HANS GLOBER : SUBMARINO U-505
Lo siguiente es un breve capítulo de la autobiografia publicada por Hans Glober "Barcos de acero-Corazones de hierro". Hans que desgraciadamente murió en 1999 tenia algunas historias verdaderamente asombrosas sobre su vida en el submarino U-505 durante la Segunda Guerra Mundial.
Este capítulo detalla una ataque por las fuerzas navales aliadas sobre el U-505 mientras estaba en el Atlántico en 1943 y la consecuencia, realmente dramática que acabó en el único suicidio conocido de un Capitan de submarino alemán.
.....estaba descansando en mi litera durante las horas del amanecer del 23 de octubre, cuando comprendí que estaba respirando aire fresco.El suave balanceo del barco, seguido despues por el latido gutural de los diesel, revelaba que estabamos en superficie. El aire era frio y no me apetecia salir de la litera. Pero yo tenia deberes que cumplir, así que me levanté. Este hecho no significaba ningún cambio para la litera, estaria ocupada por otro hombre antes de que se enfriasen las sabanas.
Me vestí y al cabo de unos minutos ya estaba en mi puesto en la sala de mando. Zschech parecia más agitado de lo usual, corriendo de arriba abajo entre el puente y la Sala de mando, como un gato nervioso.
No le presté mucha atención; mi preocupación era el Doctor de la nave que, como de costumbre estaba intentando robar mi cuenco del desayuno "Kujamble Eis". Esta mezcla de hielo aplastado y dulce de frambuesa era muy valorado entre la tripulación. También se racionó muy extrictamente por Toni, nuestro cocinero. Toni era de la opinión de que el doctor tenia un exceso de grasa y por consiguiente nunca le dio algo más allá de la ración normal de comida.
"Este hombre come demasiado" Solia decir Toni. Naturalmente, esto hizo que el doctor estuviese obsesionado por obtener algún suplemento del alimento helado. Varias veces asomaria su cabeza en la Sala de Mando para ver si habia algún cuenco desatendido. Yo estoy orgulloso de decir que él nunca consiguió el mio.
El dia transcurrió tranquilo, como si nosotros estuvieramos en un crucero de vacaciones.Nos sumergimos en cuanto las baterias estuvieron recargadas. Yo regresaba del servicio de tarde, cuando, un poco despues de la medianoche, empezamos a oir retumbos debiles, distantes. En el curso de varias horas, el retumbar se volvió más ruidoso y distinto. Eran claramente explosiones de cargas de profundidad. Una serie larga, seguido por el silencio y a continuación otra serie larga. El retumbar de las cargas de profundidad parecia afectar a Zschech muy profundamente.
Alrededor del mediodia del 24, oimos el retumbar de cargas de profundidad que explotaban en la distancia. . Nosotros ya habiamos oido a menudo ese ruido, pero nunca durante un periodo tan prolongado. Supimos que, en alguna parte , un Uboat estaba sufriendo un infierno.
En las horas siguientes el ruido se fue intensificando gradualmente. Se detenia un rato corto, y volvia a sonar, más cerca que antes. Yo no estoy siendo melodramático si le digo que empezo a parecer el redoble lento de una procesión fúnebre militar, mientras se iba acercando poco a poco a nuestra posición.
Despues de seis horas repletas de este retumbar, Zschech se retiró a su cabina, cerrando la cortina detrás de él. De vez en cuando llamaba al Radio y al Sonarista a su cabina para solicitar novedades, pero por otra parte nada más se sabia de él.Entretanto, continuamos en el curso a traves de la cuadricula CF5424. Despues del ocaso, las detonaciones empezaron a sonar bastante fuerte. Nosotros en la Sala de mando empezamos a preguntarnos que infiernos hacia Zschech en su cabina, mientras el timbal de cargas de profundidad se iba
acercando.
Exactamente a la 19,48 horas, los sonaristas corrieron a la cabina de Zschech informandole de la cercania de las explosiones. Finalmente Zschech empujó las cortinas de su cabina y surgió.Cuando pasó cerca de mi, yo pude ver que su cara estaba de color gris ceniciento. Sin embargo, en lugar de emitir ordenes Zschech subio por la escalerilla a la torre inferior.
Todos los compañeros de la Sala nos miramos con perplejidad, preguntandonos silenciosamente que diablos estaria haciendo allí. En los submarinos alemanes, la torre inferior se usaba esclusivamente para mirar a traves del periscopio.Pero nosotros estabamos navegando a más de 100 metros de profundidad, demasiado profundo para usar el periscopio.
