Tema muy interesante que fue muy importante en su época
Saludos cordiales Kamille
LOS MODESTOS INICIOS
Réplica
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El término hanseático procede del alto alemán hansa que significa corporación o sociedad y, por extensión, acuerdo comercial. En 1226, los comerciantes de Coloniá ya habían fundado una en Londres, y fueron imitados en 1266 y 1267 por los de Hamburgo y Ubeck. En 1282, las tres hansas se fusionaron, dando inicio a la Casa de las Corporaciones, pero el nacimiento oficial de la liga Hanseática se produjo mucho antes, en 1256, cuando la ciudad y los grandes centros de Danzig, Hamburgo, Lübeck, Lüneburg, Rostock, Stralsund y Wísmar decidieron unirse se al objeto de abastecer mejor su creciente comercio con los países bálticos vecinos, del Este y del Norte. Aun cuando su objetivo inicial fue estimular su comercio marítimo por el Báltico, rodeado casi totalmente de tierra, pronto tuvieron un posterior y común interés en los prosperos mercados de Holanda e Inglaterra (que ya mantenían relaciones con el Mediterráneo) y, por consiguiente, pretendieron expandirse en aquella dirección, a la que luego dieron preferencia.
Gradualmente, la Liga Hanseática englobó a comerciantes de más de 30 ciudades alemanas, constituyendo sus hansas en ocho puertos ingleses (Lynn, Boston, Hull, York, Norwich, Ipswich; Yarmouth y Bristol), así como en Bergen, Noruega, y en Amberes, que entonces era una ciudad holandesa, consiguiendo controlar la mayor parte del tráfico mercante en ambas costas del mar del Norte. Las rutas comerciales discurrían por el Báltico, poco profundo; hacia Occidente, por el mar del Norte, hasta Inglaterra; hacia el Norte, a lo largo de la costa atlántica de Noruega, llevando madera, pescado y minerales; o al Sur, al golfo de Vizcaya y costeando Españía, para llegar al Mediterráneo y cargar sal, vino, seda y especias. En todos los casos había un denominador común: las mercancías viajaban por mar. Por dicho motivo, aun cuando no hubo ningún intento para estandarizar los buques de las diversas ciudades, los afiliados a la liga Hanseática estimularon a los constructores para que diseñaran nuevos tipos de buques mercantes, que respondieran a las exigencias del tráflco en expansión y que estuvieran en vanguardia desde el punto de vista tecnológico.
LA COCA HANSEÁTICA
Desde el momento que las rutas comerciales llevaban a los buques mercantes cada vez más lejos, era inevitable que se procurase construir una embarcación adecuada para navegar con seguridad ante cualquier situación atmosférica, que fuera robusta y lo suficientemente grande para satisfacer las exigencias de carga. El nuevo tipo de buque mercante se conoce con el nombre de "coca hanseática".
En lugar de ser gobernada con uno o dos remos, como las embarcaciones precedentes, la coca llevaba un timón a estribor de la popa. A decir verdad, resulta imposible establecer la fecha precisa de esta modificación técnica, puesto que el testimonio más fiable procede de las marcas dejadas con el paso de los años en los sellos de las grandes ciudades: el de Dover, posiblemente de 1284, muestra un buque que aun utiliza espadilla mientras en una escultura (que parece proceder de cien años antes) en una gárgola de la catedral de Winchester, una ciudad de Inglaterra meridional, situada a unos 30 Kms. del mar, muestra claramente el timón y la caña. De todos modos, lo ciero es que a mediados del siglo XIV el timón era de uso común, pues aparece tanto en los selos de las ciudades de la Liga Hanseática como en monedas y cuadros murales.
El sello de Stalsund (1329). Inicialmente, la Liga no se ocupaba de los asuntos políticos del Norte europeo, pero en 1370 el tratado de Stralsund atribuyó a las grandes ciudades de la Liga el control de las zonas de pesca y el derecho a votar al pretendiente del trono de Dinamarca.
Además, a través de las monedas y sellos se conocen otros detalles de la coca hanseática; en muchos casos se caracterizaba por la proa recta, en lugar de la típica curvatura de las anteriores embarcaciones nórdicas, y por una línea también recta para el codaste, al que iba fijado el timón. El codaste -anteriormente prolongado por una corta verga en que se podía afirmar un estay, y más tarde por un pequeño castillo que servía como plataforma de combate y de observación- tenía unos 30º de inclinación respecto a la vertical, un valor notable para lo que era habitual en aquella época. La roda y el codaste iban sólidamente fijados a una quilla pronunciada y que sobresalía mucho (más larga que la de las embarcaciones con proa y popa curvadas), lo que daba al buque un 'agarre' óptimo en el agua, incluso con mar muy agitada. La quilla, larga y recta, había sido estudiada con toda probabilidad para adaptarse a las condiciones meteorológicas de las costas de la Europa septentrional, frecuentemente bastante malas. Dado que una vela áurica hubiera hecho la embarcación muy difícil de maniobrar y de lenta respuesta al timón, solía emplearse una sola vela cuadra, que se orientaba con brazas para avanzar incluso con viento de través. Resulta imposible determinar las exactas dimensiones de la coca hánseática basándose en los sellos de las ciudades, pero, gracias a los documentos de las cargas y al descubrimiento de los restos de una coca de 1380, ha sido posible determinar que tenía una eslora total de unos 30 metros, una manga de cerca de 8 metros y un calado próximo a los 3 mts; tales dimensiones hacen pensar que su deslazamiento era del orden de las 280 toneladas.
La vela única debía tener una superficie de unos 150 m2 y probablemente, estaba hecha con pesada tela amarillenta (el color le era conferido por la solucion, preparada con corteza de árbol, utilizada para impedir su putrefaccion). En cuanto a la estructura, no hay duda de que los constructores nórdicos utilizaban todavía el sistema de tingladillo (el bord einferior de cada tabla quedaba sobre el borde superior de la tabla situada debajo) para el forro del casco, mientras allí donde los costados se unían a la quilla, optaron por el método de construccion de juntas planas (con los bordes de las tablas unos contra otros y llenando la unión con estopa alquitranada que impedía la entrada de agua). Las tablas eran de roble y, de modo especial para la cintas superiores, muy gruesas (50 cms. y a veces más).