsmit, jefe de la operación "alsos", es tajante en sus conclusiones: El proyecto de la bomba atómica de Hitler fue un mito creado para someter la voluntad de millones de alemanes a una resistencia sin esperanza en una guerra suicida. La prometida WuWa no existió jamás.

2.Farm Hall: Los científicos alemanes hablan.
Uno de los objetivos principales de la operación Alsos era capturar a aquellos científicos alemanes que podían haber jugado un papel considerable en el desarrollo del hipotético programa atómico nazi. Sin demasiado esfuerzo, son encontrados Heissemberg, creador del principio de incertidumbre y premio Nóbel de Física, y Otto Hahn, descubridor en 1938 de la fisión nuclear, clave para el futuro desarrollo de la bomba atómica.
También son detenidos Kurt Diebner y Walter Gerlach, principales responsables políticos del "uraniorum", el programa "oficial" de energía nuclear alemán, con sede en la llamada "Virus House" de Berlín. Poco después de la guerra, el puñado de científicos capturados es internado en una casa de campo equipada con micrófonos, a la que se conoce como "Farm Hall". Allí se observan atentamente las reacciones y conversaciones de los sabios, con objeto de conocer con detenimiento el estado de las investigaciones nucleares durante el tercer Reich.
Se obtienen algunos datos: en 1942, se reúnen en Berlín Heissemberg y Albert Speer, entonces flamante ministro de armamento del Reich, en sustitución del recientemente fallecido Dr. Todt. Heissemberg le comunica a Speer que no es posible técnicamente una bomba atómica en un plazo inferior a tres o cuatro años, y que solo es interesante y practico un esfuerzo orientado al desarrollo de un reactor nuclear que permita la propulsión de submarinos. En consecuencia Albert Speer otorga al grupo de Heissemberg la escasa cantidad de dos millones de marcos, cifra veinte veces superior al ridículo presupuesto inicial solicitado por el propio Heissemberg. Después de tres años, los resultados de dicha investigación nuclear son prácticamente nulos. No hay reactor, no hay bomba. Tan solo un ciclotrón que es rápidamente incautado por los rusos en su avance hacia Berlín, y un reactor no operativo en el pequeño pueblo de Haigerloch.
Cuando el 6 de agosto de 1945 les es comunicada la explosión de la bomba atómica de Hiroshima a los retenidos en Farm Hall, la incredulidad y sorpresa de los alemanes es absoluta.
Todo quedara reflejado finalmente en un libro escrito por el propio Samuel Gouldsmit: "Myths around the german atomic Bomb", en el que se concluye que la investigación científica y tecnológica era inviable en la tiránica Alemania nazi, y que dicho avance solo es posible en los países que se ajustan a los esquemas de la democracia liberal angloamericana. Punto final.

3.Los recortados poderes de Speer.
Para comprender la complejidad y misterio de la existencia de un posible programa atómico nazi, es necesario entender primeramente los mecanismos de poder que se establecían en el tercer Reich: Adolf Hitler era el jefe supremo e indiscutible de Alemania, y era extremadamente difícil determinar quien podía ser, algún día, su sucesor en el cargo. En la Alemania nazi no había segundo de a bordo, no había un verdadero paladín.
Desde antes de la ascensión de Hitler al poder hubo violentas luchas internas en el partido nacional socialista, con objeto de acaparar el control no solo de los mecanismos para el beneficio propio de cada contendiente, sino para una posible futura herencia del poder total en la cabeza del Reich. Mucho se ha criticado la ineficacia de la investigación de guerra nazi, al provocar que muchos proyectos con un objetivo aparentemente común se desarrollaran en paralelo y sin ninguna colaboración mutua.
La inmensa variedad de tipos de armas, aviones, tanques e incluso ejércitos y uniformes, produjo una fértil competencia entre las diferentes partes de la maquinaria de guerra nazi, dando lugar a un increíble avance tecnológico en todos los ordenes y actividades, sobre todo si los comparamos con las pobres y conservadoras innovaciones realizadas por los aliados, siempre preocupados en copiar mediante el masivo uso de organizaciones de espionaje las invenciones realizadas en la Alemania nazi, aunque a la postre dicha variedad técnica fuera finalmente uno de los factores de mas peso en la derrota final del Reich, provocando un derroche prohibitivamente caro de los recursos disponibles.
Albert Speer no se libro de la mecánica de funcionamiento del régimen, y en su labor como ministro de armamento sus atribuciones se encontraban fuertemente limitadas a garantizar a la industria de guerra alemana las materias primas, la energía y la mano de obra necesarias para que el motor siguiera en marcha.
Speer permaneció desde 1943 totalmente ajeno a la verdadera naturaleza del programa de cohetes, que dependía desde ese año de la estructura de las SS de Himler, con quien Speer mantenía una mutua y profunda enemistad personal. Jamás hubo intercambio alguno de información entre ambas partes, a excepción de los requerimientos imprescindibles para la entrega de materias primas. En sus memorias Speer consideraba que el programa de cohetes V-2 era una total estupidez, un capricho mas de la compleja fantasía geopolítica de Hitler, aunque el propio Speer lo había apoyado mientras estaban las V-2 bajo el control del ejercito.
Como resultado del escepticismo de Speer, Hitler desde 1943 no le comentaba a éste nada sobre el programa de investigación sobre cohetes, ya que el führer conocía por anticipado la respuesta de Speer. Igual ocurrió con el programa de aviones secretos a reacción, dependientes por entero de la Luftwaffe de Goering, con quien Speer mantenía a su vez una relación tensa. Speer llegó a presenciar el despegue de una V-2, pero aun después de la guerra Speer permaneció absolutamente ignorante respecto a los proyectos de bombarderos intercontinentales a reacción, como los Horten XVIII o el Arado E 555, así como desconocía la mera existencia de los aviones caza de despegue vertical como el Focke-Wulf Triebflugel o el Natter.
Incluso las V-1, construidas por la Luftwaffe de Goering, y las V-2, dependientes del ejercito y luego de las SS, crecieron y se desarrollaron de forma separada y en competencia. Quien piense en una estructura de mando estratificada y unitaria en la dirección de armamentos al estilo de lo que ocurría entonces en los Estados Unidos, en Inglaterra o en Rusia, una estructura que estuviera bajo el control total de Albert Speer, se equivoca: Solo Hitler estaba en conocimiento de la totalidad de las acciones y proyectos que se realizaban en su Reich, información valiosísima que el führer no dudaba en usar y administrar para fomentar una dura competencia entre los diferentes grupos y reforzar su poder personal.
Por eso la muerte de Hitler significó la desaparición instantánea de la estructura política del nazismo, a pesar de que el apoyo social a dicha ideología era extremadamente fuerte entre la población alemana, aún muchos meses después de la derrota militar. Por ultimo el atentado del 20 de Julio de 1944 contra Hitler supuso otro duro revés para el poder de Speer: aunque nunca se demostró su participación directa en el complot, su nombre figuraba en el futuro gobierno de los golpistas. Solo la intervención personal de Hitler evitó su encarcelamiento y juicio por alta traición.

