Gerlach se disponía a abandonar el puente cuando escuchó el potente grito de "¡Buque a vista por estribor!", lanzado a pleno pulmón por el vigía del palo de proa. En la dirección indicada surgió, efectivamente, un gran barco mercante a bastante poca distancia, por lo que se tocó precipitadamente zafarrancho de combate y el Stier se puso en movimiento, cayendo a estribor. Dos minutos después, todas las piezas del corsario se hallaban listas par abrir fuego...
El Stephen Hopkins era un buque "Liberty" norteamericano de siete mil toneladas y pico que, como casi todos los de su clase, iba armado con un cañón de 7,5 cms. a proa, otro de 10,5 a popa y ocho ametralladoras del 20 "Oerlikon", en montajes sencillos y bien dispuestos por todo el barco. Era uno de tantos como lanzaron durante la última guerra los astilleros norteamericanos, pero ignoramos si fue construido en semanas, en días o tan sólo en cuestión de horas, ya que el ritmo en la construcción de buques fue aumentando en el poderoso país del dólar, hasta alcanzar en un astillero la formidable marca de diez buques "Liberty" botados al agua en once días. Era también uno de los que llevaronm mercancías a casi todos los rincones del Globo, pero tampoco sabemos que parte de los 268 millones de toneladas de productos diversos que movieron los buques mercantes norteamericanos durante la pasada guerra mundial le correspondieron.
Volviendo al Hopkins, este buque había zarpado de El Cabo en lastre para la Guayana holandesa, donde debería cargar bauxita. El destino no quiso que recogiera este mineral de aluminio, pero en cambio le concedería el gran honor de pasar a la posteridad como el único barco de su clase que destruyera a un corsario alemán mucho mejor armado que él.
Una vez más se vio confirmado lo archisabido, es decir, la volubilidad de esa señora tan importante llamada Suerte, pues si hubo corsarios que pudieron hundir cruceros enemigos, no sólo auxiliares, sino hasta regulares, en cambio otros barcos mucho más débiles que ellos en todos los aspectos los enviaron a la tumba. Así sucedió en el Océano Índico en noviembre de 1942 (este mes se cumplirán los 65 años!), cuando un dragaminas británico, el Bengal, armado únicamente con un cañón del 12 y auxiliado por el petrolero al que daba escolta (cuya artillería estaba compuesta por una sola pieza de 10 cms.), entabló combate con dos corsarios japoneses armados con seis cañones de 140 mm. cada uno, logrando hundir a uno de ellos, el Hokoko Maru, de 10.360 toneladas, consiguiendo escapar después de sobrevivir al desigual encuentro.
El 27 de septiembre del mismo año, a las nueve y media de la mañana y en el Atlántico Sur, de entre un banco de niebla y por la proa del Stephen Hopkins surgieron inesperadamente dos barcos alemanes armados navegando en consrva, por lo que el capitán, Buck Johnes, mandó largar la bandera y comprobar el estado de los botes.
Mientras tanto, en el Stier se había lanzado la señal de "Pare inmediatamente", la cual fue subrayada por un cañonazo que cayó unos cien metros por la proa del buque americano. Un segundo proyectil alcanzó al "Liberty", matando a dos hombres instantáneamente, siendo seguido por un par de cañonazos disparados en salva, que tmbién hicieron blanco. Buck mandó caer a babor, para que entrase en acción el cañón de popa, y se dispuso valerosamente a entablar combate, sin pensar rendirse ante la desproporción de fuerzas ni saber si se las había con uno o dos corsarios enemigos.
Los timbres de alarma habían levantado precipitadamente de su litera al alférez de navío de la reserva naval Kenneth Willet, encargado de la artillería del Hopkins....


Corsario alemán "Michel 28".................a la dra. botadura del Stephen Hopkins en abril de 1942.
Continuará....
