La encrucijada del Muerto (misión del Brothers in Arms)

[Backman]

Ahora, me encuentro en una misión en la que tengo que avanzar con tres hombres y un tanque ligero, el M5 Stuart, por una peligrosa encrucijada, en dirección a una granja, que según inteligencia, sirve de puesto avanzado alemán.

Los klaus están por todas partes y el terreno ofrece pocas posibilidades de parapeto (nos agazapamos tras el tanque como podemos). Mientras busco una posición desde la que flanquear a los malditos comesalchichas, mis chicos devuelven a duras penas el plomo que nos mandan. Reviso el mapa una vez mas... bien, probaremos suerte. Si inutilizo ese nido de ametralladoras quedarán desprotegidos por el flanco y les obligaremos a replegarse...

Me preparo... ¡Muchachos, quiero una base de fuego aqui! ¡dadles con todo! las balas silban por todos lados, mientras el traqueteo intermitente de las ametralladoras del tanque delata las posiciones enemigas.

Justo cuando me dispongo a coordinar un avance con el M5, me doy cuenta... tras unos matojos a la derecha, a unos 50 metros hay un maldito pak36 ¡Mierda! Eso machacaría al Stuart. tendré que avanzar sólo. Zigzagueando a toda velocidad y sujetandome el casco como puedo logro interponer un arbol entre el enemigo y yo. ¡¡¡Mierda!!!, han visto mi movimiento. Los boches gritan y uno de ellos señala en mi dirección. Trozos de corteza saltan al instante de mi espartana protección.

Arrgghhh... ¿¿¿como diantres saldré de esta???

De pronto, uno de los alemanes que instantes antes disparaba como un poseso hacia mi posición, cae fulminado. ¡¡¡Mis hombres!! Al moverme he llamado la atención del enemigo, que ha descuidado su flanco derecho, sobre el que Allen, Hartshock y Garnett están lanzando todo lo que tienen.

Al fin y al cabo la treta no ha salido mal. Los sorprendidos soldados alemanes han cesado de disparar a mi precario parapeto. Bastante tienen con poder esconderse tras los sacos terreros del nido de la MG42. En unos instantes esta volverá a cobrar vida, vomitando su mortal descarga contra mis chicos. Debo actuar antes de que el enemigo se reponga de la sorpresa inicial. Aprovecho ese momento de confusión y lo más rápidamente posible cojo una de mis granadas y la lanzo contra la posición enemiga.

El ruido de la explosión es ensodecedor. Me pitan los oidos. Me doy cuenta de que estoy preocupado de que me pitan los malditos oidos. Sin embargo, han saltado por todas partes pedazos de los tres alemanes que habia en el nido de la MG y ni siquiera lo había advertido...