Para la gente amante de la aviación, en su mayoría civiles en mi país es bien conocido
Buen fin de semana. Kamille

Manfred Von Richthofen -El Baron Rojo-
Este noble prusiano, debido a sus grandes hazañas aéreas en la I WW, llegó a derribar 80 aparatos enemigos. fue conocido por el sobrenombre del Barón Rojo o Diablo Rojo, debido a que se hizo pintar de este llamativo color el “Fokker” que pilotaba y que obligó a sus camaradas ha imitarle , pintando sus aviones de ese mismo color, para protegerlo de sus enemigos.
(Triplano Fokker del Barón Rojo)
Nacido en la ciudad de Breslau, capital de Silesia,(hoy Wroclaw, en Polonia) el 2 de mayo de 1892, hijo de un noble hacendado alemán, titulo heredado de los tiempos de Federico el Grande, como comandante del 12º Regimiento de Ulanos. Desde muy joven estaba obsesionado por la caza , cuyo deporte practicaba los fines de semana, en los terrenos de la finca de sus progenitores, acompañado de su hermano Lothar, haciendo gala de una increíble puntería, cosa que años ,más tarde le valió para afinar el punto de mira de su avión, para cazar los aviones aliados.
Como fiel exponente de la tradición prusiana, era hijo de un “Junker” en 1903, ingresó en la escuela de cadetes de Wahlstaff, pasando en 1911 en la academia de cadetes de Berlin-Lichterfelde y en 1912 se gradúa como Fähnrich(oficial cadete) destinado en el regimiento elitista y uno de las mejores del mundo, el Regimiento 1º de Ulanos(Kaiser Alejandro III), donde empezó su carrera de las armas. Hasta que estalló la guerra y en agosto de 1915, se batió con arrojo y cayó prisionero de los rusos. Después fue trasladado al frente occidental(Verdún), donde también cayó prisionero de los franceses, consiguiendo la Cruz de hierro de 2ª clase, poco después fue trasladado como encargado de intendencia , lo cual no cumplió sus expectativas , ya que distaba mucho de lo que él esperaba de la guerra y por ello no tardó en cursar una petición para entrar a formar parte de la Luftstreitkrafte, la fuerza aérea imperial, arma aún en experimentación que iba a cambiar la guerra y todas las principales naciones se lanzaron de lleno a la construcción masiva de aviones y ello conllevaba la necesidad imperiosa de formar pilotos. Su solicitud no era del todo ortodoxa, pero sus superiores, escépticos con la nueva arma aérea (1), no dudaron en dar curso a su petición.
Por fin, la aviación
En mayo de 1915, Von Richthofen inició su nueva etapa en la aviación como observador de un biplaza, en el frente oriental, destacando en ese nuevo puesto por su excelente vista, pero el azar jugó a su favor, ya que el piloto asignado a Richthofen fuera un joven experto y taciturno, llamado Franz Zeumer, este al ver el entusiasmo demostrado por Richthofen , empezó a enseñarle al joven todo lo que él le pedía y a finales de octubre. El que luego sería el as de la aviación de caza germana en la I WW, se elevó al cielo conduciendo su propio aparato, y estrelló su avión en la maniobra de aterrizaje. Aquí entraron a saco sus compañeros, que hicieron objeto al joven piloto de toda clase de chanzas y burlas y que el orgulloso prusiano tuvo que soportar sin rechistar. Pero esto no le amilanó y después de soportar con dureza los entrenamientos y trabajar con ahínco, tuvo el premio esperado y el día de Navidad de 1915, recibió el titulo de piloto, siendo destinado en marzo de 1916, al frente de Verdún, al KG 2 como piloto de un biplaza de reconocimiento hasta que se le asignó un monoplano “Fokker”, que culminó la ilusión de este joven siempre empeñado en batirse a la vieja usanza, trasladado eso si a los tiempos modernos. Pero no habían acabado aquí sus penalidades, ya que se mostraba torpe e indeciso y en solo dos semanas destrozó dos de estos aparatos, con la suerte de salir ileso y por ello fue trasladado al frente oriental como piloto de bombardero biplaza. Aquí ya empezó a destacar el joven Richthofen ya que sus pasadas a baja altura, ametrallando y rociando de bombas las tropas rusas, que estaban indefensas ante los ataques aéreos, templaron sus ardores guerreros. He de destacar, por las páginas de su diario, que el disfrutaba con aquellas carnicerías, tanto como en sus cacerías en Breslau.