Dos minutos despues, los sonaristas gritaron a Zschech, a traves de la compuerta de la torre, informandole de lo que todos podiamos oir con nuestras orejas desnudas, nos habian localizado con el ASDIC. La pausa entre cada ping de Asdic se acortaba rapidamente. Nos habian localizado obviamente y se dirijian correctamente hacia nosotros.
Pronto las naves enemigas estaban casi directamente encima nuestro. Y todavia,, todavia ninguna orden del Capitán. ¿Dónde infiernos estaba Zschec? Antes de que tuvieramos tiempo para preguntar, BOOM !....la gigantesca explosión nos hizo perder pie. El barco entero se mecia locamente y el aire de la Sala de mando estaba llena de vasos rotos y objetos volantes. Yo me agarré a lo primero que pude asir....esta casi nos habia caido encima. !BLANG¡¡¡¡ Las luces se apagaron y el casco de presión resono como la campana de una iglesia, quedando el segundo conmocionado.
Finalmente, Zschehc bajo la escalerilla de la torreta. Su cara inexpresiva, iluminada por el reflejo de la pintura fluorescente de los conductos, estaba fantasmalmente blanca.Todos lo miramos fijamente, esperando algunas ordenes para las maniobras, pero él no dijo nada. En cambio, atravesó como un zombi delante de la compuerta delantera de la sala de radio. Cuando me pasó, yo pude ver su rostro, cegado por el brillo de la luz en la semi-obscuridad.
Dos cargas más explotaron en rápida sucesión. Sonaron más lejos que los anteriores y nos atrevimos a pensar que lo peor ya habia pasado. Entonces, WHOOOM, la explosión más grande de mi vida, , el barco casi dio la voltereta. . Los hombres yacian en el suelo amontonados.
Entre todo el clamor, pense que habia oido un ruido estrepitoso que venia de dentro del barco, pero no pensé nada en aquel momento. Entonces yo miré despacio alrededor y noté que Zschech, despacio, comenzaba a agacharse. Me figuré que se habia golpeado simplemente con la cabeza contra un mamparo, por lo que yo volví a mis mandos.
Entonces, BOOOM!!!. Una explosión aún más ceca que la última ensordeció nuestras orejas., convirtiendo nuestro mundo en un estallido de hombres dando volteretas más ruinas volantes. . Caido de frente en el suelo, intente oir el sonido revelador de la entrada de agua que señalaria nuestra sentencia. En cambio, siguió unos minutos de silencio absoluto. Los destructores estaban recargando sus mecanismos de cargas de profundidad, girando para otra pasada.
Durante esta tregua, se encendieron las luces de emergencia. Nuestra Sala de Mando parecia devastada por un huracán, pero nosotros todavia estabamos vivos. Entonces yo oí un poco de conmoción que venia a traves de la compuerta de la Sala de mando delantera que estaba abierta. Desde mi posición podia ver un cuerpo boca abajo, inmovil en el suelo. Un reguero brillante de sangre oscura se estaba extendiedo rapidamente alrededor de las piernas del hombre.
UN momento despues, yo vi al contramaestre de la Radio arrodillandose y examinando al hombre sangrante. Con algún esfuerzo, volvió al hombre poniendolo cara arriba. Despues de un minuto, las piernas inanimadas se arrastaron por el Olymp, nuestro apodo para el área alrededor de la cabina del Capitán. Nosotros comprendimos que algo extraño estaba pasando. Uno de nosotros se arrastró calladamente a la Cabina del Capitán para ver lo que habia pasado.
Zschec, estaba en su cama. ¡ El se habia disparado en la cabeza con su pistola durante el ataque de cargas de profundidad !
Parecia como si un millón de años hubiese pasado desde que Peter Zschec ocupó la Cabina del comandante. Ahora él estaba allí, quieto en su litera, vertiendo un poco de sangre de un agujero pequeño en el lateral de su cabeza.
Pero Zschec, incluso en este último acto, no habia logrado su proposito totalmente. El todavia estaba vivo, aunque hacia unos sonidos fuertes, inequivocos de un hombre agonizante.
El doctor vino corriendo a la cabina. ¿Qué podemos hacer? Preguntó ¿QUÉ PODEMOS HACER? El doctor estaba claramente presa del pánico.
