Helmut Lipfert inició la guerra con la división acorazada Panzer, pero solicitó y obtuvo el ser transferido a la Luftwaffe en 1942. Así que, en diciembre de ese mismo año llegó al frente ruso ya no a bordo de un tanque sino como piloto de caza, el de mayor edad entre los recién llegados, y a los 26 por arriba del promedio de edad del escuadrón entero.
En sus primeras misiones fue asignado para volar como flanqueador de Heinrich Sturm, quien se convertiría en uno de sus mejores amigos, hasta su muerte en un accidente de vuelo en Hungría a fines de 1944, al colisionar su avión contra un camión de transporte que invadió la pista.
Apenas en su segunda misión tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia por averías en el sistema de enfriamiento de su avión en los límites del territorio enemigo, estando a punto de disparar contra un pelotón de soldados con uniforme extraño que se acercaban al lugar de descenso de su aparato, y que finalmente resultaron soldados húngaros, aliados de los alemanes, quienes lo enviaron a su base.
Lipfert fue un piloto que se caracterizó por su eficacia y tranquilidad en el combate (muchas veces aparente, según sus memorias), que al inicio de su vida en combate sufrió de una severa falta de orientación en el aire, que le causó no pocos sobresaltos. En una ocasión, en su quinta misión y habiendo sido derribado su lider (Gustav Denk) tuvo que regresar solo a su base. Con el indicador de combustible ya encendido decidió aterrizar para preguntar a punta de revolver a un grupo de rusos que se transportaban en carreta "¿donde alemanes, donde?" para luego volver al aire y llegar apenas a sus lineas.
Su primer derribo llegaría hasta su misión número 17 el 30 de enero de 1943, volando ya como flanqueador del Capitán Resch. Su primera víctima sería un Lagg5 soviético y la siguiente un Ilushin5 casi un mes después, el inicio de una carrera militar que a lo largo de los meses de manera progresiva y metódica produjo victorias aéreas para su hoja de servicio, contra todo tipo de aparatos soviéticos, para alcanzar 203 al final de la guerra.
Las presiones de la guerra, particularmente las del frente ruso, y más precisamente las de las zonas en que Lipfert combatió, como Stalingrado o Crimea, significaron para muchos un serio deterioro físico y nervioso. Lipfert, concentrado en si mismo, parecía menos vulnerable a ese deterioro aún en los períodos más difíciles.
Al final de la guerra logró huir hacia el occidente. En su caso tuvo la fortuna de rendirse ante los británicos, quienes no lo remitieron de regreso a Rusia.
Su diario de guerra termina con la frase, a propósito de la capitulación: "Los sobrevivientes estábamos cansados pero no quebrados, listos para reiniciar nuestras vidas desde el principio de nuevo", y eso hizo, después de la Guerra se convirtió en maestro de escuela. Murió en 1990.
http://www.luftwaffe.cz/lipfert.html
sacado de la pagina: http://pilotosdelaluftwaffe.tripod.com/f-lipfert.htm
