Sigo vivo, y además estupendamente bien, a pesar de las situaciones personales de gran complejidad en las que me veo envuelto. El día 8 de julio es el juicio para mi divorcio de Gema, aunque la expresión correcta es "El divorcio de Gema contra mí". Desgraciadamente, apenas puedo conectarme a internet, y una presencia habitual junto a vosotros, mis camaradas, mis amigos, está mucho más allá de mi alcance. Sin embargo, conocéis bien mi promesa: Volveré.
Camaradas, amigos, sigo siendo uno más en esta gran flotilla, y en cuanto acabe mi travesía del desierto, volveré a estar con vosotros, esta magnífica comunidad a la que tanto echo de menos. No puedo prometer fechas, pero será exactamente el momento en el que pueda, ni un segundo después, tenéis mi palabra.
Un abrazo.