¡"Callese! Alguien gruño al doctor, añadiendo en suave cuchicheo, "Los destructores están escuchando cualquier sonido"
Durante varios minutos, Zschehc permaneció en este estado vegetativo, mientras los sonidos de la muerte cada vez sonaban más fuertes. Por fin, uno de nosotros puso la almohada de Zschehc encima de su cara para amortiguar el ruido y por misericordia, para acelerar lo inevitable. El doctor intentó apartar la almohada desesperadamente, pero cuatro fuertes manos lo impidieron.
El doctor empezó a gritar histericamente para que le quitasen la almohada. Nuestro segundo Paul Meyer, ahora Comandante Suplente, serena pero severamente le pidió que estuviera callado. No hay nada que Usted pueda hacer ahora por él , explico Meyer. "Esas naves están todavia allí intentando enviarnos al infierno. Los sonidos viajan bien a traves del agua,y cualquier ruido que nosotros hacemos aquí pueden oirlo allí. Asi que, por favor, Doctor, estese callado."
Meyer, ahora completamente a cargo de la situación, pidió arrojar dos capsulas-señuelo para engañar al Asdic enemigo. Una vez la carga química hubo soltado su nube de burbujas y particulas de metal, nosotros nos arrastramos lejos a la velocidad más silenciosa .La siguiente descarga de cargas de profundidad aterrizó directamente en las burbujas del señuelo, lo suficientemente fuerte para agitarnos severamente, pero no lo bastante para hacernos daño.
Despues de unos minutos, otra descarga casi acaba con nosotros. Sufrimos bastante daño, pero la suerte estaba con nosotros y ese fue el último ataque. Una hora despues, nos encontrabamos fuera de contacto con los destructores. Nos ocupamos de reparar las goteras más serias y el equipo roto, mientras el enemigo continuó lanzando cargas en nuestra posición anterior.
Exactamente a las 21,29 horas del 24 de octubre de 1943, una entrada concisa se hizo en el diario de navegación : Muerto el Comandante. Ninguna otra explicación se hacia. A estas alturas, todavia la mayoria de la tripulación ignoraba, incluso ,que Zschehc estaba muerto, mucho menos como murió. Habria tiempo para eso más tarde. Entretanto, aquellos de nosotros que lo sabiamos estabamos satisfechos con nuestro nuevo Capitán.
Antes de que pudieramos asimilar en nuestras cabezas lo ocurrido, los ssing-ssing-ssing de los dispositivos de Asdic enemigos empezaron nuevamente Pronto fuimos rodeados por el atronar de las helices. Un momento despues nosotros oimos claramente el sonido de explosiones que salpicaban el mar encima de nuestras cabezas. Una vez más el redoble de tambor del diablo empezó con ruido ensordecedor y oleadas de temor se extendieron entre la tripulación.
Yo recé fervorosmanete al cielo para que ocurriera un milagro : Que una de las cargas explotase antes de tiempo y esparciese en el aire los pedazos de los bastardos que intentaban matarnos. Yo espero que Dios perdone mi sacrilegio, pero eso es exactamente lo que yo recé.
Soportamos todavia varios ataques de cargas de profundidad antes de que pudieramos zafarnos de la persecución. Dos horas y media después, Meyer finalmente opinó que podiamos arriesgarnos a subir a la superficie para recargar baterias. El hizo un discurso muy corto a la tripulación, a traves del intercomunicador, explicando que Zschehc habia muerto y que él, como Segundo, asumia el mando de la nave. Tambien anuncio que volviamos a la base. Empezaron a asomar cabezas, a traves de las compuertas de la Sala de mando, anteriores y de popa, preguntado que habia pasado.
"No hay tiempo para explicaciones".- era la única respuesta.
Por suerte, no habia ningún barco enemigo a la vista cuando nosotros aparecimos en la superficie. Una luminosidad fosfororescente siguió en nuestra estela, mientras nos preparabamos para un entierro en el mar. Unos compañeros y yo arrastramos el cuerpo inerte de Zschehc hasta la Sala de mando. Al girar la vista, observamos que un tampón de tela amarilla que se habia insertado en la herida de la cabeza, se habia desprendido, dejando un largo sendero de sangre por detrás.
Los restos de masa encefálica de Zschehc que se aferraban a la tela era demasiado para el estomago de la mayoria de nosotros. Solo dos tipos pudieron continuar. Se depositó su cuerpo en una hamaca, pusieron un peso bien atado en los pies y entonces cosieron la tela para cerrarla del todo. Yo apenas me mantenia de pie atemorizado, mirando con horrorizada fascinación como el cuerpo de nuestro Capitán se encajono en su ataud de lona.
