La nieve no cesa de caer. Constantemente tenemos que quitarla de las ópticas de nuestros prismáticos. La alta tensión en el submarino alcanza su punto más alto en la torreta. Sabernos, por el sonar, tan cerca de un convoy y no ver nada por la reducida visibilidad es muy peligroso. Podemos incluso encontrarnos de boca con un barco y colisionar con él. La peor parte la llevaremos nosotros, claro. Como decimos a los novatos para ilustrarles lo que ocurre en la colisión de un barco y un submarino: “Si la piedra cae sobre el cántaro, lástima por el cántaro. Si el cántaro cae sobre la piedra, lástima por el cántaro” (Me produce una satisfacción íntima que eso sea un proverbio judío y se use en un submarino alemán. Me encanta la subversión, aunque no sea declarada y los subvertidos no lo sepan).
En un momento dado entrevimos un buque, en un rumbo bastante paralelo al nuestro y a no más de 300 metros. Imposible tirar con este AOB horroroso, con un ángulo de giro de salida del torpedo pésimo. No podemos maniobrar con el poco margen que deja esta visibilidad. Así que decidimos alejarnos del convoy y seguirlo a una distancia segura, en espera de mejores condiciones para atacar.
El suboficial ayudante de máquinas, último en ser destinado a este U-123, ferviente seguidor del partido, dice que nuestro deber es siempre atacar al enemigo. A esto responde Freddy, nuestro timonel, forzudo bonachón y tranquilo: “No tengas prisa en morir. Cada vez que muere un marino, todos los marinos también morimos un poco. El hombre es vida. La guerra es muerte. Así que no se puede matar para vivir. Cuando se mata, siempre se muere".
Del diario privado del U-123.
Moderador: MODERACION
Querido comandante del U-123
Uffff tantos años después!!! es un placer encontrarle por aquí. Ahora que se quien es usted creo que no me hubiera perdonado nunca haberle localizado y hundido; suerte que esa noche uno de nuestros chicos más jóvenes y yo, que estaba de guàrdia, estábamos haciendo un muñeco de nieve en cubierta y MacCampbell, nuestro sonarista, había vaciado demasiadas tazas de té con curry para ver nada. Fue una suerte, querido amigo, una gran suerte! Me alegra saber que está bien, me alegra saber que escribe un diario privado, me alegra saber de usted.
Por cierto, querido comandante, su U-123 navegó alguna vez por las Islas Canarias? Lo digo por una cosa que nos sucedió allí. En fín, estimado señor, espero sus notícias; mientras buscaré en mis notas para recordar lo de aquel día en canarias.
Un abrazo muy grande.
A. Glenfarclas, suboficial de puente y maniobra, retirado. HMS Socarrimath de la Royal Navy.
Uffff tantos años después!!! es un placer encontrarle por aquí. Ahora que se quien es usted creo que no me hubiera perdonado nunca haberle localizado y hundido; suerte que esa noche uno de nuestros chicos más jóvenes y yo, que estaba de guàrdia, estábamos haciendo un muñeco de nieve en cubierta y MacCampbell, nuestro sonarista, había vaciado demasiadas tazas de té con curry para ver nada. Fue una suerte, querido amigo, una gran suerte! Me alegra saber que está bien, me alegra saber que escribe un diario privado, me alegra saber de usted.
Por cierto, querido comandante, su U-123 navegó alguna vez por las Islas Canarias? Lo digo por una cosa que nos sucedió allí. En fín, estimado señor, espero sus notícias; mientras buscaré en mis notas para recordar lo de aquel día en canarias.
Un abrazo muy grande.
A. Glenfarclas, suboficial de puente y maniobra, retirado. HMS Socarrimath de la Royal Navy.
