Muchos hombres buenos han caído ya en su labor en ésta ardua misión. Y aunque ésta vez conseguimos lo más difícil, la misión se truncó cuando menos lo esperábamos. Paso a comentarla:
El Camarada Joseph y yo iniciamos la campaña. Decidimos ponernos en fila india y avanzar en absoluto silencio. Delante nuestra vemos los primeros problemas. Formaciones de Iceberg. Son varias, y en posiciones dispares, y aunque son un obstáculo, también pueden ser un poderoso aliado como demostraremos a continuación.
Como ya he dicho, divisamos una “Cordillera helada..”

Navegamos a unos 15 m de profundidad rumbo este, a 3 nudos, y en silencio. Todo va bien. Pasamos varios “centinelas” que ni nos huelen. Todo va perfecto, hasta que divisamos una corbeta. Tenemos la mala suerte de que se dirige hacia nosotros pero sin detectarnos. Está a unos 2000m. Su rumbo hace indicar que pasará entre mi popa, y la proa de Joseph. Si avanzamos a ésta velocidad, pasará justo por encima de Joseph, y si lo hacemos más rápido, nos escuchará, por lo que paramos máquinas y rezamos lo que sepamos. Pasará a 405 m de cada uno.

Parece que todo va bien, pero de pronto me detecta a mí. El Camarada Javichechu se da a la fuga rápidamente y a toda máquina. Atrae la atención total de la Corbeta y gracias a eso, Joseph consigue escapar sin ser visto hacia el Sur-Este. La corbeta me ataca, pero no lo suficientemente bien y falla. Me tiene localizado, pero no me alcanza. Entonces tomo una decisión. Pitando hacia mi única posibilidad. Los Iceberg.

Consigo despistar con hábiles maniobras a la Cobeta que me ataca sin piedad, pero en lugares equivocados. Frio frio.
Mientras Joseph se sigue alejando del peligro.


Pero vuelven a empeorar las cosas. Ha saltado la alarma, y en ésta misión es mortal. A Joseph le cercan, aunque no le detectan, y a mí me vuelven a detectar por un DD salido de la nada que se une a la corbeta en mi caza. Intentaré la maniobra más peligrosa y arriesga que jamás he realizado, pero a la vez mi única esperanza. Pasar por el pequeño arco del Iceberg.



Todo ha salido perfecto. Paso a escaso medio metro de cada pared, y muy cerca de colisionar. Pero salgo victorioso y doy esquinazo a mis perseguidores.

Nos marchamos rumbo este y todo perfecto. Atrás quedan unos cuantos escoltas tirando cargas de profundidad en el lugar donde nos perdimos. Camino libre hacia el objetivo.
De pronto aparecen dos mercantes noruego, armados, y nos detectan. Nos confiamos. Atacan a Joseph y lo dañan de un modo considerable. Pero sigue vivo.
A mí me pillan de marrón y consigo evadirlos, pero me dañan los propulsores, y alguna fuga de agua. Lo reparo. Y consigo volver a hacer que nos pierdan. Pero la cosa es mas grave de lo que parece. Tengo el gestor de profanidad averiado y mis inmersiones son inseguras y variables. El sub varía continuamente su profundidad.
Pero conseguimos alejarnos de la zona H y dejamos atrás a un multitud de zorros hambrientos buscándonos y atacándonos donde ya no estamos. Tenemos camino libre.

Pero estamos malditos. Un error fatal nos obliga a abortar la misión y regresar con el mayor sigilo posible a nuestra base (Vamos, que me pegó el pete el SHIII y directitos al escritorio..)
En resumen, una misión espléndida, con descarga increíble de adrenalina, personalmente donde he realizado mi maniobra más complicada, y donde más en contra hemos tenido todo. Una vez más, dos hombres buenos fueron perdidos en combate en circunstancias misteriosas. Espero poder intentarlo nuevamente con algún camarada valiente que se atreva a desafiar a los ingleses y a la suerte.
Saludos.
PD: Espero que os gustase mi relato.