Peugeot 307, modelo "burro" con aire libre de serie.
Ismael, pruebalo en el Jarama y me lo cuentas.
Para Gamab
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oarso
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- Ubicación: RENTERIA ( A 8 KM. DE SAN SEBASTIAN.- GUIPUZCOA
Para Gamab
Ultimo modelo Peugeot
Peugeot 307, modelo "burro" con aire libre de serie.
Ismael, pruebalo en el Jarama y me lo cuentas.
Peugeot 307, modelo "burro" con aire libre de serie.
Ismael, pruebalo en el Jarama y me lo cuentas.
¿Profesión?
Técnico Superior en sistemas de refrigeración de materiales de construcción.
¿El que moja los ladrillos en las obras?
El mismo.
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oarso
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Del 2º del 62, chaval. Toma nota.
Marzo del año 1962, Ferrol de "don Claudio" (Es que no le cogí confianza para llamarle "Claudillo"), cuartel de Los Dolores.
(Jamás en la vida he pasado tanto frio en auqel maldito tren de ganado, parado en Venta de Baños, a las 3 de la madrugada, sorbiendo afanosamente una sopa de cebolla que nos facilitó la intendencia)
Peludo yo !!!....amos anda.
O sea que el "Nuvolari", anda de "zorriputipuercas" ?. Pués que tome precauciones que pulula mucho "bicho" por esos mares.
Marzo del año 1962, Ferrol de "don Claudio" (Es que no le cogí confianza para llamarle "Claudillo"), cuartel de Los Dolores.
(Jamás en la vida he pasado tanto frio en auqel maldito tren de ganado, parado en Venta de Baños, a las 3 de la madrugada, sorbiendo afanosamente una sopa de cebolla que nos facilitó la intendencia)
Peludo yo !!!....amos anda.
O sea que el "Nuvolari", anda de "zorriputipuercas" ?. Pués que tome precauciones que pulula mucho "bicho" por esos mares.
¿Profesión?
Técnico Superior en sistemas de refrigeración de materiales de construcción.
¿El que moja los ladrillos en las obras?
El mismo.
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Mix-martes86
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Oarso :
MAESTRO de Maestros
Con la cariñosa (21meses en cubierta, Fragata M.A.Pinzón y 3 en San Fernado) autoridad que me da mi CARTILLA Naval, tomen nota de la fecha de licenciamiento: Carraca 10 Septiembre de 1.961 puedo “por ahora”decir……………..
que, la “ dotación huele a vestuario”, no sabéis aferrar y desaferrar un “coy”, con un cabo ni el as de guía
y en cubierta se os ordena adujar y ………………….. Je,je
Cabosieso, ya se que tu lo dominas, no atrinques. ¡Larga!.Los “pipis” lo descifrareis mal.
A las 00.00 1ª Guardia de mar, entrantes y salientes tienen su sopa de ajo, los de reten en el “sobre” estén
Toooooooos unos “peludos”, ezo zí, os quiero, respeto y admiro
SALUD y SALUDOS
P.D. Léase con humor, sonrisa de oreja a oreja. Este “aprendiz de novato” de la “24” no sabe escribir de otra forma
O sea que el "Nuvolari", anda de "zorriputipuercas" ?. Pués que tome precauciones que pulula mucho "bicho" por esos mares = MUY BUENO Maestro
MAESTRO de Maestros
Con la cariñosa (21meses en cubierta, Fragata M.A.Pinzón y 3 en San Fernado) autoridad que me da mi CARTILLA Naval, tomen nota de la fecha de licenciamiento: Carraca 10 Septiembre de 1.961 puedo “por ahora”decir……………..
que, la “ dotación huele a vestuario”, no sabéis aferrar y desaferrar un “coy”, con un cabo ni el as de guía
y en cubierta se os ordena adujar y ………………….. Je,je
Cabosieso, ya se que tu lo dominas, no atrinques. ¡Larga!.Los “pipis” lo descifrareis mal.