Nada de su precoz carrera como piloto de bombardero hacía presagiar que nos encontrábamos ante el as de la aviación que fue en realidad, y buena parte de culpa la tuvo Boelcke, el más famoso as de la aviación alemana en aquellos tiempos. Fue un encuentro casual en el vagón restaurante de un tren, Richthofen había hecho gestiones sin éxito para conseguir de nuevo pilotar un “Fokker” y dado que Boelcke, andaba escaso de pilotos de caza para el frente ruso, recordó el nombre de nuestro joven héroe ,en el casual encuentro. El autor inglés Quentin Reynalds, nos recuerda la conversación que tuvo Boelcke con Richthofen; “Has aprendido a acercarte y apuntar bien”, le dijo Boelcke, a lo que Richthofen, tuvo que confesar que solo había derribado dos aviones enemigos, pero al caer detrás de las líneas aliadas, no había constancia oficial de sus derribos. Boelcke le comentó: “¿Tienes ya ametralladoras sincronizadas?”, a lo que Richthofen contestó: “ Mi escuadrilla carece de estas ametralladoras, pero yo he montado una “Spandau” en el ala superior sobre la hélice y sujetando un alambre que llegaba hasta el gatillo que estaba en la carlinga”, exclamó Boelcke ;” Y así has derribado dos aparatos. Has de ser un gran tirador”, a lo que le respondió Richthofen: “He sido cazador toda mi vida”.”Te gustaría venir de piloto conmigo al Somme “le espetó Boelcke.
No tardó en asentir el joven piloto y en agosto de 1916, se incorporó a la escuadrilla de Boelcke en el frente del Somme, firmando la sentencia de muerte de numerosos pilotos franceses y británicos.
Boelcke era hijo de un maestro de Sajonia, y era metódico y sereno e instruía a sus reclutas a fondo, sin olvidarse de las armas de fuego, única cosa en lo que destacaba Manfred, ya que en sus practicas de vuelo eran bastantes deficientes. No había un mando único en la aviación alemana hasta que llegó Ersnt von Hoepnner, recién nombrado jefe de la misma y distribuyó a los cazas alemanes en agrupaciones llamadas Jagdstaffel, (jauría de caza) y cada una de estas “jaurías”, constaba de dos “enjambres” de seis aviones, divididos en “cadenas” de tres. Y cada “Jauría” debía tener a su mando un piloto de reconocido prestigio y Boelcke, poseedor de la Orden del Mérito (40 victorias) , cumplía con estos requisitos y mandaba una de estas Jagdstaffel.
Un día les llegaron doce “Albatros” destinadas a Boelcke y sus hombres. Estos aviones eran unos aparatos sólidos y veloces, con dos ametralladoras “Spandau” sincronizadas y esto le dio a Richthofen la oportunidad de combatir.
Una espectacular colección de copas-trofeo
Su primera salida con su nueva escuadrilla, fue en Cambrai, el 17 de septiembre de 1916, y dio comienzo a una serie interrumpida de victorias, que empezaron con un “FE 26” británico de observación, al cual derribó acribillándole a balazos, cuyo piloto herido de muerte, tuvo fuerzas para aterrizar detrás de las líneas alemanas y junto a él se posó, Richthofen, como un halcón, deseoso de que no escapara su presa. Esa misma noche le encargó a un joyero de Berlín , una copa de plata, con una inscripción que recordara su primer derribo oficial, con la fecha inscrita, y seis días más tarde, volvió a escribirle con una breve nota….le mantendría ocupada durante dos años. Hay en su historial un derribo(no confirmado) de un Nieuport francés el 26 de abril de 1916.
