Después de finalizar los preparativos para el viaje,el "renacuajo" UB2 del Oblt.z.S Werner Fürbringer zarpó de Cuxhaven remolcado por un viejo torpedero.Tras rebasar la isla de Borkum,el submarinito quedó librado de sus fuerzas.
El viaje se desarrollaba sin incidentes cuando,a la altura de Den Helder,el barco aproó hacia el sudoeste.Casi de inmediato la mar comenzó a empeorar,zarandeando al minúsculo submarino.La permanencia en la vela era muy arriesgada,al tiempo que las agujas giroscópica y magnética quedaron inutilizadas.Ante tal estado de las cosas,Fürbringer decidió sumergirse para capear en el fondo el temporal.Pese a ello,era tal la violencia de éste que a 28 metros el sumergible era llevado de un lado a otro.Incapaz de mantener a su buque posado,el comandante tuvo la idea de lastrar la proa y dejarla apoyada en el fondo mientras que la popa quedaba algo levantada.De esta manera tan original consiguió disminuir la intensidad de los movimientos,pudiendo permanecer de esta guisa hasta el amanecer.Tras 12 horas sumergido el UB2 salió a la superficie,encontrándose la mar mucho más calmada y reanudando la singladura.Entrada ya la tarde se avistó al UB4,el cual lo guió hasta Zeebrugge.Tras reparar las averías el UB2 se unió a sus compañeros de la flotilla.
A primeros de julio de 1915 Fürbringer se encontraba de patrulla en una zona cercana al cabo Antifer,en el paso de Calais.Durante la primera noche atacó con un torpedo a un transporte al que no alcanzó.A la mañana siguiente avistó otro transporte disponiéndose para el ataque.En la torre,además de Fürbringer se encontraba el Contramaestre Mayor Becker.Este suboficial que era bastante corpulento,hacía las funciones de segundo comandante del UB2.Cuando el joven comandante tuvo el problema de fuego resuelto vio como el vapor viraba de rumbo.Esta maniobra forzó al alemán a cambiar el lado de ataque con un águlo de ataque de 18 grados a babor.Tras disparar un segundo y último torpedo,observó con desmayo que el indicador estaba 18 grados a estribor.Cuando reprendió a Becker por no haber cambiado de ángulo de tiro,este bastante sonrojado,le dijo que al girar el periscopio había quedado atrapado entre el cuerpo de Fürbringer y el mamparo viendose impedido de alcanzar el indicador.Para colmo de males,en su forcejeo por zafarse,se había roto los pantalones.
Habiendo malgastado sus torpedos,el UB2 se dispuso a regresar a Zeebrugge.Después de hacer superficie se arrancó el motor diesel pero éste,tras unos instantes de funcionamiento,se paró repentinamente.Poco después apareció en la vela el Maquinista Primero Hausmann,que hacía las funciones de jefe de máquinas,para informar que el acoplamiento entre el motor diesel y el eléctrico se había roto.Esto suponía que solo era posible navegar con las baterías,las cuales se agotarían en unas 4 horas al no poder ser recargadas.Hausmann estimó en 4 los días para hacer una reparación de circustancias.
El panorama no podía ser más desalentador,ya que estaban a más de 120 millas de Zeebrugge y tendrían que atravesar las defensas del paso de Calais.Tras sopesar todas las posibilidades Fürbringer decidió parar el motor eléctrico,que sólo se emplearía para el paso de las obstrucciones,y aprovechar la corriente de la marea que en la pleamar circulaba hacia el nordeste.Cuando se produjera el reflujo,el submarino se sumergería hasta posarse en el fondo,por suerte en esas aguas poco profundas,y esperar 6 horas hasta la proxima marea alta.Mientras los mecánicos intentarían reparar el averiado acoplamiento.El comandante del UB2 calculó,que en los dos periodos diarios de pleamar podría avanzar unas diez millas,con lo que alcanzaría la barrera enemiga en cuatro días.
Había otros problemas que resolver,uno es que no había víveres ni agua potable suficientes,y otro que no se podía utilizar el equipo de renovación de aire ya que había que economizar hasta el último amperio.Se estableció un un severo racionamiento de agua y alimentos y se decidió utilizar los equipos individuales "Dräger" durante los periodos de espera en el fondo.Esto último suponía un suplicio,ya que el aire renovado salía muy caliente y producía serias molestias en la boca y vias respiratorias.
