Hola a todos,
Dada la avalancha de nuevas incorporaciones en la Flotilla, voy a permitirme dar algunos consejos sobre el manejo del destructor y la lucha antisubmarina, significando que sólo se trata de una opinión y que no pretendo sentar cátedra.
Para no ser excesivamente pesado me centraré en los inicios de la IIWW (1939-40), momento histórico en el que se centran las misiones actuales.
LA NAVE
Lo primero y más básico es saber exactamente cuales son las características principales de los escoltas que podemos comandar.
No disponemos ni de radar ni de detector de emisiones de radio, y eso permite a los submarinos navegar en superficie sin grandes precauciones y mantener comunicaciones sin ser detectados. El submarino puede efectuar el acercamiento al convoy a buena velocidad (13-15 nudos) mostrando sólo su torreta (inmersión a 6 metros). Esta velocidad es superior a la que puede desarrollar un convoy normal en esta época, lo cual implica que podemos esperar un ataque desde cualquier posición.
A pesar de la agudeza visual de nuestros serviolas si la misión es nocturna, un submarino puede pasar a menos 4.000 metros de nuestra posición sin ser visto.
Por otro lado, el hidrófono del submarino es capaz de detectar a un barco muchísimo antes de que podamos detectarlo nosotros, y eso le permite tenernos más o menos controlados e ir variando el rumbo si fuese preciso.
Todo ello hace necesario que de vez en cuando debamos rastrear nuestra retaguardia.
El hecho de que los submarinos puedan comunicarse no es desdeñable. Hasta momentos antes de su ataque pueden decidir la táctica a seguir con buen conocimiento de la situación, por tanto, no esperemos solamente tácticas normales ni tópicas (uno por cada lado, por ejemplo). Hay que estar abierto a cualquier tipo de posibilidad.
Disponemos de un sónar mediocre tirando a sordo. Un submarino en inmersión puede pasarnos desapercibido a sólo 2.000 metros e incluso menos si nos encontramos con mar arbolada. Por el contrario, también pueden darse detecciones a 4.000 metros.
El Destroyer Command dota a los destructores británicos de esta época con un sónar al que llama “SonarGB_128”. En pasivo le da el 50% de probabilidades de detectar un barco en superficie en un radio de 4.5 millas náuticas durante tres minutos. Esa distancia desciende a 1.8 millas con el sónar activo.
No se debe dar demasiada importancia a esos datos, entre otras cosas porqué habla de barcos en superficie y hace referencia a “3 minutos”, parámetro que, sinceramente, no sé con exactitud qué significa.
Mi experiencia me demuestra que como mucho, con mucha suerte y en condiciones óptimas, pueden obtenerse detecciones a más de 4.000 metros, pero también puede darse el caso de que un submarino se nos “cuele” a menos de 2.000 metros.
En cuanto al armamento no hace falta explicar mucho: cargas de profundidad y proyectiles de 40 mm. Las cargas de profundidad son las típicas de principio de la Guerra, las Mk VII. Para causar daños a un submarino deben caerle al menos a 15-20 metros de distancia.
Hay que tener en cuenta también que según el destructor que nos toque en suerte, los raíles de popa se recargan sólo una vez, y, en según que casos ninguna.
Las torretas permiten lanzar bengalas que ilumnian el cielo y favorecen la labor de los serviolas.
En cuanto a los detalles de nuestro destructor sólo cabe añadir que tienen una capacidad de giro muy limitada (excepto las corbetas) y una velocidad cercana a los 30 nudos con mar en calma.
NAVEGACIÓN
Los destructores humanos deben situarse uno en cada amura del convoy, dejando la posición central para el IA, si lo hay.
En esta etapa de la Guerra hay que dejar una distancia máxima de 5.000 yardas entre destructores (4.000 con mar arbolada).
Hay que tener en cuenta que la velocidad máxima de sónar (es decir, velocidad a la que el sónar es operativo) se sitúa ente 12-14 nudos. A más velocidad es inútil rastrear.
Una buena táctica consiste en acelerar a flanco para posicionarse, parar motores y rastrear manualmente con el sónar en activo y a 8000 yardas de alcance, girando el cabezal con las teclas “.” y “,”.
Si la visibilidad es buena debemos alejarnos del convoy para intentar detectar a los submarinos lo más lejos posible. Pensemos que arman torpedos del tipo TI capaces de recorrer 8.000 metros (he vivido impactos a esa distancia).
Cuando tengamos la suerte de obtener un contacto se puede actuar de varias maneras: ir frontalmente hacia él, seguir nuestro rumbo como si tal cosa y pasarle de largo para que crea que no le hemos detectado, parar máquinas y esperar, etc.
Si la distancia al convoy es corta y tiene posibilidades de ataque lo recomendable es ir hacia él y obligarle a sumergirse, primero a base de cañonazos y luego intentando abordarle. Sólo le lanzaremos cargas si su profundidad es inferior a los 200 pies.
Si todavía se encuentra lejos y no tiene posibilidades de atacar lo indicado es dar un rodeo y situarse en su popa para perseguirle.
Podemos echar mano de la radio para indicar la posición del contacto a los escoltas que nos acompañan, pero ello implica que si hay algún IA vendrá hacia nuestra posición. Si eso ocurre hay que ir con cuidado para que no nos aborde y nos cause daños. Los IA bien guiados con nuestros pings pueden ser letales. Hay que tenerlo en cuenta.
SEGUIMIENTO Y DETERMINACIÓN DE LA PROFUNDIDAD
Siempre seguiremos a un submarino desde sus cuartos de popa (es una obviedad pero hay que decirlo). Procuraremos mantenernos a su misma velocidad y bombardearle con pings continuos.
Habrá que ir de vez en cuando a la sala de cargas para conocer su rango de profundidad (a veces no lo marca por más que lo intentemos). Hay que esperar de él que suba a periscopio para atacar y cuando eso ocurra hay que estar preparados.
A estas alturas supongo que todo el mundo conoce como saber la profundidad exacta a la que se encuentra el submarino, pero lo explico por si acaso.
Nos colocamos detrás del submarino a velocidad un poco superior a la suya y le bombardeamos con pings. Cada retorno obtenido nos genera un pico en la pantalla del sonar que nos indica la distancia a la que se encuentra. Como quiera que nuestra velocidad es mayor que la del submarino, iremos obteniendo picos cada vez más cerca. Llegará un momento en que no obtendremos retorno puesto que el haz del sónar ha superado al submarino. Pues bien, la distancia en yardas a la que hemos obtenido el último retorno coincide con la profundidad en pies a la que se encuentra.
Por ejemplo, si siguiendo a un submarino el último retorno lo obtengo a 700 yardas, quiere decir que se encuentra a 700 pies ([700 x 3]/10 = 210 metros).
Cuanto más profundo se encuentra un submarino a más distancia deberemos seguirle para no perder contacto con el sónar. Hay que tener esto muy en cuenta ya que cuando el submarino inicie su ascenso tardará menos de dos minutos en estar a cota periscópica.
ATAQUE
El submarino inicia el ascenso. Lo normal es que nos demos cuenta de ello cuando en la pantalla de la estación de cargas nos marque una profundidad de menos de 200 pies. Le faltan 30 segundos para llegar a cota periscópica. En ese tiempo (30 segundos) nosotros podemos recorrer unos 330 metros. Nos faltan todavía 270 metros para atraparle, o lo que es lo mismo, 25 segundos. En esos 25 segundos el submarino debe fijar su blanco, esperar la solución de tiro, lanzar uno o dos torpedos y ordenar “crash dive”.
Podemos pillarle. Pero puede pasar perfectamente que no le pillemos.
Hay que tener en cuenta también que no conviene para nada abordarle a mucha velocidad. Si lo hacemos nos hundiremos con él. Esto significa que tardaremos más en llegar.
Mi experiencia dice que si el submarino parte de 700 pies de profundidad o más, tiene buenas opciones de atacar con éxito salvando el pellejo, pero tiene que irle todo rodado, y a veces no ocurre.
El acercamiento para abordarle lo haremos siempre desde la estación de cargas, de este modo sabremos siempre a que profundidad se encuentra. Si para cuando llegamos a su posición ya no está en superficie, hay que sobrepasar un su posición y lanzarle cargas por debajo de la profundidad que nos marca la pantalla y siempre que no haya llegado ya a estar por debajo de los 200 pies, profundidad a la que un ataque es, casi seguro, ineficaz.
Los ataques poor debajo de 200 pies de profundidad son dificilísimos y tienen unas posibilidades de éxito muy bajas.
El procedimiento es como sigue. Determinamos su profundidad exacta, ordenamos velocidad de flanco y vamos a la estación de cargas. Programamos 4 cargas por popa y 2 por los laterales a la profundidad determinada. Cuando llegamos a su posición (un cuadrado negro intermitente) la sobrepasamos unas 4 o cinco esloras (si está a 700 pies, menos si se encuentra a menos profundidad) y lanzamos. Paramos máquinas, programamos la misma cantidad de cargas 50 pies por encima de la profundidad calculada y volvemos a lanzar.
Lo más normal es que no suceda nada, pero puede sonar la flauta. Yo recomiendo no seguir el mismo rumbo que llevaba el submarino, ya que muy probablemente habrá virado.
En fin, no me alargo más. Me conformo con que alguien lea el “rollo”.
Un saludo.
CONCEPTOS BÁSICOS PAR HUNDIR A UN SUBMARINO
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Epinephelus
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Publicado: Jue Feb 20, 2003 9:35 am Asunto: LUCHA ANTISUBMARINA I
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Hola a todos,
Con éste, inicio una serie de posts que van a versar sobre la lucha antisubmarina.