4.Heisemberg, el "judío blanco"
Tal y como puede leerse en el libro de Samuel Goudsmit, en las memorias de Heisemberg y en numerosas declaraciones hechas tras la guerra, Heisemberg nunca trabajo en el proyecto de una bomba atómica alemana. Tal circunstancia era un imposible en la Alemania nazi. El prestigio del premio Nóbel era grande en Alemania, pero todos sabían que el famoso científico era también el antiguo amigo y compañero de Einstein, de Neils Böhr, o de Lise Mietner, todos ellos embarcados en el ambicioso proyecto Manhattan americano.
El régimen nacional-socialista desconfiaba de Heisemberg, a quien los dirigentes nazis llamaban "el judío blanco", como también desconfiaban de los físicos teóricos en general, por considerar que la física atómica se había convertido en un asunto de "ciencia especulativa", "ciencia judía", inútil al desarrollo practico de soluciones militares de uso inmediato. El tercer Reich era esencialmente un régimen pragmático, basado en la ingeniería y la tecnología, y la totalidad de sus desarrollos críticos estaban en manos de ingenieros, no de científicos.
El descubridor de la fisión nuclear en 1938, Otto Hahn, también estaba descartado para encabezar el programa de un arma nuclear para Alemania. Hahn era un pacifista radical, que mostraba una fuerte oposición al desarrollo de cualquier tipo de armas, tras haber colaborado durante la primera guerra mundial en la producción de armas químicas y gases, circunstancia que le dejo profundamente marcado para el resto de su vida. Tanto el ejercito como las SS consideraron que era peligroso forzar a Hahn a construir la bomba atómica, ya que temían que este falsificara o boicoteara íntimamente el desarrollo del programa nuclear militar.

5.Trabajo en paralelo: tres proyectos atómicos nazis.
Al menos tres grupos de trabajo sobre el proyecto atómico se estaban desarrollando simultáneamente en la Alemania nazi: el oficial, financiado por el propio ministro Albert Speer, y que bajo la dirección de Walter Gerlach y Kurt Diebner incluía también a Werner Heisemberg y a Otto Hahn . Su trabajo estaba orientado a la física teórica pura, sin conexión directa con el esfuerzo militar alemán, salvo para la creación a largo plazo de un reactor para motores submarinos.
Tal como reflejan los diarios de Speer, un segundo grupo lo constituía el ministro de Telecomunicaciones, Dr. Ingeniero Wilhem Ohnesorge, en colaboración con la Werchmacht y posteriormente con las SS, tutelando el trabajo del famoso físico Barón Von Ardenne, quien desarrollaría la separación del uranio enriquecido 235 mediante una técnica de centrifugación del hexafluoruro de uranio en sus laboratorios subterráneos de Berlín. Este grupo firmaría un contrato con la compañía Auer, en donde otro ingeniero llamado Nikolaus Riehl inventaría un sistema de refinado rápido del oxido de uranio. La producción masiva de uranio enriquecido y plutonio se llevarían a cabo en las gigantescas instalaciones petroquímicas de la IG Farben.
Un tercer grupo, comandado por el eficaz general Kammler y controlado por las SS, colaboraba con la luftwaffe en la creación de un programa nuclear independiente, en el que obtendrían resultados operativos a mediados de 1943. Dicho grupo trabajaba con un grado extremo de secretismo, y a partir de 1943 se fusionaría con el proyecto nuclear del Reichpost de Ohnesorge, controlándolo todo a partir de entonces. Ese mismo año las SS se harían con el emporio industrial húngaro "Arden-Weiss", donde se montarían todas las bombas atómicas nazis. El nombre judío de la "Arden Weiss", serviría de tapadera para el proyecto de las SS. Dos tipos de bombas atómicas serian terminadas por este grupo, una de uranio, desarrollada en la ciudad de Ohrdruf por el doctor Seuffert ( bautizada por los aliados como "Little Boy"), y otra de Plutonio, desarrollada en la ciudad de Innsbruck, Viena, por el equipo del Doctor Stetter ( bautizada por los aliados como "Fat Man”.)

6. General Kammler: las SS se quedan con los proyectos Wunderwaffe
A raíz del atentado del 19 de Julio de 1944 contra Adolf Hitler, la totalidad de los proyectos considerados como alto secreto son absorbidos por las SS, en un proyecto finalmente unificado bajo el mando del general Kammler. Seria este general el que arrebataría al ejercito no solo el proyecto nuclear WuWa, sino también el control del programa de cohetes V-2 y los futuros A-9 y A-10 de mísiles intercontinentales. Poco se sabe del General - Ingeniero Hans Kammler, salvo que vivía en el mismo edificio que el Barón Manfred Von Ardenne, y que visitaba frecuentemente los laboratorios subterráneos de Von Ardenne situados en los sótanos anti-aéreos de ese mismo edificio.
Kammler sustituiría a Speer en muchas áreas de la organización de trabajo Todt, y desarrollaría un sistema administrativo paralelo al estado, totalmente computerizado. Construiría a espaldas del ejercito y del ministerio de armamento las fabulosas instalaciones subterráneas de Turingia, en donde también se localizaban el grueso de las minas de uranio de Alemania y Checoslovaquia.
Tras la guerra, el General Dr. Hans Kammler desapareció sin dejar rastro. Aunque según informes de la CIA desclasificados recientemente, existen indicios suficientes de su supervivencia tras la guerra y de su participación, con otra identidad, en el programa nuclear ruso a partir de 1945.

7.El brillante Barón Von Ardenne.
Es inútil buscar en una enciclopedia occidental alguna información sobre el Barón Von Ardenne. Sin embargo, en la extinta Alemania oriental era una especie de Edison a la alemana. Cientos de calles, colegios y edificios públicos llevan aun hoy su nombre. Von Ardenne, prolífico inventor alemán, adquiriría fama mundial antes de la guerra gracias a sus descubrimientos en el terreno de la emisión televisiva, desarrollando el sistema de transmisión de las olimpiadas de Berlín de 1936.
Durante la guerra inventaría el microscopio electrónico y los visores nocturnos de infrarrojos, así como los fusibles infrarrojos para explosivos que fueron finalmente usados para implosionar bombas como la de plutonio lanzada en Nagasaki. También fue invención de Von Ardenne el scanner para diapositivas y películas y las células fotoeléctricas por infrarrojos. Junto a Hans Erich Hollmann (inventor del radar), Theo Schultes (inventor del microondas) y el Dr. Erwin Meyer (inventor del Sonar), propuso la creacion de las pantallas de RADAR Panorama o PPI, finalmente fabricadas por la empresa alemana GEMA desde 1940.
Von Ardenne fue clave para el desarrollo del sistema de separación de los isótopos U238 y U235 mediante súper centrifugadoras. Tras la guerra seria entregado a los rusos por el general Kammler, desarrollando el programa nuclear soviético dentro de la empresa ruso-germano-oriental WISMUT, localizada en Turingia. Mas tarde trabajó en el Instituto para la separación industrial de isótopos ( SUCHUMI) en la unión Soviética. En 1948 Von Ardenne es condecorado con la gran orden de los Soviets, y en 1950 recibe el gran premio Stalin, el equivalente comunista a los premios Nóbel. A raíz de su sorprendente relación con el régimen soviético, Manfred Von Ardenne fue conocido durante la posguerra con el sobrenombre de "El Barón Rojo".
Desde 1955 fue fundador y director del instituto de investigación germano oriental de Dresde de lucha contra el cáncer, donde desarrolló un sistema de tratamiento de tumores por radiación atómica. Von Ardenne murió el 26 de mayo de 1997. Su compañía, única gran empresa privada existente en la antigua Alemania oriental comunista, aun existe y es aun un importante recurso para la economía de su país.

