
COITO CATALAN
Una pareja catalana acude a la consulta de un terapeuta sexual en Sevilla.
Sin más preámbulos, el caballero le dice:
- Doctor, ¿podría usted observarnos mientras tenemos un coito?
El médico queda un poco atónito, pero acepta. Cuando la pareja termina, el doctor les dice:
- No hay nada de malo en la forma como ustedes hacen el coito.
Y les cobra 42,00 euros.
Esto sucedía varias semanas seguidas. La pareja solicita una cita, llegaban, tenían su coito sin problemas, pagaban al doctor y se iban.
Finalmente, un día, el doctor les pregunta:
- Perdonen, pero soy honrado y creo que sus coitos son totalmente normales, así que no entiendo por qué siguen viniendo.
El hombre le dice: Muy fácil, ella está casada y no podemos ir a su casa. Yo estoy casado y no podemos ir a mi casa, el hotel Los Lebreros me cobra 120,00 euros, el Macarena 102,00 euros, el Alfonso XIII 240,00 euros, aquí lo hacemos por 42,00 euros y SANITAS me cubre el 80%.

Mire doctor, es que tenemos un problema, es que mi mujer y yo queremos tener condescendencia, y como durante años practicamos el corpore insepulto ya no sabemos si es que soy omnipotente o mi mujer es histérica.
Antes hemos ido a otro doctor y nos dijo que mi mujer tenia la vajilla rota y la emperatriz subida, y, como además, la operaron de la basilica balear, no sabemos si eso puede influir, y también a mi hace años me operaron de la protesta y a lo mejor me han dejado escuelas en el cuerpo.
Nos recomendaron ir a un medico de Boston, que era muy bueno, y mire, en cuanto entramos en la consulta había allí dos ordeñadores conectados a una antena paranoica.
En cuanto entramos, a mi mujer le hicieron una coreografía, y el médico nos dijo que no veía nada raro.
Entonces nos recomendó que hiciéramos el cojito, y, 15 días ella y 15 días yo haciendo el cojito, pero, nada.
Nos volvimos para aquí y otro doctor nos recomendó hacer vida marítima y nos fuimos de Cadiz a Bilbao y en todas las playas hacíamos vida marítima, pero nada.
Además, mi mujer hace tiempo tuvo un alboroto y le nació el féretro muerto, y, a lo mejor eso ha influido.
Pero yo creo que mi mujer es frigorífica, porque nunca llega al orégano. Aunque también hay una probabilidad de que yo sea esméril.
Y contesta el ginecólogo:
Me parece que usted lo que tiene es un problema de especulación atroz.