Este periodo de 1916 fue triunfal para las alas germanas, en dos meses derribaron 211 aviones aliados por 39 alemanes y la escuadrilla de Boelcke, contó con más de 50 derribos , sin contar la veintena derribados por este, en solo cinco semanas. Los británicos le respetaban, de la misma manera que buscaban la manera de derribarlo de los cielos. Bombardeando varias veces su aeródromo, hasta que un veterano, el capitán británico Cruilkshank, libró contra él un tenaz duelo “mano a mano”, que duró media hora. Hasta que Boelcke le ganó la partida a Cruilkshanck, alcanzado por una ráfaga y estalló su avión en pleno vuelo. Pero el destino le daría a Boelcke como a casi todos los grandes ases de la aviación, tuvo la peor suerte posible ya que su compañero y amigo, el teniente Erwin Boehme, le arrancó el ala en pleno vuelo al rozarlo con su aparato. Fue tal el sentimiento de culpabilidad de Boehme que pidió ser destinado a las misiones más peligrosas, hasta que en una de ellas consiguió el reposo para su alma y voló al encuentro de su mejor amigo.
Mientras Richthofen seguía coleccionando copas , se permitió el lujo de encargar una el doble del tamaño original, para celebrar su décima victoria (2). En su undécimo derribo, el 23 de noviembre de 1916, Richthofen cazó una pieza valiosísima, el as de la “Royal Fliying Corps”, derribando el DH-2 del comandante Lanoe Hawker, jefe del escuadrón 24 y condecorado con la Cruz Victoria, anotó en su diario:” Descendió hasta unos 70 metros de suelo, y en zigzag trató de escaparse, pero le seguí sin dejar ni un momento de dispararle hasta que en el mismo momento que se encasquilló mi ametralladora, él chocó contra el suelo” . Al enterarse al día siguiente por los periódicos de la valía de su derribo, se personó en el lugar donde yacían los restos del avión británico y se quedó con una ametralladora del mismo, empezando así su colección de trofeos macabros.
El 10 de enero de 1917, asumió el mando de la Jasta 11 y en su tercera semana obtuvo algunos Albatros para su escuadrilla. El 23 de Enero la Jasta 11 derribó su primer avión un FE.8, pero ya en febrero de ese mismo año la cantidad de aparatos derribados ascendió a 11, empezando a verse la tutela de Richthofen sobre sus piloto, entre ellos los alférez Kurt Wolff , con solo 22 años de edad, apodado Zarte Blümlein(delicada florecilla), debido a su débil constitución física y Karl Allmenröder, de 20 años de edad. Pero en el mes de marzo llegó el cenit de la escuadrilla, mientras las tropas británicas se preparaban para la batalla de Arras, ya que este mes los derribos fueron de 27 aviones aliados, 10 de ellos de Von Richthofen.
(Kurt Wolff también coleccionaba recortes de tela con los números de serie de sus victimas, al fondo se observan souvenirs de un FE.2b 7691 y del Bristol F2B Figther A3338, además de una fotografía de su mentor Richthofen)
Mientras el III y IV Ejército británico, enviaban al frente, 25 escuadrones con 365 aviones operativos y enfrente tenían 195 cazas del VI Ejército alemán, los cuales durante los primeros días de abril solo disponían de 42 cazas diarios, cifra que aumentó a final de mes hasta 56 cazas diarios.. En este abril sangriento, la Jasta 11 se cobraron 89 aviones, desglosados así: Richthofen derribó 21 aparatos (este mes ya había sobrepasado el record de Boelcke, con 53 victorias) , Kurt Wolff , 23 derribos, Lothar el hermano del Barón Rojo y Schäfer, 15 derribos cada uno, Allmenröder, 9 victorias y un modesto piloto bávaro llamado Festner, con 12 victorias.