8. Uranio enriquecido U-235: ¿Quién llegó antes?
El uranio que puede encontrarse en la naturaleza esta compuesto en un 99% de uranio 238, no fisionable y por tanto no apto para hacer bombas atómicas, y un 1% de uranio 235, fácilmente fisionable. Una excepción son las minas de Oklo, en el país centroafricano de Gabón, en donde en 1972 se encontró uranio natural con un 70% de isótopo U235 y vetas de mineral que generaban reacciones sostenidas espontáneas, así como cantidades significativas de plutonio 239 en estado natural.
El proceso de separación de los isótopos de uranio es muy complejo, ya que no puede hacerse por vía química, solo mecánicamente. Los norteamericanos del proyecto Manhattan usaron un sistema de confinamiento electromagnético de separación de isótopos, llamado calutrón, que tras dos años de arduos trabajos y un gasto cercano al billón de dólares, solo había producido dos gramos de U235 a finales de 1944.
Posteriormente, en enero de 1945 los americanos iniciaron otro procedimiento de separación basado en un costoso sistema de filtrado mediante membranas de polvo de níquel comprimido del gas hexafluoruro de Uranio, que, aun siendo más eficaz, apenas permitió tener disponibles dos kilogramos de U235 en Julio de 1945.
El tercer sistema basado en un sistema súper centrifugo, inventado por el alemán Von Ardenne para la producción masiva de U235 fue un éxito, pero dicho sistema solo fue conocido por los americanos desde 1958 y usado por los rusos desde 1946, después de la guerra.
El sistema consiste en una cadena de tubos en cascada de unos 10 a 15 centímetros de diámetro que se hacen girar a una 30.000 revoluciones por segundo. El hexafluoruro de uranio con u235, más ligero que el que contiene u238, permanece en el centro del cilindro, de donde es absorbido e inyectado en un nuevo cilindro centrifugo, y así sucesivamente hasta conseguir una pureza de u235 del 95%.
Otro ingeniero austriaco llamado Gernot Zippe que colaboro con Von Ardenne y que fue capturado también por los rusos, consiguió emigrar a los estados unidos en 1958, atribuyéndose la invención del sistema centrifugo y patentándolo en occidente en 1960, en donde se conoce como Método Zippe de enriquecimiento de Uranio. Desde 1960 hasta 1985 el sistema centrifugo fue usado también en Estados Unidos. Es diez veces más eficaz y de mucho menor consumo eléctrico que el sistema de filtrado americano. Aun hoy los rusos siguen usando el sistema centrifugo, y de hecho son los mayores productores del mundo de U235. El sistema de enriquecimiento mediante cascada de súper centrifugadoras es usado además en Holanda, Corea del Norte, China, Irán, Irak e Israel.
Como resultado de lo anterior, y ante la imposibilidad del proyecto americano de realizar una bomba de uranio 235, enfocaron todos sus esfuerzos en la fabricación de una bomba de plutonio 239, elemento artificial también fisionable apto para la fabricación de bombas. En 1942 el físico italiano del proyecto Manhattan, Enrico Fermi, consiguió poner en funcionamiento sostenido un reactor nuclear que permitía la fabricación de plutonio Pu239, mediante la radiación intensiva del uranio 238. A pesar de todo, los Estados Unidos solo disponían de 6 kilogramos de plutonio a mediados de Julio de 1945.

9. una prueba antes de la ofensiva de Kursk.
En las vísperas de la batalla de Kursk, un teletipo por valija diplomática fue enviado a todas las embajadas alemanas en Europa. En dicho comunicado se informaba de que había sido realizada con éxito la prueba de una bomba nueva, de poco tamaño y formidable potencia.
Se trataba de una bomba mixta de explosivo convencional y una pequeña cantidad de material fisionable que habría hecho las veces de fulminante de alto poder sobre la carga de explosivo convencional. Pero los alemanes ya tenían una prueba de la eficacia de sus métodos en el manejo de material nuclear. Y lo que es más importante: ya en 1943 los alemanes hicieron acertadas estimaciones de la potencia de una bomba atómica de uranio.
De 1943 son los detallados planes nazis de ataque nuclear contra Nueva York ideados por la OKL, la oficina de la Luftwaffe de Hermann Goering, en donde se especificaban exactamente los valores en kilocalorías por kilómetro cúbico del efecto de una explosión nuclear en Manhattan, y que coincidían por completo con los 15 kilotones de la bomba que seria usada el 6 de agosto de 1945 sobre Hiroshima.

10.Hitler tranquiliza a Mussolini.
En Abril de 1944 tuvo lugar una importante reunión en el castillo de Klessheim de Salzburgo, a la que asistieron Benito Mussolini, Adolf Hitler, el mariscal Rodolfo Graziani, Von Ribbentrop, Keitel, Dollman y el embajador de Alemania en Italia, Rhan.
Con objeto de tranquilizar a su aliado, Hitler le transmitió una información extraordinaria, corroborada por varios testigos en declaraciones hechas tras la guerra.
Hitler dijo: ". Tenemos aeroplanos a reacción, tenemos submarinos no interceptables, artillería y carros colosales, sistemas de visión nocturna, cohetes de potencia excepcional y una bomba cuyo efecto asombrara al mundo. Todo esto se acumula en nuestros talleres subterráneos con rapidez sorprendente. El enemigo lo sabe, nos golpea, nos destruye, pero a su destrucción responderemos con el huracán y sin necesidad de recurrir a la guerra bacteriológica para la cual nos encontramos igualmente a punto. No hay una sola de mis palabras que no tenga el sufragio de la verdad. !Veréis!.."

11.Luigi Romersa. Isla de Rügen, 12 de octubre de 1944, 11:45 AM. Test atómico.
A principios de Octubre de 1944 el periodista italiano Luigi Romersa, ya famoso por su reportaje sobre la liberación de Mussolini efectuada un año antes por tropas especiales alemanas, recibía del Duce una misión extremadamente importante: viajar a Alemania con objeto de informarle de los avances realizados en el Tercer Reich en el campo de las armas secretas.
El periodista fue llevado a visitar las instalaciones subterráneas de Turingia, las rampas de lanzamiento de las todavía desconocidas V-2, y lo que seria más importante: Una prueba de la bomba atómica alemana totalmente operativa.
En varios artículos escritos desde 1947 en prestigiosas revistas militares europeas, el periodista Luigi Romersa declaró ser testigo de una prueba nuclear alemana el 12 de octubre de 1944 a las 11:45 AM en la isla de Rügen, en el mar báltico y próxima a la base de Peenemunde, donde se realizaron la mayor parte de las investigaciones sobre cohetes.
La magnitud de la explosión atómica fue captada fotográficamente desde varios lugares de la costa báltica, y la onda sísmica provocada por la detonación fue detectada en la distante Estocolmo.
Dos meses después, el 16 de Diciembre de 1944 un entusiasmado Mussolini pronunciaría su ultimo discurso publico ante miles de fascistas en el teatro lírico de Milán, anunciándoles el inminente ataque germano contra las principales ciudades aliadas, un ataque definitivo con bombas y cohetes de potencia extraordinaria, bombas con capacidad de destruir ciudades enteras en un instante.
EL 20 de Abril de 1945 Mussolini volvería a hablar de las bombas atómicas alemanas. Llama al periodista G.G. Cabella, antiguo amigo y director del periódico "il popolo d´Alessandria", y le dicta el que seria después considerado como "testamento político" del Duce. Mussolini afirma con rotundidad en la entrevista que los alemanes tenían ya tres bombas terminadas, y que su uso puede suponer un vuelco de la situación.
Al menos un documento oficial desclasificado hace referencia a la prueba de Rügen: El 24 de enero de 1946, un piloto de la Flak antiaérea alemana llamado Ziesser es interrogado por el capitán Helenes T. Freiberger de la inteligencia americana. Dicho piloto hace una descripción detallada del lugar y momento del test nuclear, que coincide exactamente con el informe de Romersa.

