Consecuencias fatales de un mensaje incompleto

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kummetz1938
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Consecuencias fatales de un mensaje incompleto

Imagen...El Scharnhorst

En la renaudación de los convoyes a Rusia, Doenitz apoyado por Schniewind y Kummetz, estaba decidido a enviar contra ellos al Scharnhorst. Schniewind, en realidad, ya había dicho el 16 de abril: "Los comandantes de la Fuerza Operativa del Norte no deben dudar que el principal fin de sus buques es combatir". No obstante este espiritu podía eliminar las dificultades que Doenitz y sus compañeros almirantes tan sobradamente por experiencia: malas condiciones metereológicas, superioridad del radar británico, el peligro del ataque de los destructores de la escolta cercana, y el deficiente apoyo de la Luftwaffe. Se dudaba si la primera incursión debería ser realizada por destructores soplos, o si el Scharnhorst debería participar también.
El almirante Kummetz era el hombre de más experiencia en estos problemas, pero a primeros de noviembre de 1943 se le dio "permiso indefinido", reemplazándole en su cargo el comandante en jefe del Grupo de Combate el contralmirante Erich Bey, hasta entonces comandante de los destructores. Creía firmemente en la suerte y en la oportunidad de la acción (que no le fue demasiado propicia en el segundo combate de Narwik, donde sus destructores fueron batidos). Ocupó su nuevo puesto después de la aventura del Scharnorst en Spitzberg y no tuvo tiempo de organizar su trabajo ni de adiestrar a sus artilleros. No obstante sería Bey quien conduciría el Grupo de Combate cuando el primer convoy alaiado estuviera a su alcance.

El 19 de octubre, Doenitz informó a Hitler que el Scharhorst podría atacar en la primera oportunidad. Al día siguiente la futura víctima se puso en camino: el convoy JW-55-B, compuesto por diecinueve mercantes escoltados por diez destructores. Los británicos siguieron el mismo plan anterior: Fraser seguiría el convoy que se dirigía a Rusia con su flota de combate, mientras los cruceros de Burnett, Sheffield, Belfast y Norfolk escoltarían al de regreso, RA-55-A, que salió de Murmansk el 23. Fraser "tenía el gran presentimiento de que el Scharnhorst trataría de atacar" en esta ocasión y se mantuvo tan próximo al convoy como pudo, sin delatar su presencia. en el campo contrario el 22 de diciembre, el Alto Mando Naval Alemán dio la orden de alerta al Grupo de combate al ser avistado el JW-55-B; parece que previó un ataque relativamente f´cil contra el convoy. Pronto se desengañaría.

en la mañana del día de Navidad, el constante seguimiento del JW-55-B por parte de la Luftwaffe, comparado cpon la tranquila navegción del RA-55-A, que aún no había sido detectado, demostró la evidencia de que aquel iba a ser atacado. Fraser reforzó la escolta del JW-55-B con cuatro destructores del RA-55-A, que quedó compuesta por catorce buques de esta clase, y ordenó que arrumbara más al norte. A las 14,00 horas del mismo día, Doenitz dio la orden de inicir la operación Ostfront(Frente Oriental); clara prueba de que el Scharnhorst formaba parte vital de la Gran Estrategia alemana, en uan pretensión de aliviar la presión sufrida por sus ejércitos en Rusia (programa optimista, si es que ciertametne lo hubo).

Doenitz firmó posteriormente que ordenó salir a Bey porque el convoy "no ppdía tener esperanza de escapar". El método de ataque se dejó al criterio de Bey. Parecía que, por primerra vez, en esta ocasión se respetaba la libertad de iniciativa; pero a las pocas horas de hallarse Bey en la mar recibió, igual que Kummetz doce meses antes, un mensaje del Alto Mando Nval. Debería "explorar osadamente la situación táctica", pero "romper el contacto si se encontraba con fuerzas superiores", y conducir la operación de acuerdo con una "información exacta sobre el enemigo"; información que faltaría a los lemanes durnte las siguientes veinticuatro horas.

