Uno, -Kami-, remontándose a la innovadora ley del divorcio, que fue la releche en cuanto a leyes se refiere. Mal pensada, mal tramitada, mal votada y una puñetera mierda de ley a la sazón.
Otro, -Ulises-, proporcionándonos una utilísima y productivísima visión de la teoría de los bienes conjuntos dentro del matrimonio.
¡¡¡Jodido tema en el que hemos entrado, pardiez...!!!
A mi parecer, y sin decantarme ni por una vertiente filosófica ni por otra, considero de vital importancia una revisión total y absoluta de tal asunto, pues ni son los momentos idóneos para la aplicación de tales normas, ni las circunstancias salariales y sociales son idénticas a cuando se redactó esa puñetera mierda de ley.
Por otro lado, mi hermano me ha hecho partícipe de todo un hito en mi escala del conocimiento... ¡Los jueces no son unos cabrones, sólo aplican lo que la ley ordena y punto...!
Es decir, no se avienen a humanidades -de hacerlo, morirían de asco y remordimientos-, tiempos actuales u pollas en vinagre. Se limitan a admitir a trámite lo que la ley ordena y punto pelota.
De ahí que todo lo que aquí pasa en cuestión de jurisprudencia civil y penal, sea un condicionado de lo que el legislador de turno tenga a bien por redactar y dictarnos.
Y, claro está, así nos va de bonito...

Funken dixit. arg.-