Pero el mes de mayo, los británicos incorporaron nuevos modelos: el SE.5, el DH.4 y el Bristol F.2By fue cuando la supremacía de la Jasta 11 empezó a decaer , pero aún así derribaron 28 aviones británicos por solo 6 perdidos. En conjunto , la JG1 la primera ala de caza de la historia, integrada por las Jasta, 4, 6, 10 y 11 consiguió derribar 644 aviones con tan solo 56 perdidos.
Richthofen asombró a todos los que lo conocían ya que en solo unos pocos meses, de un joven e inexperto piloto se convirtió en un avezado, maduro frío y calculador, con un cierto espíritu de camaradería, pero se le conocían pocos amigos, no acompañando a sus compañeros en sus festividades y celebraciones y se recluía en su habitación, por la noche, con sus libros y apuntes técnicos, los cuales devoraba con fruición. Su sentido del humor era inexistente , como ejemplo podemos citar, que un jefe de escuadrilla, Von Scheleich, tuvo la ocurrencia de hacer pintar en un “Spad” francés, que había sido capturado intacto, unas cruces negras de Malta en su fuselaje, tras lo cual salió a dar un paseo por los cielos con él. Durante su vuelo vio una escuadrilla de “Spad” franceses y ni corto ni perezoso se unió a ellos, los franceses no se percataron de la presencia del intruso, hasta que observaron que se retiraba discretamente y tras lo cual, emprendieron su persecución, pero Schleich incluso derribó uno de ellos. Esta “heroicidad” fue recibida con alborozo por sus compañeros, pero Richthofen le envió una nota con una severa reprimenda
Era de hecho el ídolo de Alemania y esta le premió con la Orden “Pour le Mérite” (el llamado Max Azul) y el mismo Francisco José de Austria le condecoró con la Cruz de Guerra. Su correo recibía centenares de cartas de sus admiradores y la prensa se encargaba de que su nombre siempre estuviera en primera página. En 1917, se le dio el mando de una Jagdechwader (la n º 1 o sea la primera unidad de caza la Luttstreitkräfte) , o sea cuatro Jagdstaffels(las 4,6,10 y 11)y también su hermano Lothar llegó a ser un as del aire, con 40 victorias , pero todos estos ases del aire, en su gran mayoría jactanciosos, albergaban un pánico constante a morir abrasados, es muy significativa la entrevista que un rotativo berlinés, le hizo a Von Richthofen , en abril de 1918, después de conseguir su victoria n º 75 :” Es extraño que los últimos diez aviones que he derribado se han incendiado. El de hoy, también ha ardido ante mis propios ojos.
En principio solo era una pequeña llama debajo del asiento del piloto, pero al momento se ha extendido al resto de la carlinga”.
En una de sus innumerables correrías por los cielos de Francia, sufrió una desagradable experiencia, pilotando su flamante triplano ”Fokker”, atacó un vetusto “FE-2”mandado por el capitán D.C. Cunnell , el observador A. E. Woodbridge del escuadrón 20 a pesar de tener enfrente al Barón Rojo, no perdió la sangre fría y le envió una descarga con su ametralladora Lewis, con tal acierto que una de las balas le rozó el cráneo a Richthofen, este a pesar de perder el conocimiento por unos segundos, y sobreponiéndose a la sangre que le cegaba , se hizo con los mandos de su aparato y consiguió aterrizar.
Se le hospitalizo en el Courtrai(donde estuvo seis semanas convaleciente) y por vía aérea llegaron los mejores cirujanos de Alemania, los cuales diagnosticaron una herida dolorosa, pero fuera de todo peligro. Toda Alemania se volcó con él, que ya sumaba 57 victorias y la prensa cada día publicaba el parte médico de su héroe que había sufrido el primer percance serio de su carrera. De hecho nunca se recuperó de esta herida, pese a que siguió con su meteórica carrera como piloto.