Al contrario que Kummetz, Bey no tenía la experiencia de coordinar los movimientos de los buques de línea con las escuarillas de destructores en las difícles condiciones del invierno ártico. Es muy incirto que tuviese en su mente un plan para distraer a los buques de escolta, mientras se atacaba a los mercntes desde otra dirección. Es interesante destacar que hubo de retrasarse la salida para dar tiempo a que Bey trasladase su insignia al Scharnorst, lo cual indica que no esperaba la participación del crucero de batalla en la operación. A las 19h del 25 de diciembre ( a mí me faltaba poco menos de un mes para cumplir los seis años :!: :roll: :wink: ), el Scharnhorst se dirigía hacia el Mar de Barents con una fuerza de cinco destructores.

Bey arrumbó al Norte a veinticinco nudos. El tiempo er malo, más con la mar de popa sus buques podían avanzar a buena velocidad. A medianoche BVey cometió el primero de una serie de fatales errores de cálculo: rompió el silencio radio para comunicar las condiciones metereológicas y futuros movimientos; emisión que fue captada de inmediato por los británicos.

A las 03,39 horas del 26, Fraser recibió la noticia de que el Scharnhorstestaba en la mar. En este momento Bey se encontraba a unas 100 millas del convoy, navegando al Norte; Fraser a 200 millas de istncia, con rumbo Este; y los cruceros de Burnetta 150 millas arrujmbadas al Oeste. El JW-55-B se encontraba en una posición crítica, dado que la escuadr de Bey se dirigía hacie él a rumbo convegente. a las 06,28, Fraser ordenó al convoy que arrumbara al Nordeste para dificultar al su búsqueda. Pero Bey se encontró con nuevbs dificultades. El Servicio de Inteligencia alemán no había podido captar ninguna de las comuniciaciónes en que Fraser preguntaba a Burnett y al convoy sus respectivas posiciones, Bey operaba pues a base de informaciones atrasadas o erróneas. En un informe emitido a las 15,10 horas del día anterior, se le comunicó que no existían buques enemigos dentro de un radio de cincuenta millas del convoy. Beyu debió darse cuenta de que estos informes eran atrasados y que en las condiciones de tiempo reinants eran de escaso valor; pero no tenía otra base para planear su táctica.

Su segundo gran error lo cometió a las 07,00, cuando arrumbó al Sudoeste y ordenó a sus destructores que se situasen por su proa para buscar el convoy. En realidad hubo una combinación de errores. Los destructores conducidos por el capitán de navío Johanessen, a bordo del Z-29, luchaban contra la mar de proa, ue les redujo la velocidd a diez nudos, y Bey espacía su fuerza en unas condiciones de gran incertideumbre. A pesar de todo aún estaba en buen posición para proseguir la búsqueda, ya que se hallaba entre los los cruceros de Burnett y el convoy: a las 08,20, arrumbó de nuevo al -Norte sin informar a sus destructores. Navegaba a rumbo convergente con Burnett y la distancia disminuía rápidamente. A las 08,40 sucedió lo inevitable: El Scharnhorst fue detectado por el radar del Belfast a diecisiete millas y media de distncia; la fuerza de Burnett prosiguió acortando distancias. A las 09,21 el Sheffield avistó al crucero a lemán a seis millas y media.

La Batalla del Cabo Norte comenzó a las 09,29 al abrir fuego los crcueros de Burnett contra el crucero de batalla alemán; pero solamente el Norfolk logró dos impactos con sus cañones de 8 pulgadas, antes de que Bey arrumbara a Sureste con el Scharnhorst, par caer de nuevo al Norte en un intento de eludir la fuerza británica. Burnett, sabiendo que se aproximaban cuatro destructores de la escolt del convoy para unirse a él, gobernó para interponer sus cruceros entre el Scharnhorst y el convoy. Bey fue cogido completmente por sorpresa y sobreestimó el potencial británico. Cañón por cañón, pudo sembrar la destrucción en los cruceros ligeros de Brnett con escaso riesgo; aunque es posible que los males resultdos artilleros logrados en Spitzberg le hiciesen eludir el duelo. Tmpoc disponí del potencial de fuego de sus cinco destructores -todos srmados con cñones de 5,5 pulgadas- que le hbrían favorecido en la acción rtillera. Por eso les ordenó que se dirigieran al Nordeste, para que se le incorporaran, mientras el Scharnhorst continuaba buscando el convoy.

En un admirable alarde de coordinación..............

Continuará........ :wink:
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Si hago una buena obra, me siento bien; y si obro mal, me encuentro mal: Esta es
mi religión. (A.Lincoln)...¡Vivir y dejar vivir: Esta es mi política!
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