12.Jonastal III C: La fortaleza subterránea de Turingia
La sospecha de que los alemanes estaban consiguiendo resultados en la investigación nuclear provocó, a finales de 1944, un incremento exponencial de los ataques de la aviación aliada, con objeto de desbaratar la maquinaria bélica alemana.
Pero los aliados desconocían donde estaban las famosa factorías secretas, así que procedieron a un bombardeo sistemático de todo el territorio alemán, incluyendo cualquier objetivo militar y también civil. Pero la industria secreta nazi estaba fuera del alcance de las bombas aliadas: se encontraba a muchos metros de profundidad en la montañosa región de turingia donde interminables túneles alimentaban el trabajo de cientos de miles de obreros encargados de dar forma a los sueños mas arriesgados de Hitler.
Solo en la gigantesca instalación Jonastal S III trabajaban y malvivían mas de treinta mil obreros en una ciudad subterránea de veinticinco kilómetros de longitud. Mas tarde los rusos ocuparían esas ciudades subterráneas, ubicadas precisamente sobre los ricos yacimientos de uranio del sudeste de Alemania, y crearían desde 1946 la compañía rusa WISMUT, que durante los 40 años siguientes llegaría a fabricar mas de 200.000 kilos de uranio enriquecido U235 destinados a equipar el arsenal soviético de bombas atómicas. Posteriormente las minas y ciudades subterráneas serian dinamitadas, y aun hoy el acceso a la zona sigue estando terminantemente prohibido por las autoridades de la reunificada Alemania.

13. Un He177 preparado para la guerra atómica:
En las factorías Skoda en Praga, Checoslovaquia, se preparó oficialmente un misterioso avión, el Heinkel He 177-A5 Greif prototipo V38 dotado de un sistema de bombardeo a gran altitud, inusual en la Luftwaffe, y equipado también con un complejo sistema externo de enganche de bombas, protección anti-radiación, un sofisticado equipamiento electrónico y una estructura de operación muy similar a la que equipaba al americano B-29 Enola Gay, que en Agosto de 1945 lanzó la bomba atómica de Hiroshima.
Dicho He177 modificado ha levantado siempre dudas respecto al alcance del programa nuclear alemán entre los historiadores y los aficionados a la historia de la aviación. El alcance de vuelo de dicha versión modificada del He 177 era superior a los 6500 kilómetros, con una carga útil de cinco toneladas en bombas. Suficientes prestaciones para llegar a Nueva York, ciudad situada a una distancia prácticamente equidistante, desde el centro de Europa, a la remota y deshabitada región siberiana de Tunguska. En el ultimo plan de vuelo de aquel He177 figuraba un viaje al aeropuerto militar de Kristiansand, en Noruega.

14. La misteriosa explosión de Tunguska.
El 30 de Junio de 1908 un gran meteorito cruzaba los cielos de siberia central. Su impacto fue visible en muchos kilómetros a la redonda, y aparentemente sus efectos provocaron extraños sucesos luminosos en todos los cielos del mundo y quedo también registrado en los sismógrafos de Londres.
Aunque hay quien asigna el fenómeno de la luminosidad a la explosión del volcán peleano de Colima en México, ocurrida también en 1908. Ese año fue especialmente activo, con numerosas erupciones volcánicas y grandes terremotos como el de Messina en Italia. También parecen existir errores graves de datación de todos esos registros, que no tienen en cuenta la diferencia de varias semanas entre el calendario gregoriano occidental y el usado entonces por los rusos.
Casi veinte años después, un misterioso explorador ruso con aspecto digno de un casting de Hollywood, Leonid Kulik, organiza en 1927 una expedición en busca del meteorito siberiano, cuyo lugar de impacto nadie había visto ni localizado hasta entonces. 1927 es también el año en que Stalin asume la totalidad del poder soviético.
Es un mal año para hacer ciencia: tras una dura y larga guerra civil, nadie puede moverse libremente en la unión soviética, a riesgo de terminar pereciendo en algún gulag. Pero finalmente Kulik montado en su trineo y atravesando la impracticable y densa tundra boscosa siberiana (aun hoy solo es posible ir en helicóptero), encuentra milagrosamente un remoto valle arrasado por el efecto de una gigantesca explosión.
Y es el primer ser humano en ver aquel espectáculo. No hay cráter de meteorito, pero en un radio de varios kilómetros solo hay los restos de miles de árboles derribados por una fuerza brutal. Posteriores expediciones en los años treinta y cuarenta realizan algunos reportajes fotográficos aéreos del evento, y en 1946 un científico ruso, Alexander Kazantsev, escribe un libro contando por primera vez la historia del explorador Kulik y atribuyendo la causa del fenómeno a "la explosión atómica de una nave extraterrestre”.
No existe documentación publicada anterior al año 1946 referente al fenómeno de Tunguska ni dentro ni fuera de Rusia. Solo algunas notas de los diarios de 1904 a 1910 reportando la visión de la caída de varios meteoritos perdidos en aquella remota y despoblada región de siberia.
Hasta aquí la historia oficial, que durante las ultimas cinco décadas ha traído en jaque a astrónomos, geólogos y un descomunal ejercito de ufólogos y parapsicólogos con la misión de explicar lo inexplicable. Pero la realidad pudo fácilmente ser otra: En 1946 Stalin se encuentra en el máximo apogeo de su poder: ha ganado una guerra, ha eliminado a todos sus enemigos, como León Trotsky, borrando toda huella de su existencia, falsificando incluso las fotografias que construyen la historia sovietica. 1945 - 1946 es también el año en que los americanos empiezan a enviar sus aviones espía sobre el territorio de su antiguo y ahora preocupante aliado comunista.
En 1945, a Stalin le apetece muy poco que los americanos descubran Tunguska, una enorme muestra de la vulnerabilidad de su imperio soviético: La huella del ataque con una bomba atómica realizado por los alemanes el 23 de Febrero de 1945.

15. La Hiroshima siberiana
Hiroshima, 6 de agosto de 1945: a setecientos metros de altura ( el llamado "ground zero point"), estalla un ingenio capaz de destruir toda una ciudad. Con la luminosidad de mil soles, la deflagración arrasa y volatiliza todo en un radio de un kilómetro y medio. Su onda de choque destroza en segundos cualquier ser o cosa incluida en el interior de un circulo de ocho kilómetros de diámetro.
Bajo el epicentro de la explosión, los árboles permanecen milagrosamente de pie, al llegarles verticalmente la onda de choque. Igual que en Tunguska, donde los árboles del epicentro permanecen aún en pie a pesar de las décadas pasadas.
La explosión de Tunguska es también parecida a la de Hiroshima en la cota de explosión: La topología de la zona y el mapa del efecto muestran que la catástrofe es parada por un monte con una altura de apenas seiscientos metros sobre el fondo del valle: el hipotético "meteorito" o el "ovni" de tunguska explotó a unos 600 metros de altitud. La de Hiroshima explotó a 565 metros.
El radio de destrucción total es de un kilómetro y medio, aunque aún es posible rastrear los efectos de la onda de choque a mas de diez kilómetros de distancia.
El incendio posterior al fenómeno multiplicara por treinta el área destruida, lo que a la postre provocará que muchos especialistas imaginen una explosión miles de veces mas fuerte que la de Hiroshima, similar a una bomba de Hidrogeno. Es una exageración: una explosión así habría volatilizado los árboles del epicentro, no habría quedado rastro alguno de ellos. Se trataba pues de una explosión de unos 20 kilotones, como en Hiroshima.
Todas las investigaciones realizadas en los últimos cincuenta años apuntan a una hipótesis imposible en 1908: Una explosión nuclear.
Pero todos sabemos que en 1908 no había bombas atómicas, aunque si hubo una notable actividad de meteoritos y cometas en la zona, acribillada durante siglos por cráteres de impactos reconocibles, distintos a Tunguska en todos los aspectos. De ahí que haya que recurrir a estrambóticas explicaciones sobre naves extraterrestres o desintegración de cometas.
Todos los especialistas discuten el origen de la explosión, pero nadie pone en duda el hecho de que la explosión de Tunguska ocurriera realmente en 1908. Es muy probable que el poco fiable pero inteligente Stalin nos haya engañado una vez mas con la fecha de nacimiento del fenómeno Tunguska, falsificándolo en mas de 40 años. No hay documento alguno publicado, anterior a 1945, que hable o se refiera a dicha explosión, en ningún idioma, incluido el ruso. Los supuestos estudios de 1930 atribuidos a FJW Whipple, de la Royal Meteorological Society de Londres, hacen referencia a grandes meteoritos caídos en Siberia a principios de siglo, que nada tienen que ver con Tunguska.