Mientras estaba convaleciente en Courtrai, el 19 de julio, el general Sixt von Arnim, ordenó que se aumentaran los ataques contra los globos de observación británicos, lo que dejó libres a los pilotos de la JG1, que quedaron en libertad para barrer la zona de ataque y librarla de aviones enemigos. Esta táctica funcionó a las mil maravillas ya que durante los días 21 y 22 de julio, los Jagdsatteln 4,6 y 11 , derribaron 13 aviones sin ninguna baja por su parte. Estos éxitos se consiguieron según Richthofen, con el uso aparatos ya obsoletos, los Albartros D III y D.V., según una carta del mismo Richthofen, que decía :” Los triplanos británicos y sus Spad de 200 hp, juegan a placer con nuestros D.V., los nuestros llevan más de un año sin sacar ningún prototipo nuevo, aparte el torpe Albartros y se han quedado atascados en el diseño del D.III, que piloté en misiones de combate el otoño pasado. Los monoplazas británicos no solo tienen más velocidad de trepada que nuestros aviones, sino que incluso han desarrollado un biplano, el Bristol F.2B con el que nuestros Albartros no pueden competir”.
El regreso de Richthofen el 23 de octubre de 1917, coincidió con la llegada de 17 triplanos Fokkers DR.1 , con los cuales se tuvieron una serie de reveses con la muerte de tres pilotos alemanes en accidentes y los mismos hermanos Richthofen tuvieron sendos aterrizajes forzosos, lo que motivó a dejar los triplanos en tierra. La excesiva carga mecánica descubrió que los alerones tendían a desprenderse, debido a un fallo en las articulaciones y las uniones echas con pegamento de elementos del ala superior, se debilitaron a causa de la condensación que se producía en dicha ala, señal inequívoca de una mala construcción y un mal control de calidad de la empresa Fokker, otra decepción unida a la del mes de agosto, con los Pfalz D.III.
Con la llegada de los nuevos Dreidecker(triplanos)“Fokker”, el surtido de colores con que engalanaban el aeródromo, hacía que los aviadores, aunque fueran contrincantes, se conocían a la perfección y los pilotos germanos pintaron y adornaron cromáticamente a sus aparatos, incluso se cuenta que hubo un avión germano pintado de rosa, el cual dio pié a una leyenda que era pilotado por una rubia germánica que trataba de vengar la muerte de su prometido, piloto de caza, leyenda que resultó falsa, al ser derribado dicho aparato y comprobar los incrédulos británicos, que era pilotado por un fornido prusiano.
Dicho esto, no extraña que Von Richthofen quisiera apuntarse a esta moda, siendo ya el n º 1 de los pilotos del Kaiser, muertos ya Boelcke, Voss y otros ases, ya que a excepción del timón y los cuadros que enmarcaban las cruces, su “Fokker” era enteramente rojo escarlata(se cree que la elección del rojo fue por que era el color de su antiguo regimiento de caballería Los Ulanos), fue cuando dio pie a la leyenda del Barón Rojo, también llamado por los franceses, “Le Diable Rouge”. Los británicos llegaron a poner precio a su derribo, unas 5.000 libras esterlinas.
Sus indudables éxitos como piloto de caza fueron debidos a su extraordinaria puntería y una táctica impecable, (la acrobacia aérea nunca fue su fuerte), aparte su organización y un sistema de ferrocarril, que le aportaba todo lo que podía necesitar , tanto en suministros militares, carburante, piezas de recambio e incluso cajas de champagne, dio pie a que los británicos le apodaran el Circo Volante, nombre justificadísimo tanto en la rapidez de desplazamiento entre los aeródromos como con los vivos colores con que habían pintado los vagones.
