Trataré de resumir: uno, el purista, fanático del último detalle, el Inquisidor no vió realmente la película, ni el guíón ni los personajes y su comportamiento o actitud. Éste estaba fijado en los uniformes, en el tipo de submarino, en los remaches, y quizás hasta en los botones o las gorras de la tripulación. Nada encajaba para él. No había los efectos especiales de otras películas, ni siquiera se veía un plano de las máquinas del submarino y el estruendo de ellas (tengo que reconocer que lo último lo eché a faltar), la tripulación no "pintaba" nada y el submarino en sí no tenía "protagonismo", era más bien un vehículo transportando a una serie de variopintos personajes. Se podrían añadir más cosas al que tiene el ojo de un aguilucho.
El que usaba las "gafas", mi modesta persona, estaba más bien concentrada en el guíón o trama de la pelicula y sus personajes. Al ver la película citada me iba dando cuenta que ésta era una extraña partida de ajedrez (un juego que a mí personalmente me encanta). Aquí teníamos a dos bandos: figuras blancas y negras. Tanto los peones de un y otro bando no pintaban nada, sino era más bien objetos de "decoración".Por lo que respecta a las figuras principales, aquí ya cambiaban mucho las cosas. Teníamos a los comandantes de dos destructores de distinta nacionalidad y distintas mentalidades; uno era americano y el otro inglés.En el submarino ya cambiaban más las cosas. En este se encontraban dos mandos navales japoneses con una misión concreta y secreta que tenía que llevarlos al Japón, cuando Alemania ya esta agonizando.Dos altos mandos alemanes, uno nazi hasta la médula y el otro que huía de Alemania y que había participado en un complot contra Hitler.Aprte del médico de abordo con un papel muy secundario al igual que el resto de oficiales, estaba el Comandante del submarino con la misión de un largo viaje desde Noruega hasta el Japón con una muy delicada carga abordo. El comandante en cuestión no tenía el carisma de otros comandantes que ya hemos visto en otras películas. Sin embargo, se encontraba en un terrible dilema, que se ve a lo largo de la película por los cambios rápidos e inesperados que se producen.El primero de ellos es el anuncio de que Hitler ha muerto, con lo cual ya cambian muchas cosas; la guerra sin embargo todavía no ha terminado. El mando queda relegado a Dónitz, una nueva vuelta de tuerca.La situación a bordo se vuelve tensa.El único pensamiento y deseo del Comandante es llevar a su tripulación sana y salva a sus casas, pero ahí están otros protagonistas que tienen ideas distintas. Mientras tanto son detectados por un destructor británico que automáticamente empieza la caza, no sin haber puesto antes de la situación en conocimiento de un destructor americano, si bien con retraso premeditado. Los japoneses quieren a toda costa llegar al Japón y cumplir su misión, de ella depende la existencia de su patria. Llega el anuncio de la rendición de Alemania y con ello el momento de que el comandante tiene que tomar una decisión .En estos momentos se encuentra sólo sin saber cual va a ser la acertada: regresar al punto de partida, rendirse (a quien?), continuar hacia el Japón con la presunta posibilidad de ser recibidos como héroes y privarse del cautiverio, rendirse a los americanos...o mejor a los ingleses, tomar rumbo hacia un país neutral, Argentina, por ejemplo.El pobre da pena. Allí se encuentran los japoneses, con su importante misión y la perspectiva de una suprema humillación tener que rendirse, lo cual no cabe dentro del código japonés. El Ofical nazi que quiere llevar al otro general ante un consejo de guerra. Éste quiere entregarse a los americanos porque sabe que allí estará a salvo. El destructor inglés se acerca y da un par de cañonazos de aviso al submarino que ha salido a la superficie y les conmina a rendirse. El comandante ve que es lo más indicado, la guerra ha terminado y la tripulación está ilesa. Se iza un paño blanco en señal de rendición y entonces a punta de pistola el oficial nazi obliga a un oficial y a los de la cámara de torpedos a torpedear el destructor británico. Al Comandante lo ponen fuera de combate, con lo cual ya no forma parte de lo que sucederá en pocos minutos. Cuando despierta, el destructor ya ha sido torpedeado y destruído y él sabe muy bien que en esta condiciones supone para todos ellos la soga al cuello. No quiero contar más porque se haría largo. Lo cierto que el comandante es como el rey en una partida de ajedrez que lo han sacado de su ubicación y está exactamente en medio del juego completamente sólo,en tierra de nadie, sin la ayuda de un peón, ya que todos ellos continúan en su sitio. Está como quien dice "sólo ante el peligro". Al final son apresados por el destructor americano. Los japoneses se suicidaron anteriormente abordo del submarino ,y se respetó sus deseos antes de morir de no ser entregados y de tener una sepultura en la mar. Abordo del Destructor tiene lugar una corta conversación entre el Comandante americano y el comandante alemán. "Ayer éramos enemigos y ahora brindamos juntos como si nada hubiera sucedidol". A lo que el comandante del submariono alemán responde: "Tanta miseria, desgracia y destrucción...por un vaso de whisky".
La película es para psicólogos o psiconalnalistas, humanistas, por la variedad de personajes con distintas nacionalidades, actitudes, ideologías y mentalidades. Esto es lo que hace, para mí, la película interesante o digna de ver: sus personajes y comportamientos.
El que busque "action", efectos especiales, remaches made in Germany y todo lo demás, mejor que se quede en casa.
El que quiera ver la película para verla como distinta de su género, puede ir a verla o comprar el video, sin el más mínimo temor de que tenga que taparse la nariz.
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Kummetz