Llevaba desde el miércoles sin aparecer por casa. Mi hija Alejandra de 4 meses está ingresada con una de esas bronquiolitis tan habituales en los lactantes. Tenía que venir a poner un par de lavadoras, plancharme una camisa porque mañana tengo una entrevista de trabajo y recoger algunas cosas para seguir haciendo vida en el hospital. Cuando llego a casa mi vecina me entrega un paquete que ha recogido en mi nombre y el remite es del GRAN Nazarius. Uno no puede dejar de sonreírse cuando recibe un envío de este gran camarada.
-"¿Qué será esta vez?"
Al rasgar el papel y abrir la tapa una gota cayó sobre el marco de plata que tiene el día del nacimiento de mi hija y su nombre grabado en la parte superior. Ha sido un año duro, perdí mis dos trabajos el mismo mes y tuve que mudarme a 550 kilómetros de mi casa con mi mujer embarazada. No me he permitido ningún momento de flaqueza hasta hoy, el regalo me ha emocionado sinceramente y no puedo dejar de hacer público mi agradecimiento a quien desde hace años considero mi amigo. Una nota aparte me indica que Huntley y Santid también son parte de la trama. Mi más sincero abrazo para los tres. Estoy en deuda.