Os ruego que tengáis en cuenta que no soy ni Kron ni Hz, y que lo que se diga aquí no quiere ser ni un manual de instrucciones ni una recomendación. Simplemente es lo que yo hago a los mandos de mi destructor. Probablemente habrá datos y acciones con los que no estéis de acuerdo. Espero vuestras opiniones.
Es cierto que el funcionamiento y las tácticas y técnicas a seguir no son las mismas que se aplicaban en el juego sin el parche, pero hay posibilidades de salir airosos ante el enfrentamiento, mano a mano, contra un submarino.
Ante todo, creo que hay que tener claro que el objetivo ha cambiado. Nuestro principal objetivo, ahora más que nunca, es llegar a nuestro destino con el mayor número de barcos posible y si son todos mejor. Por tanto, habrá que localizar al submarino y hacerle un estrecho marcaje, evitando, por todos los medios a nuestro alcance, que consiga llegar a profundidad de periscopio, fije los blancos y lance sus torpedos.
Pero vamos por pasos.
Lo que ahora voy a intentar detallar, no es una ciencia exacta ni pretende ser la única manera de hacer las cosas, es más, mirándolo fríamente no expongo nada nuevo, simplemente es mi experiencia, y me he decidido a exponerla por tres motivos:
- Por las continuas y reiteradas quejas de muchos comandantes que sin el parche eran (y siguen siendo todavía pero no lo saben) auténticos especialistas en la lucha antisubmarina a los mandos de un escolta. No voy a poner nombres para no dejarme a nadie, pero, en cualquier caso, todos sabemos quienes son.
- Porque como resultado de las dificultades que entraña sacar algo positivo con un destructor bajo el nuevo parche, muchos comandantes han abandonado el buen hábito de hacer misiones a los mandos de un escolta, con lo que la falta crónica de destructores es, si cabe, más acuciante todavía.
- Por los buenos resultados que he obtenido y que parecen estar en desacuerdo con la opinión de la mayoría a la hora de valorar el nuevo parche.
I.-TÉCNICAS DE DETECCIÓN
Aquí no hay mucho secreto, sólo hay que tener en cuenta que nuestra tripulación está formada por una pandilla de inútiles sin ningún tipo de conocimiento y que todo, absolutamente todo tenemos que currárnoslo nosotros:
Radar (si el DD va equipado con él):
Hay que ponerlo en funcionamiento desde el principio a 10000 yardas. En función del año en el que nos encontremos será más o menos efectivo, pero se pueden detectar a submarinos en superficie a grandes distancias. ¿Que en los tiempos que corren no hay ningún comandante de submarino que en su sano juicio navegue en superficie cerca de la zona de alcance de un destructor? De acuerdo, pero pensad que desde la entrada en funcionamiento de los hidroplanos en modo manual, más de uno se ha visto navegando en superficie sin quererlo.
Sonar:
Evidentemente siempre en funcionamiento. Debido a un bug del juego (o no) si lo ponemos en activo, hace también las funciones del pasivo. Yo selecciono el máximo alcance (8000 yardas) y lo pongo en automático. Aunque no os lo creáis con buena mar y en años avanzados de la IIWW he obtenido detecciones a más de 6000 yardas.
Vigía:
Periódicamente y sólo si es de día y tenemos buena mar, es recomendable otear el horizonte con los prismáticos en busca de periscopios perdidos. La verdad es que nunca he detectado nada así, pero he leído a comandantes que si lo han hecho (¿será verdad?). Por si acaso, y siempre que puedo, lo pongo en práctica.
Navegación:
Hay diferentes maneras de proceder. En mi opinión no hay que ir demasiado enganchado al convoy, ya que en caso de detección tardía de un submarino, tendríamos muy poca capacidad de reacción. Yo me voy alejando del convoy tanto como puedo (atención a las reglas si las hay) hasta un máximo de 5 o 6 millas. Periódicamente paro motores (all stop). Esto es importante, ya que en cuanto el motor deja de girar, el destructor deja de hacer ruido y el sonar es plenamente operativo aunque vayamos a 20 nudos o más. Curiosamente y como veremos más adelante, es lo contrario a lo que pasa con el sistema acústico de detección de los torpedos TV. Pues bien, cuando he parado motores pulso F7 y me voy a la pantalla del sonar. Allí activo el modo manual y con las teclas “,” y “.” rastreo todo lo que puedo. Si es necesario cambio de rumbo, abarcando de este modo más circunferencia (recordad que el sonar de los destructores gira “sólo” 180º). Hago dos o tres abanicos y reanudo la marcha, no sin antes haber puesto en automático el sonar, no sea que por casualidad nuestra inepta tripulación consiga un contacto. Si hay dos escoltas para proteger el convoy, lo más lógico es que uno cubra la amura de babor del convoy y el otro la de estribor.
En futuros torneos cabe suponer que habrá más destructores (tres o cuatro) entrando en juego, entonces, la figura del Comodoro de la escolta, que será el encargado de decidir la táctica a seguir. Pero esto es harina de otro costal y, si me animo, otro día os hablaré de tácticas a seguir en estos casos.
Otra variante es acelerar mucho al principio para alejarnos del convoy. Una vez alcanzada la distancia deseada, nos ponemos a la misma velocidad que el convoy (entre uno y dos tercios) y, regular y periódicamente, vamos a la sala del sonar y rastreamos según el método explicado. Alternamos las visitas a la sala del sonar con los paseos por cubierta, prismáticos en mano, para otear el horizonte.
A pesar de hacer las cosas todo lo bien que sea posible, no tenemos la certeza absoluta de que vayamos a detectar nada.
Si el o los submarinos que intentamos detectar navegan en Silent Running puede muy bien ocurrir que burlen nuestra presencia.
Si tenemos el convencimiento de que en la zona tiene que haber submarinos, debemos girar 180º e ir hacia el convoy, ya que es posible que nos hayamos pasado y el submarino se disponga a merendarse los barcos.
Proximo capítulo: II.- SEGUIMIENTO DEL SUBMARINO DETECTADO
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Epinephelus
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Publicado: Jue Feb 20, 2003 5:41 pm Asunto: LUCHA ANTISUBMARINA II
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Hola a todos,
Ahí va el segundo capítulo. Espero que sirva de algo.
II.-SEGUIMIENTO DEL SUBMARINO DETECTADO
Nuestro objetivo en esta etapa de la lucha es tomar la actitud de un perro de presa, es decir, acercarnos lo máximo posible al submarino sin llegar a perder el contacto. Conviene que sepa que estamos ahí, encima de él y esperándole. De este modo, se lo pensará un montón de veces antes de que se decida a subir a periscopio, fijar el objetivo y lanzarle los torpedos. Y si al final lo hace tenemos que conseguir estar posicionados lo suficientemente bien como para que muera en el intento.
No conviene estar ni muy cerca ni muy lejos. Si estamos demasiado cerca corremos el riesgo de perder el contacto (cuanto más hondo esté antes perderemos el contacto) y si estamos demasiado lejos tendrá tiempo de subir, fijar y lanzar.
Recomiendo acercarse hasta perder el contacto, anotar (o recordar) la distancia de pérdida de contacto y retroceder hasta recuperar el contacto para mantenernos en el límite de la distancia de pérdida.
No hay una distancia ideal puesto que ésta depende de la profundidad a la que se encuentre el submarino.
Aunque sea una perogrullada os recuerdo que la distancia en yardas a la que perdemos el retorno con el activo coincide con la profundidad en pies a la que se encuentra el submarino.
La experiencia me dice que casi siempre el submarino subirá a periscopio e intentará atacar y es ese, precisamente, el momento que tenemos que aprovechar para atacarlo y, a ser posible, hundirlo.
Los contactos no son eternos, es decir, si no vamos con cautela se pueden perder, sobretodo si se ha obtenido con el pasivo y lo único que tenemos es el ruido del submarino. Si el submarino para motores, en unos segundos dejamos de oírlo, y si no lo pillamos con el activo lo habremos perdido.
En estos momentos nos hallamos ante un tablero de ajedrez, y todos los movimientos que hagamos, tanto nosotros como el submarino, deben tener su razón de ser.
Radar:
Con la detección ya efectuada deja de tener importancia, pero aconsejo mantenerlo conectado, ya que no debemos olvidar que en el agua puede haber más submarinos.
Sonar:
Sin ningún género de dudas se trata de la herramienta más importante a partir de ahora. De la interpretación que hagamos de sus datos (nosotros, nunca la tripulación) depende, en gran medida, obtener o no resultados positivos.
Junto con la pantalla táctica y, en menor medida la pantalla de cargas, será la estación que más visitaremos.
Como he dicho antes, es posible obtener contactos a más de 6000 yardas. Cuando eso ocurre, a penas si oímos nada con el pasivo. Con el activo no hace falta ni probarlo.
Regularmente debemos acceder a esta sala y confirmar el contacto tan afinadamente como nos sea posible, seleccionando la escala inmediatamente superior a la de la distancia a la que tengamos el submarino (distancia que podemos comprobar en la pantalla táctica con la ayuda del ratón).
Se puede empezar a obtener retornos con el activo a distancias algo inferiores a las 4000 yardas, pero es muy difícil, ya que cualquier pequeña variación en el rumbo del submarino nos dejaría sin retorno.
Cabe recordar que si el submarino se encuentra a profundidad de periscopio, no obtendremos retorno con el activo a distancias superiores a 1000 yardas, incluso menos, aunque sí tendremos respuesta con el pasivo.
Para aquellos que no la tengáis, es imprescindible tener la retícula de la pantalla del sonar para saber a que distancia se encuentra el submarino cuando obtengamos retorno.