Simplemente , antes del alba, el cuerpo estaba listo para arrastrarlo al exterior de la torreta para el entierro. Meyer gritó "! Atención ¡" pero ninguno de nosotros se movió. Quizás si él no se hallara en el interior de la hamaca,podriamos saludar al uniforme. Pero ninguno de nosotros sentia ningún afecto por ese hombre. Meyer lo entendió y no insistió.
El cuerpo de Zschehc se alzó al puente y se dejo caer por un lado, sin ninguna ceremonia. Continuamos navegando en superficie a la máxima velocidad para poner la mayor distancia entre nosotros y nuestros perseguidores. Entretanto la historia de cómo Zschehc habia muerto se extendió por todo el barco.
Hoy, claro, yo siento un gran dolor por Peter Zschehc. El es, hasta donde yo sé, el único comandante de submarino alemán que se suicidó en acción. Pero, en ese momento no teniamos ninguna simpatia por el hombre; una mezcla de enojo y traición refleja mejor la descripción de lo que nosotros sentiamos. Desde nuestra perspectiva, suicidandose en el momento en que él lo hizo, pensabamos que habia actuado como un cobarde egoista. ¿Si queria matarse, porque no lo hizo atrás en Lorient en lugar de abandonarnos en el momento exacto en que nosotros necesitabamos mas que nunca a un Capitan?
El nuca trajo el exito que prometió a nuestro barco, ni nos trató en vida con el respeto que una tripulación veterana como la nuestra merecia. Zschehc era un hombre inteligente y podria servir como un excelente funcionario de personal, pero le faltó la valentia requerida para el mando en situaciones extremas. Es incomo admitirlo ahora, pero la mayoria de nosotros no sentia nada haberlo perdido.
El entierro de Zschehc no acabo con nuestro peligro. Simplemente despues del ocaso de dia 25, nosotros fuimos nuevamente detectados por el enemigo.Sin parar, los barriles de TNT llovieron sobre nosotros. Era como si la Muerte estuviera golpeando en nuestro casco de presión, pidiendo permiso para entrar, Conseguimos zafarnos despues de una hora de soportar continuamente las descargas del enemigo.
Alreddor de las 20.00 horas, despues de que la oscuridad cayo completamente, Meyer decidió arriesgarse a una corta carrera a toda velocidad en superficie para sacarnos de la zona de peligro. Dos minuto despues de emerger, nuestro serviola descubrió las oscuras sombras de nuestros atormentadores, por la amura de estribor. Meyer decidió escapar a máxima potencia y en superficie. Nuestra nave avanzaba, cortando las olas, a plena velocidad.
Durante diez minutos nos parecio que podiamos coseguirlo. Pero los destructores debieron detectarnos con el radar porque de repente, uno de los diablos se volvió y se dirigió recto hacia nosotros a velocidad de flanco. En pocos segundos retiramos a los serviolas y todos penetramos en el interior del sumarino antes de sumergirnos.
" Schnell auf tiefe gehen" ¡ (m´as profundo, rapido) Gritaba Meyer. Apenas nos habiamos sumergido bajo las olas, cuando el destructor empezo a largarnos sus cargas de profundidad. Estabilizamos a 150 metros y empezamos las maniobras evasivas.
El segundo Serviola recuperó una capsula-señuelo de la sala de torpedos de popa y lo llevo a proa,introduciendolo en un tubo para su lanzamiento. Un momento despues corrió a la Sala de mando en un estado muy agitado. La puerta exterior del tubo estaba bloqueada y necesitaba ayuda. Yo corrí a proa con el y conjuntamente tratamos de cargar el tubo.
Las cargas de profundidad estaban explotando muy cerca, haciendo temblar a todo el barco con su conmoción. Cuando nosotros intentamos expulsar la capsula, esta se negó a salir. Yo agarré una clavija de madera y apreté con todas mis fuerzas la palanca de expulsión.Finalmente, la capsula se disparo y solto su masa de burbujas y hojuelas de metal. La tripulación emitió un audible suspiro de alivio cuando oyeron el disparo del señuelo. Efectivamente, las naves enemigas fueron reclamadas por las burbujas. El zzing-zzing-zzing de su Asdicc se fue marchitando gradualmente en la distancia.