16.Stalin y la fabricación del mito de tunguska.
Todas las fotografias existentes de Tunguska muestran un espectáculo idéntico: La devastación sin precedentes de una gigantesca masa forestal.
Dichas fotografias son al menos de 1927, según las propias fuentes soviéticas, año en el que según se dice Leonid Kulik descubrió el sitio tras realizar su prosaica y afortunada expedición en trineo, atravesando miles de kilómetros de bosque impenetrable. Las fotografias aéreas son, según las fuentes, algo más tardías, de finales de los años treinta. Sin embargo ofrecen el mismo espectáculo: desolación total, ninguna recuperación forestal a pesar de haber transcurrido mas de treinta años del suceso.
A partir de 1946, la recuperación del bosque de Tunguska parece casi instantánea, al igual que ocurrió en los años siguientes al bombardeo de Hiroshima, por efecto de la radiación. Una milagrosa respuesta retardada de la naturaleza?
Pero tenemos un buen ejemplo cercano: En 1980 se produce la explosión volcánica del monte St. Helen, situado en el estado de washington, en el extremo noroeste de los estados unidos. Una fuerza un millón de veces mayor que la del fenómeno de Tunguska hace desaparecer media montaña, y destruye y derriba millones de árboles en un radio de decenas de kilómetros. Pero la secuencia de fotografias realizadas con posterioridad nos revela la casi total y espectacular recuperación de los bosques vecinos al volcán en solo quince años.
Sin embargo, casi cuarenta años después de la misteriosa explosión de Tunguska, en 1946, el aspecto del devastado panorama forestal es aún idéntico al de los bosques de St. Helen en 1981, solo un año después de la catástrofe americana. Algo parecido ocurre en Hiroshima: pero por efecto de la radiación, se produce un crecimiento vegetal acelerado en el área previamente destruida por la bomba atómica. De ser cierta la hipótesis sovietica de la historia de Kulik, en 1927 la recuperación del bosque de Tunguska tendría que haber sido casi completa.
Todo parece indicar que la explosión de Tunguska no pudo ocurrir en 1908: Se trata de una sofisticada falsificación de los servicios secretos de Stalin, que ocultaron las huellas de la misteriosa deflagración tras la cortina de humo de la caída de varios meteré oritos ocurrida a principios de siglo en un área indeterminada de Siberia y tras una fantástica historia de una supuesta expedición de búsqueda que parte justamente al comenzar el estalinismo, y que termina en 1942, al morir Leonid A. Kulik a los sesenta años de edad, en el frente del este luchando contra los alemanes... y al ser detenido, exterminado por el tifus y desintegrado en un campo de concentración alemán!! . (Conviene señalar aquí que los rusos nunca enviaron al frente a nadie que supiera algo mas que leer y escribir. Todos los hombres y mujeres de formación superior quedaron desde el primer día exentos del combate y eran usados en las industrias soviéticas de retaguardia. Mucho menos eran enviados al frente científicos de sesenta años de edad.)

17. ¿Porque atacar Tunguska?
Cuando en 1943 le fue mostrado a Adolfo Hitler el funcionamiento del nuevo y revolucionario caza a reacción Me262, su respuesta fue aparentemente ilógica: Decidió convertir el nuevo caza en un bombardero táctico, ante la sorpresa y consternación de los militares presentes. Hitler veía en aquel caza la posibilidad de mostrar a sus enemigos que aún podía atacarles y bombardearles con total impunidad, al igual que hacían los aliados usando los gigantescos raids de bombarderos que azotaban Alemania.
Otro tanto ocurrió con el misil V-2. Aun siendo una maravilla técnica, militarmente la V-2 fue un fracaso absoluto. Provocó mas muertos entre las tropas encargadas de su manejo y construcción que como resultado de su impacto en territorio enemigo. Muchos, entre ellos el propio ministro de armamentos Albert Speer, sabían que en aquellos momentos el programa de cohetes era un inmenso gasto superfluo para el Reich, pero Hitler lo veía de otra manera.
La V-2 era para él una "arma diplomática", un instrumento que podía forzar a los aliados a una tregua o a firmar una paz provocada por el miedo. Hitler nunca envió las V-2 contra los soviéticos, ya que simplemente no consideraba que esa fuera una medida de presión contra Stalin y su ejercito, disperso y casi indiferente a la destrucción y las perdidas humanas.
El Führer era un obseso de la geopolítica. Para él, cualquier acción podía tener consecuencias políticas indirectas, tan barrocas e imprevisibles que pocos en su entorno eran capaces de detectar o adivinar. Este mismo criterio le empujó a firmar el pacto de no-agresión con Rusia en 1939, a declarar la guerra a los americanos en 1941 para así presionar a los japoneses a un ataque contra la retaguardia Rusa, o a retirar las mejores tropas SS de la batalla de Kursk en su punto álgido y enviarlas a Italia, con objeto de reforzar la moral de los italianos aun leales a Mussolini tras su derrocamiento de 1943. Así era Hitler.
Para Hitler la bomba atómica era en esencia otra "arma diplomática" para cambiar de raíz el curso de los acontecimientos y descubriendo por primera vez una forma de hacer política que más adelante todo el mundo llamaría "política de disuasión nuclear". Bombardear una remota y deshabitada región de Siberia ofrecía varias ventajas, seguramente inexplicables para cualquiera que no estuviese familiarizado con la psicología del jefe del Reich.
No había forma de dañar seriamente a los soviéticos con una sola bomba atómica, ya que su industria y su ejercito estaban dispersos por la inmensidad sovietica.
Otra cosa habría sido que Hitler hubiera dispuesto de varios cientos de bombas como la de Hiroshima, que, bien empleadas en el frente del este podían haber desintegrado buena parte del ejercito Ruso. El riesgo que corrían los alemanes era mínimo, en caso de que la bomba no explotara al ser lanzada sobre Tunguska. El artefacto atómico quedaría perdido en el denso y desierto bosque siberiano, sin posibilidad de ser recuperado y reutilizado de forma inmediata por los soviéticos.
Bombardeando intencionadamente una zona desértica de Siberia, Hitler evitaba incrementar el odio y la represalia que las tropas rusas, ya en territorio alemán, estaban mostrando contra la población y el ejercito germano conquistados. Con la explosión en Tunguska advertían a Stalin y sus aliados de la existencia del arma atómica.
El objetivo de Hitler era esencialmente otro: persuadir a los anglo-americanos de que era mejor firmar un acuerdo, o de lo contrario podía bombardear Nueva York o Washington, objetivos aéreos equidistantes a la lejana Tunguska, si tomamos como punto de referencia el centro de Europa. Hitler confiaba en que los rusos hablaran inmediatamente a los americanos de la explosión de Tunguska, y que después ellos sacaran conclusiones al medir las distancias, y descubrieran que podían ser susceptibles a un ataque atómico nazi.
En la mente de Hitler, Tunguska era por tanto el sitio ideal para dejar caer la primera bomba atómica operativa de la historia, una bomba idéntica a la de Hiroshima.
Pero una vez mas, sus sofisticadas expectativas geopolíticas chocarían con el pragmatismo elemental de sus enemigos angloamericanos y rusos, que rara vez cedieron o entendieron las complejas maquinaciones políticas hitlerianas. El Jefe del Reich de los mil años aun tendría fuerzas para organizar su ultima "gran jugada geopolítica", quizá la más exitosa, a la vista de las fuertes polémicas, la represión y censura que aun suscita lo "nazi", y los millones de admiradores del nacional-socialismo que hay en el mundo casi sesenta años después: La creación del mito histórico de la resistencia del régimen nazi en Berlín hasta la aniquilación total.