Estación de cargas de profundidad:
Con el nuevo parche, la única utilidad que le he encontrado es la de saber, de manera aproximada, la profundidad a la que se encuentra el submarino, Y digo de manera aproximada porque en alguna ocasión me ha marcado el submarino en superficie cuando en realidad se encontraba a más de 200 pies de profundidad.
De todos modos es útil acudir a ella para saber el rumbo, la velocidad y la profundidad, aunque sean valores muy aproximados y nunca definitivos a la hora de decidir un ataque.
Navegación:
Ahora tenemos que ir acercándonos al submarino con cautela. Os recuerdo que nuestro objetivo respecto al submarino es saber en todo momento donde está y qué hace, es decir, hacerle un marcaje feroz y evitar que suba a periscopio. En ningún caso el objetivo prioritario será hundirlo.
Un submarino detectado no es un conejo acorralado, es un arma con un poder de destrucción muy considerable, con mucha capacidad de maniobra y de movimientos rápidos o muy rápidos. Puede ascender de 200 metros a profundidad de periscopio en menos de un minuto, y si no andamos con ojo puede suponer nuestro hundimiento. Por tanto, es fundamental conocer en todo momento cual es su profundidad.
Desde mi punto de vista, la maniobra de aproximación al submarino, se hará de distinta manera en función de si hemos obtenido retorno con el activo o no.
a) Acercamiento al submarino con retorno en el sonar activo
Como he comentado antes no siempre podemos fiarnos de la profundidad que nos marca la tripulación en la estación de cargas, pero hay algo que si es seguro:
Si obtenemos retorno con el activo y estamos a más de 1000 o 1500 yardas de él significa que el submarino se encuentra al menos a 30 metros de profundidad, y, por tanto, sin capacidad para lanzar torpedos.
Es de suma importancia recordar que los datos que nos da el sonar son fidedignos casi al 100 %. Lo que no es fidedigno es la interpretación que de esos datos hace nuestra tripulación y lo que nos traslada a la estación de cargas.
Es falso que con el nuevo parche el sonar de los destructores sea una porquería. Lo que no es de recibo es la tripulación que llevamos, la interpretación que nos hace de los datos del sonar y lo que nos anota en la estación de cargas.
Es conveniente ir friendo al submarino a pings, de este modo podemos tener en cuenta la profundidad que nos marca la estación de cargas.
Con la certeza de que se encuentra a más de 200 pies de profundidad nos vamos acercando. Podemos hacerlo con seguridad absoluta de no perder el contacto hasta llegar a las 750 yardas del submarino (700 metros poco más o menos). ¿Por qué? Pues porque asumo que la máxima profundidad que alcanza un submarino es de 250 metros (tirando largo y referido a un tipo VII o IX) o lo que es lo mismo 750 pies (ver más arriba la relación existente entre profundidad del submarino y distancia de pérdida de contacto).
Cuanto más arriba se encuentre más podremos acercarnos.
La aproximación, y siempre que sepamos que el submarino está a más de 200 pies, podemos hacerla directamente de proa al submarino, cambiando de rumbo siempre que sea necesario y pensando que lo ideal es colocarse en su popa para seguirlo.
Yo intento ponerme en su popa y no dejarle respirar.
Otro factor muy importante es la velocidad de la aproximación. Para aproximarse y ganarle terreno hay que ir más deprisa que él, pero teniendo en cuenta que el sonar, para trabajar con eficacia, necesita que el destructor navegue a unos 10-12 nudos, y teniendo en cuenta también que no podemos sobrepasar el contacto puesto que lo perderíamos. Si además añadimos a estos factores que el submarino lleva también su velocidad, hay que ir con cuidado para no sobrepasarlo y para que no se nos vaya demasiado.
La velocidad del objetivo que nos marca la tripulación en la estación de cargas es tan fidedigna como las promesas de un mentiroso. Puede pasar de 0 a 8 o más nudos y viceversa en un segundo. Si además el submarino va cambiando de rumbo y de velocidad, la tripulación se hace un lío tremendo y las informaciones que nos da en la estación de cargas son, cuanto menos, imprecisas.
Recomiendo valorar los movimientos del submarino directamente en la estación del sonar. Si el pico del retorno se acerca cada vez más a la izquierda significa que nos acercamos y si es al contrario, nos alejamos.
Si el submarino se mueve con lentitud, no nos quedará más remedio que ir alternando la velocidad de un tercio a stop, lo cual tiene sus ventajas. ¿Qué ventajas? Bien, de hecho sólo una, que después de parar motores, en unos segundos el submarino deja de oírnos y no sabe donde estamos.
Podemos encontrarnos también con un submarino que se encuentre totalmente parado. El método es el mismo, y lo que hago es pararme yo también y esperar.
Para terminar este apartado, una cuestión práctica: tenemos la tendencia, en esta etapa de la lucha, de tener el zoom de la pantalla táctica y el de la estación de cargas al máximo, ya que se consigue más detalle y más precisión. ¡Cuidado! De vez en cuando disminuid los aumentos, no sea que con el afán de perseguir al submarino no estemos al tanto del tráfico marítimo de superficie y abordemos algún barco.
b) Acercamiento al submarino sin retorno en el sonar activo
La detección de un submarino mediante el sonar pasivo nos queda marcada en el mapa táctico con un cuadrado negro parpadeante. Situando el cursor encima de él veremos la hora en la que se ha hecho el último refresco.
Sólo conseguiremos ver su silueta cuando obtengamos retorno con el sonar activo.
La táctica de acercamiento es exactamente igual que la anterior, con la única diferencia que al no obtener retorno con el sonar activo no conocemos ni su velocidad ni su rumbo ni su profundidad. Sólo conocemos y de manera aproximada su situación.
Si estando a unas 3000 yardas todavía no hemos conseguido retorno con el activo, podemos tener la certeza de que se encuentra a profundidad de periscopio.
A medida que nos vayamos acercando a él debemos ir aumentando las precauciones. Cualquier acción precipitada puede costarnos muy cara.
La etapa más crítica del acercamiento empieza cuando rebajamos la barrera de las 2000 yardas. Hay que suponer que el verdadero objetivo de los submarinos es hundir a los mercantes, pero no tengáis ninguna duda de que si nos ponemos a tiro y creen tener ventaja, nos freirán con un torpedo. Por tanto, a partir de esa distancia es preceptivo empezar con las maniobras evasivas de torpedos.
Lo ideal sería acercarse al submarino cerrando al máximo su ángulo de lanzamiento, es decir, de través, en perpendicular, pero, claro, como no hemos obtenido retorno, sólo vemos un cuadradito parpadeante. No nos queda más remedio que avanzar en zig-zag, haciendo continuos cambios de rumbo.
Es posible que exista un método indirecto para determinar de manera aproximada la orientación proa-popa en la que se encuentra el submarino aún sin tener retorno en el activo. En cuanto lo tenga ensayado y si es efectivo, prometo explicarlo. El mismo método podría servir para afinar el rumbo exacto del submarino cuando tenemos retorno con el activo.
Esta, desde mi punto de vista, es la peor situación en la que nos podemos encontrar, ya que está en periscopio y probablemente con muy malas intenciones. Si seguimos acercándonos, es posible que obtengamos retorno, y por tanto, perfil del submarino a menos de 500 yardas. Si él nos ha detectado antes ya nos habrá lanzado un torpedo que casi con toda probabilidad acabará con el casco de nuestro barco en el fondo. Hay que navegar en zig-zag, y aun así, no hay garantías de salir indemnes. Pero tranquilos, esta situación no puede considerarse como típica, sino más bien excepcional, puesto que lo normal es que el submarino, en cuanto vea a un destructor que se le echa encima a menos de 1000 yardas, se vaya al fondo tan rápido como pueda, a menos que se encuentre en esta situación de manera involuntaria, es decir, que nos detecte con el periscopio cuando ya estemos casi encima de él.
Cualquier torpedo es potencialmente peligroso, pero hay dos que lo son más, los TV y los FaT.
Los primeros poseen un detector acústico que en el simulador se muestra casi infalible (históricamente fueron un desastre). La única manera de esquivar su sistema acústico es mantener la velocidad por debajo de los 13 nudos. Téngase en cuenta que a parte de su sistema acústico de detección, un TV se comporta como cualquier otro torpedo, y si nos encontramos en su línea de avance, aunque naveguemos a menos de 13 nudos, nos partirá el buque en dos. Así pues, a parte de mantenernos a esa velocidad habrá que avanzar hacia el submarino cambiando de rumbo constantemente, navegando en zig-zag.
Los segundos son muy traidores ya que una vez en el agua y dependiendo de los ajustes que hayan recibido antes del lanzamiento giran 180º a derecha e izquierda cuando han recorrido 800 o 1600 metros, consiguiendo que pasen por la misma zona varias veces.
Además de ir cambiando de rumbo, es muy aconsejable acudir a la estación del sonar e ir moviendo el cabezal de babor a estribor para encontrar rastros de torpedos.
Si se detecta un torpedo que viene hacia nosotros, lo último que tenemos que hacer es acelerar, ya que si se trata de un TV, todo lo que conseguiremos es que se nos coma. Simplemente, sin prisa pero sin pausa, intentaremos peinarle la estela: Todo a babor (o a estribor) unos segundos y después todo a estribor (o babor) hasta recuperar el rumbo original, de este modo el torpedo nos pasará por un lado (o no). A muy cortas distancias, nuestra inútil tripulación, en cuanto detecta un torpedo es capaz de clasificarlo, pero, la verdad, si el torpedo viene hacia nosotros, las posibilidades de escapar de él son muy pocas son muy pocas.
Hagamos cuatro números y lo veremos con mas claridad.
