Sakuma y el accidente del submarino nro. 6.
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Sakuma y el accidente del submarino nro. 6.
Borrado en apoyo de mi camarada Manstein, por habersele borrado un post en esta sección.
Última edición por Von_Bulow el 20 Abr 2005 21:11, editado 1 vez en total.
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Me encantan las cafeteras japonesas.
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Visto que estoy pasenadome por todos los foros de la 24 me gustaria compartir con vosotros ese gran requerdo de mi infancia.
Hace muchos años iendo de camino a Belgrado mi padre parò en el Santaurio de Re di Puglia, cerca de Caporetto. Como amantes de la historia que soys, seguro que sabeis que es y donde eestá.
pues para quienes no lo concen es la tumba de 100.000 hombres jovenes que defendieron hasta lo ultimo la invasion austriaca.
Pasear por aquellos lugares en mi tierna edad me helo la sangre. se respira aun el olor a polvora, y en las trinceras, si te quedas quieto, puedes escuchar aun las canciones de los soldados, los gritos y lamentos ded los heridos y puedes estar días a leer los nombres de esos jovenes que como heroes con H dieron sus vidas a las ordenes de generales locos e inexpertos que frente a obuses de calibre gigantescos los hacian avanzar metro por metro montaña ariba.
Allí pude sentarme en un banquito de madera dentro de una fortificacion y como la imaginacion de un niño es tan poderosa, me imagine con el uniforme verde y e fusil en la mano. la verdad.... acojonante.
Hace muchos años iendo de camino a Belgrado mi padre parò en el Santaurio de Re di Puglia, cerca de Caporetto. Como amantes de la historia que soys, seguro que sabeis que es y donde eestá.
pues para quienes no lo concen es la tumba de 100.000 hombres jovenes que defendieron hasta lo ultimo la invasion austriaca.
Pasear por aquellos lugares en mi tierna edad me helo la sangre. se respira aun el olor a polvora, y en las trinceras, si te quedas quieto, puedes escuchar aun las canciones de los soldados, los gritos y lamentos ded los heridos y puedes estar días a leer los nombres de esos jovenes que como heroes con H dieron sus vidas a las ordenes de generales locos e inexpertos que frente a obuses de calibre gigantescos los hacian avanzar metro por metro montaña ariba.
Allí pude sentarme en un banquito de madera dentro de una fortificacion y como la imaginacion de un niño es tan poderosa, me imagine con el uniforme verde y e fusil en la mano. la verdad.... acojonante.