A las 00.00 1ª Guardia de mar, entrantes y salientes tienen su sopa de ajo, los de reten en el “sobre” estén
Toooooooos unos “peludos”, ezo zí, os quiero, respeto y admiro
SALUD y SALUDOS
P.D. Léase con humor, sonrisa de oreja a oreja. Este “aprendiz de novato” de la “24” no sabe escribir de otra forma
O sea que el "Nuvolari", anda de "zorriputipuercas" ?. Pués que tome precauciones que pulula mucho "bicho" por esos mares = MUY BUENO Maestro
Angeles guardianes[
Caray como sois! Me encanta! Os imagino hablandoos a pitidos de Silbato de Contramaestre. Piiii-pii ............. Piiiii-pii-pii. "Gavieros y juaneteros a pie de jarcia!!" Piiii-pii-pii ...... Pii "Gavieros y juaneteros arriba!!" "Aferrad!! Aferrad!!" .... os deciis mientras las velas de algodon se llena de aire, el cañamo chirria y la espuma de mar se escapa rapida por los imbornales. Me encanta!!
http://www.navemocion.com/alumnos_artic ... pty-anchor
Sobre el Silbato de Contramaestre un precioso cuento de M.A. Torrado en
Los angeles guardianes
Alberto tuvo un Abuelo al que amó profundamente, lo amó cuando aún no sabia lo que era amar. Ese sentimiento fue mutuo e intenso, pese al medio siglo de edad que los separaba. Vaya a saber porque Dios les robó la posibilidad de compartir contenidos y diálogos de infinita riqueza que, seguramente, ese extraordinario Abuelo hubiera tenido con Alberto.
El Abuelo de Alberto tuvo una hermosa vida, una ejemplar y hermosa vida. Cuando murió, los padres de Alberto no supieron como decírselo. Así fue como, llenos de buena fe pero desbordados por la situación, por mucho tiempo mantuvieron la ausencia dentro de una inexplicable nebulosa.
Alberto trató, con un enorme esfuerzo para su poca edad, de recordar un momento de partida que justificara lo que estaba ocurriendo. Cerraba los ojos y recordaba a su Abuelo a bordo de su fantástica goleta. Se habría ido en la goleta?.
Alberto nunca sintió resentimientos por esa inexplicable situación porque, justamente, era tan fuerte su cariño y tan indestructible la confianza generada por ese sentimiento, que jamás se sintió objeto de ese extraño y repentino abandono.
Sería el mar, serían los barcos?. Alberto no lo podía entender bien pero sabía que, en algún momento de su vida, se iba a hacer a la vela. Entonces buscaría a su Abuelo hasta donde el horizonte le permitiera navegar. Así es como, hasta hoy, su gran amor son los veleros. Un amor tan fuerte que muchos no han llegado a entender jamás, porque esto que les cuento nunca lo ha compartido con nadie.
Poco antes de morir, el Abuelo de Alberto le regaló un silbato de Contramaestre. En el momento en que se lo dio le dijo que en cualquier circunstancia de su vida en que necesitara ayuda le bastaba con hacerlo sonar para contar con él a su lado...............
Miguel era hermano del Abuelo de Alberto. Era un tipo excelente al que Alberto quería mucho quizás porque entre otras cosas, en el silencioso idioma de las sensaciones, le recordaba a su Abuelo al que, sin duda, ambos mantenían testarudamente vivos dentro si , en el recuerdo.
Miguel, sin conocer el antecedente, le regaló a Alberto un silbato de Contramaestre y murió muy poco tiempo después. Habían pasado casi veinte años desde el regalo del primer silbato. Alberto, que ya era navegante, hizo lo que sabía hacer: una rabiza en la que quedaron unidos ambos legados.
Como no podía ser de otro modo llevó consigo a esa rabiza, con los silbatos, a cuanta aventura náutica se le cruzó en la vida.
Esa rabiza que ha acompañado siempre a Alberto, es indudablemente uno de sus objetos más queridos y, seguramente, el único que elegiría para quedarse si no tuviera otra opción.
A esta altura Ustedes se preguntarán si alguna vez Alberto hizo sonar esos silbatos: les diré que si, muy pocas veces. Lo hizo la necesaria cantidad de veces como para comprender que el tenía dos ángeles guardianes incondicionales............
Una vez Alberto iba navegando a Florianopolis en un queche de 50 pies. Era de noche, hacía horas que a bordo se venía peleando contra un viento y una marejada intensos. El barco perdía gobierno y se decidió tomar un rizo más a la mayor y uno a la mesana. Todas las manos estaban en cubierta , era difícil verse en esa oscuridad o entenderse a causa del compacto rugido del viento.