Nos acercamos a un submarino situado a 500 yardas de nuestro destructor del que no tenemos retorno. Nuestra velocidad es de 6-7 nudos (1/3). En esto que detecto un torpedo que viene directo hacia mi justo en la mitad del recorrido (250 yardas). Ordeno velocidad de flanco (cuidando de no pasar de 13 nudos!!) y todo a estribor.
Puedo suponer que el torpedo avanza a 40 nudos y yo a otros 12. Al avanzar en sentidos opuestos sumamos las velocidades y obtenemos 52 nudos que suponen 26 metros por segundo. Es decir, dispongo de algo menos de 10 segundos para intentar esquivar el torpedo. A la velocidad a la que voy es casi imposible. El torpedo impacta y me hundo. Os aseguro que no hablo por hablar, me ha pasado y no hay nada que hacer. En otras ocasiones ni tan solo detectas el torpedo, oyes la explosión y abajo.
Si conseguimos escapar del torpedo tenemos opciones de atacar y hundir al submarino, pero esto forma parte del siguiente capítulo.
Próximo capítulo: III.- EL ATAQUE A UN SUBMARINO
Como poderis observar, esto no es mio. Esta redactado por el incomparable Comandante Epinephelus.
La tercera parte esta en la Revista "Signal". Pero esta en PDF y soy incapaz de selecionarla y pegarla aqui. Veremos si mañana puedo.
Un saludo
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Epinephelus
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Publicado: Jue Feb 20, 2003 9:35 am Asunto: LUCHA ANTISUBMARINA I
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Hola a todos,
Con éste, inicio una serie de posts que van a versar sobre la lucha antisubmarina.
Os ruego que tengáis en cuenta que no soy ni Kron ni Hz, y que lo que se diga aquí no quiere ser ni un manual de instrucciones ni una recomendación. Simplemente es lo que yo hago a los mandos de mi destructor. Probablemente habrá datos y acciones con los que no estéis de acuerdo. Espero vuestras opiniones.
Es cierto que el funcionamiento y las tácticas y técnicas a seguir no son las mismas que se aplicaban en el juego sin el parche, pero hay posibilidades de salir airosos ante el enfrentamiento, mano a mano, contra un submarino.
Ante todo, creo que hay que tener claro que el objetivo ha cambiado. Nuestro principal objetivo, ahora más que nunca, es llegar a nuestro destino con el mayor número de barcos posible y si son todos mejor. Por tanto, habrá que localizar al submarino y hacerle un estrecho marcaje, evitando, por todos los medios a nuestro alcance, que consiga llegar a profundidad de periscopio, fije los blancos y lance sus torpedos.
Pero vamos por pasos.
Lo que ahora voy a intentar detallar, no es una ciencia exacta ni pretende ser la única manera de hacer las cosas, es más, mirándolo fríamente no expongo nada nuevo, simplemente es mi experiencia, y me he decidido a exponerla por tres motivos:
- Por las continuas y reiteradas quejas de muchos comandantes que sin el parche eran (y siguen siendo todavía pero no lo saben) auténticos especialistas en la lucha antisubmarina a los mandos de un escolta. No voy a poner nombres para no dejarme a nadie, pero, en cualquier caso, todos sabemos quienes son.
- Porque como resultado de las dificultades que entraña sacar algo positivo con un destructor bajo el nuevo parche, muchos comandantes han abandonado el buen hábito de hacer misiones a los mandos de un escolta, con lo que la falta crónica de destructores es, si cabe, más acuciante todavía.
- Por los buenos resultados que he obtenido y que parecen estar en desacuerdo con la opinión de la mayoría a la hora de valorar el nuevo parche.
I.-TÉCNICAS DE DETECCIÓN
Aquí no hay mucho secreto, sólo hay que tener en cuenta que nuestra tripulación está formada por una pandilla de inútiles sin ningún tipo de conocimiento y que todo, absolutamente todo tenemos que currárnoslo nosotros:
Radar (si el DD va equipado con él):
Hay que ponerlo en funcionamiento desde el principio a 10000 yardas. En función del año en el que nos encontremos será más o menos efectivo, pero se pueden detectar a submarinos en superficie a grandes distancias. ¿Que en los tiempos que corren no hay ningún comandante de submarino que en su sano juicio navegue en superficie cerca de la zona de alcance de un destructor? De acuerdo, pero pensad que desde la entrada en funcionamiento de los hidroplanos en modo manual, más de uno se ha visto navegando en superficie sin quererlo.
Sonar:
Evidentemente siempre en funcionamiento. Debido a un bug del juego (o no) si lo ponemos en activo, hace también las funciones del pasivo. Yo selecciono el máximo alcance (8000 yardas) y lo pongo en automático. Aunque no os lo creáis con buena mar y en años avanzados de la IIWW he obtenido detecciones a más de 6000 yardas.
Vigía:
Periódicamente y sólo si es de día y tenemos buena mar, es recomendable otear el horizonte con los prismáticos en busca de periscopios perdidos. La verdad es que nunca he detectado nada así, pero he leído a comandantes que si lo han hecho (¿será verdad?). Por si acaso, y siempre que puedo, lo pongo en práctica.
Navegación:
Hay diferentes maneras de proceder. En mi opinión no hay que ir demasiado enganchado al convoy, ya que en caso de detección tardía de un submarino, tendríamos muy poca capacidad de reacción. Yo me voy alejando del convoy tanto como puedo (atención a las reglas si las hay) hasta un máximo de 5 o 6 millas. Periódicamente paro motores (all stop). Esto es importante, ya que en cuanto el motor deja de girar, el destructor deja de hacer ruido y el sonar es plenamente operativo aunque vayamos a 20 nudos o más. Curiosamente y como veremos más adelante, es lo contrario a lo que pasa con el sistema acústico de detección de los torpedos TV. Pues bien, cuando he parado motores pulso F7 y me voy a la pantalla del sonar. Allí activo el modo manual y con las teclas “,” y “.” rastreo todo lo que puedo. Si es necesario cambio de rumbo, abarcando de este modo más circunferencia (recordad que el sonar de los destructores gira “sólo” 180º). Hago dos o tres abanicos y reanudo la marcha, no sin antes haber puesto en automático el sonar, no sea que por casualidad nuestra inepta tripulación consiga un contacto. Si hay dos escoltas para proteger el convoy, lo más lógico es que uno cubra la amura de babor del convoy y el otro la de estribor.
En futuros torneos cabe suponer que habrá más destructores (tres o cuatro) entrando en juego, entonces, la figura del Comodoro de la escolta, que será el encargado de decidir la táctica a seguir. Pero esto es harina de otro costal y, si me animo, otro día os hablaré de tácticas a seguir en estos casos.
Otra variante es acelerar mucho al principio para alejarnos del convoy. Una vez alcanzada la distancia deseada, nos ponemos a la misma velocidad que el convoy (entre uno y dos tercios) y, regular y periódicamente, vamos a la sala del sonar y rastreamos según el método explicado. Alternamos las visitas a la sala del sonar con los paseos por cubierta, prismáticos en mano, para otear el horizonte.
A pesar de hacer las cosas todo lo bien que sea posible, no tenemos la certeza absoluta de que vayamos a detectar nada.
Si el o los submarinos que intentamos detectar navegan en Silent Running puede muy bien ocurrir que burlen nuestra presencia.
Si tenemos el convencimiento de que en la zona tiene que haber submarinos, debemos girar 180º e ir hacia el convoy, ya que es posible que nos hayamos pasado y el submarino se disponga a merendarse los barcos.
Proximo capítulo: II.- SEGUIMIENTO DEL SUBMARINO DETECTADO
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Epinephelus
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Publicado: Jue Feb 20, 2003 5:41 pm Asunto: LUCHA ANTISUBMARINA II
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Hola a todos,
Ahí va el segundo capítulo. Espero que sirva de algo.
II.-SEGUIMIENTO DEL SUBMARINO DETECTADO
Nuestro objetivo en esta etapa de la lucha es tomar la actitud de un perro de presa, es decir, acercarnos lo máximo posible al submarino sin llegar a perder el contacto. Conviene que sepa que estamos ahí, encima de él y esperándole. De este modo, se lo pensará un montón de veces antes de que se decida a subir a periscopio, fijar el objetivo y lanzarle los torpedos. Y si al final lo hace tenemos que conseguir estar posicionados lo suficientemente bien como para que muera en el intento.
No conviene estar ni muy cerca ni muy lejos. Si estamos demasiado cerca corremos el riesgo de perder el contacto (cuanto más hondo esté antes perderemos el contacto) y si estamos demasiado lejos tendrá tiempo de subir, fijar y lanzar.
Recomiendo acercarse hasta perder el contacto, anotar (o recordar) la distancia de pérdida de contacto y retroceder hasta recuperar el contacto para mantenernos en el límite de la distancia de pérdida.
No hay una distancia ideal puesto que ésta depende de la profundidad a la que se encuentre el submarino.
Aunque sea una perogrullada os recuerdo que la distancia en yardas a la que perdemos el retorno con el activo coincide con la profundidad en pies a la que se encuentra el submarino.
La experiencia me dice que casi siempre el submarino subirá a periscopio e intentará atacar y es ese, precisamente, el momento que tenemos que aprovechar para atacarlo y, a ser posible, hundirlo.
Los contactos no son eternos, es decir, si no vamos con cautela se pueden perder, sobretodo si se ha obtenido con el pasivo y lo único que tenemos es el ruido del submarino. Si el submarino para motores, en unos segundos dejamos de oírlo, y si no lo pillamos con el activo lo habremos perdido.
En estos momentos nos hallamos ante un tablero de ajedrez, y todos los movimientos que hagamos, tanto nosotros como el submarino, deben tener su razón de ser.
Radar:
Con la detección ya efectuada deja de tener importancia, pero aconsejo mantenerlo conectado, ya que no debemos olvidar que en el agua puede haber más submarinos.
