

Portada y contraportada del libro "Das lezte Boot", del autor Wolfgang Hirschfeld. (Oberfunkmeister = Radiotelegrafista del U-234)
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Bajo el título de "El último U-Boot" de Wolfgang Hirschfeld, tenemos aquí una auténtica joya que nos habla del destino y peripecias de su tripulación como prisioneros de guerra en los EE.UU.
El autor es el Radiotelegrafista (Oberfunkmeister) W.Hirschfeld, autor de otras publicaciones sobre los U.Boots.
No existe la traducción español y en inglés no lo sé. Estos últimos no quedan muy bien parados en esta obra. Es un conmovedor relato o historia casi olvidada de un submarinista alemán que al final de la guerra va a parar a un campo de prisioneros en los EE.UU., y del odio al que era sometido todo lo que olía a alemán, al final de la 2GM.
Sobre esta historia real se basó una parte de la pelicula "Das Boot 2" -La última misión-. El que no pueda leer este libro por cuestión del idioma, se podrá conformar con la película citada, que es tan sólo una parte del libro y, no hace referencia a las peripecias tenidas en los campos de prisioneros como POW´s, que es precisamente una de las partes más interesantes de la obra por su complejidad histórica y política de aquellos tiempos. Algunas vivencias no están faltas de humor.
En la contraportada: El autor Wolfgang Hirschfeld. En la imagen inferior una postal navideña de 1942 en la que se ve uno de los campos de prisioneros, el "Camp 30, Bowmanville".

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La Editorial es: Deutsche Verlagsgesellschaft - Rosenheim y se trata de una 2ª edición de 1995. ISBN 3-920722-32-9 (en alemán por supuesto)
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Un libro que en primera línea deberían leer los que nos titulan "nazi fan boys" para que aprendieran algo de historia. Las barbaridades que muchos de los prisioneros de guerra alemanes o de otros paises, tuvieron que aguantar en los campos de prisioneros de EE.UU. son a veces para ponerle a uno los pelos de punta. Sabemos del trato que tuvieron los prisioneros americanos, británicos y franceses (especialmente los oficiales) en los campos de prisioneros alemanes,que era mucho más humano. Lo hemos visto documentado en algunas películas y no era propaganda.
De hecho fueron muchos los alemanes que intentaron escapar de los campos de prisioneros en los EE.UU., especialmente algunos submarinistas. Uno de ellos Comandante de un U-Boot que se quitó la vida cortándose las venas incapaza de aguantar más el comportamiento inhumano que tuvo. De los submarinistas que se escaparon, la mayoría de ellos fue capturado. Lo tragicómico, fue por su comportamiento completamente antinazi, es decir falto de todo racismo.Muchos de ellos fueron capturados o denunciados y acontinuación hechos nuevamente prisioneros, por el simple hecho de subirse a un autobus cediéndole el paso a un negro, algo insólito en los EE.UU. de aquellos tiempos; o entraban en el autobus y se sentaban, por falta de conocimientos de inglés, en lugar reservado sólo a los negros.Lo peor lo pasaron tres fugitivos, y ello les costó la vida, cuando muertos de sed se acercan a una granja americana y se ponen a beber en una bomba de agua. Sale la granjera con una escopeta y acribilla a los tres dejándoles sin vida. Ella misma llama a la policía o al Sheriff para comunicarle lo ocurrido, el cual al llegar le dice a la granjera: ¿"pero usted sabe que ha hecho"? - Sí, cargarme a tres yanquis que no hicieron caso de mis advertencias - "Estos tres individuos no son yanquis sino alemanes, prisioneros de guerra fugitivos, Sra." - a lo que ésta rompe a llorar por la desgracia ocurrida al saber que eran alemanes y no yanquis.Debía ser una sudista que odiaba a los yanquis, sus compatriotas, y los pobres alemanes sin conocimientos de inglés no hicieron caso a las advertencias o amenazas de la granjera y ello les costó la vida. Con este ejemplo vemos claramente el racismo existente que existía en los EE.UU.con su propia gente fuera del color que fuera.
Hay que leer mucho en la vida y conocer las historias reales y hacer menos caso de la propaganda. Goebbels, no sólo existían en Alemania, sino también en países que proclamaban a los cuatros vientos lo humanos y democráticos que eran.
Una pena que este libro de 332 páginas no esté traducido al cstellano, que yo sepa.