18. Hitler promete la victoria final
En su ultima alocución radiada del día 23 de Febrero de 1945, el propio Adolf Hitler promete la victoria final, mientras declara, en boca de un dramático Joseph Goebbels, que pide a Dios que le perdone por hacer uso de un arma demoledora y definitiva. Esa misma mañana ha tenido conocimiento de la misión exitosa del Heinkel He 177 que había despegado doce horas antes desde un aeropuerto en Checoslovaquia. Optimista por la prueba atómica, se atreve incluso a visitar personalmente a sus tropas, que se baten en el frente del Oder.
El ambicioso plan pretende mostrar a los aliados el poder de la nueva arma, así como el radio de bombardeo aun posible de la aviación nazi, con objeto de forzar una tregua en ambos frentes del conflicto.
Hitler pensaba que la a practica equidistancia de Tunguska a Turingia y de Nueva York a Kristiansand (el punto de Europa bajo control alemán más cercano a la costa este americana) forzaría a los americanos a pensar en la posibilidad de una ataque alemán contra alguna superpoblada ciudad de la costa este estadounidense.
Simultáneamente se comunica al neutral gobierno español del peligro colateral y no intencionado que pueden sufrir algunas ciudades fronterizas españolas con Francia, a consecuencia del uso de las nuevas armas. En aquellas fechas los puertos franceses de Burdeos, Niza, Tolon y Marsella, próximos todos ellos a España, estaban siendo usados masivamente por la flota angloamericana, y por tanto se convertían en objetivos prioritarios de un posible bombardeo atómico alemán.
Pero Stalin calla, y no comunica el ataque nuclear sufrido en Tunguska a sus aliados angloamericanos. Sus tropas se encuentran ya muy cerca de Berlín, y sabe que incluso un ataque generalizado alemán contra Rusia tendrá poco efecto sobre la maquinaria bélica sovietica: Sus principales ciudades están ya destruidas, ha perdido veinte millones de rusos a manos alemanas y su industria esta dispersa por las inmensidades de siberia. No hay posibilidad de un ataque concentrado contra los rusos para ese tipo de armas, a no ser que la Alemania nazi disponga de cientos de bombas como la de Tunguska.
A los pocos días Stalin comprueba que no hay ataque atómico masivo alemán, y ordena al ejercito rojo el asalto definitivo a la capital del Reich.

19. Hitler no usa la bomba
Tras el fracaso de las posibles negociaciones con Stalin, y ante la inexistencia de una respuesta angloamericana, Hitler se encuentra en la peor de las situaciones posibles. Su ejercito se bate en retirada en el oeste, retrocede sangrientamente en el este y su sistema industrial, que permanece intacto en un 80% en el subsuelo alemán, se ahoga por la falta de suministros.
Un bombardeo de aviso como el de Tunguska contra los americanos era extremadamente difícil para los nazis: Toda la Europa ocupada por los aliados, así como toda la costa este americana, única zona al alcance de un bombardeo alemán, estaba densamente poblada y podría entenderse el bombardeo como un ataque directo contra la población. Un impacto en el atlántico podría provocar efectos imprevisibles, quizás un maremoto, al no haber sido probada la bomba en el mar. Adicionalmente podía ser mal interpretado como un error técnico alemán o deberse a un fenómeno natural, como la caída de un meteorito. Una demostración en el desierto del norte de África o en Groenlandia podría dar una imagen equivocada de la potencia destructiva de la bomba, como ocurriera en el test de Trinity de Alamogordo: La explosión tan solo destruyó la torre que sostenía la bomba y vitrificó una delgada capa del suelo, dando lugar a un nuevo mineral, la trinitina.
Solo le quedaba a Hitler la posibilidad de un ataque directo contra Nueva York u otra gran ciudad de la costa este americana, para forzar una posible paz con occidente, aun cuando las V-2 que ya se lanzaban sobre Londres no conseguían obligar a los ingleses a una negociación.
Hitler se muestra inseguro: la muerte repentina de quizá millones de personas a consecuencia de un ataque nuclear puede provocar una respuesta indeseada por parte americana. Ante la aplastante superioridad aérea aliada, Hitler teme que los aliados se atrevan por fin a un bombardeo masivo con gases o con armas bacteriológicas, mucho más letal que los bombardeos convencionales que ya sufrían los alemanes en toda su intensidad.
Además persiste el temor fundado de que los americanos dispongan ya de un arma atómica de características similares, que no haya sido usada aún, por las mismas razones que no se usaban los agentes químicos o bacteriológicos.
Los norteamericanos no tendrían tantas consideraciones a la hora del bombardeo atómico de ciudades japonesas. Sabían, gracias a la captura del submarino U-234, que los japoneses no disponían ni de bombas atómicas, ni de cohetes, ni de capacidad para una posible respuesta de represalia contra los Estados Unidos, así que podían efectuar el ataque nuclear con total impunidad.
Sin embargo ese miedo a la represalia asegurada si funcionó durante los cincuenta años de guerra fría posteriores, en los que se evitó el uso de armamento atómico gracias a la estrategia mutua de "disuasión nuclear".
Si Alemania hubiera conseguido terminar la producción de los mísiles intercontinentales A-9/A-10 o los bombarderos a reacción de largo alcance Horten XVIII o Junkers E-555, o el bombardero antipodal Sänger, Hitler hubiera podido atacar con alguna garantía a los aliados desde sus bases subterráneas en Turingia, mientras él permanecía atrincherado en su reducto alpino, hasta forzar la deseada tregua.
También hubiera necesitado el dictador alemán que la producción en serie de bombas atómicas fuera al menos diez veces superior a lo conseguido hasta entonces, apenas dos bombas operativas de plutonio y una de uranio, y material fisionable para otras veinte bombas mas...
El 20 de Marzo cae definitivamente Budapest, y con Hungría caen también las gigantescas factorías Manfred-Weiss, pertenecientes al emporio económico de las SS y lugar donde se fabricaban las bombas atómicas alemanas, al igual que en las factorías Skoda de Praga y IG Farben en Alemania. Era tal la importancia de dicha factoría que las cinco mejores divisiones de las SS, mas de 70.000 hombres, fueron desplazados desde el sur de Alemania y desde Austria, provocando un rápido avance enemigo en ambos frentes. A pesar de que solo 1.000 hombres de las Waffen sobrevivieron a la terrible lucha en defensa de la Manfred-Weiss, Hitler, en un arrebato de ira, ordena que los soldados de las SS se arranquen las bandas-insignia de los brazos con el nombre del Führer, y desautoriza de su poder a Heinrich Himmler. A partir de entonces, será también el General Kammler el jefe "de facto" de las Waffen SS.
El 3 de Abril los americanos y los rusos invaden Turingia ocupando las bases y fabricas secretas alemanas. Hitler se reúne urgentemente con Kammler y le hace llegar nuevas ordenes: Aún quedaba una posibilidad de un ataque aéreo contra una ciudad americana desde la base de Kristiansand, en Noruega, enviando un bombardero de largo alcance He177 a recoger un ingenio nuclear llevado allí por el submarino U-234.
A raíz de la muerte de Roosvelt, Hitler volverá a creer en un cambio radical de la situación, esperando como Federico el Grande el milagro de un posible enfrentamiento inminente entre los aliados occidentales y sus cada vez menos fiables compañeros de armas soviéticos. El enfrentamiento deseado por Hitler solo llegaría tras la melodramática muerte del Führer, y se extendería durante los 50 años siguientes, los años de la "guerra fría".
El día 15 de Abril, tras comprobar que el nuevo presidente americano Truman continuará las hostilidades, y temiendo una brutal represalia angloamericana, Hitler decide no ejecutar el ataque aéreo contra Nueva York desde Kristiansand. Ese mismo día el submarino U-234 parte del puerto noruego con rumbo a Japón, pero su destino final es incierto, dado el desarrollo que estaban tomando los acontecimientos. La decisión de Hitler de no emplear la bomba atómica provoca una desbandada general entre los altos mandos de las SS y de la Luftwaffe, partidarios ambos del uso del arma nuclear como única alternativa para forzar un pacto a la desesperada con los aliados. Herman Goering anunciará su deseo de negociar con los americanos el día 23 de Abril, lo que provocará su detención por orden de Hitler. Al mismo tiempo Heinrich Himmler se pondrá en contacto con el Conde Bernardotte para negociar una rendición por separado, sin contar con el Führer.
Hitler centra sus últimos recursos en un final "heroico" para su régimen, con la idea de marcar en la historia universal una resistencia épica sin precedentes, sacrificando hasta el ultimo hombre en la capital del Reich.
Pocos días después del suicidio de Hitler, el conde Schwerin Von krosigk, recién nombrado ministro de asuntos exteriores del efímero gobierno del almirante Doenitz, comunica a la agencia de noticias Reuter que ". Hitler no había echado mano de la última arma terrible que el Reich tenía a su disposición..." El día 10 de Mayo el Almirante Doenitz firma la rendición incondicional de Alemania. La guerra en Europa había terminado.
Aún le quedaba a Hitler, ya muerto, una ultima baza que jugar contra sus enemigos, en la lejana guerra del Pacifico. Siempre preocupado por sus complejas maquinaciones de estética política, el Führer prefirió pasar a la Historia sin quedar como el Padre del primer ataque atómico, dejando la responsabilidad de ese crimen final en manos de los japoneses. Poco imaginaba Hitler que el seis de Agosto de 1945 los norteamericanos, en nombre de la democracia y la libertad, se mancharían finalmente las manos con WuWa, la bomba nazi, provocando el asesinato instantáneo de 150.000 personas en un segundo. Un record de velocidad aún no igualado en la eliminación de seres humanos.

