Primera batalla entre el Bismark y el Prince of Wales

[Beltza]

Ayer se produjo el primer encuentro de titanes en el Estrecho de Dinamarca. En esta ocasión sólo se enfrentaron el Bismark y el Prince of Wales.
Desde una distancia superior a las 30.000 yardas, ambos buques abrieron fuego. Tras una larga pausa, los piques de los proyectiles llegaron a su destino. Su sonido (proveniente del mod Sea Lords) rasgando el fresco aire de la mañana era impresionante. El bramido de los cañones de grueso calibre dejaba sin aliento.
El dramático espectáculo acababa de comenzar.
Ambas naves maniobraron hábilmente buscando ventajas tácticas. Los primeros impactos se produjeron, y también las primeras bajas entre las tripulaciones.
Las ondas expansivas al impactar los misiles de grueso calibre eran impresionantes (efecto de los mods de Vickers).
Pronto, la humareda impidió la visibilidad dificultando el trabajo de los directores de tiro. Los incendios a bordo de mi Prince of Wales eran numerosos. Al cuarto impacto recibido perdí una de mis torres proeles y sufrí daños en el gobierno del barco y en una de las calderas.
Las maniobras se suceden e intento llevar la iniciativa. Pero el Bismark, comandado por Eskivoski, no se deja sorprender. Nuevos impactos van destruyendo los sistemas de la nave. Sólo espero que al enemigo le suceda lo mismo. La columna de humo que se eleva sobre el coloso alemán es, por lo menos, tan densa como la mía.
Cuando nos hemos aproximado lo suficiente, las baterías secundarias de menor calibre entran en acción. El estruendo es fabuloso y continuado. Mi nave parece deslizarse entre un tunel de humo y agua.
Cuando ya superamos una hora de intenso combate, mi nave sufre otra serie de impactos que le llevan a la ruina. Ordeno a la tripulación que abandone la nave, aunque los artilleros que quedan vivos continúan en la única torre que todavía es capaz de abrir fuego, y permanecen en ella hasta el final.
Algunas explosiones internas acaban con el suministro eléctrico dentro de la nave, dejándola inerme: es el final.
A bordo del Bismark se canta victoria. Pero su alegría no durará mucho. Algunos de mis proyectiles han alcanzado la santabárbara de las torres de artillería principales y el coloso también agoniza. Pocos minutos después, otra fuerte explosión nacida de sus entrañas, lo conmueve y hace que se hunda espectacularmente de popa. El Prince of Wales, mientras, agoniza lentamente y va escorándose hasta dar una voltereta y sumergirse lentamente en las aguas atlánticas.

La batalla ha sido antológica y espectacular. Ya estoy deseando repetir la experiencia.

Un saludo.