El viernes se me fué...casi como si se me escurrierra entre los brazos... Acabaron para ella las salas de hospital, las angustias, el miedo y la búsqueda incansable de la salud. Ya descansa. A nosotros, en casa nos queda un enorme vacío, un dolor agudo, una sinrazón y un montón de lágrimas por verter. Nos queda su ausencia y su soledad. Y mucho. Mucho más que eso. Nos queda su ejemplo de lucha y su entrega hasta el último segundo por vivir. Nos queda su amor, eterno, que nos envuelve como una acogedora manta y nos protege del frío de su ausencia. A mi me falta la mitad de mi alma, que se fue con ella, pero me queda la otra mitad, colmada de su presencia para seguir adelante.

Así era cuando la conocí; así quiero recordarla. Y así quiero que la veàis, a traves de mis ojos. Una niña de 20 años, que acababa de aterrizar en Málaga, desde su Cáceres natal, para comenzar a trabajar. Tierna, risueña, fuerte y con carácter. Un carácter que le permitió luchar, vivir, ver crecer a sus hijos y amarme durante más de tres años, cuando solo nos daban uno...
Mi vida, mi amor, mi novia...
Gracias Flotilla, por permitirme compartir con vosotros nuestra lucha y mi dolor. Espero pronto abrir los ojos y ver un mundo maravilloso. A pesar de todo...
PD: Olvidé deciros que ayer día 29 de Octubre, hubiera cumplido 42 años... Los más íntimos, sus amigos, su marido y sus hijos, fuimos a celebrarlo como a ella le hubiera gustado, comiendo un arroz negro en La Pérgola, frente al paseo marítimo, riendo y brindando a su salud...