Ese día tuvo lugar uno de los sucesos más graves relacionados con la guerra submarina. Después de haber estado actuando en el Mediterráneo, el buque hospital Llandovery Castle, de 11.423 toneladas, fue fletado por el Gobierno canadiense para repatriar heridos de ese país. Meses antes, en aguas mediterráneas, había prestado en él sus servicios como comisario neutral el Teniente de Navío español don Angel Rizo y Bayona, Este oficial también desempeñó dicha tarea en el Dumluce Castle.

Tras realizar un viaje de ida a Canadá sin incidencias, el Llandovery Castle salió de Halifax con una tripulación de 174 hombres, 63 sanitarios militares, 14 enfermeras y 7 médicos canadienses que se dirigían al frente. Pese a ir completamente iluminado y mostrando las marcas reglamentarias, a las 21:30 horas del 27 de junio fue torpedeado a 115 millas de la costa sur de Irlanda. Alcanzado en la bodega nº 4, el barco se fue a pique en apenas diez minutos. Poco después apareció en la superficie el autor del ataque, el U86 del Oblt.z.S. Helmuth Patzig, el cual se acercó al bote del capitán del Llandovery Castle, R.A. Sylvester.
Patzig preguntó a Sylvester por ocho oficiaales aviadores norteamericanos que según él iban a bordo del buque hospital. Sylvester le respondió que los únicos oficiales que no formaban parte de la tripulación y personal sanitario de su barco eran los mencionados siete médicos canadienses. Patzig ordenó que uno de éstos, el Major (Comandanate) Lyons se acercara para interrogarle. Al parecer a Patzig no le gustaron las respuestas y Lyons fue empujado con violencia, partiéndose un pie.

Después de esto, el U86 comenzó a navegar a toda velocidad entre los botes dispersándolos y estando a punto de hundir al del capitán. Desde éste se oyó poco después cómo el submarino realizaba 12 disparos con su cañón para luego desaparecer en medio de la obscuridad. Sólo veiticuatro supervivientes que iban en el bote de Sylvester fueron recogidos con vida por el destructor Lysander, a unas 50 millas de la costa de Irlanda. De las otras 234 personas, entre ellas las 14 enfermeras, nada más volvió a saberse. La impresión general fue que los disparos realizados por Patzig terminaron con ellos.
En julio de 1921, Patzig y los oficiales Boldt y Dittmar fueron llamados a juicio en Leipzig, sin embargo el primero de ellos escapó a la entonces ciudad libre de Danzig (hoy Gdansk) donde se le perdió el rastro. El principal testigo fue el suboficial naavegante, el cual declaró que había pedido a Patzig que no atacara al buque hospital, al que había seguido durante cuatro horas. Tras el hundimiento y el interrogatorio a Lyons, el comandante germano ordenó a la dotación que abandonara la cubierta. Después de esto, Patzig llamó al artillero y junto a los oficiaales mencionados comenzaron a cañonear a los botes. Boldt y Dittmar fueron condenados a cuatro años de prisión pero lograron escapar poco después.
La indignación de opinión pública por aquella atrocidad fue acorde con la magnitud de ésta. El Gobierno alemán pretendió excusarse aduciendo que los norteamericanos enviaban a Europa a sus oficiales aviadores a bordo de buques hospitales. Es posible que los agentes al servicio de Alemania en los EE.UU y Caandá dieran esa falsa información pero aún así, el acto perpetrado por Patzig es uno de los más despreciables que se han cometido en el mar.
La pregunta sería: ¿Que indujo a ese comandante a proceder de modo tan aberrante?


A Dios gracias éstos han sido sólo casos puntuales.

Fuente: Submarinos alemanes en la Gran Guerra 1914-1918

"Sólo un pequeño grupo de marinos con visión de futuro comprendió el enorme potencial que tenían los submarinos en un cometido que era menospreciado por la doctrina imperante: la guerra de corso."