Sonar:
Sin ningún género de dudas se trata de la herramienta más importante a partir de ahora. De la interpretación que hagamos de sus datos (nosotros, nunca la tripulación) depende, en gran medida, obtener o no resultados positivos.
Junto con la pantalla táctica y, en menor medida la pantalla de cargas, será la estación que más visitaremos.
Como he dicho antes, es posible obtener contactos a más de 6000 yardas. Cuando eso ocurre, a penas si oímos nada con el pasivo. Con el activo no hace falta ni probarlo.
Regularmente debemos acceder a esta sala y confirmar el contacto tan afinadamente como nos sea posible, seleccionando la escala inmediatamente superior a la de la distancia a la que tengamos el submarino (distancia que podemos comprobar en la pantalla táctica con la ayuda del ratón).
Se puede empezar a obtener retornos con el activo a distancias algo inferiores a las 4000 yardas, pero es muy difícil, ya que cualquier pequeña variación en el rumbo del submarino nos dejaría sin retorno.
Cabe recordar que si el submarino se encuentra a profundidad de periscopio, no obtendremos retorno con el activo a distancias superiores a 1000 yardas, incluso menos, aunque sí tendremos respuesta con el pasivo.
Para aquellos que no la tengáis, es imprescindible tener la retícula de la pantalla del sonar para saber a que distancia se encuentra el submarino cuando obtengamos retorno.
Estación de cargas de profundidad:
Con el nuevo parche, la única utilidad que le he encontrado es la de saber, de manera aproximada, la profundidad a la que se encuentra el submarino, Y digo de manera aproximada porque en alguna ocasión me ha marcado el submarino en superficie cuando en realidad se encontraba a más de 200 pies de profundidad.
De todos modos es útil acudir a ella para saber el rumbo, la velocidad y la profundidad, aunque sean valores muy aproximados y nunca definitivos a la hora de decidir un ataque.
Navegación:
Ahora tenemos que ir acercándonos al submarino con cautela. Os recuerdo que nuestro objetivo respecto al submarino es saber en todo momento donde está y qué hace, es decir, hacerle un marcaje feroz y evitar que suba a periscopio. En ningún caso el objetivo prioritario será hundirlo.
Un submarino detectado no es un conejo acorralado, es un arma con un poder de destrucción muy considerable, con mucha capacidad de maniobra y de movimientos rápidos o muy rápidos. Puede ascender de 200 metros a profundidad de periscopio en menos de un minuto, y si no andamos con ojo puede suponer nuestro hundimiento. Por tanto, es fundamental conocer en todo momento cual es su profundidad.
Desde mi punto de vista, la maniobra de aproximación al submarino, se hará de distinta manera en función de si hemos obtenido retorno con el activo o no.
a) Acercamiento al submarino con retorno en el sonar activo
Como he comentado antes no siempre podemos fiarnos de la profundidad que nos marca la tripulación en la estación de cargas, pero hay algo que si es seguro:
Si obtenemos retorno con el activo y estamos a más de 1000 o 1500 yardas de él significa que el submarino se encuentra al menos a 30 metros de profundidad, y, por tanto, sin capacidad para lanzar torpedos.
Es de suma importancia recordar que los datos que nos da el sonar son fidedignos casi al 100 %. Lo que no es fidedigno es la interpretación que de esos datos hace nuestra tripulación y lo que nos traslada a la estación de cargas.
Es falso que con el nuevo parche el sonar de los destructores sea una porquería. Lo que no es de recibo es la tripulación que llevamos, la interpretación que nos hace de los datos del sonar y lo que nos anota en la estación de cargas.
Es conveniente ir friendo al submarino a pings, de este modo podemos tener en cuenta la profundidad que nos marca la estación de cargas.
Con la certeza de que se encuentra a más de 200 pies de profundidad nos vamos acercando. Podemos hacerlo con seguridad absoluta de no perder el contacto hasta llegar a las 750 yardas del submarino (700 metros poco más o menos). ¿Por qué? Pues porque asumo que la máxima profundidad que alcanza un submarino es de 250 metros (tirando largo y referido a un tipo VII o IX) o lo que es lo mismo 750 pies (ver más arriba la relación existente entre profundidad del submarino y distancia de pérdida de contacto).
Cuanto más arriba se encuentre más podremos acercarnos.
La aproximación, y siempre que sepamos que el submarino está a más de 200 pies, podemos hacerla directamente de proa al submarino, cambiando de rumbo siempre que sea necesario y pensando que lo ideal es colocarse en su popa para seguirlo.
Yo intento ponerme en su popa y no dejarle respirar.
Otro factor muy importante es la velocidad de la aproximación. Para aproximarse y ganarle terreno hay que ir más deprisa que él, pero teniendo en cuenta que el sonar, para trabajar con eficacia, necesita que el destructor navegue a unos 10-12 nudos, y teniendo en cuenta también que no podemos sobrepasar el contacto puesto que lo perderíamos. Si además añadimos a estos factores que el submarino lleva también su velocidad, hay que ir con cuidado para no sobrepasarlo y para que no se nos vaya demasiado.
La velocidad del objetivo que nos marca la tripulación en la estación de cargas es tan fidedigna como las promesas de un mentiroso. Puede pasar de 0 a 8 o más nudos y viceversa en un segundo. Si además el submarino va cambiando de rumbo y de velocidad, la tripulación se hace un lío tremendo y las informaciones que nos da en la estación de cargas son, cuanto menos, imprecisas.
Recomiendo valorar los movimientos del submarino directamente en la estación del sonar. Si el pico del retorno se acerca cada vez más a la izquierda significa que nos acercamos y si es al contrario, nos alejamos.
Si el submarino se mueve con lentitud, no nos quedará más remedio que ir alternando la velocidad de un tercio a stop, lo cual tiene sus ventajas. ¿Qué ventajas? Bien, de hecho sólo una, que después de parar motores, en unos segundos el submarino deja de oírnos y no sabe donde estamos.
Podemos encontrarnos también con un submarino que se encuentre totalmente parado. El método es el mismo, y lo que hago es pararme yo también y esperar.
Para terminar este apartado, una cuestión práctica: tenemos la tendencia, en esta etapa de la lucha, de tener el zoom de la pantalla táctica y el de la estación de cargas al máximo, ya que se consigue más detalle y más precisión. ¡Cuidado! De vez en cuando disminuid los aumentos, no sea que con el afán de perseguir al submarino no estemos al tanto del tráfico marítimo de superficie y abordemos algún barco.
b) Acercamiento al submarino sin retorno en el sonar activo
La detección de un submarino mediante el sonar pasivo nos queda marcada en el mapa táctico con un cuadrado negro parpadeante. Situando el cursor encima de él veremos la hora en la que se ha hecho el último refresco.
Sólo conseguiremos ver su silueta cuando obtengamos retorno con el sonar activo.
La táctica de acercamiento es exactamente igual que la anterior, con la única diferencia que al no obtener retorno con el sonar activo no conocemos ni su velocidad ni su rumbo ni su profundidad. Sólo conocemos y de manera aproximada su situación.
Si estando a unas 3000 yardas todavía no hemos conseguido retorno con el activo, podemos tener la certeza de que se encuentra a profundidad de periscopio.
A medida que nos vayamos acercando a él debemos ir aumentando las precauciones. Cualquier acción precipitada puede costarnos muy cara.
La etapa más crítica del acercamiento empieza cuando rebajamos la barrera de las 2000 yardas. Hay que suponer que el verdadero objetivo de los submarinos es hundir a los mercantes, pero no tengáis ninguna duda de que si nos ponemos a tiro y creen tener ventaja, nos freirán con un torpedo. Por tanto, a partir de esa distancia es preceptivo empezar con las maniobras evasivas de torpedos.
Lo ideal sería acercarse al submarino cerrando al máximo su ángulo de lanzamiento, es decir, de través, en perpendicular, pero, claro, como no hemos obtenido retorno, sólo vemos un cuadradito parpadeante. No nos queda más remedio que avanzar en zig-zag, haciendo continuos cambios de rumbo.
Es posible que exista un método indirecto para determinar de manera aproximada la orientación proa-popa en la que se encuentra el submarino aún sin tener retorno en el activo. En cuanto lo tenga ensayado y si es efectivo, prometo explicarlo. El mismo método podría servir para afinar el rumbo exacto del submarino cuando tenemos retorno con el activo.
Esta, desde mi punto de vista, es la peor situación en la que nos podemos encontrar, ya que está en periscopio y probablemente con muy malas intenciones. Si seguimos acercándonos, es posible que obtengamos retorno, y por tanto, perfil del submarino a menos de 500 yardas. Si él nos ha detectado antes ya nos habrá lanzado un torpedo que casi con toda probabilidad acabará con el casco de nuestro barco en el fondo. Hay que navegar en zig-zag, y aun así, no hay garantías de salir indemnes. Pero tranquilos, esta situación no puede considerarse como típica, sino más bien excepcional, puesto que lo normal es que el submarino, en cuanto vea a un destructor que se le echa encima a menos de 1000 yardas, se vaya al fondo tan rápido como pueda, a menos que se encuentre en esta situación de manera involuntaria, es decir, que nos detecte con el periscopio cuando ya estemos casi encima de él.
Cualquier torpedo es potencialmente peligroso, pero hay dos que lo son más, los TV y los FaT.
Los primeros poseen un detector acústico que en el simulador se muestra casi infalible (históricamente fueron un desastre). La única manera de esquivar su sistema acústico es mantener la velocidad por debajo de los 13 nudos. Téngase en cuenta que a parte de su sistema acústico de detección, un TV se comporta como cualquier otro torpedo, y si nos encontramos en su línea de avance, aunque naveguemos a menos de 13 nudos, nos partirá el buque en dos. Así pues, a parte de mantenernos a esa velocidad habrá que avanzar hacia el submarino cambiando de rumbo constantemente, navegando en zig-zag.
