Por aquel entonces el U-99 llevaba sumergido y bajo ataque mas de doce horas. Las baterias eran tan debiles que el submarino apenas se movia, y como resultado de ello ahora se encontraba a sus buenos 45 metros por debajo del nivel de seguridad para los submarinos de su clase.
Algunos de los ultimos reclutas en el servicio de submarinos, que efectuaban su primer crucero empezaban a preguntarse si no hubiera sido mas juicioso seguir los cursos elegidos por sus hermanos y amigos, que habian optado por especialidades menos peligrosas como pilotos de caza o paracaidistas.
Tras mantenerse en el mismo rumbo sin la mas ligera desviacion durante doce horas, Kretschmer decidio intentar eludir a sus perseguidores efectuando una serie de bruscos giros.
Su ardid funciono; a las 8.30pm, señalo tuve la impresion de que me habian perdido. El fuerte oleaje... al parecer hacia su tarea muy dificil.
El periodico retumbar de las helices y el golpeteo de las agrupadas explosiones podian oirse todavia, pero los sonidos no estaban tan cerca ahora.
A medida que iban pasando los minutos se hacian mas debiles, y ya no se captaban aquellos siniestros ping electronicos que erizaban el vello de la nuca de todos sus hombres. A las 10.28pm el contramaestre señalo otro grupo de tres cargas de profundidad dejadas caer por el enemigo, lo cual hacia un total de 107. Luego a medida que los minutos libres de explosiones se prolongaban a fracciones mas y mas largas de una hora, los hombres empezaron a confiar en que el peligro habia pasado.
Y asi resulto ser. Pero la dificil prueba de la tripulacion del U-99 todavia no habia terminado. Durante dos horas y media mas permanecieron sumergidos. Convencidos al fin de que los destructores se habian ido, Kretschmer decidio al fin llevar su submarino a superficie.
A la 1am, despues de 18 horas bajo el agua, el U-99 salio a la superficie en una tranquila y negra noche del Atlantico Norte, y Kretschmer abrio la escotilla y se arrastro hasta la torreta. Abajo, los motores diesel cobraron vida, los ventiladres empezaron a sorber aire fresco y frio al interior del casco y expulsaron toda la contaminacion. Luego el resto de los oficiales y la tripulacion subieron y se tendieron jadeantes en cubierta, embriagados tanto por la relajacion de la tension como por los mareantes efectos del aire puro despues de tantas horas de casi asfixia.
Todavia estaban vivos.
Todavia estaban de servicio y, tras comprobar sus reservas de combustible y su distancia a su destino final en Lorient, la nueva base de submarinos en la costa francesa, Kretschmer se alegro de descubrir que no habia ninguna necesidad urgente de abandonar la zona.
Mas tarde tuvo razones para sentirse complacido de haberse demorado.
Tres dias mas tarde, el 12 de julio, hundio el vapor griego Ia, y el mismo dia el U-99 capturo el carguero estonio Merisaar. Kretschmer dio instrucciones al alterado capitan del carguero de dirigirse a Burdeos, amenazandole con terribles penalizaciones si se desviaba tanto asi como un grado del curso fijado. Se trataba de un puro Bluff, por supuesto, pero desgraciadamente para todos a bordo del carguero el capitan lo creyo, con el resultado de que tan pronto como el Merisaar llego a distancia de tiro de la costa, fue avistado por los aviones de reconocimiento de la Luftwaffe y hundido por uno de los bombarderos Focke Wulf agregados a la comandancia de submarinos.
El 18 de julio el U-99 hundio el vapor britanico Woodbury, el alcanzado barco se doblo en dos y desaparecio de la vista en tan solo 20 segundos.
Unos pocos dias mas tarde, el U-99 llego a Lorient, fue uno de los primeros submarinos alemanes en efectuar el viaje desde el Baltico hasta la nueva base. Kretschmer y su tripulacion fueron recibidos en los muelles por miembros del estado mayor de Donitz que estaban montando su cuartel general en Kernevel, un pueblo cerca de Lorient. Pero las pertenencias personales y los uniformes de gala todavia no habian llegado de Wilhemlshaven. No podian presentarse con los manchados y malolientes monos que habian llevado durante toda su terrible odisea, de modo que les fueron entregados los unicos uniformes de repuesto que habia en la zona...., uniformes de combate britanicos dejados atras durante la apresurada evacuacion de Dunkerke un mes antes.
Vestidos con los uniformes del enemigo, la tripulacion del U-99 fue inspeccionada nada menos que por el propio almirante Reader, y al termino de la inspeccion el almirante concedio a Kretschmer la codiciada Ritterkreutz, la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro.
Fin
Espero que os haya gustado
Saludos
Jakinen U-95
Un lobo de mar al acecho III
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