Estoy en Marzo de 1942 y me habían asignado una patrulla en las cercanías de Islandia saliendo desde la base de Brest; en un principio no parecía nada especialmente extraño. Zarpamos de puerto dirigiéndonos hacía nuestra cuadrícula de misión. Llevábamos un par de días de navegación cuando recibimos un mensaje que nos avisa de un convoy que se dirige hacia nuestra zona. Calculó un rumbo de interceptación y cuando llegamos a la zona prevista (según calculé aun quedaban como mínimo 3 horas para que llegase el convoy) y doy orden de navegación silenciosa y pasar a profundidad de periscopio y decidimos esperar a que llegue el convoy.
En torno a las dos y algo de la tarde llegan los informes del hidrofono de buques acercandose; espero unos minutos más y subo el periscopio para averiguar el tamaño y la distancia del convoy. Observo un convoy de tamaño pequeño a algo más de 5000 metros de distancia. En ese momento doy orden de avante lento, bajo el periscopio y decido esperar unos minutos a acercarme. Es 15 de Marzo, acaban de dar las 3 de la tarde y estamos en la cuadrícula AM79 quien me diría lo que nos quedaba por sufrir.
Un par de minutos después de las 3 el hombre del hidrofono informa que acabamos de ser descubiertos y el enemigo está emitiendo pings. En un primer momento no me lo creo, subo ligeramente el periscopio y veo que aun estamos al menos a 3500 metros del escolta más cercano (que resulta ser una corbeta) que nos empieza a encarar. Vista la situación decido sumergir la nave a unos 60 metros y dirigirme hacia el convoy con la intención de despistar a los escoltas. A los pocos minutos se empiezan a escuchar los hélices de la corbeta encima nuestra y poco después me avisan de que hay cargas de profundidad en el agua, gracias al cielo el capitán de la corbeta no es muy ducho y ninguna de las cargas me afecta. En unos minutos estoy debajo del convoy pero ni aún así consigo despistar a la corbeta que continúa hostigándome y lanzando cargas de profundidad sin importarle la cercanía de sus barcos. Visto que así no se rinde decido tomar rumbo NNO, bajar hasta los 100 metros de profundida y seguir a la mínima velocidad a ver si consigo eludirle. Durante las siguientes dos horas la corbeta me sigue, con el ruido constante del ASDIC martilleándome la cabeza y las cargas de profundidad detonando de fondo; pasadas las 5 de la tarde parece que se le han terminado las cargas y el espaciado entre cada pulso de sonar se espacia; parece que dentro de poco me dejara en paz y volverá con su convoy ¡qué equivocado estaba en ese momento!

Acaba de anochecer y el maldito capitán inglés ha decidido no dejarme en paz aun cuando ya no tiene medio de hundirme. Vista la situación doy orden de parar máquinas y de mantener al máximo el silencio, intentaremos hacernos los muertos a ver si se rinden. Nos mantenemos "muertos" durante más de una hora, no hay más ASDIC y en el hidrofono no se escucha nada; ¡parece que por fin me he librado del maldito inglés! . Doy orden de encender motores a velocidad mínima y de subir a unos 50 metros, no han pasado ni dos minutos desde que doy la orden y de nuevo un ping rebota en nuestro casco y volvemos a oír los motores de la corbeta ¿que demonios le habré hecho al maldito para que no deje de perseguirme?. Otra vez hacía abajo a los 100 metros y a seguir rumbo en algún momento se cansará el desgraciado del capitán. Siguen pasando las horas, acabamos de cruzar la cuadrícula, ya estamos en la AM76 y según mis cálculos estamos a más de 50 km del punto donde tuve contacto con el convoy por lo que mi perseguidor se ha alejado más de 100 km de su convoy.
Son las 3 de la mañana del 16 de Marzo, el muy cabrón lleva ¡¡12 horas!! persiguiendome; las reservas de oxígeno están por debajo del 50%, las baterías a menos del 40%; he tenido que dar un relevo a todo el personal llevamos muchas horas de tensión y los hombres empiezan a ponerse nerviosos si esto sigue así no se cuanto tiempo podremos seguir sumergidos y salir a la superficie es un auténtico suicidio ya que desconozco si los ingleses han enviado refuerzos o aviación. Hemos intentado quedarnos lo más quito posibles, cambiar de rumbo y todo tipo de maniobras y cuando parece que lo hemos perdido en ese momento vuelve a emitir un ping. El maldito capitán nos va a volver locos con este juego. Vista la situación decido tomar una decisión arriesgada; doy orden de sumergirnos a la máxima profundidad posible intentaremos hacer creer a la corbeta que nos vamos a pique. El submarino comienza a bajar, 120 metros, 130 metros, 140 , 150, mi oficial en jefe me mira con cara de miedo no es el único que desconfía de esto; 160, todo el submarino empieza a chirriar, cualquier fisura y seremos comida para peces...165 metros, siguen los sonidos metálicos pero de momento el casco aguanta solo queda esperar que la treta funcione.
El inglés es endemoniadamente constante, son cerca de las once de la mañana llevamos 20 horas de persecución y no parece querer rendirse, llevamos más de 100 km recorridos las baterías están a punto de agotarse y la reserva de aire lleva en la zona roja horas. Vista la situación solo nos quedan dos opciones; o bien continuamos sumergidos esperando un milagro o intentamos salir a superficie y hundir a nuestro perseguidor. Estamos deliberando que solución tomar cuando nos llega el milagro, ¡¡el buque enemigo se aleja!!, no lo podemos creer ¿será posible que por fin se haya dado por vencido?. A los hombres se les ilumina la cara es posible que hayamos salvado la vida, pero aun no hay que darlo todo por hecho decidimos esperar media hora, en ese tiempo el enemigo no cambia de rumbo se aleja a velocidad constante hasta que en un momento se pierde su sonido parece que realmente estamos a salvo. Inmediatamente doy orden de subir a profundidad de periscopio quizás esto realmente no haya acabado. Subo el periscopio y es cierto nuestro perseguidor es solo una pequeña mota en el horizonte y no se ve ni escucha a nadie en kilómetros a la redonda. Orden de salir a la superficie de inmediato y rápidamente al puente a respirar aire fresco, son las 12 del mediodía y hemos estado más de 24 horas sumergidos al límite de las posibilidades de la nave, si realmente existe un Dios esta ha sido la señal más clara que he tenido en mucho tiempo, hoy el cielo tiene un color mucho más agradable que de costumbre...