Camarada Comandante Esceptico :
Esta muy extendida por aquí una historia, hecha ya tradición, que fue transmitida por nuestros padres a sus hijos, y estos , a su vez la recibieron de los suyos y que generación tras generación se ha mantenido viva en el recuerdo.
Es esta :
Se cuenta que, en tiempos remotos, cuando los modernos avances tecnologicos estaban por inventar;el pueblo no disponia de lavadora, ni teléfono, televisión, coche,GPS, pela ajos eléctrico, etc.
La rústica población estaba tan atrasada que meaban en cazuela porque todavia no se habia inventado el orinal y en los patios todos tenian una piedra colgada de una cuerda, piedra que usaban despues de defecar.
En estas circunstancias, los aldeanos de San Sebastian (Donostia), se vieron sorprendidos por la presencia en la ciudad de unos forasteros
Estos viajeros dijeron proceder de un lejano barrio de San Sebastian llamado Bilbao y , a pesar de su procedencia, parecian dotados de cierta agilidad mental.
Mostraron su deseo de ver tierras francesas y los lugareños, solicitos, allí les acompañaron. Desde lo alto del Monte San Marcial, formaron un otxote y a voz en grito, señalando a Francia, cantaron aquello de :
A ese ladino francés
Le toco la loteria
Y en la Plaza Nueva ha puesto
Una gran peluqueriaaaaaaa
Al dia siguiente, montaron en un carro tirado por cuatro acémilas y por caminos polvorientos, se acercaron a la Villa de Tolosa.
Esta Villa dista 25 kilometros de San Sebastian, empleando los peregrinos toda la mañana en este trajin.
Llegado el mediodia, los forasteros, cansados, hambrientos y cubiertos de polvo, mostraron su deseo de asearse y reponer fuerzas.
Cumpliendo sus deseos, les llevaron a una conocida fonda donde les sirvieron un excelente potaje de Alubias de Tolosa (Tolosako Babarrunak)
Estas Alubias, suaves, delicadas, sabrosas, se deshacen en la boca y en la cocción producen un caldo espeso, tan agradable de saborear como las propias alubias, si no más.
Uno de los forasteros, que dijo ser pariente de D. Diego Lopez de Haro, mostro su deseo de conocer la receta y por darle gusto, se la facilitaron en un pergamino que guardó, con celo, desapareciendo entre sus ropajes.
Otro de los forasteros, más despierto y espabilado, que, según se le escapó, descendia del Conde Don Tello, guardose unas semillas en su jubón. Pretendia sembrarlas en el valle del Rio Oca, en un pueblo llamado Gernika-lumo, cuya tierra, clima y paisaje, eran muy parecidos al que rodeaba ala Villa de Tolosa.
Alegres, satisfechos y muy efusivos,(las alubias, las regaron con excelente txakoli de Guetaria), entre risas, chanzas y canturreos, los viajeros regresaron a San Sebastian, empleando mucho menos tiempo que a la ida, pues los resoplidos traseros de los comensales, espoleaban a las acémilas.
Al dia siguiente, regresaron a Bilbao, compungidos y cabizmundos y meditabajos, pues regresaban a su barrio, abandonando San Sebastian, no sin antes proveerse de una buena carga de ajos para arrojar por la carretera, pues según dijeron, el ajo mejora mucho la circulación.
Según dicen los contemporaneos,parece ser que el descendiente del Conde D. Tello, tuvo éxito con las semillas.
Y nada más por hoy.
PD. Amigo Esceptico, un placer hablar contigo.Me gustaria conocerte en persona.Veremos si es posible en alguna quedada.Y de lo de arriba, no le des mucho crédito que a la gente le gusta mucho chismorrear y es posible que nada sea verdad.