A proposito yo no menciono este hecho para atribuirme de forma alguna la condición de héroe que salvó nestro barco;cada hombre de nuestra tripulación realizó centenares de actos similares que, juntos, nos ayudaron a sobrevivir. Yo solo aludo a él porque es algo que yo recuerdo por casualidad)
Hacia medianoche, ya habiamos puesto una distancia segura entre nosotros y los cazadores. Despues de lanzar una mirada rápida por el periscopio, subimos a la superficie para rellenar nuestros tanques de aire y recarga nuestras baterias. Mientras estabamos en la superficie recibimos un FT, ordenando a Zschehc y otros cuatro U-boot se reuniesen con una Vaca Lechera para el suministro de nuestro barco, en la posición Blu 2860. El cuartel general todavia no conocia nuestro cambio de Capitán.
Poco despues, sin embargo, una alarma de radar aerotransportado de nuestro dispositivo Naxos, nos obligo a sumergirnos de nuevo. Toda la noche y la mayor parte del dia siguiente, sufrimos descargas sin para de bombas y cargas de profundidad dejadas caer por por los buitres omnipresentes y sus amigos los destructores. Teniamos la costumbre de llevar la cuenta del número de cargas dejadas caer sobre nosotros, pero incluso en esta ocasión, el mejor contador perdió la cuenta de cuantas explosiones soportamos. Con seguridad sobrepasaron las trescientas.
Desgraciadamente, el breve tiempo pasado en la superficie fue insuficiente para recargar nuestros tanques de aire. Despues de aproximadamente cinco horas, el dispositivo supervisor del oxigeno indico que estabamos respirando niveles peligrosos de anhidrido carónico. El sonido de las helices que batian sobre nosotros impedia cualquier retorno a la superficie. Nuestro barco estaba provisto de un productor de oxigeno, pero no teniamos bastante energia en las baterias para mantenerlo en funcionamiento mucho tiempo más.
Teniamos que sacar nuestros respiradores personales de emergencia para evitar la asfixia en el futuro. Entonces, todos menos el personal de servicio más esencial fue exortado a permanecer inmovil para conservar oxigeno. !Odiabamos ponernos esas condenadas cosas ¡
Una grapa encima de la nariz cerraba los orificios nasales y se tomaba el aire a traves de una manguera. Estos aparatos nunca trabajaron bien y despues de un rato, el componente potasio del bote empezaba a calentarse semejando a un horno.
Transcurrio una eternidad antes de que los sonidos de las helices parecieron suficientemente distantes para arriesgarnos a subir a la superficie. El sonido metálico de la compuerta de la vela al abrirse, nos sonó tan bien como las campanillas de Navidad. La succión de aire de los diesel se cambió al interior y nuestros acondicionadores comenzaron a distribuir un delicioso aire fresco, vigorizando la brisa en el barco. Usted no puede imaginarse lo maravilloso que es algo tan simple como el aire fresco para un hombre que ha tenido que respirar a traves de esos dispositivos sofocantes durante varias horas. Poco a poco, fuimos recuperandonos de los sintomas soñolientos del veneno del dioxido. Rezamos para que nunca necesitaramos respirar a traves de esos respiradores. Solo el recuerdo de su uso me perturba todavia en la actualidad.
Los proximos dias pasaron tranquilamente. Solo subiamos a la superficie de noche, por lo que no vimos el sol casi nunca. Pero el mar estaba tranquilo, y como los ruidos de las cargas de profundidad sonaban en la lejania, pensabamos que las oportunidades de llegar a Lorient estaban mejorando. Quizás nosotros nos engañabamos, pero eramos jovenes fuertes y seguros de nosotros mismos. Uno tenia que ser optimista a bordo de un U-boot, porque un pesimista acabaria como Zschehc.
Tambien teniamos mucha confianza en nuestro nuevo Capitán, Oberleutnant Paul Meyer. Aunque él nunca habia asistido a la Escuela de Comandantes, realmente parecia conocer su trabajo. El tambien sabia que nosotros conociamos nuestro trabajo. Nos ocupabamos de los deberes rutinarios sin necesidad de que él diera ninguna orden. Naturalmente, le informabamos de lo que habiamos hecho, pero el confió siempre en que nosotros lo haciamos bien.
Nuestro Jefe de máquinas era otra cuestión. Evidentemente no se habia recuperado de la muerte de su angel guardia Zschehc. Solo gradualmente comprendió que eramos una tripulación profesional y que nuestras oportunidades de supervivencia habian mejorado una vez que Meyer tomó el mando. Poco a poco, empezo a confiar en nuestra supervivencia tambien.
