Pero anda que no constituía nuestro mejor compañero, él se llevaba la leche en la culata cuando hacíamos el famoso "barrigazo", él se encargaba de amenizarnos alegremente las jornadas de paso ligero con él por encima de la cabeza, con un frío de la hostia, en camiseta y por Avetxuko (Vitoria). Él, nuestro abnegado chopo, era objeto de nuestros "mejores recuerdos"...
Todo entrega y servicio pese a sus años, habiendo pasado de arma letal y precisa a cachivache desviado y ortopédico.
Yo, finalmente, y al pasar a compañía, le fui infiel y me alié con una Star Z-70, más ligerita y manejable, sobre todo a la hora de hacer la Regimental diaria.
¡Vaya recuerdos más felices, rediós...!