Los segundos son muy traidores ya que una vez en el agua y dependiendo de los ajustes que hayan recibido antes del lanzamiento giran 180º a derecha e izquierda cuando han recorrido 800 o 1600 metros, consiguiendo que pasen por la misma zona varias veces.
Además de ir cambiando de rumbo, es muy aconsejable acudir a la estación del sonar e ir moviendo el cabezal de babor a estribor para encontrar rastros de torpedos.
Si se detecta un torpedo que viene hacia nosotros, lo último que tenemos que hacer es acelerar, ya que si se trata de un TV, todo lo que conseguiremos es que se nos coma. Simplemente, sin prisa pero sin pausa, intentaremos peinarle la estela: Todo a babor (o a estribor) unos segundos y después todo a estribor (o babor) hasta recuperar el rumbo original, de este modo el torpedo nos pasará por un lado (o no). A muy cortas distancias, nuestra inútil tripulación, en cuanto detecta un torpedo es capaz de clasificarlo, pero, la verdad, si el torpedo viene hacia nosotros, las posibilidades de escapar de él son muy pocas son muy pocas.
Hagamos cuatro números y lo veremos con mas claridad.
Nos acercamos a un submarino situado a 500 yardas de nuestro destructor del que no tenemos retorno. Nuestra velocidad es de 6-7 nudos (1/3). En esto que detecto un torpedo que viene directo hacia mi justo en la mitad del recorrido (250 yardas). Ordeno velocidad de flanco (cuidando de no pasar de 13 nudos!!) y todo a estribor.
Puedo suponer que el torpedo avanza a 40 nudos y yo a otros 12. Al avanzar en sentidos opuestos sumamos las velocidades y obtenemos 52 nudos que suponen 26 metros por segundo. Es decir, dispongo de algo menos de 10 segundos para intentar esquivar el torpedo. A la velocidad a la que voy es casi imposible. El torpedo impacta y me hundo. Os aseguro que no hablo por hablar, me ha pasado y no hay nada que hacer. En otras ocasiones ni tan solo detectas el torpedo, oyes la explosión y abajo.
Si conseguimos escapar del torpedo tenemos opciones de atacar y hundir al submarino, pero esto forma parte del siguiente capítulo.
Próximo capítulo: III.- EL ATAQUE A UN SUBMARINO
Como poderis observar, esto no es mio. Esta redactado por el incomparable Comandante Epinephelus.
La tercera parte esta en la Revista "Signal". Pero esta en PDF y soy incapaz de selecionarla y pegarla aqui. Veremos si mañana puedo.
Un saludo
Última edición por oarso el 20 Jun 2005 22:09, editado 1 vez en total.


¿Profesión?
Técnico Superior en sistemas de refrigeración de materiales de construcción.
¿El que moja los ladrillos en las obras?
El mismo.
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- Könteradmiral
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EL ATAQUE A UN SUBMARINO
En esta última entrega voy a centrarme especificamente en el ataque con cargas y en el posible abordaje a un submarino a profundidad de periscopio y listo para atacar.
Como muy bien dijo Defcon en su día, los tres puntos básicos a tener en cuenta a la hora de atacar a un submarino son:
1.- Paciencia
2.- Más paciencia
3.- Todavía más paciencia
Yo le añadiría un cuarto punto: suerte, suerte y suerte
Después de detectar a un submarino y seguirle, lo lógico es que nos encontremos ya muy cerca del convoy. Hay que esperar que de un momento a otro el submarino ascienda a profundidad de periscopio, fije el objetivo (uno o más), le lance los torpedos y se sumerja de nuevo rápidamente.
Sin duda ese será el momento en el que tendremos más posibilidades de acabar con nuestro contrincante, pero pocas veces lo conseguiremos.
La situación más típica es la siguiente:
Estamos siguiendo a un submarino que navega a velocidad de flanco (7 nudos) y a gran profundidad (200 metros o más), con continuos cambios de rumbo pero siempre hacia la posición del convoy.
Cuando el convoy se encuentra entre 2000 y 2500 metros de nuestra posición (quizás antes) hay que empezar a pensar que el submarino va a ascender. Si el submarino navega a 200 metros de profundidad nos vemos obligados a seguirle a una distancia mínima de 700 yardas. Si le siguéramos a menos distancia perderíamos el contacto.
Con la posibilidad de accionar los hidroplanos manualmente, un submarino puede ascender de 200 metros a cota periscópica en 100 segundos.
Desde la pantalla de cargas del destructor sabremos que el submarino asciende cuando sus datos en dicha pantalla nos digan que se encuentra entre 100 y 200 pies, es decir, por encima de la cota de 70 metros. Cuando eso ocurre el submarino ya lleva una velocidad de ascenso tremenda, y se planta a cota periscópica en 20 segundos.
Así pues, disponemos de 20 segundos para abordar a un submarino que tenemos a 700 yardas de distancia (600 metros), pero…. ¿serán suficientes? Veámoslo.
Si el DD navega a flanco, es decir, a 30 nudos, recorre 15 metros por segundo, o lo que es lo mismo 300 metros en 20 segundos. El submarino está ya en periscopio y me faltan todavía otros 20 segundos para llegar a su posición!!! Pero….no voy a flanco, voy a 6-7 nudos, lo cual aumenta a algo más de un minuto el tiempo que necesito para llegar a la posición del submarino. Para cuando llego a su posición ya ha lanzado y está sumergiéndose. En la aproximación hay que ir con sumo cuidado, no sea que nos haya lanzado un torpedo por el tubo de popa!!!!
Probablemente mi tripulación dirá que se encuentra a menos de 100 pies, pero si lanzo cargas tendré que hacerlo a más profundidad, 150 o incluso 200 pies ya que la velocidad de descenso es muy elevada y los datos de la pantalla no se refrescan tan deprisa.
La situación que acabo de describir se da en multitud de ocasiones, y las opciones de hundir al submarino, por desgracia, son muy pocas. Ello no es óbice para caer en el desánimo. Las probabilidades son pocas, pero las hay. Tenemos que procurar aprovecharlas. Veamos cómo.
Lo ideal sería llegar a la posición del submarino cuando todavía se encuentra en cota periscópica, de este modo lo embestimos y punto. Cuando abordemos a un submarino que esté en cota periscópica (no es conveniente hacerlo cuando esta en superficie) lo haremos de través, es decir, golpeándole por uno de los costados y a velocidad moderada. Si lo embestimos a velocidad de flanco evidentemente le hundiremos sin demasiado esfuerzo, pero corremos el serio riesgo de dañar demasiado nuestro barco.
Por el contrario, si embestimos demasiado despacio, puede ser que no hundamos al submarino.
Cuando nos acerquemos a un submarino en cota periscópica con intención de embestirle deberemos estar preparados para lanzarle cargas, ya que no siempre se produce el esperado choque y, a veces, aunque se produzca, los daños que le causemos pueden ser menores.
Si la pantalla de la estación de cargas nos dice que el submarino se encuentra en periscopio, debemos programar las cargas a 50 pies. 4 cargas por popa y 4 por los laterales a intervalos de 2 segundos. Lanzamos justo cuanto pasamos por encima de él. Cuando el piloto se vuelva a encender (en rojo) ponemos el dial en 100 pies y lanzamos de nuevo.
Desde que damos la orden de lanzamiento hasta que las cargas caen al agua, pasan unos segundos. Las de la popa lo hacen en 2 segundos, pero las K-guns se retrasan hasta 5 o 6 segundos, ya que son lanzadas a 100 metros de distancia o más y ese es el tiempo que tardan en caer al agua. . Hay que tenerlo en cuenta para no pasarnos.
Una carga bien colocada es suficiente para hundir a un submarino, pero se lanzan más, bastantes más, porque es muy dificil que las cargas exploten ahí donde nosotros queremos.
La pantalla de la estación de cargas, sobretodo después del nuevo parche, nos da datos poco fiables. En este sentido, si nos indica periscopio y no hay colisión puede querer decir que ya hace un rato que el sub está descendiendo, con lo que los lanzamientos serán a 100 y 150 pies y con un poco de retraso, es decir, un poco por delante de la posición del submarino, ya que las cargas tardan en llegar a su destino y durante ese tiempo el submarino se desplaza.
Cuando lleguemos a la posición del submarino, hay que ser consecuentes con la lectura obtenida en la pantalla de la estación de cargas. Si nos marca menos de 100 pies, los lanzamientos se programarán a 150 y 200 pies, y así sucesivamente.
Tal y como he dicho antes las probabilidades son pocas, pero hay que probarlo.
No os quepa la menor duda de que el 90% de los hundimientos de submarinos conseguidos, por ejemplo, en el KIII han sido con el submarino cerca de la superficie y siguiendo la pauta que os he descrito.
El gran inconveniente de este método es que si no queremos perder el contacto con el submarino nos veremos obligados a seguirle a más de 700 yardas (siempre que navegue próximo a los 200 metros de profundidad) lo cual le da al submarino muchas posibilidades de atacar de forma eficaz sin recibir daños.
Desde mi punto de vista y si estamos solos, no hay forma eficaz de evitar este inconveniente. Existe un método que consiste en avanzarnos y acortar la distancia entre el sub y nosotros. Perdemos el contacto, pero lo volveremos a recuperar en cuanto el submarino ascienda. Si es así las posibilidades de éxito aumentan ya que llegaremos antes a la posición del submarino. Por el contrario, hay que señalar que corremos el riesgo de perder definitivamente el contacto con el submarino, y sólo lo recuperaremos cuando ya hayamos oído la explosión de uno o más torpedos.