Sin embargo, el Barón Rojo no era supersticioso y antes de partir al que seria su último vuelo, quiso que se le fotografiara con su perrito(perro dogo alemán, llamado Moritz), a pesar de que también Boelcke lo había hecho antes de su accidente mortal y a partir de entonces ningún piloto germano quiso fotografiarse antes de partir a ninguna misión
(La batalla por el dominio del aire fue cruenta)
El fin del Barón Rojo
El capitán Roy Brown, un canadiense con doce victorias en su haber, el día 21 de abril de 1918, se preparó para salir de misión, acompañando a un novel piloto a sus órdenes, llamado Wilfred May. Los pilotos partieron a las 10,30 de la mañana en el frente del Somme, con un viento bastante fuerte y nubes que dificultaban la visión, pero a pesar de ello, Brown distinguió sobe el cielo de Cerisy, un par de biplazas británicos que estaban siendo atacados por cuatro “Fokkers”. Dio la orden de ataque a las tres formaciones de “Sopwith Camel”, bajo su mando, de quince aviones en total. Al pronto un enjambre de triplanos multicolores alemanes se lanzaron contra ellos, formados por Richthofen a los mandos del DR.1 425/17 , su primo Wolfram, Karjus, Scholz y H.J. Wolff una de las escuadrillas de élite de la aviación alemana, los cuales recibieron la ayuda de doce “Albatros”, se sumaron a la batalla y los “Camel” se vieron cogidos entre dos fuegos. Los pilotos alemanes mantuvieron un breve combate con dos RE.8 británicos del escuadrón 3 del Australian Fliying Corps(AFC). Entonces las dos formaciones de triplanos a los que se unieron algunos Albartros del Jasta 6, entablaron un combate a muerte contra los “Camel” del Escuadrón 209.
En su calidad de jefe de escuadrilla, Brown vio con satisfacción como May había conseguido la primera victoria, y envalentonado se lanzó contra un triplano, pintado enteramente de rojo, pero al abrir fuego contra él se dio cuenta que sus dos ametralladoras se habían encasquillado, dio media vuelta con rapidez , en dirección a su base pero ya con el “Fokker” alemán pegado a sus talones, May descendió sobre el Somme, a solo una docena de metros sobre el agua, pero el “Fokker” le siguió implacable a corta distancia y el fin del británico no podía hacerse esperar. A diferencia de otras veces, Richthofen lo persiguió hasta adentrarse en territorio enemigo.
Brown que había seguido la escena a poca distancia y a pesar de contar con solo un tambor de munición, picó hacía el alemán, disparando sus ametralladoras, cuyos disparos perforaron la carlinga del “Fokker” y el avión se estremeció, sus ametralladoras enmudecieron y se precipito contra un campo de remolachas, junto a la carretera de Bray-Corbie, dando unos cuantos saltos violentos y quedó intacto en el suelo, y en su carlinga la mano de Richtoffen, cubierta por su guante aferrada a la palanca de mando.
Al regresar al aeropuerto de Bertangles, May se abrazó a su salvador y este le dijo:” Sabes quien era tu perseguidor”, May no respondió, y Brown “No estoy seguro, pero me parece que era Richthofen”. Según cuentan una bala le perforó el corazón, en el momento que iba a conseguir su ochenta y una victoria.
Los soldados australianos sacaron a Richthofen de la carlinga. El día 22 de abril, recibió sepultura en el cementerio militar de Bertangles, con todos los honores militares y el féretro (cubierto de flores) fue llevado a hombros por seis pilotos británicos del escuadrón 209, mientras los “anzacs” australianos dispararon tres salvas en su honor. La lápida que había en su tumba tenía la siguiente leyenda:” Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor, Que descanse en paz”. En 1925 su cuerpo es exhumado y depositado en los Invaliden de Berlín.
Los aviadores británicos completaron su “fair play” sobrevolando el aeropuerto militar de Douai y dejando caer un mensaje de condolencia, eran en verdad otros tiempos.
El día 2 de mayo de 1918, llegó un telegrama a la base , del Kogenluft Von Höppner, para que a partir de ese momento la escuadrilla se denominara Jagdgeschwader Freiherr Von Richthofen nº 1 en tributo al Barón Rojo.
Mientras el “Circo Volante” de Richthofen continuó volando y su sucesor el capitán Wilhelm Reinhard , hasta entonces comandante de la Jasta 6. con ”solo” 12 victorias en ese momento, pero era un buen líder de las Jasta 11 y 6 murió el 3 de julio de 1918 y su sucesor, un joven piloto llamado , Hermann Goering, tuvo la amarga misión de entregar los aviones del “Circo Volante” a los aliados victoriosos, ya que la guerra tocaba a su fin.
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