Simplemente antes del alba del dia 30, enviamos los mensajes a la Segunda Flotilla del U-boot y a la Oficina Principal de Dönitz. Les informamos de la muerte de Zschehc y de nuestra intención de volver a la base. Estaban muy contentos de recibir noticias de nosotros, porque se habia informado oficialmente de la perdida de nuestro barco.
Desgraciadamente, el enemigo intercepto nuestros mensajes de radio. Conociendo nuestros códigos confidenciales y un equipo de triangulación eficiente, los Aliados podrian calcular nuestra posición dentro de un radio de una milla naútica. Como resultado, la mañana siguientes recibimos otra paliza de los destructores. El concierto de tambor que tocaron en nuestro casco de presión duró por encima de las ocho horas. Yo conté 175 cargas de profundidad personalmente. Sin embargo, una vez más nuestro viejo y afortunado barco, el U-505, soportó las andanadas.
Cuando nos acercamos a la Bahia de Vizcaya, el tiempo empeoró. Nuestra proa quebraba las olas furiosamente amenazando com romperse. Las condiciones eran tan asperas que la guardia del puente se redujo a 30 minutos, ante el límite físico de la paciencia humana. Las gigantescas olas chocaban contra la vela sobrepasando la cma, vertiendo más agua del mar a traves de la compuerta de la torreta de la que yo habia visto nunca. A veces, la torreta se inundó varios pies con la salada salmuera.
En la sala de Mando, la bomba de la sentina se mantenia a ritmo constante ante tal entrada de agua. Era una tarea penosa realizar tus deberes cuando el barco embarcaba tanta agua y se mecia tan violentamente. Incluso , cuando estabamos fuera de servicio, nos ocupabamos de mantener secos los gemelos y engrasando las armas antiaeres. Los pobres mecánios de la Sala de torpedos estaban intentando frenticamente mantener su nuevo torpedo seco.; los nuevos modelos programables eran bastante capaces de explotar si sufrian un cortocircuito. No sentiamos aliviados cuando las baterias se habian recargado lo suficiente para podernos sumergir.
En una de estas inmersiones tuve un problema con un Oficial. En la noche del 31 de Octubre, estabamos navegando a una profundidad de 12º metros, cuando el Doctor del barco aparecio en la Sala de Mando. Los otros oficiales estaban descansando reponiendo el sueño perdido, para que este Pato mareado tuviera libertad para complacer sus fantasias de un Submarinista real.
El se sento en el asiento del Oficial de inmersión y empezó a dar ordenes a los operadores de los planos de inmersión. Los compañeros de la Sala de mando nos dirigimos miradas angustiadas, pero con tal de que no pusiera el barco en peligro, le seguimos la corriente.
En un momento dado, me pidió que desalojara 25 litros de lastre con el aire comprimido. Yo sabia bien, que abriendo una válvula de descompresión contra 130 atmosferas de presión produciria un fuerte martilleo y el rechinante sonido podria oirse a varias millas. Tal ruido podria servir para revelar nuestra posición a cualquier destructor que estuviera acechando en el area. Despues de un momento de duda, le dije que no obedecia su orden. Me ordenó de nuevo que soltara el lastre y una vez más yo me negue.
La cara del Doctor palideció de rabia. ! Despues de que su guardia haya terminado, informará al Oberleunant Meyer ¡
¡ "Jawohl, Herr Oberassistenartz" !
Dsos horas y media después, cuando mi guardia terminó, informe en la Sala de Guerra de los Oficiales.El doctor estaba allí, dandole su versión de los hechos a Meyer. Cuando él hubo salido, yo entré en el cuarto. Meyer subio y me izo una seña para seguirlo a su cabina.
Una vez estuvimos solos, Meyer se volvio hacia mi y me dijo "!Esta usted loco"? ¿Por qué se nego a cumplir una orden? ! Yo quiero saber lo que pasó exactamente ¡
Yo le expliqué lo que pasó y porque hice lo que hice. Meyer bajo su voz para que el Doctor no pudiera oirle. En un tono furtivo, me aconsejó que la proxima vez que me vea en una situación similar, simplemente cumpliera la orden.
"Pero Herr Oberleunant, yo no quise darle...."