La cosa cambia si tenemos el apoyo de otro destructor. Uno le sigue a las 700 yardas de rigor y el otro se le pone literalmente encima guiado por las indicaciones del escolta más retrasado. Si lo hacemos bien el submarino está muerto (siempre y cuando se atreva a ascender, claro).
Evidentemente, si se da la misma situación que la descrita pero el submarino se encuentra a menos profundidad, tendremos más probabilidades de hundirlo, puesto que podremos seguirle más de cerca y ganaremos su posición más deprisa.
Hay que evitar SIEMPRE atacar a un submarino que está cerca del convoy y que todavía no ha iniciado el ascenso. ¿Por qué?
Veamos, en la situación descrita tardamos más de un minuto en llegar a la posición de un submarino y nuestras posibilidades son pocas. Si le atacamos cuando todavía se encuentra a 200 metros, en cuanto su tripulación le diga que hay cargas en el agua inicia el ascenso rápido con los hidroplanos y en menos de dos minutos está arriba, con el agravante de que al haberle atacado, hemos perdido su posición y estamos por delante de él, lo cual le da más tiempo para atacar. Si antes lo tenía bien, ahora lo tiene mejor. Todo ello sin contar que estamos totalmente al descubierto y puede mandarnos al fondo con un torpedo.
Un buen capitán de destructor debe saber que atacar a un submarino que navega a gran profundidad y distanciado a unos 4000 metros del convoy es darle todas las ventajas.
Otra situación que se da muchas veces, por desgracia para los escoltas, es la de seguir a un submarino que ya ha efectúado el ataque habiendo hundido a uno a más mercantes. No tiene posibilidades de atacar de nuevo puesto que el convoy se aleja a mayor velocidad que la suya. Como capitanes de destructor queremos vengarnos, y a pesar de saber que prácticamente no tenemos posibilidades de lograr su hundimiento, lo intentaremos.
Mientras seguimos al submarino estudiaremos sus movimientos con el fin de determinar, si es posible, su pauta de comportamiento e intentar adivinar lo que va a hacer. También es bueno estudiar el terreno y ver si hay algún punto en que la profundidad del agua es menor. Si pudiéramos arrastrarle hacia allí le obligaríamos a navegar menos profundo, aumentando nuestras posibilidades.
Le iremos siguiendo, acercándonos a él lentamente y bombardeándole literalmente con nuestros “pings”. Llegará un momento en que perderemos el contacto. El último pico obtenido en la pantalla del sonar nos indicará la profundidad a la que navega. Lo ideal es ordenar atrás toda para poder recuperar el contacto de nuevo y efectúar otra vez la maniobra de aproximación. De este modo conseguimos afinar más, si cabe, nuestra estimación de la profundidad.
Decidimos atacar:
1.- Ordenamos velocidad de flanco
2.- Colocamos el dial de profundidad de cargas a 50 pies por debajo de la calculada
3.- Seleccionamos 4 cargas en popa y 2 K-gun con un intervalo de salida de 2 segundos.
4.- Cronometramos el tiempo que transcurre desde que perdemos el contacto hasta que nos situamos sobre el cuadrado negro que queda en la pantalla de la estación de cargas.
5.- Avanzamos y nos situamos en la posición en la que estimamos que se encontrará el submarino cuando estallen las cargas, teniendo en cuenta nuestra velocidad, la del submarino y el tiempo de salida y descenso de las cargas.
6.- Lanzamos las cargas.
7.- Ordenamos avante 1/3
8.- Colocamos el dial de profundidad de cargas en la profundidad calculada
9.- Cuando tengamos luz roja lanzamos de nuevo
10.- Colocamos el dial de profundidad de cargas 50 pies por encima de la profundidad calculada
11.- Cuando tengamos luz roja lanzamos de nuevo
El ataque ha terminado. Ahora deberemos recuperar el contacto y empezar de nuevo.
Parece muy complicado, pero cuando lo hayáis hecho unas cuantas veces no tendréis ni que pensarlo.
En el 99% de los casos el submarino no habrá recibido ni un rasguño, e incluso, en algunas ocasiones, ni tan solo habrá oido explotar las cargas. ¿Por qué? Pues básicamente porque el submarino puede preveer nuestros movimientos. Si le lanzamos pings, cada vez que obtenemos retorno, el submarino, con su hidrófono, marca nuestra posición de manera muy fiable (hacia la mitad del cono blanco que se forma) y puede saber a que distancia nos encontramos de él. Si navega a 200 metros de profundidad sabe que le perderemos a unos 600 metros de distancia, momento en que puede virar hacia uno u otro lado sin que nos enteremos de ello. Lo lógico es que nosotros sigamos con nuestro rumbo, con lo que al lanzar las cargas, el submarino se puede encontrar unos 150 metros a nuestro babor o a nuestro estribor.
Para compensar esto, utilizo una maniobra que en ocasiones se ha revelado efectiva: en cuanto pìerdo el contacto con el submarino, viro a babor o a estribor intentando preveer la maniobra que efectuará. Evidentemente puede ocurrir que el submarino vire hacia el otro lado y por tanto sólo conseguimos alejarnos de él. Si adivinamos sus movimientos, tenemos posiblidades de hundirlo.
Otra forma de ataque utilizada es determinar con mayor o menor precisión la zona en la que puede encontrarse el submarino después de haber perdido el contacto con él y empezar a lanzar cargas de 2 en 2 desde la popa cada 10 o 15 segundos. Los dos primeros lanzamientos irán acompañados de cargas laterales, pero no los siguientes, ya que habrá que esperar a que se recarguen. De este modo conseguimos sembrar de cargas una zona más o menos amplia. Los lanzamientos se efectúan a distintas profundidades. Con suerte, podemos lograr dañar al submarino.
Desaconsejo absolutamente lanzarlo todo en un mismo punto. La explosión será extraordinaria, pero si el submarino no está ahí habremos perdido todas las posibilidades de un nuevo ataque. Mejor pocas cargas muchas veces que muchas cargas una sola vez. Recordad que con una sola carga bien lanzada se hunde a un submarino.
Y nada más. Os recuerdo que esto no es un manual, simplemente os he descrito que es lo que yo hago. Atendiendo a la clasificación final del Kretschmer III hay comandantes de destructor que podrán decir más cosas (probablemente mejores) de las que he dicho.
En esta última entrega voy a centrarme especificamente en el ataque con cargas y en el posible abordaje a un submarino a profundidad de periscopio y listo para atacar.
Como muy bien dijo Defcon en su día, los tres puntos básicos a tener en cuenta a la hora de atacar a un submarino son:
1.- Paciencia
2.- Más paciencia
3.- Todavía más paciencia
Yo le añadiría un cuarto punto: suerte, suerte y suerte
Después de detectar a un submarino y seguirle, lo lógico es que nos encontremos ya muy cerca del convoy. Hay que esperar que de un momento a otro el submarino ascienda a profundidad de periscopio, fije el objetivo (uno o más), le lance los torpedos y se sumerja de nuevo rápidamente.
Sin duda ese será el momento en el que tendremos más posibilidades de acabar con nuestro contrincante, pero pocas veces lo conseguiremos.
La situación más típica es la siguiente:
Estamos siguiendo a un submarino que navega a velocidad de flanco (7 nudos) y a gran profundidad (200 metros o más), con continuos cambios de rumbo pero siempre hacia la posición del convoy.
Cuando el convoy se encuentra entre 2000 y 2500 metros de nuestra posición (quizás antes) hay que empezar a pensar que el submarino va a ascender. Si el submarino navega a 200 metros de profundidad nos vemos obligados a seguirle a una distancia mínima de 700 yardas. Si le siguéramos a menos distancia perderíamos el contacto.
Con la posibilidad de accionar los hidroplanos manualmente, un submarino puede ascender de 200 metros a cota periscópica en 100 segundos.
Desde la pantalla de cargas del destructor sabremos que el submarino asciende cuando sus datos en dicha pantalla nos digan que se encuentra entre 100 y 200 pies, es decir, por encima de la cota de 70 metros. Cuando eso ocurre el submarino ya lleva una velocidad de ascenso tremenda, y se planta a cota periscópica en 20 segundos.
Así pues, disponemos de 20 segundos para abordar a un submarino que tenemos a 700 yardas de distancia (600 metros), pero…. ¿serán suficientes? Veámoslo.
Si el DD navega a flanco, es decir, a 30 nudos, recorre 15 metros por segundo, o lo que es lo mismo 300 metros en 20 segundos. El submarino está ya en periscopio y me faltan todavía otros 20 segundos para llegar a su posición!!! Pero….no voy a flanco, voy a 6-7 nudos, lo cual aumenta a algo más de un minuto el tiempo que necesito para llegar a la posición del submarino. Para cuando llego a su posición ya ha lanzado y está sumergiéndose. En la aproximación hay que ir con sumo cuidado, no sea que nos haya lanzado un torpedo por el tubo de popa!!!!
Probablemente mi tripulación dirá que se encuentra a menos de 100 pies, pero si lanzo cargas tendré que hacerlo a más profundidad, 150 o incluso 200 pies ya que la velocidad de descenso es muy elevada y los datos de la pantalla no se refrescan tan deprisa.
La situación que acabo de describir se da en multitud de ocasiones, y las opciones de hundir al submarino, por desgracia, son muy pocas. Ello no es óbice para caer en el desánimo. Las probabilidades son pocas, pero las hay. Tenemos que procurar aprovecharlas. Veamos cómo.
