El Junkers Ju 87 Sturzkampfflugzeug, más conocido como Stuka, fue sin duda uno de los símbolos de la Luftwaffe y una leyenda de los cielos durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos conocen la figura de este emblématico avión, el sonido de su famosa sirena al lanzarse en picado, pero pocos son los que conocen cómo era realmente por dentro.


Cuadro de mandos principales
1- Altímetro principal
2- Dirección de giro (hacia puntos cardinales)
3- Velocímetro
4- Segundo altímetro
5- Indicador de viraje (horizonte vertical)
6- Variómetro (indica la velocidad a la que el aparato asciende o desciende)
7- Amperímetro
8- Reloj
9- Brújula de navegación
10- Regulador de voltaje
11- Tacómetro (indica las revoluciones por minuto del motor)
12- Presión del colector
13- Combustible
14- Presión del tanque de combustible (en la imagen no se ve, está detras de la palanca de mandos)
15- Temperatura del radiador
16- Temperatura del aceite
Y para terminar, una imagen donde se muestran otros indicadores no menos importantes:

17- Contadores de munición
18- Presión de los frenos
19- Presión del aire
Particularmente útil debía ser el variómetro en este avión ya que incluía una especie de "recuperador" que se activaba automáticamente pasado un cierto límite de altura y velocidad. Sin duda una herramienta imprescindible teniendo en cuenta que la presión que tenía que soportar un piloto de Stuka después de un picado podía llevarle a la pérdida de consciencia momentánea lo cual podía tener unas consecuencias desastrosas como bien se puede comprender.
El variómetro en sí mismo actuaba simplemente como indicador de los metros por segundo que perdía el aparato en una picada. Era algo fundamental el calcular cuánto debía durar una picada pues era el tiempo del cual disponía el piloto para atacar al objetivo.
El Stuka, a pesar de ser un avión lento en horizontal podía sobrepasar los 600 km/h en una picada de entre 60 y 90 grados y en la recuperación el piloto podía verse sometido a fuerzas superiores a 9 G. Esto hacía que el flujo sanguíneo se acumulara en las piernas en detrimento de la parte superior, y en especial la cabeza, produciendo la inconsciencia momentánea. Los ingenieros, conocedores de esta circunstancia, lo que hicieron fue simplemente incorporar un eficaz sistema que permitía que, una vez lanzada la bomba, el avión pudiera recuperar la picada sin necesidad de tirar con fuerza de la palanca de mando.
De todo esto se dieron cuenta a base de prueba y error ya que cuando la técnica de ataque en picado estaba aún en fase experimental, algunos pilotos sufrieron trágicos accidentes en los que el avión simplemente se estampaba contra el suelo bien debido a la ya mencionada pérdida de consciencia, bien debido a que los alerones literalmente se partían.
En realidad no se trataba de un sistema especialmente sofisticado y el piloto no contaba con ningún servomecanismo hidráulico para estabilizar el aparato. Esto lo conseguía gracias en parte a sus alas en forma gaviota extraordinariamente fuertes y a unos grandes flaps del borde de salida contrarrestados con unos contrarpesos que se extendían por toda la longitud del ala.
He aquí una imagen de uno de los contrapesos:

Seguimos dentro de la cabina del Stuka esta vez para estudiar un sencillo pero útil elemento que, como su propio nombre indica, le servía al piloto para ver qué había justo debajo del aparato: La ventana de observación de suelo.
He aquí una ilustrativa imagen:

Como se puede comprobar, se trataba de un pequeño espacio situado entre los pedales del timón. El piloto, en el momento de la picada, podía abrirlo para tener una referencia clara de cuándo el aparato se encontraba encima del objetivo. Toda la maniobra tenía que salir perfectamente a la primera. Por lo tanto, era de vital importancia saber el momento justo en el que iniciar la picada y mantenerla lo más verticalmente posible a fin de lanzar las bombas con la máxima precisión.
El mecanismo para abrir y cerrar esta pequeña ventana era bastante sencillo. Consistía en una simple rueda que era girada a voluntad del piloto cuando este quisiese observar qué tenía bajo sus pies:

Espero que os haya gustado.
Saludos Pilotos.
