Lo cierto es que la fábula de la hormiga y la cigarra hace poca justicia a la vida de la cigarra; probablemente por desconocimiento de su interesante ciclo biológico.
Las cigarras nacen de huevos puestos en los árboles. Las pupas recién nacidas caen al suelo y se entierran bajo tierra a fianles de verano, cuando los adultos mueren tras haber cumplido su función que es la de reproducirse. Esto no es un caso extraño, en muchos insectos el adulto es básicamente una máquina de aparearse mientras que el resto del tiempo el animalillo va haciendo por convertirse en adulto. Caso extremo son las efímeras, que puede decirse que es una larva a la que un día le salen alas, se reproduce y se muere, desde su eclosión aus muert,e una e´fimera vivrá unas 12 horas tras pasarse casi un año en fase alrval.
Pero de vuelta las cigarras, la cigarra recién nacida se convierte en un animalito de lo más activo; excava túneles a profundidades de entre 30 cm y 2,5 metros, buscando raíces de las cuales chupa savia cruda, un alimento poco nutritivo que las obliga a cambiar mucho de comedero, buscando nuevas raíces de las que libar. En esta fase, y aquí viene lo bueno, las cigarras se pasan años. Este número puede variar de 2 a 17 años, siendo lo normal unos cuatro o cinco años. Pero para cada especie, los ciclos son siempre de la misma longitud, lo que lleva a años con cigarras y años sin cigarras. La más rara de las cigarras es la del género Magicicada, que alterna ciclos de 13 y 17 años. Al ser estos números primos, ningun depredador que tenga ciclos puede igualarlas, y la mayoría de cigarras del género Magicicada nacen en años fuera de sincronía con depedadores y por tanto sufren poca presión depredadora.
Una vez que ha transcurrido el número de años suficiente, todas las pupas emergen de tierra y se cuelgan de los árboles, mudando por última vez. Convertidas en adultas, volarán o treparán a las copas de los árboels y se reproducirán, normalmente durante unos pocos días ya que la cigarra adulta es incapaz de alimentarse; su pico no puede atravesar la corteza de los árboles y sus alas se romperían si intentara excavar para llegar a las raíces. La mayoría de cigarras tienden a sicnronizarse con las de otras especies, lo que lleva a periodos de dos o tres semans de una escandalera asombrosa cuando varias especie maduran y emergen al unísono. Cómo se sincornizan varias especies de ciclos dispares es un pequeño misterio.
Así que, resumiendo, la cigarra es un insecto trabajador que se pasa la mayor parte de su vida inmadura, excavando y libando savia de las raíces, almacenando energía para su semana de gloria en la que vivirá de las rentas acumuladas y podrá reproducirse con un poco de suerte.
Comparada con las hormigas, estériles y de vida tan breve como agotadora, a las cigarras no se les da mal: comer y comer durante años bajo tierra para follar como locas a la luz y el calor del sol durante su última semana de vida... pero eso, en fin, los romanos no lo sabían, o pasaban mucho del tema.