20.El submarino U-234
El día 19 de Mayo de 1945 atraca en el puerto de Portsmouth, New Hampshire (USA), el enorme submarino alemán U-234 de la clase XB. Su llegada no es ningún secreto, y tanto la prensa local como nacional e internacional toman nota del evento. Nada mas llegar a puerto, soldados americanos con contadores geiger penetran en el submarino, impidiendo que ningún miembro de la tripulación o mercancía alguna abandone el barco.
En poco tiempo se hace publico el valiosísimo cargamento que transporta el submarino rendido, consistente en 240 toneladas de diverso material de extrema importancia, entre los que cabe destacar dos aviones a reacción Me 262 desmontados, miles de planos de cohetes y armas, fusibles infrarrojos para bombas, y lo que es más sorprendente, bidones con agua pesada (H2O2) y 560 kilos de uranio.
Según consta en la documentación incautada y disponible públicamente, el destino final del submarino era Japón. El submarino, tras recibir previamente su carga en el puerto de Kiel, partió desde el puerto noruego de Kristiansand el 15 de Abril de 1945 rumbo a Japón, bajo ordenes expresas del Jefe de la GESTAPO, Heinrich Müller, y del propio Adolf Hitler.
Además de la tripulación, viajaban en el mismo navío expertos en infrarrojos, científicos y dos oficiales-ingenieros japoneses que se suicidarían poco antes de la rendición del submarino alemán.
Desde 1945 la historia y las especulaciones acerca del submarino no han dejado de inspirar la imaginación de numerosos escritores y guionistas, e incluso en 1992 fue realizada una película, coproducida por Alemania, Japón y estados unidos y dirigida por el realizador Frank Beyer, titulada "El ultimo submarino", y basada íntegramente en las memorias escritas por el telegrafista del submarino, el oficial Wolfgang Hirschsfeld.

21.Quinientos sesenta kilos de uranio 235: El caso Carter Hydrick.
En el año 1998 un ejecutivo de la multinacional informática Compaq, llamado Carter Hydrick, decide hacer publico un interesante libro que al parecer aún seguía escribiendo entonces, titulado "Critical Mass", y lo publica parcialmente en Internet en un dominio de su propiedad, con la dirección http://www.u234.net.
Carter Hydrick no es un historiador profesional, pero desde siempre estuvo intrigado con la historia del submarino U234. Tras varios años investigando por su cuenta y 20.000 dólares gastados, Carter Hydrick encuentra numerosa documentación, aparentemente intrascendente, desclasificada por el gobierno de los estados unidos, relativa al asunto del misterioso submarino alemán.
En dicha documentación encuentra referencias a que el uranio transportado por los nazis no era el prácticamente inofensivo oxido de uranio 238, tal y como rezaban los comunicados oficiales americanos sobre el caso del submarino atrapado, sino que se trataba de 560 kilos puros del isótopo fisionable U235, suficientes para construir de forma inmediata 10 bombas atómicas idénticas a la lanzada sobre Hiroshima.
El uranio se encontraba celosamente envasado en 70 tubos cilíndricos con el interior de los mismos chapado en oro, con objeto de evitar la oxidación de un material tan valioso como el U235.
Pero el fabuloso libro de Carter Hydrick nunca salió de imprenta. Su pagina web no es accesible desde el 25 de noviembre de 1999, y aunque parece seguir ejerciendo su cargo ejecutivo en una filial de Compaq en Huston, Texas, cualquier rastro de sus investigaciones y apariciones publicas ha desaparecido por completo. Tan solo Carter Hydrick es mencionado en una nota de prensa del diario local de Lake Tahoe, con fecha 23 de mayo del 2000, relativa a los actos funerales en memoria de John Gabriel Hydrick, hermano de Carter. También figura en dicha nota de prensa una breve biografía del fallecido: un eficaz agente que trabajó durante años procesando información secreta al servicio de la CIA, el FBI y la NSA. Al parecer Carter Hydrick, en sus investigaciones, pudo tener acceso a documentación de primera mano.
CARTER HYDRICK´S "CRITICAL MASS" PART 1: THE URANIUM BOMB
CARTER HYDRICK´S "CRITICAL MASS" PART 2: THE PLUTONIUM BOMB
CARTER HYDRICK´S "CRITICAL MASS" PART 3: U234 DIARY
CARTER HYDRICK´S "CRITICAL MASS" FULL TEXT (.TXT)
OPERATION PAPERCLIP

22.Proyecto Manhattan, mayo de 1945: No hay bomba.
El 3 de Marzo de 1945 el senador James F. Byrnes escribió un memorando dirigido al presidente de los estados unidos en el que le detallaba los resultados del proyecto Manhattan, así como el abusivo coste de dos billones de dólares gastados en el proyecto. Además solicitaba la suspensión de las investigaciones, dado el rumbo de la guerra y del éxito de los bombardeos convencionales. En mayo la desesperación en el proyecto Manhattan es total: Hace tiempo que se ha renunciado a la construcción de una bomba operativa de uranio 235, y aunque se ha producido cantidad suficiente de plutonio 239 -unos 15 kilogramos- no se ha encontrado aún el método de hacer implotar la bomba de plutonio.
Como resultado en Junio de 1945 son muchos los políticos americanos que claman por una finalización inmediata de los gastos disparatados de la investigación atómica, ya que estimaban que la guerra estaba prácticamente ganada y que los brutales bombardeos de los B-29 contra Japón eran presión suficiente para terminar la guerra.
Pero al parecer la bomba atómica se había convertido también en una "arma diplomática" para el presidente Truman: su uso impune forzaría una rendición instantánea del Japón y sería un serio aviso contra el peligroso expansionismo soviético.

