En los últimos meses un viajero ha venido a visitarnos desde lo más profundo del espacio. No es común que ocurran estas visitas y menos con una trayectoria en el plano orbital de nuestro planeta. Siempre se ha dicho que eventos de esta naturaleza traen calamidades y que anuncian desgracias a la humanidad, y esta visita no ha sido la excepción.
Aunque se haya sublimado en su perihelio, el navegante espacial ha dado mucho que hablar y lo hará en estos meses de septiembre, octubre y noviembre.
Mi intención no es difundir temor o profetizar desastres. Solo quiero destacar a este viajero, que si bien muchos solo pasan, este no es común y no pasara sin pena ni gloria y sus huellas se recordaran por mucho tiempo más.