Alberto fue a la mesana mientras los demás trabajaban la mayor. Era un barco grande, la vela era grande y la botavara alta. Una vez tomados los rizos comenzó a aferrar el paño sobrante, apenas podía hacerlo de puntas de pie. Repentinamente, en un bandazo, la escota de mesana se soltó de su arraigo y la botavara se abrió en forma violenta. Alberto quedó abrazado a la botavara , fuera de la borda, sólo con la punta de un pie enganchada en la línea de vida del guardamancebo.
Alberto gritó, gritó desesperadamente, pero nadie logró escucharlo ni prestarle atención. Era el fin, no iba a aguantar mucho tiempo más en esa posición, si caía al mar nunca lo encontrarían. Sería, finalmente, esta la manera de reencontrarse con su Abuelo y con Miguel?. Ese pensamiento lo llevó a recordar que tenía colgando la rabiza y, sin pensarlo, hizo sonar uno de los silbatos con toda la fuerza que esa desesperante situación le permitió.......................
Unas manos amigas trajeron a Alberto de vuelta al barco, habían salvado su vida.
Cuando volvió la calma, como siempre ocurre, se habló del tema. Alberto le preguntó a su salvador como fue que escuchó el silbato en medio de esa tormenta. La respuesta fue insólita:
Yo no escuche nada, tuve un inexplicable impulso de mirar para popa y ahí te vi colgando.
Alberto tiene dos ángeles guardianes, no lo duden. Las pocas veces que usó los silbatos, siempre tuvo ayuda.
Quizás la moraleja de este cuento sea que nunca, ni en los peores momentos, debemos considerarnos perdidos. Siempre algo prodigioso, inimaginable, pequeño o casual puede volver a poner en marcha lo que parece predestinado a un final.
Que es ese algo?: llámenle milagro, o magia, no importa. Lo importante es que , de uno u otro modo, la llevamos incorporada o está a nuestro alrededor y sólo es cuestión de percibirla.
Alberto mantuvo y mantiene vivos a esos dos hermanos a los que tanto quiso y, sin duda, ellos lo han mantenido vivo a el.
Ustedes piensan que esto es fantasía?. Se equivocan: en realidad yo soy Alberto.
http://www.navemocion.com/alumnos_artic ... pty-anchor
Sobre el Silbato de Contramaestre un precioso cuento de M.A. Torrado en
Los angeles guardianes
Alberto tuvo un Abuelo al que amó profundamente, lo amó cuando aún no sabia lo que era amar. Ese sentimiento fue mutuo e intenso, pese al medio siglo de edad que los separaba. Vaya a saber porque Dios les robó la posibilidad de compartir contenidos y diálogos de infinita riqueza que, seguramente, ese extraordinario Abuelo hubiera tenido con Alberto.
El Abuelo de Alberto tuvo una hermosa vida, una ejemplar y hermosa vida. Cuando murió, los padres de Alberto no supieron como decírselo. Así fue como, llenos de buena fe pero desbordados por la situación, por mucho tiempo mantuvieron la ausencia dentro de una inexplicable nebulosa.
Alberto trató, con un enorme esfuerzo para su poca edad, de recordar un momento de partida que justificara lo que estaba ocurriendo. Cerraba los ojos y recordaba a su Abuelo a bordo de su fantástica goleta. Se habría ido en la goleta?.
Alberto nunca sintió resentimientos por esa inexplicable situación porque, justamente, era tan fuerte su cariño y tan indestructible la confianza generada por ese sentimiento, que jamás se sintió objeto de ese extraño y repentino abandono.
Sería el mar, serían los barcos?. Alberto no lo podía entender bien pero sabía que, en algún momento de su vida, se iba a hacer a la vela. Entonces buscaría a su Abuelo hasta donde el horizonte le permitiera navegar. Así es como, hasta hoy, su gran amor son los veleros. Un amor tan fuerte que muchos no han llegado a entender jamás, porque esto que les cuento nunca lo ha compartido con nadie.