!"Dummkopf¡" ¿Usted no comprende que, todos los dias, se llevan marineros al calabozo por desobedecer incluso las ordenes más irresponsables? La proxima vez que que pase, digale al Oficial lo que él quiere oir, y proceda a cumplir con su deber de la mejor manera posible. Ahora, debino a nuestra presente situación, salga fuera solo con una advertencia.¿Pero se disculpa ante el doctor, entiende"?
¡"Jawohl, Herr Oberleunant"!
"Bien, entonces , salga de aquí" rió Meyer, mientra me daba un ligero puntapié en el trasero al salir. Intercambiamos sonrisas misteriosas y me fui a mi litera.
Paul Meyer era el tipo adecuado de hombre para ser Capitán, pense. Sabia su trabajo y sabia llevarse bien con la tripulación. En cuanto al doctor, estoy bastante seguro de que Meyer era más aspero con él que conmigo. Una cosa más, el Pato Mareado, no osó sentarse nunca más en el puesto de oficial de inmersión.
El 1 de Noviembre entramos en camino de la Bahia de vizcaya. Nuestro regreso progresaba agonicamente lento. Debido a la intensa antividad aerea enemiga, viajabamos más de la mitad de las millas que haciamos diariamente, sumergidos. Nosotros avanzabamos menos de la décima parte de lo que haciamos en nuestra primera patrulla. Nuestro lento progreso a la base resultaba muy frustante.
La mañana siguiente sufrimos otro ataque con cargas de profundidad. Las cargas explotaron sumamente cerca del casco. Todo lo que no estaba sujeto firmemente se desparramó dentro del barco, incluyendonos a nosotros.
(NOTA : Hablando de sujetar las cosas, era un arte real guardar todas las puertas impermeables y selladas apropiadamente cuando nos sumergiamosy en el curso de estos ataques. Cuando un barco se sumerje, las uniones entre la compuerta y su mamparo se aprietan juntos por el cambio de la presión atmosférica. Como resultado del aumento de la profundidad, el bulón insertado tendria que ser apretado de acuerdo con este aumento. Al emerger los extremos del bulón tenian que ser soltados gradualmente o el resto de la compuerta no se podria abrir. )
Cuando subimos a superficie la mañana siguiente, quedamos sorprendidos de los destrozos que habia causado el ataque con cargas. Las protecciones metálicas que cubren la torre en su perímetro se habian desprendido.Las explosiones tambien habian desecho varios tablones de madera de la cubierta superior. Viendo con nuestros propios ojos el daño que habiamos sufrido se reforzó nuestra determinación de volver a la base.
Despues de esto, navegabamos con más precauciones. Cuando nuestra estela cuaso la fosforescencia, Meyer ordeno sumergirnos, ....más lento, pero más seguro. Los hombres , literalmente , caminaban de puntillas para minimizar el ruido.
Durante este tenso periodo, mis compañeros se sintieron particularmente molestos por mis autodidacticas lecciones de inglés. Como resultado, yo practiqué mi pronunciación en silencio, pronunciando las palabras meramente con voz hueca.
En la mañana del dia 7, celebramos un melancólico aniversario: hacia un año exactamente de nuestro último hundimiento de una barco enemigo. Esa nave fue la primera y solo me fastidiaba que lo habiamos anotado bajo Zschehc. Nosotros rezamos para que la maldición que habia estado encima de nuestras cabezas acabaria, Zschehs habia conseguido su deseo de paz eterna.
Yo nunca me asusté por las supersticiones, pero siempre que pasaba por la cabina de Zschehc, me estremecia. La cortina de su cabina estaba cerrada y nadie se habia atrevido a entrar desde su suicidio. Incluso el Oberleunant Meyer se sentia más comodo en su litera de Segundo.La cortina cerrada me recordaba la manera que Zschehc se escondia en su cabina con sus torturados pensamientos. Era como si su fantasma frecuentara todavia su pequeño cuarto. Yo superaria este sentimiento en cuanto consiguieramos un nuevo Capitán, pero la memoria trágica del pobre Zschehc se quedará para siempre conmigo.
Después de esa mañana, alcanzamos los exterioes del puerto de Lorient. Cumpliendo ordenes de la Segunda Ofician Principal de la Flotilla del U-boot, hicimos el acercamiento en la superficie. Solo corriamos en superficie en la obscuridad, porque nuestra inclinación levantaba una barba de blanca espuma cuando cortabamos las olas en superficie a pleno dia.