El plan se puso en ejecución de inmediato.Cuando comenzó la baja mar el UB2 se sumegió hasta el fondo.Una vez allí,toda la tripulación se tumbó en sus camastros y coyes con sus respiradores a excepción de Hausmann y sus tres subordinados que,alumbrados con la única lámpara eléctrica que se mantenía encendida,se afanaban en terminar la reparación.Éstos fueron los únicos para los que el tiempo trascurría con relatiba rapidez.Por fin llegó la pleamar y el sumergible volvió a superficie.por turnos los tripulantes salieron a respirar el bendito aire puro.Abajo los sufridos mecánicos continuaban su labor sin apenas descanso.Entonces Becker tuvo una idea:¿por qué no colocar una vela de fortuna y así amumentar la velocidad?.Ni corto ni perezoso aparejó una vela,hecha con varios coyes y lonas,con un par de bicheros.Lo sorprendente fue que la cosa funcionaba,pero lo mejor fue el positivo efecto moral que tuvo tal ocurrencia,puesto que varios marineros decidieron armar unos improvisados remos.Conciente de la necesidad de tener a sus hombres ocupados,Fürbringer alentó esta iniciativa.
Apenas habían trascurrido dos horas de esta improvisada navegación,cuando se avistó un destructor enemigo.Los alemanes tuvieron la esperanza de que les confundieran con un pesquero,pero evidentemente el extraño aspecto del velero atrajo su atención.Sin tiempo para desmontar el aparejo,el submarino se sumegió con deliberada lentitud para evitar que se deshiciera y se enganchase en la élice o en los timones.Debió ser curiosa la imagen desde el destructor,ver desaparecer ante ellos aquel extraño bajel.Media hora después, el UB2 volvia a superficie con el velamen en perfectas condiciones.El tercer día de odisea fue muy caluroso,sufriendo especialmente el personal de máquinas.La situación era tan desesperante que el comandante pensó en abordar un pesquero para remolcar con él el submarino.Se descartó la idea al considerar su inadecuado armamento individual y su pobre estado físico.Al cuarto día,con el acoplamiento aparentemente arreglado,Hausmann solicitó permiso para arrancar el motor diesel,pero la reparación no aguantó.Habría que cruzar la barrera con la energía que quedaba en las baterías.
A las 04.00 del quinto día el UB2 salió a superficie.Con solo la torreta fuera del agua,el submarino comenzó a sortear obstáculos,aprovechando el flujo de la marea,hasta las 10.00 cuando se sumergió de nuevo al cambiar ésta.El submarino bajó hasta los 63 metros sin sufrir daños,pese a que su cota máxima estaba calculada a 50 metros.Seis horas después volvió a emerger,pero la zona estaba muy vigilada y había muy buena visibilidad por lo que habría que navegar a cota periscópica.Con enormes dificultades el U boot fue abriéndose paso entre las redes y obstrucciones hasta la bajamar que le obligó a posarse de nuevo en el fondo.
A las 0500 horas del día siguiente,el UB2 volvió a emerger para iniciar el último tramo de este increible viaje.A eso de las 20.30 fue divisado por un submarino.Fürbringer,casi sin capacidad para maniobrar,decidió utilizar la poca energía que quedaba para meterse tras una de las redes tendidas por los británicos.Por suerte para él se trataba del UB16 de su amigo el Oblt.z.S Hans Valentiner,que lo había tomado por enemigo.Afortunadamente el UB2 llevaba pintados unos ojos,similares a los que llevaban las antiguas naves griegas,que los jóvenes comandantes de los UB habían colocado para que les guiaran entre los campos de minas y que en esta ocasión sirvieron de eficaz elemento de reconocimiento.Deshecho cualquier mal entendido, el UB16 tomó a remolque a su gemelo y lo condujo a Zeebrugge.Allí que daban por perdido al UB2,no daban crédito al relato de cómo Fürbringer había logrado regresar a su base.
Extraido de "Submarinos alemanes en la Gran Guerra" de Cristino Castroviejo.
El primer U boot a vela
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