El Alto Mando nos asignó el U-3 el primero de septiembre de 1939, un u-boot de la clase IIA que utilicé en dos patrullas hasta el 10 de octubre. No se porqué me gustan estos pequeños submarinos costeros, si se les pudiera instalar un cañón grande en lugar de la artillería anti-aérea que tienen serían perfectos: para meterles uno o dos torpedos a los cargueros y luego rematarlos a balazos, bueno por lo menos en esta fase inicial de la guerra, antes de que los aviones empiecen a fastidiar como mosquitos.
Para la tercer patrulla nos dieron el U-52, un clase VIIB, he aquí una instantánea del momento en que estábamos por hacernos a la mar el 7 de noviembre:

El que me está viendo fijamente es Adolf Conrad, está preocupado porque le debo 50 marcos y no sabe si regresaremos a puerto para pagarle.
El hecho curioso de esta patrulla (olvidé tomar foto,

(¡Ah! y para quien se lo pregunte ya le pagué a Conrad... bueno, al menos le di 10 marcos