Poco antes de morir, el Abuelo de Alberto le regaló un silbato de Contramaestre. En el momento en que se lo dio le dijo que en cualquier circunstancia de su vida en que necesitara ayuda le bastaba con hacerlo sonar para contar con él a su lado...............
Miguel era hermano del Abuelo de Alberto. Era un tipo excelente al que Alberto quería mucho quizás porque entre otras cosas, en el silencioso idioma de las sensaciones, le recordaba a su Abuelo al que, sin duda, ambos mantenían testarudamente vivos dentro si , en el recuerdo.
Miguel, sin conocer el antecedente, le regaló a Alberto un silbato de Contramaestre y murió muy poco tiempo después. Habían pasado casi veinte años desde el regalo del primer silbato. Alberto, que ya era navegante, hizo lo que sabía hacer: una rabiza en la que quedaron unidos ambos legados.
Como no podía ser de otro modo llevó consigo a esa rabiza, con los silbatos, a cuanta aventura náutica se le cruzó en la vida.
Esa rabiza que ha acompañado siempre a Alberto, es indudablemente uno de sus objetos más queridos y, seguramente, el único que elegiría para quedarse si no tuviera otra opción.
A esta altura Ustedes se preguntarán si alguna vez Alberto hizo sonar esos silbatos: les diré que si, muy pocas veces. Lo hizo la necesaria cantidad de veces como para comprender que el tenía dos ángeles guardianes incondicionales............
Una vez Alberto iba navegando a Florianopolis en un queche de 50 pies. Era de noche, hacía horas que a bordo se venía peleando contra un viento y una marejada intensos. El barco perdía gobierno y se decidió tomar un rizo más a la mayor y uno a la mesana. Todas las manos estaban en cubierta , era difícil verse en esa oscuridad o entenderse a causa del compacto rugido del viento.
Alberto fue a la mesana mientras los demás trabajaban la mayor. Era un barco grande, la vela era grande y la botavara alta. Una vez tomados los rizos comenzó a aferrar el paño sobrante, apenas podía hacerlo de puntas de pie. Repentinamente, en un bandazo, la escota de mesana se soltó de su arraigo y la botavara se abrió en forma violenta. Alberto quedó abrazado a la botavara , fuera de la borda, sólo con la punta de un pie enganchada en la línea de vida del guardamancebo.
Alberto gritó, gritó desesperadamente, pero nadie logró escucharlo ni prestarle atención. Era el fin, no iba a aguantar mucho tiempo más en esa posición, si caía al mar nunca lo encontrarían. Sería, finalmente, esta la manera de reencontrarse con su Abuelo y con Miguel?. Ese pensamiento lo llevó a recordar que tenía colgando la rabiza y, sin pensarlo, hizo sonar uno de los silbatos con toda la fuerza que esa desesperante situación le permitió.......................
Unas manos amigas trajeron a Alberto de vuelta al barco, habían salvado su vida.
Cuando volvió la calma, como siempre ocurre, se habló del tema. Alberto le preguntó a su salvador como fue que escuchó el silbato en medio de esa tormenta. La respuesta fue insólita:
Yo no escuche nada, tuve un inexplicable impulso de mirar para popa y ahí te vi colgando.
Alberto tiene dos ángeles guardianes, no lo duden. Las pocas veces que usó los silbatos, siempre tuvo ayuda.
Quizás la moraleja de este cuento sea que nunca, ni en los peores momentos, debemos considerarnos perdidos. Siempre algo prodigioso, inimaginable, pequeño o casual puede volver a poner en marcha lo que parece predestinado a un final.
Que es ese algo?: llámenle milagro, o magia, no importa. Lo importante es que , de uno u otro modo, la llevamos incorporada o está a nuestro alrededor y sólo es cuestión de percibirla.
Alberto mantuvo y mantiene vivos a esos dos hermanos a los que tanto quiso y, sin duda, ellos lo han mantenido vivo a el.
Ustedes piensan que esto es fantasía?. Se equivocan: en realidad yo soy Alberto.
con la misma piedra
Anda que no!! y mas de dos veces!! Los emperadores del Universo quizas no pero los mortales comunes puedo asegurarte que si, que tropezamos mas de una vez con la misma piedra.gamab escribió:... uno no cae 2 veces en la misma piedra.
Me alegro de que estas bien.
Besos;