
La entrevista es publicación de la revista Armchair General, March 2007, pp. 24-27. Os traduzco las preguntas más interesantes, para mi gusto:
ACG.- El caballo de batalla de los submarinos alemanes fue el “Type VIIC”. ¿Cuáles eran las características notables de este submarino?
TOPP: La máxima profundidad operativa del submarino era solamente de 150 metros, pero yo personalmente bajé un Type VII hasta 260 metros. Desde el momento en que sonaba la alarma, podía bajar a una profundidad de 10 metros en veinte segundos.
ACG.- ¿Qué factor principal condujo a la derrota del esfuerzo submarino de Alemania?
TOPP: El éxito aliado con ULTRA para romper los códigos navales de Enigma fue muy importante, pues nuestros submarinos dependían de las comunicaciones para las tácticas de “manadas de lobos”. Cuando el británico HSM Bulldog capturó los libros de claves y una máquina Enigma al U-110 en 1941, constituyó una gran ayuda para los británicos en volver contra nosotros las comunicaciones de los submarinos alemanes.
ACG.- ¿Podía haber cambiado la corriente un desarrollo de los submarinos más rápidos Type XXI y Walter si se hubiera producido antes?
TOPP: No, no creo eso. Incluso con submarinos más rápidos no se podrían haber resuelto nuestros problemas de comunicaciones y ruptura de códigos. Nuestros submarinos tenían que salir a superficie para comunicarse, siendo de esta forma vulnerables a las contramedidas. El Type XXI tenía una radio-antena en el periscopio para comunicarse a profundidad de periscopio, pero su alcance y eficacia eran muy limitados.
ACG.- ¿En qué punto cambiaron las cosas para Alemania en el Atlántico?
TOPP: La corriente cambió a finales de 1942. Las batallas de submarinos de abril y mayo de 1943 sólo confirmaron lo que ya había ocurrido.
ACG.- ¿Cuál era su opinión sobre Dönitz?
TOPP: Lo apoyé completamente durante la guerra. Sólo después, cuando leí los documentos y hablé con otros oficiales, me di cuenta de que las acciones de Dönitz no fueron siempre correctas. Como ejemplo, el ayudante de Dönitz durante la guerra trajo un documento que mencionaba las acciones nazis contra los judíos y otros grupos. Cuando fue presionado, Dönitz respondió que no tenía pensado decir a Göring cómo dirigir la Luftwaffe, y que tampoco pensaba decirles a los líderes del Partido cómo llevar la política. Además, tenía una dura tarea llevando las necesidades y preocupaciones de la fuerza submarina a la atención de Hitler. Dönitz era de cera en las manos de Hitler, y decía lo que sentía como una “pequeña nadería” cuando estaba frente a Hitler.