Estabamos acercandonos a la entrada del puerto cuando, alrededor del mediodia, recibimos una orden de dirigirnos a la cuadricula 5530 para ayuda de emergencia al U-123 de Von Schroter. Avistamos un avión grande que se acerca bajo y rápido del este. En unos segundos, los artilleros están en sus puestos, preparados para disparar. El avión dejó caer una señal luminosa de reconocimiento, era un vuelo de JU-88 alemán enviado a ayudar al U-123. Un poco despues, dos de nosotros saltaron a un bote , viajando a la máxima velocidad para aumentar la fuerza del rescate.
Durante cuatro horas largas investigamos en vano sin encontrar a nuestro barco hermano. Finalmente recibimos la información de que los muchachos de la Lufwaffe habian descubierto al U-123 y ya dominaban la situación. Con la misión resuelta, procedimos a retornar a Lorient.
Cuando entramos en puerto, vaciamos los mohosos cajones y colocamos nuestras posesiones en los sacos para el viaje a los cuarteles. Cuando la boya roja quedó a la vista, nos congregamos en la inclinada superficie de la cubierta superior y el "Wintergarten" de la plataforma aniaerea. Era una experiencia real retumbar en pleno dia en el puerto interno, mientras pasaba la vieja fortaleza a la derecha y el crucero francés Estrasburgo, colocado como barrera permanente en la izquierda.
Nosotros habiamos llegado a casa, todos nosotros sanos y salvos. Todos, es decir, excepto uno.
HANS GLOBER
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HANS GLOBER


¿Profesión?
Técnico Superior en sistemas de refrigeración de materiales de construcción.
¿El que moja los ladrillos en las obras?
El mismo.
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enhorabuena oarso. lo que mas me ha gustado son la cantidad de pequeños detalles de la vida cotidiana que incluyes y lo a proposito que estan para dar realismo.
ya he visto que has puesto un monton mas de relatos esta mañana. ire leyendolos poco a poco y comentandote mi opinion.
eres una mina. a este ritmo este foro pronto estara muy vivo.
salud y felicitaciones.
ya he visto que has puesto un monton mas de relatos esta mañana. ire leyendolos poco a poco y comentandote mi opinion.
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"Mit der Dummheit kämpfen Götter selbst vergebens" F. V. Schiller



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- Korvettenkapitän
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Hans Glober - U-505
La historia más que bonita es una auténtica tragedia griega. Conocía la historia, si bien no me acordabe del nombre del comandante. La historia la conocí a través de una conversación con el que fue comandante del U-69 y posteriormente del U-847, Jost Metzler.Este último lo conocí en Alemania personalmente, al ser uno de mis pacientes en el sanatorio donde trabajé. Más que el miedo, fue el hecho de que el suicidado comandante, se consideraba un "hombre sin suerte, sin fortuna".Todos los comandantes regresaban a sus bases con sus éxitos, en forma de tonelaje hundido, y él llegaba siempre con las manos vacías. Era muy consciente de la divisa de Federico de Prusia."Un oficial no sólo tiene que ser eficaz, competente, sino que además tiene que tener "fortuna" (es decir: suerte-Glück). El ataque con las cargas de profundidad fue la mecha que encendió la pólvora.
Han sido un buen y emocionante relato
Kummetz1938
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Asunto
Un cordial saludo Contraalmirante Oarso.
Ayer tuve una larga conversación con el Comandante Johann Vilthomsen,indicándome que usted sería un buen partner para nuestros asuntos.Puede skypearme si quiere.
Un saludo cordial
Kummetz ::boss
Ayer tuve una larga conversación con el Comandante Johann Vilthomsen,indicándome que usted sería un buen partner para nuestros asuntos.Puede skypearme si quiere.
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Pongo este relato en cabeza (pronto volverá a las profundidades), porque muchos de los comandantes recien incorporados a la 24 flotilla no habrán tenido ocasión de leerlo.
! Disponemos de tan poco tiempo ¡ , como para hurgar en el baul de los recuerdos........
Espero que su lectura les cause tanto placer, como el que me dió a mi al escribirlo.
Que lo disfruten.
! Disponemos de tan poco tiempo ¡ , como para hurgar en el baul de los recuerdos........
Espero que su lectura les cause tanto placer, como el que me dió a mi al escribirlo.
Que lo disfruten.


¿Profesión?
Técnico Superior en sistemas de refrigeración de materiales de construcción.
¿El que moja los ladrillos en las obras?
El mismo.
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- Leutnant der Reserve
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