LA EXTRAÑA HISTORIA DEL U-65
Dentro de las innumerables anécdotas de los U-Boot, merece especial reseña la del que lucía la numeral U-65, durante la I Guerra Mundial:
Antecedentes:
Al comienzo de la primera gran contienda mundial, se comenzó a utilizar de una manera organizada el submarino; y la Marina del Káiser no era ajena a esta circunstancia, con lo cual, en los distintos astilleros se aparejaban y preparaban sumergibles para participar en la lucha, el U-65 hubiera sido uno más en las estadísticas de naves perdidas, de no haberse dado una sucesiva serie de extraños sucesos, durante la vida operativa del mismo.
Introducción:
Por muy increíble que parezca, el mundo de los submarinos no es ajeno a las leyendas de fantasmas y de fenómenos extraños, en este trabajo “Websubmarinos”, no pretende ni más ni menos que intentar acercar al lector la versión más objetiva de lo que le ocurrió en realidad al buque que portaba la numeral: U-65, y a la vez pudiendo ofrecer al lector la posibilidad de escoger la versión que más le seduzca...
Lo que mal comienza... mal acaba:
Casi se podría comenzar así este apartado del artículo, para las distintas web, que analizan este “fenómeno” los problemas para el U-65 ya comienzan justo antes de poner la quilla en contacto con el mar, ya que uno de los operarios que trabajaban en su construcción en los astilleros de Brujas (Bélgica) falleció tras ser golpeado por una viga que formaría parte de la cubierta.
En uno de sus primeros ensayos en mar abierto, tres tripulantes fallecieron asfixiados en la sala de máquinas a causa de la excesiva concentración de gases.
La cosa no para ahí; si no que todavía tiende a empeorar, en unas pruebas en alta mar con sus submarinos gemelos el U-63 y el U-64, el capitán de la nave ordenó a un marinero la inspección de la cubierta e inexplicablemente cayó por popa y fue engullido por el remolino generado por las hélices.
En su siniestra singladura, siguió acumulando un currículum digno de una película de terror.
Tras ordenar inmersión su capitán y que estabilizasen la nave a 10 m. Está se niega, ante la asustada sorpresa de la tripulación, y continua su descenso hasta tocar fondo en donde según los bulos permanece un total de 12 horas y cuando la situación parecía sin solución comenzó a emerger de manera misteriosa a la superficie.
Tras esta serie de sucesos, el buque fue llevado al dique seco, siendo declarado en poco tiempo apto para el servicio, pero la tragedia no se hizo esperar, dado que mientras efectuaban el armado para salir de patrulla, uno de los torpedos tras recibir un golpe estalló segando la vida del segundo de a bordo y de otros ocho marineros.
A partir de ese momento la tripulación del U-65, aseguró ver en varias ocasiones el fantasma del oficial muerto “de pie en la proa y con los brazos cruzados”.
Tras una breve patrulla por el estrecho de Dover, regresaron a la base, y aunque esta estaba bajo un intenso bombardeo aliado, no atemorizó a los tripulantes que abandonaron el submarino de buena gana. El capitán en el instante que dejaba el puente fue alcanzado por la metralla y resultó muerto...
Como es normal, comenzó a circular el rumor de que el U-65 estaba embrujado y esto motivó que los altos mandos enviasen a un capellán a realizar un “exorcismo”, pero al parecer, el mal se negaba a abandonar el buque, dado que en la siguiente patrulla un tripulante se suicidó, uno de los artilleros se volvió loco y el primer maquinista se rompió un pierna.
Finalmente el 10 de julio de 1918, el submarino americano que portaba la numeral L-2, divisó a la deriva cerca de las costas de Irlanda el U-65 y cuando se disponía a torpedearlo este estalló súbitamente, pero lo más sorprendente es que el capitán del buque americano afirmó que: “ en la proa estaba alguien con los brazos cruzados” .