Lo ideal sería llegar a la posición del submarino cuando todavía se encuentra en cota periscópica, de este modo lo embestimos y punto. Cuando abordemos a un submarino que esté en cota periscópica (no es conveniente hacerlo cuando esta en superficie) lo haremos de través, es decir, golpeándole por uno de los costados y a velocidad moderada. Si lo embestimos a velocidad de flanco evidentemente le hundiremos sin demasiado esfuerzo, pero corremos el serio riesgo de dañar demasiado nuestro barco.
Por el contrario, si embestimos demasiado despacio, puede ser que no hundamos al submarino.
Cuando nos acerquemos a un submarino en cota periscópica con intención de embestirle deberemos estar preparados para lanzarle cargas, ya que no siempre se produce el esperado choque y, a veces, aunque se produzca, los daños que le causemos pueden ser menores.
Si la pantalla de la estación de cargas nos dice que el submarino se encuentra en periscopio, debemos programar las cargas a 50 pies. 4 cargas por popa y 4 por los laterales a intervalos de 2 segundos. Lanzamos justo cuanto pasamos por encima de él. Cuando el piloto se vuelva a encender (en rojo) ponemos el dial en 100 pies y lanzamos de nuevo.
Desde que damos la orden de lanzamiento hasta que las cargas caen al agua, pasan unos segundos. Las de la popa lo hacen en 2 segundos, pero las K-guns se retrasan hasta 5 o 6 segundos, ya que son lanzadas a 100 metros de distancia o más y ese es el tiempo que tardan en caer al agua. . Hay que tenerlo en cuenta para no pasarnos.
Una carga bien colocada es suficiente para hundir a un submarino, pero se lanzan más, bastantes más, porque es muy dificil que las cargas exploten ahí donde nosotros queremos.
La pantalla de la estación de cargas, sobretodo después del nuevo parche, nos da datos poco fiables. En este sentido, si nos indica periscopio y no hay colisión puede querer decir que ya hace un rato que el sub está descendiendo, con lo que los lanzamientos serán a 100 y 150 pies y con un poco de retraso, es decir, un poco por delante de la posición del submarino, ya que las cargas tardan en llegar a su destino y durante ese tiempo el submarino se desplaza.
Cuando lleguemos a la posición del submarino, hay que ser consecuentes con la lectura obtenida en la pantalla de la estación de cargas. Si nos marca menos de 100 pies, los lanzamientos se programarán a 150 y 200 pies, y así sucesivamente.
Tal y como he dicho antes las probabilidades son pocas, pero hay que probarlo.
No os quepa la menor duda de que el 90% de los hundimientos de submarinos conseguidos, por ejemplo, en el KIII han sido con el submarino cerca de la superficie y siguiendo la pauta que os he descrito.
El gran inconveniente de este método es que si no queremos perder el contacto con el submarino nos veremos obligados a seguirle a más de 700 yardas (siempre que navegue próximo a los 200 metros de profundidad) lo cual le da al submarino muchas posibilidades de atacar de forma eficaz sin recibir daños.
Desde mi punto de vista y si estamos solos, no hay forma eficaz de evitar este inconveniente. Existe un método que consiste en avanzarnos y acortar la distancia entre el sub y nosotros. Perdemos el contacto, pero lo volveremos a recuperar en cuanto el submarino ascienda. Si es así las posibilidades de éxito aumentan ya que llegaremos antes a la posición del submarino. Por el contrario, hay que señalar que corremos el riesgo de perder definitivamente el contacto con el submarino, y sólo lo recuperaremos cuando ya hayamos oído la explosión de uno o más torpedos.
La cosa cambia si tenemos el apoyo de otro destructor. Uno le sigue a las 700 yardas de rigor y el otro se le pone literalmente encima guiado por las indicaciones del escolta más retrasado. Si lo hacemos bien el submarino está muerto (siempre y cuando se atreva a ascender, claro).
Evidentemente, si se da la misma situación que la descrita pero el submarino se encuentra a menos profundidad, tendremos más probabilidades de hundirlo, puesto que podremos seguirle más de cerca y ganaremos su posición más deprisa.
Hay que evitar SIEMPRE atacar a un submarino que está cerca del convoy y que todavía no ha iniciado el ascenso. ¿Por qué?
Veamos, en la situación descrita tardamos más de un minuto en llegar a la posición de un submarino y nuestras posibilidades son pocas. Si le atacamos cuando todavía se encuentra a 200 metros, en cuanto su tripulación le diga que hay cargas en el agua inicia el ascenso rápido con los hidroplanos y en menos de dos minutos está arriba, con el agravante de que al haberle atacado, hemos perdido su posición y estamos por delante de él, lo cual le da más tiempo para atacar. Si antes lo tenía bien, ahora lo tiene mejor. Todo ello sin contar que estamos totalmente al descubierto y puede mandarnos al fondo con un torpedo.
Un buen capitán de destructor debe saber que atacar a un submarino que navega a gran profundidad y distanciado a unos 4000 metros del convoy es darle todas las ventajas.
Otra situación que se da muchas veces, por desgracia para los escoltas, es la de seguir a un submarino que ya ha efectúado el ataque habiendo hundido a uno a más mercantes. No tiene posibilidades de atacar de nuevo puesto que el convoy se aleja a mayor velocidad que la suya. Como capitanes de destructor queremos vengarnos, y a pesar de saber que prácticamente no tenemos posibilidades de lograr su hundimiento, lo intentaremos.
Mientras seguimos al submarino estudiaremos sus movimientos con el fin de determinar, si es posible, su pauta de comportamiento e intentar adivinar lo que va a hacer. También es bueno estudiar el terreno y ver si hay algún punto en que la profundidad del agua es menor. Si pudiéramos arrastrarle hacia allí le obligaríamos a navegar menos profundo, aumentando nuestras posibilidades.
Le iremos siguiendo, acercándonos a él lentamente y bombardeándole literalmente con nuestros “pings”. Llegará un momento en que perderemos el contacto. El último pico obtenido en la pantalla del sonar nos indicará la profundidad a la que navega. Lo ideal es ordenar atrás toda para poder recuperar el contacto de nuevo y efectúar otra vez la maniobra de aproximación. De este modo conseguimos afinar más, si cabe, nuestra estimación de la profundidad.
Decidimos atacar:
1.- Ordenamos velocidad de flanco
2.- Colocamos el dial de profundidad de cargas a 50 pies por debajo de la calculada
3.- Seleccionamos 4 cargas en popa y 2 K-gun con un intervalo de salida de 2 segundos.
4.- Cronometramos el tiempo que transcurre desde que perdemos el contacto hasta que nos situamos sobre el cuadrado negro que queda en la pantalla de la estación de cargas.
5.- Avanzamos y nos situamos en la posición en la que estimamos que se encontrará el submarino cuando estallen las cargas, teniendo en cuenta nuestra velocidad, la del submarino y el tiempo de salida y descenso de las cargas.
6.- Lanzamos las cargas.
7.- Ordenamos avante 1/3
8.- Colocamos el dial de profundidad de cargas en la profundidad calculada
9.- Cuando tengamos luz roja lanzamos de nuevo
10.- Colocamos el dial de profundidad de cargas 50 pies por encima de la profundidad calculada
11.- Cuando tengamos luz roja lanzamos de nuevo
El ataque ha terminado. Ahora deberemos recuperar el contacto y empezar de nuevo.
Parece muy complicado, pero cuando lo hayáis hecho unas cuantas veces no tendréis ni que pensarlo.
En el 99% de los casos el submarino no habrá recibido ni un rasguño, e incluso, en algunas ocasiones, ni tan solo habrá oido explotar las cargas. ¿Por qué? Pues básicamente porque el submarino puede preveer nuestros movimientos. Si le lanzamos pings, cada vez que obtenemos retorno, el submarino, con su hidrófono, marca nuestra posición de manera muy fiable (hacia la mitad del cono blanco que se forma) y puede saber a que distancia nos encontramos de él. Si navega a 200 metros de profundidad sabe que le perderemos a unos 600 metros de distancia, momento en que puede virar hacia uno u otro lado sin que nos enteremos de ello. Lo lógico es que nosotros sigamos con nuestro rumbo, con lo que al lanzar las cargas, el submarino se puede encontrar unos 150 metros a nuestro babor o a nuestro estribor.
Para compensar esto, utilizo una maniobra que en ocasiones se ha revelado efectiva: en cuanto pìerdo el contacto con el submarino, viro a babor o a estribor intentando preveer la maniobra que efectuará. Evidentemente puede ocurrir que el submarino vire hacia el otro lado y por tanto sólo conseguimos alejarnos de él. Si adivinamos sus movimientos, tenemos posiblidades de hundirlo.
Otra forma de ataque utilizada es determinar con mayor o menor precisión la zona en la que puede encontrarse el submarino después de haber perdido el contacto con él y empezar a lanzar cargas de 2 en 2 desde la popa cada 10 o 15 segundos. Los dos primeros lanzamientos irán acompañados de cargas laterales, pero no los siguientes, ya que habrá que esperar a que se recarguen. De este modo conseguimos sembrar de cargas una zona más o menos amplia. Los lanzamientos se efectúan a distintas profundidades. Con suerte, podemos lograr dañar al submarino.
Desaconsejo absolutamente lanzarlo todo en un mismo punto. La explosión será extraordinaria, pero si el submarino no está ahí habremos perdido todas las posibilidades de un nuevo ataque. Mejor pocas cargas muchas veces que muchas cargas una sola vez. Recordad que con una sola carga bien lanzada se hunde a un submarino.
Y nada más. Os recuerdo que esto no es un manual, simplemente os he descrito que es lo que yo hago. Atendiendo a la clasificación final del Kretschmer III hay comandantes de destructor que podrán decir más cosas (probablemente mejores) de las que he dicho.


¿Profesión?
Técnico Superior en sistemas de refrigeración de materiales de construcción.
¿El que moja los ladrillos en las obras?
El mismo.