23.Los fusibles infrarrojos de Von Ardenne y la bomba de plutonio
Cuando el submarino U-234 se rinde en el puerto de Portsmouth, un supuesto comandante del ejercito americano llamado Álvarez habla con la tripulación alemana del navío, y posteriormente se hace acompañar por el oficial Schlike, al parecer un experto en sistemas de detonación por infrarrojos que también viajaba en el enorme submarino. Además el "comandante" Álvarez se lleva del buque unos 1200 fusibles de infrarrojos inventados por el científico alemán Von Ardenne, listos para ser usados.
El destino de ambos, Álvarez y Schlike, es el laboratorio de Los Álamos en Nuevo México, donde se desarrolla el grueso de los trabajos del ultra secreto proyecto Manhattan. El equipo de investigadores de Los Álamos tiene un serio problema: aparentemente han conseguido fabricar suficiente plutonio para terminar una bomba atómica, pero no consiguen hacerla explotar.
Para ello necesitan que una pequeña esfera formada por 32 porciones de explosivo juntadas de una forma similar a un balón de fútbol exploten simultáneamente en una fracción de segundo. Dicha explosión provocaría la implosión de una bola de plutonio, forzándola a alcanzar la densidad y masa critica necesarias para provocar la deflagración atómica. Durante mucho tiempo han estado ensayando métodos electrónicos de detonación, pero leves diferencias de velocidad en la activación de los fusibles de detonación hacen que los explosivos no exploten simultáneamente, y por tanto la implosión del plutonio no tiene lugar.
El oficial alemán capturado Schlike les da la solución: Usando los fusibles infrarrojos inventados por el Barón Von Ardenne para el régimen nazi, se consigue que los 64 fusibles que envuelven a los 32 segmentos de explosivo convencional detonen a la velocidad de la luz, simultáneamente y provocando la implosión necesaria del plutonio. Es el propio Schlike quien instala los fusibles de la bomba de la prueba de Trinity, que se hace estallar el 16 de Julio de 1945 en el desierto de Nuevo México. Es, según la versión oficial de los vencedores, la primera explosión nuclear de la historia.
Cuando el artefacto explota a la primera, todos se sorprenden de la potencia de la deflagración. Todos menos Schlinke. Tras la guerra el oficial alemán seguiría trabajando en el proyecto nuclear americano, beneficiado por el programa Paperclip de reclutamiento masivo de científicos e ingenieros nazis.
¿Y el comandante Álvarez? No existió nunca tal comandante. El responsable del sistema de detonación del plutonio del proyecto Manhattan, el Dr. Álvarez, se había disfrazado de militar americano con objeto de ganarse mas fácilmente la confianza de los militares nazis. Mas tarde Álvarez pasaría a la historia como el hombre que había resuelto el problema de la implosión del plutonio en el ultimo minuto. También se haría famoso por su teoría de la desaparición de los dinosaurios a consecuencia del impacto de un meteorito, y ganaría finalmente el Nóbel de física por sus descubrimientos en el campo de la tecnología de infrarrojos.

24. 60 kilos de U235 sobre Japón.
El 16 de Julio los científicos del proyecto Manhattan hacen explotar su primera bomba en Alamogordo, una bomba de plutonio. No hubo mas pruebas, la bomba de plutonio funcionaba.
Sin embargo, lo que cayo sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 no fue una segunda bomba de plutonio. Era una bomba conteniendo 60 kilos de uranio 235. Una bomba que jamás había sido probada y de la que se desconocían los efectos de su explosión. Mas tarde, ante las sospechas que provocó la falta de pruebas previas realizadas con la bomba de uranio, los responsables del proyecto Manhattan argumentaron que se trataba de una bomba mucho más simple que la de plutonio, que al igual que en un fusil se activaba disparando una carga subcritica de uranio sobre otra masa subcritica. Afirmaban que estaban tan seguros de la explosión que estimaban que no era necesaria una prueba previa. Se desconocía si la bomba de 60 kilos de uranio era más potente que la bomba de 15 kilos de plutonio probada el 16 de Julio. No se sabía tampoco si podía provocar la temida reacción en cadena atmosférica, extendiendo su efecto a todo el planeta.
A pesar de todas estas importantísimas cuestiones la bomba es dejada caer sobre la ciudad japonesa antes que la ya probada de plutonio. Existía otro grave riesgo: para provocar el máximo daño con la explosión, el mecanismo de disparo de la bomba debía detonar a unos 600 metros del suelo, lo que se conoce como "ground zero". Para ello la bomba llevaba un delicado sistema de presión atmosférica controlado por un circuito electrónico muy sensible.
La bomba debía ser montada y armada en vuelo, pocos minutos antes de ser lanzada, con objeto de que la radiación emitida por el hiper-activo uranio 235 no dañara los circuitos de disparo y provocara el ingenio no explotase en el momento adecuado, o lo que es aún peor, que diera lugar a una explosión precipitada en vuelo. A eso hay que añadir el riesgo estadístico: casi un diez por ciento de las bombas convencionales lanzadas durante la segunda guerra mundial no explotaron. Además la bomba llevaba un pequeño paracaídas que frenaba su descenso, con objeto de evitar que una variación de presión por la velocidad de caída la hiciera explotar en una cota inadecuada. Eso significaba también que la bomba, de no explotar, caería intacta en el bando japonés.
El hecho de que la bomba de uranio pudiera caer sin explotar en manos enemigas podría acarrear consecuencias gravísimas e imprevisibles: Los japoneses tendrían a su disposición 60 kilos de uranio 235 puro, que podrían usar rápidamente en un ataque de respuesta contra los estados unidos. El grado de avance del programa nuclear japonés estaba lo suficientemente desarrollado como para entender la mecánica de la bomba de Hiroshima. De hecho, al finalizar la guerra fueron incautados a los japoneses dos ciclotrones y al menos cinco reactores nucleares en construcción en Japón y Corea, aunque el estado de desarrollo de dichos reactores es todavía un misterio no desclasificado por el gobierno de los estados unidos. También se requisaron a los japoneses varios cazas y cohetes operativos idénticos a los usados por los alemanes.
Es fácil encontrar documentación sobre el proyecto de la bomba de plutonio. Cada una de las fases de su desarrollo esta suficientemente explicada en miles de artículos y declaraciones efectuadas por los artífices del proyecto Manhattan. Sin embargo, es mucho más difícil encontrar documentación desclasificada de la bomba de uranio lanzada sobre Hiroshima.
Dicha bomba y su uso sigue provocando entre historiadores y expertos agrias discusiones acerca de su verdadera naturaleza. Pero la contestación definitiva a todas las cuestiones suscitadas puede ser resuelta con una sencilla explicación: la bomba de uranio de Hiroshima ya había sido probada con anterioridad por los alemanes en un remoto bosque siberiano.

continua en: WUWA WunderWaffen: El Proyecto Atómico Aleman, 2ª PARTE
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