> más o menos a la mitad del semestre se le acaba el dinero
> que le dieron sus padres. Se le ocurre entonces una idea
> brillante y llama a su padre.
> - Papá, no vas a creer las maravillas modernas de la
> educación en este sitio. Resulta que aquí en mi
> Universidad tienen un programa para enseñar a hablar a los
> perros.
> - ¿Y cómo puedo hacer para que acepten a Pluto, el perro
> de la casa? -
> - Solo envíamelo con $1,000 y yo me encargo de
> matricularlo.
>
> Así es que el confiado padre envía al perro con los
> $1,000. Más o menos a los 2/3 del semestre, el muchacho
> se gasta la plata de nuevo y decide volver a llamar a su
> padre.
>
> - Bueno, y ¿cómo le va a Pluto? le pregunta su padre.
> - Increíble, papi. Ya habla hasta por los codos, pero
> ahora resulta que hay otro curso más avanzado, para
> enseñar a los perros a leer.
> - ¡No jodas! ¿Y cómo hago para que entre a ese curso?
> - Solo envíame $2,500 y lo matriculo en ese nuevo curso.
>
> Así es que el ingenuo padre le envía el dinero.
>
> Al final del curso, el chico se da cuenta que el perro no
> sabe ni hablar, ni leer, ni un carajo, así es que le
> mete un tiro al perro. Cuando llega a su casa al final del
> semestre, el padre está feliz, esperándolo..
> - ¿Dónde está Pluto? Estoy deseoso de
> escucharlo hablar y leer. Ya tengo separada una revista
> de animales para que me la lea.
> - Papá, no me lo vas a creer. Ya lo tenía
> todo preparado para el viaje, cuando lo veo acostado en el
> sofá, leyendo el New York Times, como todas las mañanas.
> De pronto me dice, 'Bueno, ¿y tu viejo se sigue
> tirando a la pelirroja ésa que vive enfrente de la
> casa?'
> Y el padre le contesta,
> - Espero que le hayas metido un tiro a ese perro hijo de
> puta, antes de que hable con tu madre.
> - Claro, papi ¡Eso fue exactamente lo que hice!
> - Así se hace, hijo.
>
> El chico se graduó y se convirtió en un economista
El fotografo
Una pareja llevaba años de matrimonio y no lograba tener familia. Vieron a un especialista muy renombrado quien, tras varios estudios,les dijo que la solución era buscar a un padre sustituto.
La señora preguntó: ¿Qué es un padre sustituto?
- Es un hombre seleccionado con mucho cuidado, que hace las funciones del esposo, para que la mujer quede embarazada.
La señora vaciló, pero su marido le dijo al doctor que no tenía inconveniente, con tal de realizar su ilusión de ser padres.
Días después contrata a un joven para que, cuando él no este,vaya a cumplir su tarea.
Sin embargo, un fotógrafo de niños había sido llamado a la casa vecina para retratar al bebé, el hombre se equivocó y llegó a casa de la señora.
- Buenos días señora, vengo por lo del niño.
- Sí, pase usted. ¿Quiere tomar algo?
- No, muchas gracias, el alcohol no es bueno para mi trabajo,además quiero comenzar cuanto antes.
- Muy bien, ¿Pasamos a la habitación?
- Puede ser allí, aunque me gustaría más aquí en la sala, digamos que dos en la alfombra, dos en el sofá y también en el jardín.
- ¿Pues cuántos van a ser?, se alarmó la señora.
- Mas o menos cinco, pero si usted acepta pueden ser más.-dijo mientras sacaba un álbum-. Quiero que vea algo de lo que he hecho, tengo una técnica que le gusta mucho a mis clientas. Por ejemplo:mire este niño qué bonito; lo hice en un parque público, a plena luz del día; se juntó la gente para verme y hasta me ayudaron dos amigos, porque la
señora era muy exigente,con nada le daba gusto. Para colmo, esa vez tuve que suspender el trabajo porque llegó una ardilla y comenzó a mordisquearme el equipo.
La señora estaba estupefacta, escuchaba todo esto mientras el fotógrafo continuaba:
- Ahora vea estos mellizos. En esa ocasión sí que me lucí, la mamá se portó estupendamente y todo lo hice en menos de cinco minutos: llegué y ¡paf, paf!, solo dos disparos y mire que bien me salieron los gemelitos.
La señora estaba cada vez más asustada, oyendo al fotógrafo que continuaba:
- Con este niño batallé más, la mamá era muy nerviosa. Yo le dije: Señora, usted vuélvase para el otro lado y deje que yo haga todo. Ella se volteó y ya pude hacerlo.
La señora estaba a punto del desmayo.
El fotógrafo guardó su álbum y le dijo:
- ¿Quiere comenzar?
- Cuando usted diga -contestó ella-.
- Está bien, voy por el trípode.
- ¿Trípode? -dijo temblando la señora-.
- Sí, dijo el fotógrafo, mi aparato es muy grande, necesito el trípode para apoyarlo porque ni con las dos manos puedo sostenerlo bien y....¡Señora. ......¡Señora.. Señoooraaa!




